Por primera vez en varias ediciones España no parte como favorita al Eurobasket, honor que cede al vigente campeón, Francia, que acude con casi todo, salvo Noah y Caseur. Una equilibrada conjunción de físico y talento, experiencia y juventud, un grupo que se conoce además de varios veranos y que va repartiendo sopas con honda en la preparación, contra selecciones serias, no como España. Parker y Batum son los mejores del torneo en su puesto. Ajinca y Gobert, dos fuerzas de la naturaleza, criptonita para nuestro Pau. Otros talentos como Boris Diaw, De Colo o Fournier aportan alternativas en ataque, mientras Lauvergne y Gelabale son el pegamento. Sorprende la presencia en la convocatoria de Florent Pietrus en vez de Kim Tillie, y el descarte de Heurtel, el mejor pasador de Francia, cuyo puesto como tercer base recae en Antoine Diot, al que veremos este año en Valencia.
España es la selección con las bajas más ilustres del campeonato, Marc, Ibaka, Rubio, Navarro y Calderón. Así las cosas, la rotación de Scariolo la compondrán basicamente Pau Gasol y una amplia sucursal del Real Madrid. El quinteto integrado por Chacho, Llull, Rudy, Mirlo y Pau no tiene que envidiar a nadie, tampoco a Francia, pero la segunda unidad cojea sensiblemente. Alguien tendrá que dar un paso al frente, se me ocurren Claver o San Emeterio. La única buena nueva de las pachangas de preparación, porque no se las puede calificar de otra forma, es el soberbio estado de forma de Rodolfo, firme candidato a quinteto ideal del campeonato.
Grecia lleva tiempo alejada del cajón, no juega unas semifinales de torneo FIBA desde 2009, pero se presenta esta vez con la plana mayor al completo, una estrella, Spanoulis, y una pléyade de competidores solventes, fraguados en mil batallas: Calathes, Printezis, Sloukas, Mantzaris o Kaimakoglu. Acuden a la llamada de Katsikaris también los NBA, Koufos y Papanikolau, que aportan físico y defensa, mientras Bourousis y Perperoglu buscarán resarcirse tras sendas malas temporadas en sus equipos. Dejo para el final al matrix Antetokuonmpo, llamado a ser una de las sensaciones del torneo. En definitiva, una plantilla larga y experimentada.
Serbia acude sin Krstic ni Marjanovic por lesión, pierde también el factor sorpresa, pero igual es una potencia emergente. El mismo bloque de la plata mundial del pasado verano, a la que sumar un año de experiencia en la élite Euroliga de varios de sus jóvenes talentos (Kalinic, Bogdanovic, Mitrovic). Nemanja se ha graduado como estrella continental, pero el techo de la selección pasa impepinablemente por la inspiración y concentración de Teodosic. Puestos a sacar punta, me genera dudas el banquillo en los puestos exteriores.
Italia, por primera vez desde que me alcanza la memoria, se presenta con toda la dinamita. Por novedad y estilo, quizá el equipo más atractivo del campeonato para el espectador, un chorreo de talento ofensivo, con Gallinari, Belinelli, Bargnani, Datome y Gentile. El problema es que al baloncesto se juega a dos aros y con solo un balón. Esas cinco estrellas tienen un perfil similar, sus puntos llegan desde el perímetro, defienden poco y no son muy de compartir el balón. Incluso los secundarios tienen aroma de prima donna, Hackett, Aradori y Melli, siendo el tosco center Marco Cusin el único que aporta brega y rebote. Un déficit que puede lastrar la competitividad azzurra.
Hasta aquí los equipos que pueden aspirar a medalla, porque hace tiempo que dejé de creer en Croacia. Bogdanovic volverá a tirarse las zapatillas, cuando lo mejor de la plantilla es la pareja interior Saric-Tomic. Las bajas de los nacionalizados Draper y Lafayette dejan el puesto de base como un solar, en manos del intrascendente Ukic y de Stipcevic, novato a este nivel, por lo que veremos minutos del ex Unicaja Kruno Simón en la dirección. Curiosidad por ver a Hezonja a las órdenes de un entrenador distinto a Pascual.
A Lituania no le doy opciones de metal por el desequilibrio en su plantilla. Los puestos de alero (Kuzminskas, Maciulis), ala-pívot (Sabonis, Jankunas) y pívot (Valanciunas, Javtokas) son dignos, competitivos, pero con semejantes bases y escoltas, con Seibutis como estrella y referente, los cuartos de final son non plus ultra. Vuelve Nowitzki a Alemania, pero a los 37 años ya no está como antaño para marcar diferencias casi en solitario. El juego exterior germano es de los peores del torneo. Tampoco doy ninguna opción a selecciones de cierto renombre, como Rusia, Eslovenia o Turquía, que van con lo puesto. Apostaría por Georgia como equipo revelación, porque lo de Finlandia ya no sería una sorpresa.
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