El festín dominical del Madrid ante Obradoiro sirve para empatar a Valencia en el segundo puesto, el objetivo en este mes que resta de fase regular. Con el tute que llevan encima la columna vertebral blanca esta dinámica de un partido a la semana puede y debe servir como pretemporada exprés. Lunes de asueto, menos viajes y más entrenamientos. Las piernas cansadas de los actores clave fueron un lastre ante Fenerbahce, salvar la temporada pasa ahora por ganarle una final a Barca con factor pista en contra.
Carroll y Felipe bordaron como de costumbre estos partidos ACB en casa ante rivales débiles, sumando estadística fácil, lo mismo que Doncic, que lleva todo el curso pidiendo a gritos minutos en partidos de mayor lustre. Quizá la oportunidad le llegue en playoffs, o ya el año que viene… En el supuesto de una salida de Chacho a la NBA, soy partidario de Luka como director reserva y Facu de tercero. No vería sentido a gastarse el dinero en un Darius Adams de la vida teniendo en casa al base más prometedor de Europa.
Sigo sorprendido con la situación de Augusto Lima. Solo nueve minutos en pista pese a lo plácido del marcador, no lanzó a canasta ni atrapó un solo rebote. Se desembolsaron 300k por su transfer, tiene otras dos temporadas de contrato garantizadas y su perfil encaja supuestamente como un guante en el sistema, pero me llegan rumores de que Laso no está convencido y le quiere mandar cedido. Don Pablo, qué sibarita te nos estás volviendo.
El que sí está disponiendo de más minutos y aprovechándolos tras la eliminación europea es Trey Thompkins, que lógicamente no va a repetir a diario lo del Palau, pero con 13 puntos y valoración 19 ante Obradoiro parece apuntar línea ascendente. Gana mucho cuando coincide en pista con Ayón. En un jugador joven y de moral tan frágil como Trey, la confianza lo es todo, Laso parece estar apostando algo más por él. Sus virtudes están ya de sobra glosadas, se trata de si el coach está de veras dispuesto a encajar en su sistema a un especialista ofensivo en puestos interiores. Porque sus defectos, igual que esas virtudes, no son precisamente pequeños, a saber… Defiende mal: más que en 1×1 con su par el problema son los errores y despistes en las ayudas, por momentos pierde de vista el balón. Además, los bloqueos que pone en ataque a los bases son poco incisivos, delito de cárcel en el sistema blanco. Un tercer problema son las faltas, su candidez metiendo la mano en defensa y su escasa verticalidad ofensiva, el resultado es un triste balance de 13 faltas recibidas por 52 cometidas (12 tiros libres lanzados en 18 partidos). A cambio, claro, tiene quizá la mejor mano de Europa en su puesto: 65% de dos y 52% en triples. La cuestión es si está aún a tiempo de redimirse y ganarse con un buen final de curso la continuidad o da igual lo que haga de aquí a final de temporada que está definitivamente descartado. En su caso y el de Taylor abogo por lo primero.