Uno como aficionado necesita alicientes, ilusión, el deporte no deja de ser entretenimiento y Florentino lo sabe mejor que nadie. El verano del Madrid de basket, sin embargo, desprende dejadez, resignación y tacañería, lo sospechábamos y ahora, en una situación de necesidad como la lesión de Llull, se confirma con crudeza. Desde esta tribuna se defendieron los fichajes de Kuzmic y Causeur, baratitos y de perfil medio, que no llenarán el Palacio pero son parches necesarios a carencias concretas de la plantilla.
No se pujó por Chacho porque supuestamente no había necesidad ni dinero. Pero las circunstancias han cambiado, con la lesión a largo plazo del jugador franquicia, y el club mantiene su abulia. Ni siquiera ha peleado por Jayson Granger, el recambio más lógico a estas alturas de verano, 27 años, cuatro de experiencia Euroliga, agente libre y pasaporte español. Tiene toda la pinta de que sencillamente el Madrid no va a fichar sustituto, «al menos por ahora», o sea, hasta que el agua no llegue al cuello, hasta que no haya riesgo de descolgarse del grupo de cabeza en Euroliga, que entonces se planteará un zumbón descarte de la NBA, regreso al problema de los tres extracomunitarios. ¿Se imaginan, por ejemplo, que De Colo se rompiese la rodilla y CSKA no se plantease fichar?
«No hay nada que convenza»
Se escuchan consignas complacientes del tipo: «No convence nada en el mercado» (¿¡qué esperan a mediados de agosto!?) o «se puede tirar con lo que hay». Poder es una cosa, otra distinta el sentido común y el medio plazo. Llull libera 28 minutos y 12 tiros de media, la mitad recaerían en los hombros del muchacho Doncic, a sumar al rol que tenía asignado, ya de por sí importante. Es un disparate cargar a Luka desde el 1 octubre con semejantes minutadas y responsabilidad, no porque no pueda, sino por aquello de gestionar los picos de forma de jugadores clave, algo de lo que llevamos hablando todo el verano, tras la costosa implosión en mayo de Randolph y del propio Doncic. Mucha responsabilidad caería también en Campazzo, ni siquiera anunciado, pendiente de recibir su pasaporte y cuya experiencia Euroliga se limita a 19 minutos.
En el club lo fía casi todo, aparte de a Luka y Facu, a que la rotura de ligamento de Llull es limpia, acortará los plazos, volverá en enero-febrero y será el de siempre para primavera. Otro disparate, arriesgar por unos míseros meses la salud del estandarte de la sección, llamado a darte otros 5-6 años de gran baloncesto. Cualquier cosa para no rascarse el bolsillo, ni siquiera en una temporada en que había posibilidades razonables de asaltar la Décima.
No hace falta una estrella, Llull no tiene recambio, bastaría con un base de rotación fiable, pero hace falta. Granger hubiese llegado ‘gratis’ (quizá una mínima compensación a Unicaja) y costaba alrededor de 1.2 millones anuales, lo mismo por ejemplo que va a pagar el Barca a su alero reserva, Rakim Sanders. No es que no haya dinero, lo que no hay es ganas de gastarlo, y no será porque ya se haya invertido. A ojo de buen cubero, el gasto en plantilla es casi idéntico al curso pasado, millón arriba o abajo en una sección de presupuesto 25-30…
Salarios salientes 2,6M
Hunter 1M
Nocioni 800k
Draper 800k
Salarios entrantes 1.9M (+400k en transfers)
Causeur 800 (+100 transfer)
Kuzmic 600 (+300 transfer)
Campazzo 500
Sueldos de Radoncic y Yusta, unos 500k entre ambos
Subida salarial de Randolph 700
Rebaja salarial de Felipe 300
Indemnización del seguro de la FEB por la lesión de Llull ¿?
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