Con un ojo en las islas

Ganó el Madrid en Zaragoza modo completamente rústico, jugando mal (menos valoración que el rival), tirando de oficio y pese a las importantes bajas de Rudy (se retiró tocado de la espalda) y Felipe (asuntos familiares). Carroll y especialmente Maciulis fueron clave cuando calentaba el sol, además de los Sergios, what else? Ayón aportó los rebotes de Felipe (10) y Rivers no desentonó esta vez, al enchufar las que debía. En el otro lado de la balanza, Campazzo (2pts, 0as), el único de los 11 en cuyos minutos en pista (8) el parcial fue negativo, estadística especialmente significativa para los bases. No es nuevo y no creo que sea una cuestión únicamente de falta de rodaje por la edad, que también, sino más bien de falta de condiciones (altura y tiro exterior) para un equipo top Euroliga. Aplaudí en verano la apuesta por talento joven que supuso su contratación para ese puesto de tercer base, para el que tampoco se podía exigir demasiado dada la masa salarial disponible.

Sin embargo, con lo que ha demostrado por ahora Campazzo, no entendería su continuidad el curso que viene, especialmente dado que este junio termina contrato Tomás Bellas: caché asumible, canterano, cupo y consolidado en la clase meda-alta ACB. Tampoco le haría ascos a su compañero Walter Tavares, ya sea por Mejri o por Bourousis, que ninguno de los dos parece que vaya a seguir, especialmente el primero. Aunque por éste sí habría que pasar por caja, al renovar el verano pasado por tres temporadas. Estas operaciones se complicarían, por cierto, si el Granca se clasificase para Euroliga, de lo que está realmente cerca, virtualmente en la final de la Eurocup tras ganar de 13 en Kazán la ida de semifinales.

No me detengo demasiado en la derrota en Barcelona, tan previsible como intrascendente si se hacen los deberes esta semana ante Zalguiris en casa. El Madrid cumplió el trámite: ralló a un nivel homologable (destacados Rudy y Llull), forzó un final igualado en el que ganó quien más lo necesitaba. Mario «nº1 del Draft» Hezonja, que venía de firmar valoración acumulada -1 en los últimos 6 partidos ACB, nos coló 5 de 6 triples. Por último Huertas, al que le quedan dos telediarios de azulgrana (Granger llamando a la puerta), volvió a dar un ejemplo de valores y sencillez, insultando a gritos a los árbitros en su cara durante dos minutos. Es el Barca, es el Palau, es la Euroliga… una tecniquilla y pelillos a la mar.

De paliza en paliza

A lo bueno se acostumbra uno rápido. Ganamos por ejemplo de 31 en casa a un Alba Berlín y nos parece otro día en la oficina. Pero no, oiga, que este es, salvo un par de bajas, el mismo Alba ‘garrapata’ Berlin que venía de ganar en Tel Aviv y forzar prórroga en el Palau. Nadie regala nada en un top16 y aún así va el Madrid a día de hoy regalando correctivos. Orientativa es la estadística del balance de puntos, que lidera con +186 en 10 partidos, doblando con holgura al segundo que es CSKA con +71.

Las coordenadas ante los alemanes fueron las ya habituales. El equipo se deja llevar un poco al arranque, cuando aún está la vaquilla fresca. Pero en el segundo o tercer cuarto, según el día, pero siempre con Chacho en pista, rompe el partido con una irresistible receta de defensa asfixiante (ventajas de una plantilla larga y ‘rústica’) más un ritmo ofensivo inalcanzable.

Rudy es escuchar el ‘I feel devotion’ en el calentamiento y ponerse el mono de faena. 11 puntos y 8 asistencias ayer, la mayoría en la primera parte, cuando aún contaba. De todas formas, es injusto destacar a uno, porque sonó el grupo afinadísimo: no hubo ni un solo violín de los 12 que desentonase esta vez. Carroll y Slaughter atraviesan un gran momento de forma, cumpliendo con nota su labor de especialistas. Rivers y Bourousis, que al contrario, no andan demasiado católicos y cuyo rol en el equipo se ha difuminado desde comienzo de curso, firmaron igualmente minutos de calidad. Laso reservó a Felipe y Ayón, que jugaron sólo 16 minutos cada uno, que de todas formas les dieron para sumar 21 y 16 de valoración, respectivamente.

