Tampoco a la quinta

Las heroicidades postreras de Carroll y Singler que alargaron la agonía no maquillan el hecho de que el Madrid fue peor. Por segundo partido consecutivo, cuando la temporada se decide, Xavi Pascual dio un repaso táctico a Laso, más en la preparación de partido que en la propia gestión. Los jugadores parecían superados por cada cambio defensivo azulgrana, forzando un acierto paupérrimo (34% en tiros de campo) y un partido en guarismos azulgrana. Fran Vázquez, incapaz en el 1×1 pero un definidor feroz, castigó sin piedad la candidez blanca en el rebote defensivo. Lorbek, justísimo MVP, su probable salida en verano será un dolor de muelas menos.

Son ya 5 años del Madrid sin ganar la ACB. La excusa de la plantilla joven y prometedora no sirve eternamente. Este debía ser el ‘Año I’ del nuevo orden, pero el Madrid perdió como un novato una final que venía de cara. Regaló el primer encuentro y no supo cerrarlo en casa en el cuarto, demasiadas vidas para un Barcelona venido a menos pero todavía competitivo.

El título de Copa del Rey no justifica la temporada. El Madrid cayó en el Top-16 Euroliga por detrás del Bilbao, regaló la liga regular ACB y luego en la final, claro, se hace cuesta arriba ganar un 5º a domicilio. Había plantilla para más. Pero la prensa palanganera, vendida a un entrenador nacional que siempre responde el teléfono, guardará sus cuchillos esta vez, en un ejercicio de complacencia interesada. Obradovic, Messina, Pesic y quizá Panigiani están en el mercado, pero sin una corriente de opinión adversa, Laso continuará incuestionable y la directiva deshará a placer. Felipe renovado, Slaughter por Tomic y ‘todos’ contentos. No sigo que me caliento…

Cuarto menguante

Pudo la presión. Ante la posibilidad de ganar el título en casa, 15.000 espectadores, el equipo se hizo pequeño, firmando el peor encuentro de la temporada en los duelos directos ante el Barcelona (y van 8). El Madrid cayó de ley. Se olvidó de todo lo bueno que demostró en el resto de la serie, que tan superior se había mostrado. Queda el 5º en el Palau, que ya no asusta como otrora en una serie en la que el factor pista ha demostrado escasa influencia. Los blancos han ganado 2 de 4 encuentros en Barcelona este curso…

El Madrid defendió mal, permitiendo tiros liberados al primer extra-pass. Lorbek y en menor medida Mickeal fueron un martillo al poste, las ayudas llegaron siempre tarde, si llegaron. Que Congoleño Wallace suba 16 puntos sin apenas fallo y JayZ Carroll haga 0/5 en triples es más cosa de la virgen de Lourdes. Igual que no todos los días vas a atrapar 25 rebotes más que el rival, como en el 3º encuentro.

Ningún jugador blanco destacó en ataque en realidad, se ve que gastaron toda la pólvora el lunes. Tomic, Mirotic y Singler rallaron a buen nivel, sin alardes. Llull firmó 12 puntos, pero no repartió ni una sola asistencia en media hora en pista, de los que 20 minutos fueron como base. Sea por lo que fuere, Begic y Pocius están completamente out, dos buenos jugadores de fondo de armario menos. Gratuitamente nos vemos con una rotación corta y nos ponemos al nivel del Barca.

Los árbitros no colaboraron con la causa, desde luego a la ACB no le disgusta la idea de otro partido más de tan mediática serie. Pero tampoco fueron decisivos. Esperemos, eso sí, que sean tan dignos, ecuánimes y valientes el sábado en el Palau, con los molinillos de Navarro y los aspavientos de Pascual.

