Equilibrio salarial

En abril, tras el batacazo Euroliga, bien parecía que el verano sería de muchos cambios en los actores secundarios de la plantilla. Sin embargo, el equipo enderezó el rumbo a tiempo, cerró con buen sabor de boca y el lema en los despachos ha cambiado. La palabra que más se escucha es continuidad, incluida de algunos que tenían pie y medio fuera. Cuento entre esos a Nocioni, Thompkins y Taylor. Los dos estadounidenses no cumplieron tal vez las expectativas que levantó su incorporación, pero al menos se acabaron convirtiendo en piezas homologables del engranaje Laso. Más allá de su rendimiento, la decisión sobre su continuidad se toma también en contexto, en base a las alternativas que ofrece el mercado en su puesto a un precio similar.

Taylor es un jugador con un IQ bajo en pista y por momentos canta su falta de confianza en el tiro de tres, ya sabéis, pecado capital para los exteriores en este sistema. Sin embargo, tiene un físico absolutamente diferencial para Europa, midiendo 2.01m puede emparejarse en defensa con escoltas y hasta bases, y tapar así las miserias de Chacho o Carroll, según proceda. Su condición de comunitario y su sueldo razonable, alrededor del millón de euros bruto, le convierten en una pieza difícil de sustituir en el mercado. Por comparar, Fenerbahce pagó un millón de cláusula por Kalinic, del mismo perfil y que tampoco marca diferencias, además de arrearle un millón de dólares neto al año, es decir, 2 en fiscalidad española. Entiendo que es el mismo motivo por el que se ha renovado al otro alero de la plantilla, Maciulis, cuyo rendimiento este curso, tras su despampanante Eurobasket, ha sido igualmente discretito.

La contribución de Thompkins, si contamos su notable recta final, ha sido quizá mayor que la de Taylor, de ahí la relativa unanimidad en la afición sobre su continuidad. Sucedía en su caso que el mercado sí ofrecía algunas alternativas potenciales, como Claver, en un perfil más defensivo pero pasaporte nacional, y Anthony Randolph, interior de moda en Europa y me dicen que objeto de deseo de Herreros. Ambas operaciones parecen haberse torcido. La primera, por la actitud ‘perro del hortelano’ de Valencia, cerrado en banda a negociar por su transfer un precio de mercado razonable. En el caso de Randolph entran en juego dos factores. Por una parte, que su prioridad es intentar regresar a la NBA, al fin y al cabo la liga de su país y donde con el nuevo contrato de TV atan a los perros con longaniza. El Madrid no tendría respuesta hasta entrado el verano, ya sin capacidad de reacción en caso de negativa. Por otra, pide un sueldo muy alto, un riesgo con el historial de talento interior malgastado por Laso y que desequilibraría el ya de por sí complejo ecosistema salarial de la plantilla.

Y digo ya de por sí complejo porque está condicionando las negociaciones para la renovación de Ayón, para la que en todo caso mantengo el optimismo. El club está plantado en 2,2/2,3 millones por temporada, mientras que el mexicano quiere llegar a los 3. La cuestión no es si el club puede o no llegar a esas cifras, que puede, sino si debe, pues supondría el doble de salario que Chacho y un 20% más que Llull, que es el jugador franquicia. No me olvido de Rudy. Sus 2,7mill anuales son a día de hoy excesivos para su rendimiento, pero las circunstancias de su fichaje fueron las que fueron, venía con mucho cartel de la NBA y hubo que pujar con el Barca. Aún así, el club es consciente de que cobra de más y le ha ofrecido ampliar años a cambio de bajarse el sueldo.

Autopista al doblete

Lo tiene el Madrid a mano, por el marcador de la serie, 2-1, pero sobre todo por las sensaciones. Una derrota in extremis seguida de dos victorias incontenstables. A los puntos la eliminatoria no tiene color. El ataque blanco está superando ampliamente la defensa azulgrana, 94pts de media en la serie, un ritmo que este Barcelona no puede seguir, con Tomic y Satoransky como únicos activos fiables a día de hoy. Por la experiencia de ya unos cuantos años tengo gran respeto por el espíritu competitivo de los equipos de Pascual, pero por momentos da la sensación de que sus jugadores han tirado la toalla. Y si la serie termina el miércoles en Madrid, sospecho que será el último encuentro del entrenador azulgrana. 