A falta de cuatro partidos para terminar el top-16, aventaja el Madrid en dos victorias más el average al segundo del grupo, que desde ayer es el Barca en solitario, tras ganar con holgura a un Maccabi que, al revés que el curso pasado, va de más a menos. Muy mal se tiene que dar para no ser primeros: se puede pinchar en Atenas y Barcelona, sirve con ganar en el Palacio a Zalguiris y a este Maccabi menguante para asegurarlo matemáticamente. El primer puesto es importante, en tanto que evita a los tres cocos del otro grupo. Olympiakos, CSKA o Fenerbahce, empatados a día de hoy. Ya no se trata pues, solo de la ventaja campo, es que lo mismo haces segundo, te cruzas con los rusos y se te queda cara de tonto. Al primero le espera Baskonia o Efes, que va a ser que no es lo mismo.

Plácida resaca copera

Pues sigue el Madrid viento en popa, tras una semana plácida de calendario con las visitas de Estrella Roja y Tenerife, aún de resaca copera. Destaco el esfuerzo colectivo contra los croatas, duros atrás y circulando el balón en ataque (hasta 9 jugadores dieron una asistencia), que valió ganar por 21 el partido pese a 4/19 triples y 12 rebotes menos que el rival.

Conclusiones a botepronto de la semana, que Rudy y Chacho están de dulce, a diferencia de Llull. Que los chicos Laso, es decir Carroll y Slaughter, también atraviesan buen momento, plenamente integrados en la rotación y produciendo, algo de lo que había ciertas dudas a comienzos de curso, con la llegada de Rivers y Ayón, respectivamente.

El principal pero es la defensa interior, sobre todo en el puesto de 5. Nos hizo un traje Sikma en la primera parte (a mí me sigue gustando este chico para el Madrid, que queréis que os diga) y el jueves hicimos all-star, no sólo a Marjanovic, que tiene un pase porque es una bestia (val 35), pero también a su suplente, Zirbes, que mire usted qué casualidad, ha firmado los dos mejores partidos Euroliga de su carrera contra el Madrid (val20), en la ida y la vuelta de este top16.

A Marjanovic, por cierto, le coloca la rumorología como favorito para sustituir a Tomic en el Barca, que termina contrato y apunta a la NBA. El croata pide 2 millones netos para renovar (4,2 brutos con fiscalidad catalana), es decir, el mismo sueldo que Rudy y Chacho juntos. Es una salvajada, pero es el jugador franquicia de Pascual y de la capacidad financiera del Barca ya estamos curados de espanto, basta recordar los 9 millones en tres años que firmó a Lorbek en una situación similar.

Por cierto, el CSKA (llamado a ser el rival a batir en la F4) da por fin señales de debilidad, con su segunda derrota en tres partidos, esta semana en casa, ante Fenerbahce, en el estreno de un Kirilenko muy fuera de forma. Y para cerrar capítulo Moscú, aterriza en Jimki Víctor Claver. Firma sólo hasta final de curso, en verano dios dirá. No me sorprendería que el Barca pujase por él para suplir a un Nachbar crepuscular y la opción Valencia siempre estará ahí, si bien el club taronja no puede pujar económicamente en las mismas cifras. ¿El Madrid? No le cuadra en la plantilla ni andan las arcas para muchas alegrías, pero lo de fichar españoles rebotados de la NBA ya sabemos que es muy del gusto de Herreros y Florentino, así que…

La Copa mas rústica

Enhorabuena, chavalada, tercer título de Copa en cuatro temporadas. Es el triunfo de Rudy, nombrado MVP pese al ejército de haters, también entre la prensa, que es la que lo vota. Se confirma como nuestro vellocino de oro, por si quedaban dudas, y se gana pasito a paso un espacio en la historia de la sección, ni más ni menos que lo que esperábamos cuando llegó. Ha cuajado un febrero esplendoroso, dominando en los cinco partidos importantes del mes, los tres de Copa y los de Euroliga en Kaunas y ante el Barca, con una valoración media de 26. En plan Petrovic, vaya.

