Lo llaman clase

Bronce es justo porque, aunque España sea ciertamente la segunda mejor selección tras USA, también ha mostrado sensibles altibajos de juego durante el torneo, que mira que son solo ocho partidos. Apalizó a Lituania, Argentina y Francia cuando calentaba el sol, y cayó por solo 6 puntos ante EEUU, que a diferencia del grupo sí jugó en las series con el acelerador a fondo los 40 minutos (pregunten a Argentina y Serbia). La defensa ante Australia casi nos cuesta el bronce, pero la suerte y el árbitro nos sonrieron esta vez en el cara o cruz final. Bueno, la suerte… y San Pau, 12/15 de campo, que se merendó a los Bogut, Baynes y compañía. Él es la diferencia entre estar en la orquídea de candidatos y ser los segundos mejores. Dice que no se retira aún de la selección, pero difícilmente llegará a Tokio, que le pillará con 40 años. Los mismos que Navarro, gran carrera en la roja, pero que hace ya algún tiempo que no está para estas batallas. Ya no en la selección, ni siquiera en el Barca. Pau Ribas o Quino Colom bien habrían merecido más la convocatoria, pero había que pagar los servicios prestados, lo mismo que a Calderón, aunque al menos este sin minutos.

No sobra que España vaya cocinando un plan renove post Pau, basado en el hermanísimo, al que aún no hemos visto su mejor versión con la selección. Lo mismo que a Llull, el otro por juego y carácter llamado a llevar la batuta y que se ha cascado una olimpiada paupérrima. Por edad y recorrido la columna vertebral la podrían completar Chacho, Rudy, Mirotic/Ibaka y los hermanos Hernangomez (Willy deja muy buenas sensaciones en Río). Mirlo ha hecho un torneo sólido, con medias de 13pts y 6rebs, abriendo el campo, para dejar más espacio a Gasol en la zona. A este nivel, en un perfil táctico tan específico y difícil de suplir, y dado el estancamiento de Ibaka, debe ser el convocado. En todo caso, guardo la esperanza de que el hispanocongoleño reconduzca su juego y carrera en Orlando, en un rol más protagonista que en Oklahoma. Con el que he perdido casi toda esperanza es con Ricky Rubio, que seguirá acudiendo a la selección, pero que se ha quedado en una mediocridad de jugador, sin la menor chispa de dirección en estático y sin puntos en las manos, no importa de lejos que de cerca. Lo siento un poco por el chaval, que no tiene la culpa de que la prensa de bandera y su propio entorno creasen en su día unas expectativas desmesuradas.

Entendemos que estos han sido los últimos JJOO de Felipe, Pau, Navarro y Calderón, una generación que ha reenganchado a España a la selección (por cierto, extraordinarias audiencias de TV una vez más), un orgullo que viene no solo de la consistencia de resultados y juego, sino por el talante en pista. El mismo, por cierto, del que carecen los De Andre Jordan o Draymond Green, con su chusco espectáculo barriobajero en la banda, celebrando cada canasta con aspavientos y teatrillos, cuando ya ganaba USA de treinta a Serbia y la final estaba decidida. Una humillación al rival desde el banquillo que, lamentablemente, no es exclusiva de la pareja, sino tendencia desde hace algunos años en la NBA, «la mejor liga del mundo». En todo caso, me sorprende y decepciona que un tipo de clase y sentido común como Mike Krzyzewski, capaz de poner a defender a semejante jungla de egos y nuevos ricos, no tuviese galones o interés en llamarles al orden en este capítulo. Son los mejores, y con cierta diferencia, pero ‘Dream Team’ solo hubo uno. Viendo cosas así me siento aún más orgulloso de la generación española saliente, lo llaman clase.

El mercado de verano, la primera victoria del Madrid 16/17

Mediados de julio y el Madrid tiene ya los deberes hechos y, a tenor del resultado, podemos hablar de otro verano de buen tino desde los despachos. La consigna ha sido la continuidad, pues este grupo mostró en la recta final del pasado curso que con el regreso de Rudy y una vez recuperado el tono físico, tras meses a matacaballo por aquello de no tener pretemporada, sigue siendo uno de los rivales a batir en Europa. El único cambio en el juego exterior, la marcha de Chacho, es lógicamente una pérdida sensible, si bien deja mucha pasta en caja y de los cuatro baluartes de la plantilla (los Sergios, Rudy y Ayón) era la baja menos dramática. Lo era porque sigue Llull y porque Luka Doncic, no olvidemos, el mejor joven de Europa, se estaba dando ya con la cabeza en el techo en ese rol de tercer base.

