«No sirve de nada, es un amistoso»… pero ¿y lo contento que se va uno a la cama? Un gustazo batir a un equipo playoff NBA y más de semejante forma: ante tu público, con 142 tantos, con minutos y puntos para todos. Robándole los titulares a Abrines, el de la peineta, que con dos triples y una falta provocada pareció sentenciar el duelo a falta de un minuto, después de que el Madrid remontase 22 puntos. Nos íbamos a quedar con la miel en los labios, pero ahí estaba Llull para joder las crónicas con acento azulgrana. Cerró el segundo y el tercer cuarto con triples y no iba a fallar cuando le llegó el balón para forzar la prórroga. Una más a su lista de mandarinas canastas sobre la bocina, otro póster para seguir cincelando su leyenda en el Madrid, y tiene solo 28 años. El general manager de los rockets estaba babeando por Twitter…
La primera parte blanca fue para el olvido, pero el equipo está hoy mejor que el año pasado por estas fechas (lo cual no es muy difícil) y no estaba por la labor de encajar otra paliza tipo Boston, menos en el Palacio, así que se puso el mono de trabajo. El primero que creyó en la remontada fue Nocioni (16pts en 11mins), que ya sabemos de su alergia a la derrota y que enseñó los dientes justo antes del descanso, reduciendo la distancia a cifras decorosas. En un partido así, de ritmo alto y a 48 minutos (53 con la prórroga), es cuando luce especialmente el profundo plantillón que ha juntado el Madrid este curso. No se echó en falta al referente interior sobre el papel, Ayón, que sigue con sus pájaros en el arranque de curso, ni tampoco a Felipe, al que Laso tuvo el buen tino de limitar sus minutos. Las estadísticas lógicamente no son exportables a baloncesto FIBA, pero igual ayudan a algunos a tomar sensaciones.
Por ejemplo a Thompkins, al que prácticamente no habíamos visto en acción tras el verano pero parece en muy buena forma, pese a la incómoda situación de no poder jugar en ACB por cupos. Tomó el relevo de Chapu en la remontada, con 16 puntos solo en el tercer cuarto, qué buen ‘fichaje’ va a ser para el roster de Euroliga. Randolph mejoró las sensaciones de los dos partidos previos (12ts, 6rebs) y Doncic dirigió al equipo como un veterano, aunque sus números no luciesen. Con la producción de Caroll siempre se puede contar, se fue hasta 24, máximo anotador blanco. Aunque los protagonistas en la recta final fueron el ya mencionado Llull, y Othello, que ya fuese el mejor el viernes ante Unicaja.
Lo que no entiendo es cómo hemos podido vivir tanto tiempo sin Hunter. Oigo algunas comparaciones con Slaughter que no comparto. El desplazamiento lateral defensivo de Marcus no tiene igual en Europa, pero en el resto de facetas del juego Othello es igual o mejor, incluyendo rebote y desde luego ataque. No ha habido ningún interior en los 6 años ya de era Laso con un impacto tan inmediato. Ni Slaughter, que recordemos que el curso del triplete no iba ni convocado hasta enero, ni siquiera Ayón, que tardó algunos meses en encontrar el ritmo. Hunter lleva solo 5 partidos con la camiseta del Madrid, 2 oficiales, pero pareciera toda una vida. Y cuando un jugador está a gusto, siente la confianza del banquillo y el apoyo de la grada, entonces rompe moldes, como esa suspensión de 6 metros y después un triple que mete Othello en la prórroga a Thunder, porno duro. En dos años y 116 partidos oficiales con Olympiakos no enchufó ni un solo triple. Lo mejor siempre está por llegar.
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