Una Euroliga de cuento de hadas

Enhorabuena, parroquia. Es uno de esos días en que te sientas a escribir y no sabes ni por dónde empezar de tanta intrahistoria que ha dejado esta machada. Lo últimos 20 días del Madrid de baloncesto son tan épicos, heróicos e improbables que si fuesen un guión de cine lo tacharíamos de peliculero. Pero ha pasado, así que frotáos los ojos y disfrutad, que la undécima Euroliga ya está en las vitrinas blancas.

Hace solo 20 días el Madrid iba 15 abajo en el tercer partido contra Partizán y 0-2 abajo en la eliminatoria. La directiva negociaba con Scariolo como reemplazo de Chus Mateo y el Chacho Rodríguez aparecía en todas las quinielas de salida para el verano porque, objetivamente, su temporada estaba siendo flojísima. Pero ante las bajas y la lógica el equipo se unió tras la tangana en Goya, algo hizo click en el vestuario, como con la barbacoa en casa de Rudy el año pasado, y el baloncesto comenzó a fluir. Eso, y el regreso de Walter MVP Tavares, claro, el mejor jugador de la Euroliga.

El sentido común nos decía que con estas bajas era casi imposible, pero el deporte no es lógico, menos cuando hablamos del Real Madrid y la Copa de Europa. Varias veces le han noqueado y mandado a la lona pero siempre se ha levantado. Eso va en el carácter de los jugadores y en el peso del escudo. «Esto solo lo puede hacer el Real Madrid. Lo que tiene este equipo no lo tiene nadie en el mundo, este corazón y el fuego en los ojos», Mario dixit.

Resulta difícil racionalizar una machada, diseccionarla deportivamente, pero sí podemos buscar algunos elementos distintivos. Como que de nuevo menos haya acabado siendo más, como en mayo-junio’22. Las ausencias se traducen en rotación más corta, roles claros y jugadores con confianza -> pico de rendimiento. Dos casos paradigmáticos han sido Sergio Rodríguez y Hezonja. La ausencia de Deck y Yabu liberó al croata de competencia, esa sombra del banquillazo tras fallo que tanto le pesó en el primer tercio de temporada. Y con minutos garantizados como ala-pívot, puesto que habitó en Kazán pero no había pisado aún en Madrid, ha ofrecido su versión más seria y consistente, demostrando un IQ y madurez que no le presuponíamos. Solo podemos dar las gracias al FCB por malvender sus derechos al Unics y dejarnos su desembarco a huevo: cupo nacional y 27 años, el tipo de fichaje por el que hubiéramos pagado millón y pico de transfer a un Valencia de la vida.

Mario ha estado más contenido en la anotación pero impecable en rebote y defensa, justo lo que más necesitaba el equipo de él; una nueva dimensión de jugador. Honestamente, esta no la vimos venir, que el croata fuese el Brate decisivo este curso en vez de Musa. Pero la rotación está dando giros copernicanos en cuestión de días y el bosnio, que ha sido un reloj durante todo el año, se ha desdibujado en el tramo final de Euroliga. El scouting defensivo hace su labor, los rivales ya le conocen y saben por dónde puede venir. Tampoco es que me preocupe mucho, tiene 24 años, el hambre necesario y un enorme margen de mejora, que en su caso debería venir por físico y lectura de juego.

Las declaraciones públicas de los Brate transmiten su enorme orgullo de pertenencia, es decir, su identificación con los valores del club y, en resumen, que han venido para quedarse. Recordemos que ambos salían a equipo por temporada los cinco últimos años: grandes talentos sí, pero errantes también. Y precisamente porque saben lo que es dar tumbos reconocieron un club donde echar raíces en cuanto llegaron.

Oldies but goldies

Pero el factor deportivo más diferencial de esta machada, dado que con Tavares dominante ya contábamos, ha sido la resurrección de Sergio Rodríguez: ya debería ser historia de la sección la clase de baloncesto que ha impartido con 37 años en los tres últimos partidos de esta Euroliga (5° contra Partizán + F4). Qué sensación de dominio y control, de que cuando tiene el balón en las manos cada ataque del Madrid va a terminar en canasta o asistencia. Y lo hace medio andando, fluyendo sobre la pista. Al final se demuestra que resulta clave contar con un talento generador desde bote en partidos así, el que faltó el año pasado y que para el próximo amarramos con el regreso de Campazzo.

