Reyes de Copas

Temo acostumbrarme a ver ganar al Madrid. No me entendáis mal, que tu equipo gane es un placer y un orgullo, además está vez he tenido la suerte de disfrutarlo en directo tras años de enlaces pirata y huso horario cambiado. Lo que temo es acabar por no saborear las victorias en su justa medida, no valorar su dificultad, dar los títulos nacionales por sentados, como si esa sequía de 19 años nunca hubiese pasado. No, ganar la Copa es difícil, las cinco que lleva el Madrid en las últimas seis ediciones, incluidas las cuatro últimas, la mejor racha de la era ACB, no son sino el fruto de un gran trabajo en todos los estamentos de la sección, desde el cuerpo técnico a la cantera (otra vez campeón de Minicopa), sin olvidar a la dirección deportiva, que lleva años acertando casi todos los fichajes.
Qué mejor prueba de esa dificultad que el drama de este año, tres partidos a cara de perro resueltos en prórroga o última posesión, como la final ante un Valencia Basket muy entero. No merece la pena bajar al detalle con polémicas arbitrales interesadas, infladas durante toda la semana para hacer de menos al campeón, repudiado por motivos deportivos y políticos a la par. Fue la Copa soñada por el aficionado blanco, resuelta entre remontadas, prórrogas y triples bajo presión que entraron casi todos, a lo que ayuda que salgan de las manos de Llull o Carroll. Sin embargo, si se llegó a ese nivel de sufrimiento, de dar casi por perdidos dos partidos, es por una mezcla del nivel de los rivales (retahíla de canastas forzadas que colaron Andorra y Baskonia) y lagunas de juego propio, que conviene limar de cara a las series de Euroliga. Y como esto es el Madrid, pues hasta en la victoria sacamos punta: se defendió de aquella manera (95 encajados de media*tener en cuenta el tiempo extra de dos prórrogas), la batalla del rebote se perdió con estrépito en la final (-16) y varios secundarios básicamente no se presentaron al torneo (Othello, Jonas, Rudy, Felipe y Draper).
Eso sí, qué manera de jugar los que sí se presentaron, empezando por Randolph, que merecía el MVP tanto como Llull, 22 puntos de media con un acierto sideral para el tipo de tiros que lanza: 25/35 de campo en el torneo. Taylor y Nocioni son los dos únicos del equipo que se salvan de la quema en defensa. Doncic deslumbró ante Baskonia y Ayón, aunque tuvo valles de juego, siempre apareció cuando calentaba el sol, que fueron unas cuantas veces en el torneo.

¿Y qué decir de Llull para no repetirse? Otro título, otro MVP, una ristra canastones decisivos (los 10 últimos puntos del Madrid en la final) y su leyenda que no deja de crecer. Por nivel de juego, tiempo de permanencia en el club y resultados individuales y colectivos en esos años, de los más grandes que ha vestido esta camiseta.

Aprovecho para agradeceros el interés, el blog ha visto en estos 4 días de Copa los mayores picos de tráfico de sus 10 años de historia. Y lo mejor está por llegar.

Diario de la Copa: la vida en el alambre

 

Cuando uno viaja a la Copa siendo del Madrid asume que será el malo de la película. A algunos madridistas flower-power les causa trauma, yo hace tiempo que desistí de caer bien a todos, de hecho admito que hasta me pone el rol de malo. Cabe de todas formas romper una lanza en favor de esta Copa, de un antimadridismo más folclórico que político, al fin y al cabo Vitoria no es Bilbao, falta Estudiantes y entre Cataluña y País Vasco suman solo dos representantes, siendo la afición del Barca la menos visible por la ciudad. Tampoco es para menos, dado el lastimoso estado del equipo, que cayó como fruta madura ante un Valencia correcto sin más. Nada que ver con el Madrid-Baskonia, que por nivel, acierto, ambiente e igualdad bien piede ser el mejor partido que haya visto nunca en directo.
El Madrid hizo otro alarde de carácter bajo presión, remontando en la recta final igual que ante Andorra 48 horas antes. Pero Baskonia en casa y en vena, 14 triples enchufó, fue el más difícil todavía, 8 abajo con 3 minutos por jugar. Volvió el espíritu de Sergio Ramos, siendo esta vez Llull quien forzó la prórroga con un triple tras rebote ofensivo de Luka, ambos soberbios, igual que Randolph. Factor fue también Chapu que, con algún triple puntual y a tumba abierta en defensa, suma el equipo +28 en sus 18 minutos en la Copa… en dos partidos resueltos en prórroga.

Arrancó el duelo con buen pie, con el speaker cambiándole el nombre a Mechitas Taylor en la presentación. «Y con el número 33… Anteeee Tomic». Nuestro Tomic escandinavo no maquilla estadística pero su aportación fue capital, con un soberbio despliegue defensivo en el último cuarto y la prórroga, secando a Larkin, todo lo contrario que Carroll (-13 en sus minutos).