Este triunfo copero viene también a justificar de pleno las tres incorporaciones de relieve del pasado verano: Ayón, Nocioni y Maciulis, el ‘trío de rústicos’, que no enamoran desde la estética ni la estadística, pero aportan el plus de competitividad que le faltaba el año pasado al equipo (Mirlo?) en partidos a cara de perro, los que deciden títulos. Primoroso verlos rebozados por el suelo por cada balón suelto, o esos cuatro taponazos (y 7 rebotes) de Nocioni, a sus 35 años y con el tobillo tocado de semifinales. Su mejor actuación de blanco en el escenario más importante, haciendo olvidar a un Felipe lastrado todo el partido por problemas de personales. Esa experiencia y carácter que aportan ‘los rústicos’ es al final lo que decanta la balanza ante un Barcelona ya sin bajas y probablemente con un punto más de talento puro.

Fue una final igualadísima, con escaso acierto exterior (tras el récord de triples del sábado), con un par de pelotas de break desaprovechadas por cada equipo, para al final jugarse el trofeo en los últimos dos minutos. Ahí emergió Chacho, que compensó la estrepitosa actuación de Llull (0/8tc para valoración -9), superado por Satoransky, una actuación que nos recuerda irremediablemente a su sonado gatillazo en Milán y deja un poco con la mosca detrás de la oreja. El principal lunar del Madrid en la Copa es el rebote, batalla perdida en los tres partidos (-8, -5 y -7), una deficencia que no es nueva este curso.

El título consolida tanto a Laso en el banquillo blanco, tras un final de 2014 que lo empujó al borde del precipicio, como la notable mejoría del equipo, que compite con criterio y corazón. El Barca, por su parte, enseña excesiva dependencia de Tomic (soberbio en la final, val40!), quedando Pleiss de figurante a precio de oro. Resulta sospechoso además que pese al nivel de ex jugador de Navarro (valoración negativa en 4 de las últimas 5 finales de Copa), Pascual prefiriese jugarse con él la recta final, sin bases natos, con Satoransky y Huertas en la banca. El techo del equipo azulgrana es alto, pasa por Hezonja y Abrines, que sin embargo tienen billete rumbo a América para más pronto que tarde, sombra que no amenaza a la columna vertebral blanca. El ahora pertenece a este Madrid rústico, que ha ganado 3 de los 4 duelos directos en lo que va de curso, incluyendo dos palizas y dos títulos.

Mejora desde la defensa

El Madrid de la era Laso, independientemente de a quien se fiche cada verano, sigue dependiendo casi completamente del físico e inspiración de Rudy, Felipe y los Sergios. Que visto en perspectiva histórica no está nada mal, oiga. La visita de Panathinaikos fue un espejo, el cuarteto lideró con valoración 78 en 90 minutos. Los otros 8 jugadores se quedaron en 25 en 110 minutos, con un pobre 9 de 29 en tiros de campo.

Ahora bien, no todos son números y no todos contribuyen igual. Ayón y Slaughter no anotan, pero su contagiosa actividad defensiva tiene mucho que ver en la evidente mejoría colectiva en ese segmento desde el arranque del año. Mientras dejemos a los rivales en el barrio de los 60 puntos se perderán muy poquitos partidos. Bourousis sigue fuera de servicio, Maciulis necesitará unas semanas para estar al 100%, Rivers fue un cero a la izquierda y Carroll restó hasta los minutos de la basura, cuando maquilló con un par de triples. Por cierto, bien Laso ayer, especialmente con ese tiempo muerto que hizo reaccionar al grupo cuando los griegos se acercaron a 4 puntos en el tercer cuarto. 

