Inicia la sección blanca de basket una nueva era, tras el póquer de títulos, sin las urgencias históricas de resultados que marcaron la anterior, que bien podríamos titular ‘Reconquista’. El reto ahora es mantenerse en la élite continental, acostumbrarse a jugar la F4 y ganar títulos nacionales con cierta regularidad. Por otra parte, se puede y debe dar progresivamente cancha a los talentos de la cantera. Algunos tienen cabida a corto plazo en el primer equipo (Doncic), otros pueden seguir creciendo cedidos, fórmula que los casos de Díez y Hernangomez han demostrado exitosa.
En cuanto a mercado, no han pasado ni 48 horas del final de la temporada y las cartas ya están sobre la mesa. Llull se nos va. Llevamos semanas rumiándolo, no nos puede sorprender ni decepcionar, lo ha dado todo por la camiseta. Su petición al club de una rebaja en la cláusula de salida (5 millones) es una prueba casi inequívoca de que ha decidido marcharse. Y dado el caso, es imposible para el Madrid retenerle, pues la oferta es inigualable, tanto en lo económico (podría pagar la cláusula con el salario de solo 8 meses) como en lo deportivo, el reto de verse titular en una franquicia top NBA tras ganarlo todo en Europa.
Ahora bien, por muy agradecidos que estemos a Llull por su rendimiento y compromiso, no está la sección como para perdonar dinero, menos si hablamos de cifras en millones. Como alternativa, ofrecería flexibilizar los plazos de pago (a 3 o 4 años), para que el jugador no tenga que adelantar dinero o pedir un crédito (como le pasó a Ricky). Una deferencia a cambio de sus derechos preferenciales en Europa.
Confieso que veía claro que, en caso de salir Llull, el sustituto sería Jayson Granger, un base de nivel titular Euroliga, cupo nacional, agente libre, complementario a Chacho y al que imagino que le tira Madrid, donde vivió durante años. Sin embargo, tenía una oferta importante encima de la mesa del Efes (además de un proyecto interesante), los turcos han apretado con los plazos y el uruguayo ha preferido pájaro en mano que ciento volando. La web oficial del club otomano ha confirmado hace unas horas su fichaje por dos temporadas.
El panorama de bases en el mercado este verano en Europa es desolador. No me mencionéis por favor a Teodosic, Heurtel, Rice, Delaney, Koponnen y demás, en plan quiniela Marca; todos ellos tienen lucrativos contratos en vigor para el curso que viene. Esto no es fútbol, que llegas con 90 millones al Tottenham y te llevas el cromo de turno a casa. El Madrid no es el club en liza con mayor presupuesto y, además, Florentino tiene política de no pagar traspasos en basket (salvo cantidades simbólicas como los casos de Mejri, Nocioni o Campazzo). Lo que queda, una vez Sloukas ha firmado por Fenerbahce, es el francés Antoine Diot, perfil uno y medio anotador irregular, algo parecido a Jeremy Pargo, al que Rochestie sustituye en Maccabi. Calathes podría regresar a Europa, pero habría hostias con PAO y Barca.
Al final, viendo que no hay nada en el mercado digno de asumir los 25-30 minutos que libera Llull, bien podríamos dividirlos en dos. La mitad para Doncic y la otra mitad para un especialista que complemente a Chacho, pienso en Draper, ficha de comunitario, agente libre que conoce la liga y el vestuario. A todo esto, claro, Campazzo saldría cedido. ¿Hablábamos de conceder oportunidades a la cantera, una vez nos hemos sacudido la urgencia histórica? Dadas las circunstancias y lo que ofrece el mercado, no se me ocurre mejor momento que el presente. Doncic, calienta que sales.