Dijo Rudy en una entrevista esta semana que cambiar pañales le da «mucha paz». A las marujas que leen Hola lo mismo les parece entrañable su postureo instagramer wannabe. Al aficionado blanco más bien le toca la moral, viendo su Copa chuchera e intrascendente, la certificación de que, siendo el mejor pagado de la plantilla, cuatro jugadores le han pasado ya claramente por la derecha. Le queda otro año a razón de 2,7 millones, una hipoteca. Si fuese Herreros le ofreceria este verano una renovación de más años si se baja el sueldo el que viene. Es decir, si acepta reducir de 2,7 a 2 millones el próximo curso, se le garantizan los dos siguientes por 1,8 y 1,5. Sino, que cobre la mortadela el año que viene, pero en verano de 2018 no se le ofrece ni un céntimo más de 1,2 millones anuales. Y si no le gusta, que se mude con Helen y los niños a Estambul o Moscú, porque el otro club que podría pagarle más que eso es Barca, que le puso una cruz cuando le dejó plantado a su regreso de la NBA.

De tanto gritar en el partido Gustavo se quedó sin voz, que con lo tertuliano que es fue como cortar la lengua a Roncero. Porque no me refiero a ronco, no, simplemente no puede articular palabra desde hace horas, así que se comunica escribiendo en un bloq de notas del móvil, incluyendo flechas de cupido para alguna moza vitoriana. La noche en Gasteiz de Copa es poco ortodoxa, con la mitad del personal en camisetas de tirantes y debatiendo de basket. Sonar suenan los mismos clásicos del reaggeton que en Madrid, pero el hábito no hace al monje. Como dijo David, «aquí en las vascongadas, tu y yo parecemos Fred Astaire».

Diario de la Copa: ‘Era campo atrás’

Surgió, pues como surgen estas cosas, de la forma más tonta. Según nos contaron baskonistas, un aficionado frustrado no paró de repetir el jueves en un bar, a la salida del pabellón, que «era campo atrás» de Llull, antes de darle el balón a Randolph para enchufar el triple que forzaba la prórroga. La charanga pasaba por allí y le puso a la frase esa música facilona que le pone a todo. La pataleta de Andorra y de los narradores de Movistar infló el globo y el cántico corrió como la pólvora por Vitoria, porque lo tenía todito para triunfar en una Copa: pegadizo y  antimadridista. Esta edición ya tenía hit oficial: «Era campo atraaas».

La charanga de Unicaja tocó el tema a la entrada del pabellón el viernes, que contra el Madrid le salen a uno mogollón de amigos. Fue su minuto de gloria, a renglón seguido su equipo cayó con escaso heroísmo ante un Barca de circunstancias. «Llevo peor caraja que el Granca, con una manta y una mecedora me dormía ahora como un bebé», soltó Gustavo en la otra semifinal, un tostón que pasamos poco menos que de resaca, vegetando en la butaca tras una ruta previa bien regada.

«Antes encontrar a un ala pívot que metiese triples era la hostia, ahora lo que es la hostia es encontrar a un cuatro que rebotee», reflexiona Ander, filósofo del basket, que conduce Volvo y hace baile latino, de moda hasta en Álava. «Es que la Cuchillería ya no es lo que era, olvídate de escuchar a Mano Negra». Ander nos llevó a mediodía de pintxos a Tximiso, a probar la famosa tortilla de Sagartoki y de carajillos a Aldapa, que no son un asunto menor. En el piso de la abuela habíamos dormido los cuatro en dos camas de matrimonio… de las de entonces, de muelles con solera y 120 de ancho, que en seguida te estás queriendo con el vecino. Gustavo, tan cariñoso él, se anexionó espacio vital de mi hermano, que pasó la noche encabronado con medio culo colgando.

Guernika, chavales, es una cervecería muy recomendable, típico local estrecho pero con ambiente despolitizado y unos temazos vintage que animaron a bailar al mismísimo Piter cenizo. Como no jugaba el Madrid me vestí ‘de civil’, guardé la camiseta de Felipe y salí con la de De Colo en CSKA, por dármelas de interesante, pero quien triunfó en la noche resultó ser mi hermano con la de Doncic que le regale por Reyes. Una docena de madriristas camuflados y errantes salieron del armario al ver a David y se acercaron a hablarle: «eres el primero de los mios que veo esta noche». Apadrinamos a los menos cenizos en el siguiente garito, Glass, donde nos cruzamos además con 40 princesas Leia, que había una convención de Star Wars. Fue ese tipo de noche.