Protagonistas blancos Llull y Ayón, han sido el sostén del equipo durante todo el curso y no iban a fallar en la cita que lo decide. El menorquín, potencia sin control en sus primeros años de blanco, se ha convertido en un tremendo líder. Su renovación el verano pasado, dando calabazas a la NBA, fue de una importancia capital en el destino a medio plazo de la sección… igual que lo va a ser la de Ayón, que algunos periodistas dan ya por sentado, y de la que personalmente no dudo. Ambas partes se necesitan y, si os habéis dado cuenta, en realidad el mexicano nunca ha llegado a sonar para otros equipos. Será el triunfo del sentido común y de paso el movimiento más importante del club en verano. Porque, sí, los fichajes anotadores flamantes, la estrella de moda en el mercado, pues ilusionan a la afición, entretienen el verano y venden periódicos, pero cuando ya tienes cracks en casa, como lo son Llull y Ayón, lo importante es mantenerlos. Mirad a CSKA, vigente campeón, no va a fichar prácticamente a nadie, pero ha logrado mantener a De Colo, que es el mejor jugador de la Euroliga.

Y por cerrar el capítulo de renovaciones, en su caso más bien permanencia, lo mismo aún tiene alguna opción Thompkins, ¿no? Ofrece lo que ofrece, nivel homologable en el último mes y medio, consistente. Dada su edad, evolución y adaptación diesel, creo que si siguiese su segundo año sería mejor. Pero, independientemente de eso, que para gustos los colores, la respuesta requiere contexto: ¿Qué alternativas ofrece el mercado a un precio que pueda asumir el Madrid? Quizá no es la estrella flamante que alguno esperaba viendo sus números en Nizhny, pero si nos hemos quedado sin dinero para un Randolph por el esfuerzo de la renovación de Ayón, prefiero apostar por la continuidad de Trey (1mill anual) que fichar low cost de perfil bajo tipo Will Thomas (Unicaja) o Deon Thompson (Brose), dos de los nombres que se barajan y que cobrarían casi lo mismo. Un Thompkins, por cierto, muy sólido tanto en el segundo como en el tercer partido de la serie.

Aunque quien dominó por momentos el tercer encuentro (parcial blanco de 15-0), recordando su versión vellocino, fue Rudy (18pts finales), al que da gusto ver jugar cuando está así, mentalmente enchufado y rápido de piernas. Ve el basket sencillamente medio segundo por delante. Roba un balón brutal en el tercer cuarto, a media pista, lee el pase del atacante medio segundo antes de que salga de la mano. El comentarista de la tv rusa, Gomelsky hijo nada menos, se pasó un minuto alucinado, sin parar de comentar la jugada. A ver si efectivamente Rudy descansa en verano y vemos a esta versión mucho más a menudo el curso que viene. Nos lo debe. El año que viene tendrá nueva competencia en el puesto, y no es ningún fichaje, sino el niño, Luka, que se da con la cabeza en el techo como tercer base de los Sergios, así que jugará como 2-3. Se lo puede permitir sin traumas, dado su físico y variedad de repertorio. Valiosos minutos en el tercer partido, me quedo con una canasta más personal al poste que le hace a todo un Perperoglu, con sus 2.03m y su templanza de perro viejo.

Fea pero contundente

Pone el Madrid la directa hacia la final ACB con una victoria tan fea como contundente en el primer partido de semifinales. Si no me falla la estadística, con Laso nunca ha perdido el equipo una eliminatoria tras haber ganado el primer encuentro. Fue, de paso, el partido con menos puntos encajados del curso, 57, ya se sabe que si las piernas respetan este equipo guarda siempre una marcha en defensa para las citas de lustre. Sí, Valencia estuvo negado en el triple y no lo estará siempre, pero también contribuyó activamente el Madrid, con buenas ayudas en las penetraciones y sobre todo dificultando la circulación taronja con manos activas. Destacó en esa labor Felipe, con cuatro robos, aunque en general el nivel defensivo del equipo sube cuando coinciden en pista Ayón y Rudy, que tienen ambos buenas manos y leen el juego que da gusto. El regreso de Rudy a un nivel homologable fue una de las mejores noticias del partido para el Madrid.

Decía que fue una victoria fea porque lo que más luce, el ataque, estuvo realmente espesito, salvo el arreón del comienzo del último cuarto, Carroll mediante: se perdieron más balones (15) que asistencias se repartieron (11). El ejemplo es Trey Thomopkins, que nos tiene acostumbrados a porcentajes muy altos y ayer firmó un pobre 2/7 de campo, además de 0 rebotes en los 12 minutos que pasó en pista. Su peor partido en dos meses, que compromete sus ya de por sí escasas opciones de renovar. Uno de los que suena como sustituto en un perfil similar, Justin Hamilton, pasó con más pena que gloria por el Palacio.