Tenemos que disfrutarle antes de que se marche a la NBA en 2018. Como complemento tiene mucho sentido repescar a Draper, asequible, comunitario, apreciado por la plantilla, buen defensor y tras una destacada campaña en Krasnodar. Igual que tiene sentido ejercer la cláusula de renovación de Campazzo, aunque vaya a seguir por ahora cedido en Murcia, para no perder unos derechos cuyo valor apunta al alza, regrese o no algún día a Madrid.

En el juego exterior, dos renovaciones, las de Jeffery Taylor y Maciulis, que quizá no son los activos más sexy del plantel, pero que aportan piernas atrás y experiencia, respectivamente, necesarias para equilibrar un grupo sobrado de puntos. No me olvido de la ampliación de contrato de Carroll, que firmó la pasada quizá su mejor temporada de blanco y que salvo sorpresa se retirará en Madrid.


Y dejo lo mejor para el final, el juego interior, quizá el más lustroso de la historia de la sección: Chapu, Thompkins, Randolph, Ayón, Hunter y Felipe. Lógicamente la pareja titular Sabonis-Arlauckas es insuperable pero, si contamos a todos los interiores de la plantilla, uno por uno, la suma de talento de este año me parece al menos al nivel. Resumiendo, cambiamos a Lima, cedido a Murcia, por Randolph y al infrautilizado Willy por Hunter, muy del perfil Laso, al que el club seguía los pasos desde hacía un par de veranos. El único ‘pero’ a priori sería la escasez de centímetros en el puesto de cinco, sin ningún jugador por encima de 2,10m y con los dos metros pelados de Felipe y Hunter.

Ahora está por ver el uso que dé Laso a semejante Ferrari, especialmente al fichaje estrella, Anthony Randolph, de los mejores agentes libres de la Euroliga este verano y con el que Herreros llevaba largo tiempo encaprichado. Defiende más que Thompkins, renovado por dos años, pero en ataque se parecen bastante, versátiles, igual pueden anotar de fuera que poner el balón en el suelo y ocasionalmente postear. En otras palabras, no es un definidor tras pickandroll, sino que necesita balón para crear y ya sabemos cuánto le cuesta a Laso crear sistemas para que reciban los pívots. El drama del verano, la renovación de Ayón, concluyó con final feliz, el triunfo del sentido común. Ningún equipo necesita al mexicano tanto como el Madrid y en ningún otro destino lucirían sus cualidades como en nuestro peculiar sistema.

Volvemos a tener 3 pasaportes extracomunitarios, al menos hasta que Ayón se saque la doble nacionalidad, que parece ya la obra del Escorial y mejor no echar cuentas con ella. En todo caso, dado el calendario del curso, con ese todos contra todos de la Euroliga, no sobra nadie. Menos aún en el juego interior, con Felipe y Chapu en 36 primaveras por cabeza. Al fin y al cabo, la prioridad es la Euroliga y en esa podrán jugar todos.

Cuando se analiza el éxito o fracaso de los equipos lo más recurrente es hablar de jugadores y entrenador, pero en el éxito del Madrid en los últimos años tiene mucho que ver la gestión directiva, que tanto criticásemos aquí en su día y por tanto de ley reconocer ahora. Hace ya varios veranos que todos los movimientos se gestan con tiempo, para evitar la escasez y sobreprecio de la puja veraniega, para cerrar a los agentes libres antes de que comience la puja: la renovación de Ayón se negoció desde la Copa y con Hunter y Randolph había principios de acuerdo en primavera. En el caso de Chacho, que se marchó sin preaviso con esa súbita oferta de los 76ers, el club apenas tardó 48 horas en cerrar la incorporación de Draper. Hay muchas variables que no se pueden controlar desde los despachos, pero los ingredientes son de primera, dan como para ilusionar. Además, miro hacia la ciudad Condal, rival directo en todas las competiciones, sin un solo base a 18 de julio, con Abrines rumbo a Oklahoma y que acaba de pagar 2 millonacos de transfer por Claver, y pongo aún más en valor el trabajo de los directivos blancos.

Adiós Chacho, ¿hola Randolph?