En la esquina donde converge la farra se apostó de madrugada un músico callejero, tocando canción protesta ante la indiferencia de los transeúntes. Hasta que, ah, un grupo de aficionados le pidio el hit de la Copa. Hizo una versión a guitarra, que con una sola estrofa de tres palabras alargó como 10 minutos al ver que le empezaban a llover monedas, rodeado de un enjambre de curiosos. Qué bien se vive contra el Madrid. Gustavo, para entonces ya algo cocido, se quitó el abrigo pese al frío y se puso a bailar como un loco con su camiseta de Llull, para deleite de la multitud antimadridista. Aquello sí que fue campo atrás

Diario de la Copa: el espíritu de Ramos

 


El espíritu de Sergio Ramos vino a ver, reencarnado en Randolph, a la sección de basket en el debut de Copa. «Lo malo es que el apartamento ya está pagado», soltó Pedro, el cenizo de la cuadrilla, cuando la ventaja de Andorra llegó a picos de 16 entrado el segundo cuarto. Por momentos sentimos sudores fríos, nos vimos eliminados solo cuatro horas después de llegar a Vitoria y con tres días aún por delante en la ciudad, convertida en una suerte de akelarre antimadridista, como cada edición de la Copa.

La jornada arrancó en La Andaluza (c/ Hernani), templo del churro en la capital. A estas alturas deberíais conocerlo, sino advierto, no os dejéis engañar por su aspecto cutre y pequeño, su compromiso con la frescura es espartano, tiran a la basura las raciones de porras a los 10 minutos de salir del aceite. Llegamos a Vitoria con la hora justa y nos estaba esperando nuestro Ángel de la Guarda, la amiga de Vane que nos alquila el piso de su abuela y hasta nos acercó al pabellón en coche. «Vaya ciudad cojonuda tenéis, no os falta de nada salvo plazas hoteleras», dije por chinchar. «Es la ACB, que bloquea cientos de habitaciones por compromisos o simplemente para después hacer negocio». Me encontré por la noche de copas con un lector del blog, Nacho, a cuya cuadrilla también salvó un amigo vitoriano de dormir en Logroño.

Los tres cuartos de pabellón que ocupa la afición de Baskonia cantaron MVP a Larkin, que suena para CSKA el curso que viene, el mejor ante un Tenerife limitado y que infló estadística con 14 tiros libres. Había en nuestra grada un aficionado de Unicaja, con la camiseta de Nedovic, que mediado el primer partido de la primera jornada se caía ya del trozo que llevaba. Sus amigos se le llevaron como a Jesucristo en la cruz, mientras la tribuna le coreaba a bloque lo mismo que a Larkin: «¡MVP, MVP!».

Laso se permitió de inicio un quinteto hormigonera, con Felipe, Taylor y Maciulis, y ya todo el partido a remolque, lastrados por vicios de años anteriores: lanzando más triples (43) que de dos (41) y sin soluciones atrás a los 2×2 (Shermadini).

Peñarroya y Solana, que deben veranear con Pedro Martínez, se quejaron de un campo atrás de Llull en la jugada que forzó la prorroga. Ni palabra de los 14 tiros libres más de que dispuso su equipo, entre otros, dos clave de Albicy tras una falta fantasma de Taylor a 90 segundos del final y que ponían 4 arriba a Andorra. Tampoco se acordaron de las 7 faltas tácticas de Andorra para cortar transiciones y contraataques blancos, de las que sólo 1 se pitó antideportiva. ¿Para qué se cambia la norma si después se aplica con pies de plomo?

La salida de Chapu cambió la dinámica en el segundo cuarto, contuvo al menos la sangría, pero hacía falta más que testiculina para remontar 16 a este Andorra. Con Ayón superado por Shermadini, Doncic menos clarividente que de costumbre y Llull falloncete, fue Randolph quien tiró del carro. Había mostrado hasta la fecha en Madrid solo destellos, pero en el primer duelo ‘win or go home’ enseñó la versión Lokomotiv, modo Palau, enchufando bajo presión canastas de todos los colores (9/13tc), incluido ese triple que forzó la prórroga, para decepción del 95% del pabellón.

A tales niveles llega el antimadridismo en estas citas, que se pita a los aficionados blancos en la kiss cam, incluso se abucheó a un niño de unos 10 años que participó en un concurso de baile entre cuartos. Su delito, una camiseta de Felipe Reyes. «Ladran, Sancho, luego cabalgamos»

Diario de la Copa: la previa

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Es uno de los mejores viajes que recuerdo, a la Copa del Rey de Vitoria en 2008. Publiqué un diario de aquella expedición, cuando este blog era apenas un neonato y no lo leía ni dios. En esta edición, 9 años después, me propongo hacer lo mismo.