Hay dos nombres de interiores que más que sonar están ya directamente atados: Othello Hunter y Víctor Claver. Lo del primero es vox populi desde hace semanas, lo de Claver es más reciente, se ha sabido en las últimas horas que ha alcanzado un acuerdo por tres temporadas con el club blanco, a falta de acordar con Valencia la compra de sus derechos ACB. No debería ser un problema, igual que no lo fue con el Barca por Ayón ni con Baskonia por Nocioni. Valencia no puede apretar demasiado, pues son lentejas, o acepta lo que ofrezca el Madrid o Claver se va a un turco y los taronja no ven un duro pues solo tienen los derechos del jugador en ACB.

Hace meses, sino directamente un año, que desde esta tribuna veníamos comentando que Claver puede ser un buen sustituto de Nocioni, al que lógicamente se le apaga la llama. Recuerdo que cuando lo mencioné por primera vez algunos me tacharon de loco, imagino que la temporada de Claver en Krasnodar ha disipado dudas. Ingredientes tieje muchos: nacional, amigo de la columna vertebral de la plantilla, sin aspiraciones NBA y perfil Laso: buenas piernas, gran defensor, abre el campo en ataque, pero tiene poca necesidad de balón.

Los fichajes luego pueden salir buenos o malos, pero la forma en que se han cerrado estos dos habla bien del trabajo desde los despachos de la sección, que de un tiempo a esta parte apalabra las incorporaciones antes de que termine la temporada, evitando el sobreprecio y la escasez propios de la puja veraniega.

Ayón, el precio justo

Con 10 victorias seguidas cierra la fase regular ACB el Madrid, al que la eliminación europea y el ritmo de un partido a la semana definitivamente han venido como agua de mayo (y nunca mejor dicho) para recuperar sensaciones. No tendrá ventaja campo en una hipotética final ACB contra el Barca, pero a cambio se medirá en semifinales a Valencia con factor pista. Un Valencia que ha perdido 6 de los últimos 15 partidos y parece a priori menos competitivo que Baskonia, que además recupera en playoffs a Shengelia y Causeur.

Cuatro jugadores blancos terminan la liga regular en plena forma. Por una parte, los Sergios, a los que se vio desfondados en la serie ante Fenerbahce. Llull, 59 puntos en los últimos 3 partidos, mientras que Chacho enseña detalles de esa versión distribuidor que preferimos. Tremendo su récord ante Fuenlabrada, pero no fue flor de un día, ayer repartió otras 9 en Sevilla y termina el curso como mejor asistente de la competición.

El tercer activo en forma de la plantilla es Trey Thompkins, ‘renacido’ desde su partidazo en el Palau. Más allá de una actuación de acierto, parece haber entrado en la dinámica del grupo, lo que por cierto hace ahora dudar al club sobre su futuro. Ya no cantan tanto sus despistes en defensa y lo que ofrece a cambio en ataque es canela, unos porcentajes de tiro de campo desequilibrantes: 66% de dos y 57 de tres en temporada regular. Laso empieza a confiar en él, sobre todo desde que ha descubierto la pólvora alineándolo con Ayón, dos perfiles complementarios que se mejoran mútuamente. El mexicano es, ni que decir tiene, el cuarto de esos jugadores blancos que terminan la regular en forma, en su caso más bien como un cohete, valoración media 28 en los últimos 5 encuentros. También hay que acotar que en Sevilla sus pares (Balvin y Jordan) hicieron 31 puntos con 14/17 de campo.

Un pico de forma el de Ayón que coincide con las negociaciones para su renovación, quizá la operación de mayor importancia en la sección este verano. Llevan las partes meses en la mesa sin acuerdo. Mil variables complican una renovación que a primera vista pareciese de cajón. Ayón conoce la ciudad, habla el idioma y tiene más protagonismo del que tendría en ningún equipo que le pueda pagar las cifras que pide su agente, según me cuentan, entre 3 y 4 millones anuales, frente a los 2 en los que está plantado el Madrid. Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar. Que sus números de las últimas semanas no nos confundan: el precio lo marca, no el rendimiento deportivo ni el compromiso, sino el mercado, la ley de la oferta y la demanda. Es verdad que el Madrid necesita a Ayón, pero no me consta por ahora que ningún equipo le ofrezca la salvajada que pide el agente. Por muy buena que sea su temporada y completo su juego, carece del bien más cotizado en el mercado de pívots, repertorio ofensivo en 1×1. Difícilmente firmaría semejantes números en otro sistema distinto al de Laso y sin los Sergios alimentándole.