Reconozco que nuestros análisis pecan a menudo de cortoplazismo. Con treintaymuchos palos a las espaldas no estás para rendir al mismo nivel toda la temporada, de 80 encuentros nada menos. Tendemos a escrutar el último partido de turno como si fuese el más importante, nos quedamos en los árboles y nos perdemos el bosque. Y el bosque es que el rendimiento de los veteranos no es lineal porque se dejan llevar durante amplios tramos de la temporada y guardan la poca gasolina que les queda para mayo-junio. Lo suele hacer Causeur, sólido en la final, y este año lo ha hecho el Chacho.

El otro Sergio también ha llegado en un momento físico notable (para su edad) al desenlace Euroliga, jugando pocos minutos y como escolta, con menos bote y protagonismo ofensivo pero cumpliendo atrás. Suya es la canasta para la historia que nos da el título, un lanzamiento para ponernos de fondo de pantalla en el móvil. Chus Mateo tuvo los santos cataplines de darle esa última bola, cuando la lógica señalaba a un Chacho en vena. No tenía sentido, no había anotado ni un solo punto en la final, pero de nuevo, esto es el Madrid. La pizarra funcionó: Llull se quedó emparejado con el grande tras el bloqueo de Edy y se levantó a media penetración. Un tiro difícil, bien punteado, pero que puede meter, así que nada de mandarina. Venga ya lo que venga, es un broche a una carrera de leyenda.

Rudy es el más veterano de los veteranos (38) y ha sido el más flojo en este desenlace de Euroliga. Termina contrato el mes que viene, hay overbooking en su puesto y me parece que sería un momento ideal para colgar las botas, levantando la Euroliga y, quién sabe, tal vez también la ACB. El precio de estirar el chicle para su objetivo personal de jugar unos sextos JJOO puede ser que le acabemos echando de más en vez de echarle de menos, como nos pasó con Felipe.

La gran reivindicación de Chus

Me alegro muy especialmente de este título por Chus Mateo, el entrenador más injustamente tratado de la historia de la sección. Yo mismo he sufrido desprecios habituales en redes sociales durante la temporada por algo tan básico como pedir respeto para él, «karusito es juancarlista». Con él se ha cruzado, y por mucho, la línea entre la crítica constructiva sobre aspectos deportivos y el insulto personal, el menosprecio gratuito a su trabajo y cualificación.

Me he aburrido de escuchar a aficionados del Madrid llamar «becario» y «chusma» al entrenador de su propio equipo yendo colideres de la Euroliga (¡!). Un vilipendio que achaco a una mezcla de factores, entre otros: ser el sustituto de un entrenador (justamente) adorado por la tribuna, la labor de desgaste al proyecto JCS desde la prensa pro Laso (=Marca), no ser exjugador y un currículum discreto como primer entrenador.

Chus Mateo no es un líder carismático y autoritario con apellido balcánico como se estilan en el basket europeo. Es tu vecino del cuarto, un tipo normal, discreto, empollón y educado, que ha aguantado estoicamente las críticas, la clase de empleado que cualquiera querríamos en nuestra empresa pero que al parecer a muchos no le valía para su equipo deportivo. Hasta ahora, claro. Pues mira, ganar la Euroliga no le hace infalible ni le convierte ahora en Phil Jackson, aunque su gestión de activos en las tres últimas semanas haya sido de quitarse el sombrero. Tiene otro año de contrato y asumo que su continuidad está garantizada con este título, por mucho preacuerdo verbal que pudiese haber con Scariolo. Tiene el apoyo del vestuario y el equipo ha comenzado a carburar, sería un despropósito despedirle ahora.

Retorno sin culebrón: las claves del regreso de Campazzo

Esta vez sí, Campazzo regresa al Madrid, y lo hace sin demasiado ruido, ahorrándonos la tercera temporada del culebrón, las semanas de tira y afloja entre club y representantes a través de filtraciones en medios afines. Ambas partes han aparcado el orgullo y se ha impuesto el pragmatismo. No deja de ser el destino más lógico para el jugador fuera de la NBA pero, por unos motivos u otros, el desembarco se pospuso en varias ocasiones el último año. Pensión NBA, hándicap fiscal, giros de estrategia de JCS, ofertón de Estrella Roja, etc

El acuerdo es total aunque todavía verbal, dado que Facu no puede firmar nada hasta que se desvincule oficialmente de Estrella Roja al terminar la temporada. Previo pago de su cláusula irrisoria, 50k, una condición que impuso en su contrato con el club serbio suponemos que precisamente para dejarse entreabierta la puerta de regreso a España. La importancia de la letra pequeña.