Se marcha Chacho. Es un palo por el hueco que deja en la plantilla, irremplazable en Euroliga, pero también y sobre todo porque se va la quintaesencia en pista del Lasismo. Ha sido parte pivotal de un estilo que no ha traído y sigue trayendo resultados, además de una identidad a la sección y una masa social estable. Quizá no lo entendemos aún, sin la perspectiva del tiempo, pero se va uno de los más grandes que han vestido de blanco. Sus minutos en los segundos cuartos de Euroliga, «con la vaquilla ya medio toreada», como solía decir Turpin, son del mejor basket de un jugador del Madrid que recuerdo.

Nos queda solo la esperanza de que no cuaje allende el mar y se acuerde del Madrid a su regreso. Se marcha tras haber perjurado publicamente hace pocos días su fidelidad al club y felicidad en la ciudad. Pero todo cambia rápido cuando hay una liga, la NBA, con una capacidad económica tan infinitamente superior desde el nuevo contrato de tv. Atan a los perros con longaniza y, entre las estrellas Euroliga, el que más y el que menos se plantea si no estará haciendo el primo al ver por ejemplo a Fournier firmar 17 millones anuales. Chacho se va para perder 60 partidos por temporada, para disponer de los minutos de que no dispuso en su anterior etapa pero ante todo por 8 millones anuales. No somos quién para recriminárselo, más bien debe ser un recordatorio de la demostración de madridismo que supone la permanencia de Llull.

Pero la vida sigue y, de entre la columna vertebral de la plantilla, Chacho es probablemente el que mejor recambio tiene, ni más ni menos que el joven más prometedor de Europa, Luka Doncic. Ha llegado su momento. La dirección deportiva planteaba este curso que jugase más minutos de 2-3, porque puede y porque con los dos Sergios por delante se daba cabezazos con el techo, pero la salida de Chacho debe cambiar ese planteamiento. Doncic puede jugar de 1-2-3 con solvencia, pero no olvidemos que la mayoría de su corta carrera se ha desenvuelto como base, que es lo que ahora necesita la plantilla. Como el club no se plantea en principio repescar a Facu Campazzo, principalmente por tema de pasaportes, es previsible que se fiche otro base. Personalmente abogaría por un perfil defensivo, solvente, experimentado, defensivo, comunitario y no demasiado caro, en otras palabras, Draper o Markovic. Siempre como tercer base, Luka necesita minutos.

También ayer supimos que el Madrid está en «conversaciones avanzadas» para el fichaje de Anthony Randolph. Medio continente se hizo eco del que sería uno de los bombazos del verano, no en vano Randolph fue una de las sensaciones de la pasada Euroliga, lideró al modesto Lokomotiv a su primera F4. La fuente original de la noticia es el diario ruso Izvestia, en concreto un antiguo compañero, Timur, al que según me cuenta le llegó el chivatazo del Lokomotiv, no del agente. Me asegura que no está hecho, pero que efectivamente se trabaja en la incorporación. De concretarse, suponemos que llegaría por Thompkins, que bien se había ganado la continuidad, pero claro, si existe la posibilidad de incorporar a un jugador de igual talento pero aún más completo, ¿por qué no intentarlo al menos? Dado el caso, coah L tendría trabajo acoplando tantos gallos en un solo corral, pero a la vez el Madrid configuraría una plantilla de campanillas, quizá la mejor de Europa para el próximo curso, con permiso de CSKA que ha incorporado a Augustine. Me consta además que el club blanco aún no ha tirado del todo la toalla por Claver (por eso no se ha decidido nada sobre Taylor), espera que Valencia acceda finalmente a negociar un precio de mercado razonable. El jugador no pierde la esperanza, tiene el apoyo en bloque del núcleo duro del vestuario.

Equilibrio salarial

En abril, tras el batacazo Euroliga, bien parecía que el verano sería de muchos cambios en los actores secundarios de la plantilla. Sin embargo, el equipo enderezó el rumbo a tiempo, cerró con buen sabor de boca y el lema en los despachos ha cambiado. La palabra que más se escucha es continuidad, incluida de algunos que tenían pie y medio fuera. Cuento entre esos a Nocioni, Thompkins y Taylor. Los dos estadounidenses no cumplieron tal vez las expectativas que levantó su incorporación, pero al menos se acabaron convirtiendo en piezas homologables del engranaje Laso. Más allá de su rendimiento, la decisión sobre su continuidad se toma también en contexto, en base a las alternativas que ofrece el mercado en su puesto a un precio similar.