Incluso en el improbable caso de que un club europeo ofrezca lo que pide el agente, ¿hasta qué punto estaría el mexicano, tipo casero y sencillo, dispuesto a mudarse a Estambul o Moscú por un puñado de dólares más? Yo no lo veo. La única variable por la que concibo que el mexicano pueda salir de Madrid no es dinero, sino una oferta de una franquicia NBA, que le permitiría sacarse la espina clavada de su primera etapa y, sobre todo, estar más cerca de su hijo, del que en varias entrevistas ha dicho que es su prioridad.

Thompkins se reivindica en el Palau

Victoria en el Palau remontando 16 puntos que, primero de todo, es una inyección de autoestima, que estaba por lo suelos tras la aplastante derrota en cuartos de Euroliga. El equipo sigue físicamente mal, eso no cambia de un día para otro, pero esta vez sí entraron los triples. Hay lógicamente un componente de acierto puro de los jugadores que no se puede controlar, pero puedes sumar a la ecuación variables como la circulación de balón y el criterio en la selección de tiro. En números, se lanzaron 6 triples menos que tiros de dos, que a domicilio en pista de un grande ya es casi noticia, y se repartieron muchas asistencias, tantas como 25. Además se defendió bien en la segunda parte, no se dejó tiro sin puntear.

No hay peros a la victoria. El Barca se juega la temporada el martes en Krasnodar, pero escondió bien poco, solo Navarro, y es que en un clásico ante tu público no hay lugar a relajación. Ganar la ACB implica casi obligatoriamente batir al Barcelona y esta victoria muestra que no estamos tan lejos.

El protagonista de la velada fue lógicamente Trey Thompkins, que eligió plaza mayor para establecer su máxima anotación de blanco, 25 puntos, que mantuvieron al equipo en los peores momentos. No es solo que le entrasen los triples, lo cual no debe ser tan extraño en un tipo que acredita 50% en ACB. En realidad metió más canastas de dos (6/8), buena parte fruto de moverse bien sin balón, para aprovecharse de los desequilibrios que generaban Chacho y Ayón desde 2×2, ambos enormes hoy, por cierto, pero eso es menos noticia. El porcentaje de dos de Thompkins en ACB es del 66%, nada despreciabe para un pívot que «solo tira triples». También atrapó 7 rebotes, algunos de ellos en tráfico de bastante mérito. Lógicamente es solo un buen partido, igual que los ha tenido y los tendrá malos, pero una actuación que demuestra que tiene un techo alto, un gran talento ofensivo. Ese talento, sin embargo, no ha terminado de eclosionar aún, tiene 25 años y prácticamente nula experiencia en la élite. Hay que tener paciencia y mimarlo con un poco de confianza, no sentándole al primer error, y también con balón, algún sistema ofensivo más allá de colocarle en la esquina a ver que le cae.

Laso en general no le ha dado a lo largo de la temporada ni lo primero ni lo segundo, y el motivo principal es que es interior. Pongamos, para comparar, de ejemplo a Carroll, al que vaya por delante que adoro. No sabe botar y es un agujero en defensa, carencias que compensa porque anota. Y anota porque es muy bueno… y porque la mitad de los sistemas del equipo cuando está en pista son para él, y es lógico. Salvando las distancias, la forma de aprovechar a Thompkins como un activo útil de rotación sería convirtiéndole en un ‘Carroll interior’. Tener 2 o 3 sistemas para cuando esté en pista, así producirá en ataque y te justifica lo que resta atrás. No pido que Thompkins sea la estrella, es más, ni siquiera hace falta que siga en verano, no tengo acciones en su agencia. Me da igual el apellido, me conformaría con que Laso entendiese que no sobra tener algún interior de talento ofensivo en la plantilla y algún que otro sistema para que produzca. Llámese Tomic, Bourosusis, Thompkins, Hernangomez o Randolph. La variedad nos hace menos previsibles y por ende más competitivos.