El argentino vestirá de blanco las tres próximas campañas, parece que con un sueldo similar o idéntico al que cobraba cuando se marchó, es decir, alrededor de 3M brutos anuales, que son como 1.6M netos después del primer año de fiscalidad reducida. ¿Y la cláusula? Le quedan por pagar 2.6M, de los que abonará un letra de 700k a final del mes que viene. En principio, y según Marca, el club no condonaría el resto de la deuda (1.9M), que seguiría pagando en los próximos años con un porcentaje de su salario.

Me parece importante remarcar la iniciativa del jugador, aparcando tiranteces pretéritas con JCS, para mantener canales de comunicación abiertos y procurar que la operación llegue finalmente a buen puerto. Porque si es por sus agentes podíamos esperar sentados. No me refiero únicamente a que Campazzo pierde dinero respecto a otras ofertas, y bastante, es que tuvo que hacer equilibrismos diplomáticos.

Cambio de agente

El acuerdo se fraguó en una reunión en Barcelona a espaldas, no solo de su actual club, como es lógico, sino de su propio agente (Carro Funes, agencia Octagon), con el que ha acabado rompiendo para firmar por Quique Villalobos (agencia BDA), al parecer más cercano a la órbita RM. Podemos deducir entonces que Carro Funes es la víctima de la operación y que Facu le acabó viendo como un tapón para alcanzar su objetivo de volver a Madrid. Lo cual, si hacemos memoria, explica varios episodios del culebrón en el último año.

El regreso del argentino, aunque en cierto modo esperado, no deja de ser magnífica para noticia para el Real Madrid, que cubre la principal carencia de la plantilla, el base titular, con el mejor jugador posible en mercado. Conoce el vestuario, habla el idioma, tiene casa en la ciudad y el cariño de la afición, así que apenas necesitará tiempo de adaptación, un factor sensible como hemos comprobado estos años con los sustitutos.

El mercado de bases en Europa se caracteriza de un tiempo a esta parte por una oferta particularmente reducida, que se traduce en una fuerte inflación. Este no es un aspecto menor, de hecho me parece casi la clave. Un base del nivel de Facu en el mercado libre, es decir, en la puja veraniega abierta frente a clubes de países con una fiscalidad simbólica, te puede costar entre un 50% y un 100% más de lo que ha firmado Campazzo por el Madrid. Por eso pongo en valor el esfuerzo económico y la iniciativa del jugador, sin los que la operación hubiese sido seguramente imposible.

El Penúltimo Vals

Qué velada para el recuerdo la de anoche en Goya, parroquia. De esas que valen la mitad del precio del abono de temporada y creo/espero que contribuirá a reconquistar (al menos un poco) a una afición algo desenchufada del equipo en este primer curso post Laso. El Madrid culminó la remontada, quiero decir, La Remontada, con mayúsculas, primer equipo en la historia de la Euroliga que voltea una eliminatoria con un 0-2 adverso. palabras mayores. Y lo hizo además ayer a su manera, la del más difícil todavía, con el equipo en cuadro (ausencias de Poirier, Deck y Yabusele) y remontando nada menos que 18 puntos en la segunda parte, con Chacho en trance y el pabellón entregado.

La clase de noche que agranda el mito de la marca Real Madrid como club de remontadas contra toda lógica en eliminatorias europeas, al estilo de las de Champions la pasada temporada. Machadas que forjan el orgullo de pertenencia e infunden congoja en los rivales venideros.

Si las dos victorias en Belgrado fueron más bien tácticas, controlando el marcador y el tempo, con el recurso defensivo de la zona y el filón de los balones a Edy, la victoria en el quinto fue puramente emocional, a guión roto, donde manda el carácter, la experiencia y el talento de los jugadores. La estrella. Y de eso le queda todavía a este Madrid.

