Nunca subestimes el corazón de un campeón, dijo una vez Tomjanovich. Y con eso, corazón, pese a las baja sensibles de Rudy y Thompkins, logró el vigente campeón alargar su vía crucis europeo, batiendo a Fenerbahce tras varias desventajas alrededor del doble dígito en distintos tramos del partido.
Se defendió al fin, no en el primer cuarto, que se encajaron 28, pero sí el resto de la velada, a rebufo de la afición y con el eliminación en el retrovisor. Un ejercicio de supervivencia, presionando el bote y punteando tiro, para dejar en 40% de campo y 73 puntos finales a uno de lo gallos del continente, 13 puntos por debajo de la media que veníamos recibiendo. Y en el capítulo defensa sobresale un nombre, Jeffery Taylor, sobrio en ataque y soberbio en cancha propia, sirva como botón de muestra esa estadística de +15 el equipo en su minutos en pista. Apagó la luz a Datome, que se zampó en cambio a Maciulis en el arranque del partido. Dada la lesión de Rudy y el vergonzante estado de acierto y confianza de Jonas, Taylor está para no sentarse salvo para mear.
Ayón (15pt) cumplió en su línea de referente interior desde que comenzase el curso, fajándose con quizá el interior más determinante del continente si sumamos ambo aros como es Vesely.
Heroica la segunda parte de Llull, en la que metió todos sus 17 puntos, enseñando quién es el jugador franquicia, pese a jugar tocado (el entrenamiento previo lo tuvo que hacer a medio gas). Acierto, sí, pero contagió al equipo de compromiso y actitud, madridismo puro. Y no olvido a la chavalada, Doncic y Willy, que prendió la mecha de la ilusión en un mágico arranque de segundo cuarto.
Doy por hecho la victoria en casa en la última jornada ante Estrasburgo, con lo que el top16 pasa por ganar el próximo viernes en Múnich al Bayern, que encima es rival directo. Los precedentes no invitan al optimismo, pues no solo no hemos ganado aún a domicilio… es que ni siquiera hemos competido. Para ello habría que volver a defender, esta vez sin el aliento del Palacio, a enseñar carácter de campeón.