Baño generacional

Hacía falta una función maestra para despejar cualquier duda y escenificar ante notario el cambio de ciclo en el baloncesto nacional. El Madrid inflige al Barca el mayor agua de la era Pascual, una vejación pública y notoria: ante las cámaras de TVE-1, en prime time y ante casi dos millones de espectadores. Los minutos de la basura dejaron en 26 una diferencia que llegó a picar la treintena. Pero más allá de los números, el encuentro ante todo plasma una sensación de superioridad baloncestística absoluta que ya sospechábamos tras los duelos en el Palau (se olía la sangre), incluso durante todo el curso. Tras varias temporadas de recurrentes palizas azulgrana al Madrid, cambian los papeles. Los que en su día las dieron ahora las toman.

Dos apartados estadísticos clave dibujan la sinfonía blanca en el 3º: el rebote (48 a 23) y el juego colectivo (19 a 6 en asistencias). La igualdad del primer acto fue artificial, pues un sospechoso arbitraje permitió al Barcelona sostenerse a cuenta de tiros libres. Pero en el segundo cuarto no hubo asidero. Felipe destrozó el partido con 8 minutos en modo ventilador (val.17), de esos que suele despachar en mañanas de domingo y ante rivales intrascendentes. Desde su evidente desventaja física ante los pívots azulgrana, castigó con recursos alternativos, como la movilidad fuera-dentro y el tiro de 5 metros. Magnífico Chacho, deleitando al personal con 9 asistencias rollo Bugs Bunny. También el dúo Carroll y Llull, que subieron 29 puntos cuando todavía importaban. Todos sumaron en realidad, que es lo que suele pasar cuando juegas como equipo.

El Barca está tocado, casi hundido. No defiende como otrora y en ataque comienza a aflorar egoísmo (sólo 6 asistencias todo el equipo). La fuerza de su colectivo mengua cada minuto que avanza la serie, así como la salud de sus veteranos (N’Dong y Navarro) y la confianza de hombres clave: Eidson, Huertas y Vázquez sumaron 4/21 tc y valoración -10. Este Barca pende de un hilo, sólo necesita un empujón para cruzar la laguna. La serie no debe ver un 5º partido.

La hora de los valientes

9 abajo bien entrado el último cuarto, con Lorbek castigando la rabadilla, ¿adiós a la final? No, era la hora de los valientes. Chacho, Carroll y Mirotic en papel protagonista, Tomic lo había sido durante el resto del partido. El Madrid mostró carácter, se levantó (parcial 3-19) y robó del Palau el partido que se dejó inexplicablemente el miércoles. Esta vez no hubo milagros ni frutas tropicales que salvasen de la quema al Barca. Al final del encuentro, consumada la derrota azulgrana, la retransmisión de TVE parecía un velatorio (‘el cortijo de San Cugat’).

La serie viaja a Madrid con la sensación de que los blancos tienen más baloncesto, con algunos jugadores pletóricos de confianza. Tomic sigue confirmando que el Barca es un caramelo. Primera opción en ataque estático y sus promedios en el Palau son lógicamente de top europeo: 14pts, 8rebs y val.18. Lo de Chacho fue glorioso, esos 3 triplazos consecutivos con 9 abajo rollo semis contra Argentina en el Mundial de 2006… Lleva 18 de 23 triples en playoffs. Por cierto, bien Laso, dando caña arbitral, aprendiendo la lección (según cierro estás líneas ambos son trending topic en Twitter). 

Mejor aún Congoleño Wallace. Ya antes de la final suponíamos que sería un flanco débil, pero es que sus 15 minutos en pista fueron un filón. Algo parecido se puede decir de un desdibujadísimo Eidson desde hace semanas (0/5 tc, val. -4). Sada, el de la ÑBA, lleva valoración 0 y 1/5tc en 30 minutos disputados en la final. Descuidad, que irá a Londres «porque ayuda al rebote». Navarro no está para jugar 2 partidos en 3 días y N’Dong arrastra problemas físicos (como que suman 66 años entre ambos). Vázquez y Huertas aguantaron la primera parte, pero cuando dejaron de entrarle los tiros a Lorbek el Barca cortocircuitó. En fin, que se huele la sangre…