El trío viejuner dio un enorme paso al frente cuando más falta hacía, en el partido más importante de lo que va de curso. Rudy, Chacho y Llull, la Santísima Trinidad del Madrid de basket reciente. Que están en las últimas, sí, que una temporada a 80 partidos se les hace larguísima, también, pero ayer nos regalaron otro capítulo para el recuerdo, el Penúltimo Vals.

Llull más comedido que de costumbre, tuvo que lidiar con la más fea en defensa (Punter) y supo esperar su momento, acertando con un par de triples en la recta final. Rudy, negado con el aro (0 puntos entre el 4º y 5º partido), aportó esa anticipación en ambos lados de la pista que al rival le parece que juegas con seis. Pero el elemento diferencial fue claramente Sergio Rodríguez que, tras una temporada decepcionante y a sus 37 palos, firmó ayer una segunda parte que entra directamente en la historia de la sección. Es una de las mejores actuaciones individuales que este servidor haya visto en directo. Bailó a cada defensor que le sacó Zeljko y durante muchos minutos el balón en sus manos en ataque significaba canasta o asistencia segura. De todos los colores, penetrando, cambiando el ritmo, por elevación, triple tras dribling… Un clinic absoluto.

Uno de los grandes méritos del equipo fue mantener la calma y seguir en partido cuando Partizán se escapó con ventajas de doble dígito gracias a porcentajes exteriores altos (15/29 triples). A ese mantenerse en partido contribuyeron decisivamente Tavares, mientras se lo permitieron las faltas, y Musa, en su mejor partido de la serie, por fin al nivel que le esperábamos (20 puntos). Valiosa también la aportación de Williams Goss con varias canastas cuando Partizán pudo romper partido, y Ndiaye, secando la producción de Zach Leday. Que venía de hacer 12/14 de dos en el cuarto partido y ayer solo pudo anotar desde el triple.

El Madrid de Chus Mateo cumple con uno de los objetivos de la temporada, el billete a la F4, que objetivamente afronta con poca presión, dadas las bajas, pero la moral alta después de esta remontada. La noche de ayer ya no nos la quita nadie, el orgullo por un equipo que sigue compitiendo hasta el final.

Nunca le des por vencido: el Madrid revive en Belgrado

Así es el Real Madrid y supongo que por eso le queremos. Cuando le damos por muerto, y cualquiera mínimamente sensato lo hizo el jueves pasado, incluido el que firma, se levanta, compite y nos devuelve ilusión. En este caso con dos victorias en 48 horas en la pista más hostil de Europa, la primera remontando un déficit de 15 puntos. Un giro copernicano a una serie de las que hacen afición.

No es solo que Partizán fuese 2-0 y gozase de ventaja campo, con lo que significa en su caso, 20.000 hooligans intimidando a los árbitros, es que había dominado táctica y baloncestísticamente los partidos en Madrid. «El baño de Zeljko a Chus». Pasado el efecto sorpresa el baño ya no es tanto. Y echando la vista atrás una semana también creo que en nuestros análisis subestimamos la repercusión de la baja de Tavares, que solo jugó la primera parte del primer partido. Este año, que Micic se ha dado mus, bien puede ser el jugador más determinante de la Euroliga, al menos cuando tiene los chakras alineados y se cuida de faltas.

Sus dos actuaciones en el Stark Arena son un instant classic, nivel Sabonis, de veras. Creo que no somos conscientes todavía de lo que está haciendo porque nos falta la distancia del tiempo para ponerlo en perspectiva. Pero mirad qué números en partidos clave en los últimos 12 meses. 41 de valoración en el último encuentro de la final ACB, 40 en la final de Supercopa y 71 entre los dos partidos en Belgrado en los playoffs de Euroliga. insisto, nivel Sabonis.

Edy lo ha cambiado todo pero tampoco juega solo: ha encontrado en Serbia distintos aliados ocasionales. Williams Goss brilló en el tercero, con 22 puntos y el triple ganador, con Hezonja muy serio como ala-pívot, 12+14. Ambos desaparecieron en el cuarto pero otros echaron una mano, véase Deck, Chacho, Hanga y Musa. Sin hacer un partido redondo, los 14 puntos y 8 rebotes del bosnio son un oásis en el desierto que está siendo su serie. La peor noticia para el Madrid en Belgrado, pero y muy mala, es la lesión de Deck, con verdadera mala pinta a tenor de su reacción. Grave, ya me entendéis, no de perderse el quinto encuentro sino de no volver a jugar en lo que queda de 2023… Crucemos los dedos para un milagro en la resonancia.

