Dicho lo cual, entremos en materia, en el debut ACB ante Unicaja, con festival ofensivo… pero también día de puertas abiertas en defensa, que se está convirtiendo en costumbre en este arranque de curso, ya pasó ante Fenerbahce en amistoso y Barca en la Supercopa. En ambos casos resulta especiamente sospechosa la dejadez atrás de uno que se caracteriza por precisamente lo contrario, Gustavo Ayón. Firmó ante Unicaja buenos números en ataque, el equipo le busca y él define bien (8/10tc), se benefició de la mayoría de las 9 asistencias de Llull.
Sin embargo, esos números esconden una estadística sangrante, el -14 del equipo en sus minutos en pista, debido en gran parte a su pobre defensa a Musli, igual que a Tomic una semana atrás. Y por eso vio desde la banca el desenlace del encuentro, porque Othello Hunter sí fue un valladar atrás, duro en defensa, fuerte en rebote, definiendo bajo aro los balones que le llegaron (5/6). El balance del equipo fue de +25 en sus minutos en pista, las casualidades no existen, puso orden y compromiso en un encuentro que por momentos pareció de pretemporada, por la escasa intensidad. Pero a él los amistosos no le van, es un duro de pelar. Pese a un verano que suponemos incómodo, con la incertidumbre del pasaporte, llega físicamente como un toro al comienzo de temporada y confirma los mejores presagios de una adaptación instantánea al estilo de juego. Fue petición expresa de Laso, al César lo que es del César.
Un fichaje al que le va a costar bastante más adaptarse es Anthony Randolph, al que no pidió Laso sino que le gustaba a Herreros (… y a media Europa). Se le vio un poco desubicado ante los malagueños, además de desacertado de cara al aro (1/7). Tiene buena mano y enormes recursos, pero su valor es la versatilidad, no deberíamos esperar unos % de tiros de campo como los de Thompkins el año pasado. Sorpresa agradable fue la aportación de la pareja más gris de la plantilla, Maciulis y especialmente ayer Taylor, muy valiosos minutos en la recta final después de una pretemporada calamitosa. Sabemos por el curso pasado que no podemos esperar de él rendimiento regular, pero cuando tiene un partido así, correcto en ataque y evitando faltas innecesarias atrás, es un activo muy valioso, pues hay pocos atletas como él en Europa.
Lucieron Carroll y Felipe, que sumaron estadística como se les presupone. El primero con su perenne puntería y el segundo tirando de galones arbitrales en la competición nacional (7/7tl). Sin embargo, lo mejor del Madrid volvieron a ser los bases. Sigue sin echarse demasiado de menos a Chacho. Draper cumplió de nuevo y Doncic movió al equipo con acierto y seguridad en los minutos que le tocó dirigir. Con Llull sencillamente se me acaba la prosa. Firmó unos JJOO muy pobres, pero con él estábamos tranquilos, sabíamos que en cuanto volviese a vestir de blanco sería el jugador franquicia. Y así está siendo, dos encuentros oficiales, dos partidazos, parece haber dado un nuevo paso al frente con la marcha de Chacho. Van ya varios años subiendo sus prestaciones de un curso a otro.
Exactamente lo contrario que Rudy, que repitió las sensaciones dejadas ante el Barca, pero con peores números aún, así que igual que Ayón vio el desenlace de chándal. En dos encuentros oficiales se ha lanzado 16 triples, el recurso cómodo, y no ha forzado aún ni un tiro libre, que era la seña de identidad de aquella versión ‘vellocino de oro’. Tiene la salud, los galones y este año más tiempo de balón en sus manos, con la salida de Rodríguez. No hay excusas, no nos sirve este modo Corbacho.