Frente a Panathinaikos cuajó el equipo un partido bastante completo, la mejoría es sensible respecto al final de 2014, si bien es pronto para chuparnos las pollas. Hay que poner la valoración del partido en el contexto del rival, un PAO a día de hoy con más nombre que talento y que acudía además con cuatro bajas. La plantilla, más allá de un Diamantidis limitado a lecciones magistrales de pase en estático, la lideran Gist y Batista, potencia sin control, descartes de Unicaja y Baskonia, respectivamente.

Los verdaderos rivales directos, no lo olvidemos, son Barca y el campeón Maccabi, los dos próximos contendientes, con los que nos jugaremos los dos primeros puestos del grupo, la ventaja campo en cuartos, que calculo se consiga seguro con 11 victorias y con 10 en función de average. Así visto, y con 4 de 4 en la buchaca, un pinchazo por escaso margen en Tel Aviv la semana que viene tampoco sería ningún drama. Antes de eso, ojo al partido ACB, que la salida a Gran Canaria es probablemente más dura que la visita del PAO ayer.

Un Madrid a la deriva

Entró en 2014 como una apisonadora de baloncesto y enfilado a la Novena, y lo despide con una Copa del Rey sobre la bocina y un equipo que hace aguas. Visto así, esta derrota sin paliativos en el Palau viene a ser un broche representativo del año blanco.

Las comparaciones son odiosas. El Barca que deja en 68 puntos al Madrid es el mismo que recibió 102 de Estudiantes hace exactamente una semana. Lo raro es que aguantásemos en el partido hasta el último cuarto con un 36% en tiros de campo y 14 rebotes menos que el rival. Los problemas no son nuevos, seguimos haciendo aguas en defensa, vergonzante en la primera parte, concediendo 70% en tiros de dos al rival, 32 puntos en la pintura. Nos enganchamos en el tercer cuarto con la aportación de Maciulis (de lejos el mejor) y bajando el culo atrás, pero entonces falló el ataque, una mezcla de desacierto pero sobre todo falta de criterio. Poquísimos balones en buenas condiciones para los pívots, de 2×2 ni hablamos, y mira que el plantel interior azulgrana de este curso invita a cargar el juego ofensivo sobre la pintura. Todo made in Laso, poco trabajado y fiado a milagros de los exteriores en cuanto el rival presiona. Según lo escribo me parece un déjà vu.

Venga quemar segundos de posesión buscando a Carroll, que sí, mete alguna, pero no compensa el estropicio que supone en defensa. Pascual lo tiene clarinete desde hace ya tiempo: balón al que defienda Carroll, con descaro. Da igual que sea un debutante, como Jackson, que terminó como el azulgrana con más tiros de campo lanzados (10).

Rudy pasó por el Palau en modo ‘me la trufa todo porque yo soy una estrella’ y Llull, como en sus peores tiempos: sin ver un mal pase en estático y a mandarina limpia a final de posesión. El problema es que hoy no había Chacho para cambiar de tercio. Salió 4 minutos en el segundo cuarto y se vio que aún no estaba para volver. Campazzo cumplió dentro de lo que se le puede pedir, pero seamos sinceros, no tiene nivel para partidos contra rivales top Euroliga. No se fue ni una vez en dribbling o velocidad (que se supone su principal arma), pese a que le defendía un par 25 centímetros más alto.

Nocioni aportó defensivamente en el 3º cuarto. Le echa coraje, sí, no sobra un tipo así en el vestuario, pero tampoco marca ninguna diferencia, que es para lo que se le contrató a precio de estrella. Porque si es por huevos, esos también los ponía Hervelle. El fichaje de Chapu me empieza a recordar al de Garbajosa, a destiempo, aplicando el criterio de mejor viejo y caro pero conocido que bueno por conocer. Entre Chapu y Slaughter se van 2,5 millones de masa salarial. Bien, Alber, bien.