Tangana, ¿efecto positivo?

Tal vez sea políticamente incorrecto comentarlo en un día así pero, visto en perspectiva, la tan desafortunada tangana del segundo partido ha acabado beneficiando al Madrid. Colateralmente, claro, porque no fue algo planeado. Pero contribuyó a alterar la dinámica de la serie, que favorecía a Partizán. Además, las ausencias por sanción pesan lógicamente más en el roster con menor banquillo, el serbio. Pero, claro, el juez disciplinario de la Euroliga evalúa las agresiones en función de su gravedad y no del banquillo disponible. ¿O acaso iba a dejar sin castigar a Punter, que se lió a puñetazos? Bastante que perdonó al ‘Oftalmólogo’, James Nunnally, que pasó consulta en Goya.

Por último, y siendo maliciosos, diría que la tangana trajo otro elemento positivo y es la propia ausencia de Yabusele que, pese a sus estadísticas y rango de cuatro titular, ha restado más que sumado en demasiados partidos este año. En la vida hubiese cogido los 14 rebotes de Hezonja el martes… En todo caso, viendo el baño de Tavares a Lessort en el cuarto, realmente más que las bajas por sanción la verdadera clave del cambio de dinámica es el regreso del caboverdiano. Cualquier otra consideración es secundaria.

Recordemos que ningún equipo en la historia de la Euroliga en el actual formato ha remontado nunca un 2-0 o un 0-2 en contra. El Madrid podría ser el primero, motivo más que de sobra para llenar Goya el próximo miércoles. 21:00h.

Zeljko expone las vergüenzas del Madrid de JCS

Primero de todo, un disclaimer. Si esperáis una crónica del Royal Rumble, os habéis equivocado de tribuna. Será de lo que se hable hoy en los telediarios y medios generalistas, los mismos que no dedicaron ni un breve al primer partido… Tuve la suerte de ahorrarme esa tangana final, que para entonces iba por la segunda birra con Gus, Fer y Pablo en una terraza de Felipe II. Uno acude a ver baloncesto y no peleas de gallos. Lo peor es que tampoco nos cogió por sorpresa.

Nos salimos antes del final, no solo porque el partido estuviese ya perdido, sino porque el ambiente en el pabellón, tanto en la grada como en el parqué, se estaba viciando por momentos. Se hacía cada vez más incómoda la compañía de los aficionados serbios, que había unos pocos desperdigados por las tribunas. Su agresividad espídica y exceso de testosterona desentonan sobremanera en el Wizink, enfundados en camisetas ceñidas y con el listón de la violencia peligrosamente bajo. Llamadme tibio, o frívolo, pero yo es que entiendo el deporte de otra manera, como un entretenimiento y hobby. Lo digo por todo esos insiders españoles que babean con el ambiente en los pabellones serbios. Quería verlos yo llevando a su novia o a sus hijos al Stark Arena con una camiseta del equipo rival. 

Dicho lo cual, venga, hablemos de basket, de la descomposición del proyecto blanco en el año I post Laso. Toditas las costuras han saltado esta semana en los dos partidos de playoffs en Goya. Un equipo apañado, Partizán, con un quinteto de nivel, sin lesionados, bien entrenado y mejor arbitrado, todo sea dicho, ha expuesto con crudeza las vergüenzas del juancarlismo.

Si, digo juancarlismo y no chusmateismo, porque sería quedarnos en los árboles y no ver el bosque. Es un día lo suficientemente trascendente como para buscar responsables un poco más arriba, en el palco. Pidamos explicaciones al verdadero arquitecto de este desatino, aquel que descabezó el proyecto deportivo por un envite personal, que se contentó con un entrenador de circunstancias y armó una plantilla vieja, cara y descompensada, que ni se acerca a valer lo que cuesta. Hablamos del director de la sección, JCS, avalado en todas las decisiones de calado por el presidente Florentino Pérez, empezando por el despido de Laso.

Lo sé, Chus Mateo no ha resultado ser Phil Jackson. Siete meses después, ya en el desenlace de la campaña, el juego del equipo sigue poco trabajado, como inmerso en una pretemporada perenne, con los andamios aún a la vista. Sostenido en ataque por destellos de talento individual y por Tavares en defensa. Con eso alcanza para competir… hasta ciertas cotas y mientras la salud respetó a Edy.