Taylor es un jugador con un IQ bajo en pista y por momentos canta su falta de confianza en el tiro de tres, ya sabéis, pecado capital para los exteriores en este sistema. Sin embargo, tiene un físico absolutamente diferencial para Europa, midiendo 2.01m puede emparejarse en defensa con escoltas y hasta bases, y tapar así las miserias de Chacho o Carroll, según proceda. Su condición de comunitario y su sueldo razonable, alrededor del millón de euros bruto, le convierten en una pieza difícil de sustituir en el mercado. Por comparar, Fenerbahce pagó un millón de cláusula por Kalinic, del mismo perfil y que tampoco marca diferencias, además de arrearle un millón de dólares neto al año, es decir, 2 en fiscalidad española. Entiendo que es el mismo motivo por el que se ha renovado al otro alero de la plantilla, Maciulis, cuyo rendimiento este curso, tras su despampanante Eurobasket, ha sido igualmente discretito.

La contribución de Thompkins, si contamos su notable recta final, ha sido quizá mayor que la de Taylor, de ahí la relativa unanimidad en la afición sobre su continuidad. Sucedía en su caso que el mercado sí ofrecía algunas alternativas potenciales, como Claver, en un perfil más defensivo pero pasaporte nacional, y Anthony Randolph, interior de moda en Europa y me dicen que objeto de deseo de Herreros. Ambas operaciones parecen haberse torcido. La primera, por la actitud ‘perro del hortelano’ de Valencia, cerrado en banda a negociar por su transfer un precio de mercado razonable. En el caso de Randolph entran en juego dos factores. Por una parte, que su prioridad es intentar regresar a la NBA, al fin y al cabo la liga de su país y donde con el nuevo contrato de TV atan a los perros con longaniza. El Madrid no tendría respuesta hasta entrado el verano, ya sin capacidad de reacción en caso de negativa. Por otra, pide un sueldo muy alto, un riesgo con el historial de talento interior malgastado por Laso y que desequilibraría el ya de por sí complejo ecosistema salarial de la plantilla.

Y digo ya de por sí complejo porque está condicionando las negociaciones para la renovación de Ayón, para la que en todo caso mantengo el optimismo. El club está plantado en 2,2/2,3 millones por temporada, mientras que el mexicano quiere llegar a los 3. La cuestión no es si el club puede o no llegar a esas cifras, que puede, sino si debe, pues supondría el doble de salario que Chacho y un 20% más que Llull, que es el jugador franquicia. No me olvido de Rudy. Sus 2,7mill anuales son a día de hoy excesivos para su rendimiento, pero las circunstancias de su fichaje fueron las que fueron, venía con mucho cartel de la NBA y hubo que pujar con el Barca. Aún así, el club es consciente de que cobra de más y le ha ofrecido ampliar años a cambio de bajarse el sueldo.

A la deriva

Si el viernes no nos sacó de dudas la raquítica victoria en casa frente a la cenicienta del top16, la derrota el domingo en Fuenlabrada las confirma y reaviva. Queda el Madrid cuarto clasificado de la ACB a un partido de terminar la primera vuelta, con Barca y Valencia inalcanzables, es decir, semifinales y (si llega) final ACB con desventaja campo.

Los síntomas son los ya habituales, empezando por la defensa, 91 puntos encajados de un rival que promedia 78. Mención especial a Josep ‘patapalo’ Sobin, el último all-star de una larga lista: 12/13 tiros de campo firmó, que no los repite ni en el calentamiento sin defensa. Una sangría que empezó por Willy (modo Samardo) pero continuó emparejado con Ndour y Ayón. La convocatoria del mexicano, imaginamos que para recibir el aplauso de su antigua afición, dejó fuera a Thompkins. Tanto Trey como Willy y Ndour pueden irse preparando para banquillazo sino directamente ropa de calle a partir del día 25, que aterriza Lima, anillo para el dedo del sistema Laso. Un Lima, por cierto, que firmó valoración 23 y victoria en su último encuentro como local en Murcia.