Cuando se conoció la sede y salieron a la venta los abonos no lo pensé. Una de las mayores frustraciones de mi lustro en el extranjero fue perderme la Copa, por el ambiente y los tres títulos seguidos del Madrid después de 18 años de sequía. ¿Caerá el cuarto? Hace unos días me pidieron pronóstico y aposté por un Madrid-Valencia el domingo, aunque Baskonia en semifinales como local es un hueso.

El alojamiento es un problema en una ciudad poco turística como Vitoria. En esa edición de 2008, la del Joventut de Rudy, dormimos en un convento de Miranda de Ebro, a 45 kilómetros. Aquel sábado hicimos amigos vitorianos que aún hoy conservamos y que nos han buscado alojamiento para este viaje. Y menos mal, porque las plazas hoteleras se agotaron en cuestión de horas y comenzó la operación usura. Llegué a ver en Booking que una pareja alquilaba su apartamento en la afueras y de un solo dormitorio a 420 euros la noche.

Abonos compramos los más baratos, así que nos sentaremos en el gallinero, que con lo grande que es el Buesa será como verlo desde Burgos, donde secan las morcillas. Hablo en plural porque vamos cuatro amigos, la cuadrilla que acudimos regularmente a los partidos de Euroliga, o sea, al Palacio y después a la Taberna Jaén, que ponen buena frasca. Está David, mi hermano, el único que repite de 2008 e ideólogo en la sombra de este blog. Gustavo, tertuliano y cierrabares, lo quiere dar todo porque pronto va a ser padre. Pedro en cambio es analítico, de hocico fino y profesión cenizo. Viaja mucho por trabajo y lleva desde hace años un Excel de los bares y restaurantes que prueba en cada ciudad, o sea, Trip Advisor edición premium. Nos tiene preparada una ambiciosa ruta culinaria, aunque preveo salidas de pista, que alguno es más de merendar en vaso de tubo.

Siguen siendo los reyes

No partía como favorito de la crítica, no le adorna ningún récord este curso, de esos estamos ya descreídos, pero cuando se ha decidido el primer título de prestigio este Madrid ha vuelto a dar un paso al frente. Tercera Copa del Rey consecutiva, esa competición que, hagamos memoria, tan esquiva nos resultaba hasta la llegada de Laso. Victoria con emoción, pero de ley, sin necesidad de alardes individuales ni remontadas dramáticas. Mas bien dejando que llegasen los partidos, ese temple que te da haberte sacudido las urgencias históricas.

Un talante resumido en esos 90 segundos prodigiosos de Llull en la semifinal, su sobriedad cuando el balón quemaba, nada que ver con aquella versión emocional de hace pocos años, seleccionando sus tiros cual adolescente en la consola. Esperó su momento, leyó la ventaja y eligió la opción más sencilla, porque se trata de ganar, no de levantar al público del asiento. Dos penetraciones, una por cada lado, aprovechando corpulencia frente a su par, seguidas de un step-back tras cambio de emparejamiento para sellar a Bourousis y tiro liberado de cinco metros. Baskonia fió la respuesta a las mandarinas de Adams, las del Llull antiguo, y en esas se decidió el título, porque aquello tenía aroma a final, por mucho respeto que tenga a Granca, que mantuvo el domingo el pulso con señorío.

Otro título con los rústicos como referentes: Ayón adorna su año grande con un MVP, Maciulis firma un increíble 9/11 triples en el torneo y Nocioni recordó viernes y sábado al de la F4. Meto en el grupo a Lima, que aporta ya dividendos en intendencia, y a KC Rivers, fondo de armario de lujo, que se redimió con una muy sólida final de dos flojos encuentros previos. Por otro lado, Felipe ante rivales ACB sigue siendo una ventilador de estadística (valoración media 15 en 19 minutos) y Carroll corrobora su buen momento. En realidad casi todo ha funcionado en Coruña. Incluso Willy, relegado en la rotación con la llegada de Lima, cumplió con su papel en los escasos minutos de que dispuso, confirmando que pocos como él defienden a Bourousis en Europa.

Cuando juegas sobre el alambre como el Madrid este año, dosificando esfuerzos, fías la suerte de toda la temporada a un puñado de fechas señaladas. Los aficionados no ganamos para cardiólogos, pero este grupo tiene el talento, el carácter y el crédito, no puede ser casualidad que los cuatro matchball hasta la fecha (Múnich, Fenerbahce, Jimki y Coruña) hayan salido todos cara. Con Lima ya en convocatoria Euroliga, solo Rudy en la enfermería y la inercia de esta Copa, afronta el equipo y el aficionado con otro espíritu y confianza esa segunda vuelta de aúpa en el top16. Y aquí estaremos para sufrir juntos y contarlo porque, como dice mi hermano, «la vida es lo que pasa entre selfie y selfie de Llull».

Posdata: nuevo chorreo del Madrid en la Minicopa, esta edición personificado en Usman Garuba, 201m, 13 años, con una media de valoración de 35 en 24 minutos.