Desde este rincón hemos procurado ser pacientes con el coach y darle una oportunidad genuina, con el respeto que merece (y que tantos le han negado) tras sus años de valioso servicio al club, recordemos, mano derecha de Laso en las dos Euroligas, que se dice pronto. Pero su crédito acaba aquí, Chus está fuerísima. Ahora bien, si se quiere abordar de veras el problema y no solo buscar una cabeza de turco en el calentón, con Chus deberían salir en verano media docena de jugadores, incluidos varios veteranos ilustres¡, y sobre todo el jefe de la sección, responsable último de todos ellos. Porque este es al fin y al cabo un Madrid de autor, la obra más personal de Juan Carlos Sánchez, el primer año en una década en que ha tenido las manos libres (y bastante presu), sin el contrapoder de Laso en la sección, con quien discutía por cada fichaje

En la serie se han dado un cúmulo de circunstancias que han acelerado la sensación de descomposición. La más importante, el infortunio de la lesión de Tavares, que tantas miserias tapa a poco que esté fino de forma (que tampoco es que lo estuviese últimamente). Además, Partizán acertó con algunos tiros clave, abortando parciales y rompiendo momentos de partido, y en especial ese game winner de Punter el martes. Y por último, y sin ánimo de echar la culpa al empedrado, no puedo dejar de mencionar el arbitraje, un factor sensible en dos tramos concretos, el 2º cuarto del game 1 (cuando el Madrid se escapaba) y el 3º cuarto del game 2 (cuando el Madrid remontaba). En una competición de criterio tradicionalmente tan casero, sobre todo según avanza la temporada, llaman la atención arbitrajes tan ‘valientes’. Da como para pensar regulinchi, justo este año que un serbio ha asumido a la presidencia de la Euroliga…

Le quedan al Madrid casi dos meses de temporada, que se puede hacer eterna, condenado irremediablemente al tercer puesto de la ACB, que significa un cuadro endiablado en playoffs. Así que tranquilos, hay tiempo más que de sobra para bajar al detalle de cada jugador, poner notas, hacer quinielas de limpia y pajearnos con rumores de fichajes. pero hoy no me parece día para eso, no le concederemos esa indulgencia al responsable.

Un mar de dudas

Con más dudas que certezas llega el Real Madrid a uno de los tramos clave de la temporada, el cruce de cuartos de Euroliga, después de tres derrotas seguidas. Las dos últimas, visitas a Tel Aviv y Barcelona, entran dentro de lo previsible. Pero ese es quizá el problema de este equipo, por el que no engancha, que se limita a lo previsible, nunca se sale del guión… para bien. Ha cumplido en la fase regular de la Euroliga, tercer puesto, gracias a un balance casi impoluto (16-2) contra los equipos del puesto 10 al 18. Todos las partidos valen lo mismo en la clasificación de octubre a abril, pero con un balance tan discreto (7-9) frente a rivales directos, los más mediáticos y aquellos contra los que te jugarás las castañas, cuesta generar optimismo e ilusión. Todavía más en una temporada tan compleja, tras el despido de Laso en verano, que tienes de uñas y esperándote a amplios sectores de parroquia y prensa.

En ACB el balance es peor, el Madrid ha palmado los cuatro encuentros frente a Barcelona y Baskonia, navega tercer clasificado a una victoria + average de distancia de ambos con siete jornadas por disputar. El primer puesto está prácticamente descartado y el segundo casi que también, a pesar de que FCB y Baskonia aún tienen que medirse entre ellos. Pero es que el calendario del equipo blanco es de aúpa, con salidas a Valencia, Badalona y Gran Canaria, y encima se va a solapar con la serie frente Partizán, que se barrunta larga y a cara de perro. Y si terminar la fase regular de Euroliga tercero es un buen resultado, terminar tercero la de ACB es una decepción. El Madrid se ha condenado a un camino de espinas si quiere revalidar el título.

Hecho el balance de situación, podemos bajar al detalle y analizar causas, sobre todo aquellas coyunturales, las que pueden variar de aquí a dos semanas, que llegan los serbios, sea con una barbacoa en casa de Rudy, un ajuste táctico o por la evolución de la enfermería. Porque lo estructural, digamos el puesto de base o el entrenador, son lentejas hasta verano, y tampoco olvidemos que el entrenador y los bases eran los mismos en los tramos de buen juego y resultados de esta temporada, que también los ha habido.