Si la defensa hace aguas, en ataque el Madrid se hace previsible, insistiendo machaconamente en el bloqueo y continuación frontal de Chacho con Ayón. Por otra parte, KC Rivers ha llegado en un gran momento y su aportación está siendo vital para salvar los muebles, pero no perdamos de vista su rol de complemento. Si se tiene que lanzar 10 tiros y jugar 27 minutos como en Fuenlabrada, está el Madrid apañado. La guinda al despropósito fueron esas 20 pérdidas de balón, a destacar las 6 de Rodríguez y las 4 de Carroll, en solo 10 minutos.

Además, Luka Doncic encadena varios partidos grises en la dirección (el ‘rookie wall’, que dicen los americanos) y el equipo pide como el comer el regreso al menos de Llull, al que le debe quedar poco, si bien parece improbable que llegue al derbi el jueves, que además de piedra de toque se me antoja clave en nuestras opciones de clasificación.

Eurobasket sabor merengue

El verano que termina viene a recordarnos que la triunfal temporada pasada del Madrid se fraguó en la mejor plantilla de su historia. La prueba del algodón es que los mismos jugadores siguen brillando por separado y en diferentes ecosistemas: dos madridistas en el quinteto ideal del Eurobasket y otro par en el del Torneo de las Américas (Ayón y Nocioni).

Chacho, con todo, no firmó ni de lejos los mejores números entre los bases (medias de 10 puntos, 4,3 asistencias), pero brilló con luz propia en los finales apretados, que fueron unos cuantos y decidieron la suerte del torneo. Pero si un madridista ha redoblado su caché estas dos semanas es la tanqueta de Kaunas, estrella junto a Valanciunas de la sorprendente Lituania. Su 50 de valoración en octavos de final ante Georgia queda inscrito en la historia de los Eurobasket. Un lujo de actor secundario para el club blanco. Basta recordar que el Barca tiene a Perperoglu de alero titular (3/14tc, valoración acumulada de -2) y el Madrid a Maciulis de reserva.

Sin embargo, no todo son buenas nuevas. Rudy dio la cara ante Francia y Lituania, pero en general maljugó todo el torneo por dolores de espalda, rematados con ese bloqueo de Jankunas en la final. «Seguro que en el club no estarán muy contentos por haber hecho esto», dijo anoche en referencia a haber forzado. Pues no, la verdad. Viernes y domingo de esta semana se juega el Madrid en Brasil la Intercontinental (ante el Bauru de Hettsheimer) y cuento con la baja de Rudy, que probablemente se extienda a la supercopa, el siguiente fin de semana, 2-3 de octubre.

Llull destacó en la final y cumplió sin alardes el resto del torneo. A Scariolo, como a todos los entrenadores, le encanta por su defensa y versatilidad 1-2, así que no le faltó tiempo en pista ni cuando los tiros no entraron. Willy jugó minutos interesantes en los amistosos de preparación y en la fase de grupos del torneo, mientras Felipe fue un dignísimo tercer pívot pese a sus limitaciones físicas en la élite FIBA. Su importancia decreció según se fue entonando un Mirotic, solvente en su rol de cuatro tirador, si bien cada vez menos implicado en intendencia: 5 rebotes en 84 minutos entre cuartos, semis y final.

Y mientras todo eso pasaba, el Madrid disputaba en cuadro los únicos tres amistosos de su telegráfca temporada. Soberbio como todos los veranos Jaycee Carroll, 33 puntos de media, lo retoma donde lo dejó el curso pasado. Thompkins se estrena con la casaca blanca con 15 puntos por partido pero porcentajes reguleros y jugando más lejos del aro de lo que esperaba. Temo que Laso le arrincone como especialista, pues tiene hechuras y repertorio como para ser mucho más que un simple cuatro y medio con buena mano. En fin, es pronto para sacar conclusiones. Quien no ha debutado aún es Jeffery Taylor, por problemas musculares, si bien no sufre nada serio y es probable que juegue ya en Brasil.

Lo más esperanzador de la pretemporada es ver a Doncic plenamente adaptado a la dinámica del primer equipo. Está ansioso por demostrar de lo que es capaz, que es una salvajada. Debe cuidar las pérdidas y mejorar la selección de tiro, pero es que ve el baloncesto en technicolor (¡25 asistencias en tres partidos!), va fuerte al aro (21 faltas recibidas) y tiene empaque de líder. Además puede alternar puestos de 1-2, lo que le ayudará a jugar más minutos este curso. Disfrutémosle mientras nos dure.