Atasco en la operación salida

¿»Aún quedan dos meses de competición»? ¿»Hay que centrarse solo en la liga»? Están muy bien como mensajes de los jugadores en redes sociales, para motivarse tras la derrota. Pero, ¿acaso nosotros somos los jugadores o el cuerpo técnico? Somos aficionados, nuestras ‘funciones’ son animar y sufrir el día del partido, comentar en el bar/blog durante la semana, jugar a la supermanager y pajiplantillearnos. Nunca olvidaré la felicidad por las victorias del curso pasado, pero ¿qué es la lealtad? «Esto es el Madrid, coño, es la crítica y el inconformismo lo que nos hace mejores», no son palabras mías sino de nuestro ayatolá Turpin. Lo repetía como un mantra, igual en la victoria que en la derrota. Toca hacer crítica constructiva y pensar en parches tras la pobre temporada del equipo en ‘su competición’, ese 12-15 Euroliga. Porque ganar en la fase regular ACB a equipos con menos presupuesto que el salario de Rudy tiene un mérito relativo, y hasta los playoffs que volvamos a jugarnos el tipo queda aún mes y medio. 

Espero que sobre todo Herreros no se centre «solo en la liga», porque en su caso concreto tiene una montaña de trabajo por delante. Nada menos que ocho jugadores de la plantilla, si las cuentas no me fallan, terminan contrato el 30 de junio: Ayón, Ndour, Thompkins, KC, Maciulis, Nocioni, Taylor y Willy. De esos, doy por sentado que tres se marchan prácticamente seguro: Ndour, Thompkins y Willy. El senegalés no pasa el corte y además su fichaje era innecesario. Duele algo más el caso de los dos segundos, pues son jóvenes (25 y 21 años), tienen gran recorrido y brillarán a corto plazo allá donde vayan, pero queda claro que no tienen cabida en el Madrid con el planteamiento de juego de este entrenador.

De entre Rivers, Jonas, Chapu y Taylor pueden salir al menos otro par. El sueco tiene el perfil de alero físico defensivo que gusta a Laso, por ahora no ha cuajado pero, dada su ficha de comunitario y su caché razonable, podría continuar en función de su rendimiento en el final de curso. KC y Maciulis han ofrecido un gran servicio pero da la sensación de que su ciclo en el club va tocando a su fin. La temporada de Nocioni, pese a ese 38% de campo en Euroliga, la considero homologable, pero no ha dado el step-ahead del año pasado en los partidos clave. Y su salario, esos 1.6 millones anuales, pues pide algo más que homologable. Cumple 37 en noviembre y no se va a perder los JJOO. Si se baja el sueldo a la mitad y acepta firmar solo un año, que siga. De lo contrario, despedida con honores de Estado.

De los que terminan contrato, la situación más sensible es la de Ayón, referente en el sistema Laso, pero que se estaría subiendo a la parra en las cifras que pide para renovar, las de Rudy y Llull, alrededor de los 3 millones anuales partiendo del 1,8 que cobra este curso. Para su desgracia, el salario no lo marca la importancia en el equipo sino el valor de mercado, la oferta y la demanda. Y por muy buenas estadísticas que acredite, la demanda por un pívot por debajo de 7 pies y sin apenas recursos ofensivos en 1×1 no es de 3 millones. Confío en que el sentido común prevalezca, ningún club europeo le va a ofrecer el salario y el protagonismo que el Madrid de Laso.

De los jugadores bajo contrato, Lima, Rudy, Luka, Felipe, Carroll y Chacho, entiendo que siguen todos, con la única duda de Rodríguez, en caso de alguna oferta tentadora del otro lado del charco. Sería una mazazo en lo moral, quizá el mayor símbolo del lasismo, un placer para los sentidos, aunque viendo el vaso medio lleno, su recambio no sería el más dramático, con Llull de base titular, Doncic pidiendo a gritos más minutos y la gran evolución de Campazzo en su año cedido en Murcia.

Para suplir las bajas suenan muchos nombres, es difícil a estas alturas separar el trigo de la paja, es decir, distinguir entre rumor interesado de agente y verdadero interés del club. Sabemos que Kuzminskas, Claver y Fran Vázquez son factibles pues terminan contrato, otro asunto es que interesen. El gallego tiene el perfil perfecto pero llegaría cinco años tarde, mientras que con Claver parece que el Barca ha tomado la delantera. Se habla de Anthony Randolph, el jugador de moda en Europa, pasaporte alemán, mucha clase, pero costaría un ojo de la cara dado que los grandes entrarían en la puja. Aprendamos del error de Thompkins, y antes de gastarse la paga en un pívot con talento preguntemos a Laso si le quiere para algo más que poner bloqueos.