El puesto de pívot

Me parece la causa más evidente del mal momento del Madrid, por ser el puesto llamado a dominar y a marcar diferencias. Por un lado, la baja de Poirier ha resultado un mazazo: el reserva más importante del roster y que se encontraba en pleno cuarto creciente, remontando el vuelo tras una pobre primera mitad de curso. Las operaciones de apendicitis tienen un plazo de recuperación aproximado de cuatro semanas. Pensando en la serie de Euroliga y acorde a ese plazo, Poirier se perdería los partidos en Madrid pero podría llegar a los de Belgrado.

Su baja se nota todavía más por el valle de rendimiento de Tavares, al que se ve particularmente lento, como si arrastrase molestias musculares. Pero Chus no puede darle descanso con Vincent out. Y como Edy está lento, llega medio segundo tarde a las ayudas defensivas, a poner bloqueos o a la lucha por el rebote, lo que se traduce en faltas. Y como le cuesta controlar las emociones, la falta se acompaña a veces de técnica y ya tenemos el quilombo montado. Total, que ha terminado eliminado por cinco faltas los últimos tres partidos, todas derrotas. Somos el equipo de Tavares, máxime sin Poirier, y con el caboverdiano a este nivel, honestamente, pintan bastos.

Defensa y rebote

Este punto va estrechamente ligado al anterior, dado que el puesto de pívot carga muchísima responsabilidad en defensa y rebote en los esquemas de Chus (igual que lo hacía en los de Laso). Sin Poirier y con Tavares a medio gas y lastrado por faltas, nadie está compensando el agujero en tablero propio. Cornelie medirá 211cms pero sufre horrores cuando le toca jugar de cinco, le faltan la dureza, los instintos y los automatismos para el puesto. Yabusele es seguramente la mejor noticia de estas semanas, un nuevo argumento ofensivo tras su mal arranque de temporada. Pero es un reboteador y defensor discreto, siempre lo ha sido; le sobra el físico pero le faltan concentración y algo más de IQ.

En las tres últimas derrotas se han encajado una media de 93 puntos (descontada la prórroga contra Maccabi) y se ha perdido en los tres la batalla del rebote: -17 en Barcelona, -12 en Tel Aviv y -1 en Lugo. Y así es muy difícil.

Los veteranos

El juego exterior de la plantilla está sobrepoblado de veteranos entrados en la treintena, de los que cabría esperar un paso al frente en el tramo clave del curso. Pero estamos a mediados de abril, en puertas de ese tramo, y el paso al frente se antoja un acto de fe. Causeur (35) y Hanga (34), el backcourt titular de la pasada final ACB, se parecen a los de hace un año como un huevo a una castaña. La temporada del galo es verdaderamente pobre, quizá la mayor decepción de la plantilla en relación expectativas-precio-rendimiento, y teniendo en cuenta que no le aplica el atenuante de las lesiones, pues no ha sufrido ninguna de una mínima entidad. Solo aparece en las pachangas ACB de los domingos.

El reserva de Musa en los mejores momentos de la campaña ha sido Rudy (38), el veterano del que más cabe esperar las próximas semanas, siempre supeditado a su fragilidad física. No es demasiado pedir que las últimas gotas de gasolina en su tanque las dedique al club que le paga y no a la selección.

De Chacho (36), que termina contrato igual que Hanga, solo hemos visto destellos muy puntuales a lo largo del curso, lo normal a su edad, lo que cabía esperar cuando se le fichó. Chus apenas le alinea contra equipos con bases de entidad (casi todos los rivales directos) porque resta en defensa más de lo que suma en ataque, especialmente ahora que falta Poirier, su socio preferente. El quinto veterano en discordia sería LLull (35), que regresó ayer en el Palau tras dos meses de baja y cuyo rendimiento, siendo generosos, es una incógnita. Al final, se gastan cinco fichas del equipo y una pila de masa salarial en veteranos que ya no marcan diferencias y a mejor no van a ir. Una política de renovaciones sentimentalista, basada en el bienquedismo tribunero, y que dilapida buena parte de la ventaja económica del club respecto a rivales. Luego estamos de cuarto interior con Cornelie, el segundo salario más bajo de la plantilla tras Alocén.