Demasiado CSKA

Derrota tan dolorosa como justa y lógica, ante el equipo más fuerte de Europa a fecha de 2 de marzo. Duele por ser como local y por las consecuencias clasificatorias: obliga a amarrar Kaunas y en casa Jimki, pero probablemente también a rascar algo de Barcelona, Vitoria o El Pireo. El Madrid ha mejorado en las últimas semanas, lo venimos comentando y disfrutando y esta derrota no cambia esa percepción, si bien la ubica en su justa medida. Lo que te sirve para ganar la Copa del Rey o asaltar de milagro la Fonteta no alcanza para meter mano a este CSKA. Too much.

Se jugó con sentido común e intensidad, se compitió con coraje, a grandes rasgos hay pocos peros que poner al equipo (¿la defensa sobre Hines?), pero faltó acierto, 8/32 triples y 9 tiros libres fallados. Y los rusos juegan a piñón fijo, no perdonan. De lejos los que mueven el balón en ataque con más paciencia y criterio del continente, y al final enchufan porque tienen electricistas: 13/26 triples y 27 asistencias para 96 puntos. No tienen la mejor plantilla de los últimos años, pero a veces menos es más: saben a lo que juegan, roles definidos, dos estrellas indiscutibles, especialistas que se vienen arriba (Kurbanov, Higgins) y un entrenador que no pretende reinventar la CocaCola. Si Teodosic no vuelve a perder la cabeza me parecen favoritos al título.

Tampoco podemos consolarnos con que les haya salido el partido de la temporada: lideran el top16 en puntos, valoración y % tanto de 2 como de 3, eso en un grupo criminal. Para meter mano a un rival así necesitas una gran versión y el Madrid sencillamente no la mostró. Tiradores fiables como Nocioni o Rivers erraron un puñado de triples liberados (1/10), y Llull dirigió con lucidez (10 asistencia, 0 pérdidas) pero se ve que gastó la pólvora en Valencia (1/8). En duelos así, de poder a poder, se echa especialmente de menos ese plus de nivel que aporta Rudy, ese dominar ambos aros y forzar por momentos pelotas de break, parciales que abran el partido. Esperemos regrese pronto y regrese bien, quedan ya solo 5 y sigue el Madrid en el alambre.

Machete asalta el Palacio de Invierno

Y cuando empezábamos a dar al enfermo por desahuciado, ni 6 días hacía del bochorno en el Palacio ante Baskonia, resulta que asoma la cabeza donde menos imaginábamos, en Moscú. Cuatro años llevo viviendo en la capital rusa, todos ha venido el Madrid, a menudo más de una vez, y no es que nunca le haya visto ganar, es que nunca había ni competido. Una plaza maldita. Lo he seguido en primera fila, a escasos metros del banquillo blanco, escuchando los gritos, broncas, lamentos y finalmente celebraciones de Laso y la chavalada, que esta noche pueden brindar, no con vodka sino con tequila.

Puede que sea un punto de inflexión, muy bienvenido en puertas de la Copa, lo dudo, más bien otro coletazo de espíritu competitivo, que cada año de la era Laso más que el anterior reserva el equipo para cuando se ve contra las cuerdas. En todo caso muy bienvenido de cara a la clasificación. Para enmendar los patinazos en casa y estar en cuartos hacen falta victorias como esta, en salidas improbables. Diría más, es el triunfo más importante en lo que va de temporada, por el rival, el momento y el escenario. Uno con el equipo en cuadro y con el que, reconozcamoslo, no contábamos. Ni nosotros aficionados ni los jugadores, el cuerpo técnico y la directiva, a tenor de su reacción. Estaban exultantes, teníais que haber visto por ejemplo a Trey Thompkins, firmando autógrafos y repartiendo besos en la pista en el postpartido.

En su caso Jimki sirve además de reivindicación, porque muchos le dábamos por perdido para la causa, sobre todo mentalmente. Titular por la baja de Felipe y Chapu, ha cuajado (pese a problemas de faltas) su mejor actuación de 2016, lo cual tampoco es mucho decir, pero ha sido útil, abriendo el campo, ayudado en rebote defensivo y cumpliendo atrás, que suele ser lo que más le cuesta. Si hasta ha robado un balón siendo el primero en bajar a defender una contra rusa. Enchufar el primer tiro resulta clave, porque su problema al final es de confianza, en ningún caso de facultades. Sigo pensando que tira demasiado de tres (7), la única que se ha jugado al poste ha vuelto a ser canela. No espero una estrella, nunca lo será en el sistema Laso, pero con destellos como hoy puede ser útil de aquí a final de curso.

En todo caso el héroe es sin duda ‘Machete’ Ayón, su mejor actuación en el baloncesto europeo, valoración 41, una salvajada más propia de Pau en el Eurobasket que de un encuentro de mortales. Dominó el partido de cabo a rabo, 23 puntazos, muchos ante un espejo, otro duro de pelar como Augustine. Qué manera de moverse sin balón el mexicano, de rebotear y robar, impresionantes sus ayudas atrás, su concentración y fondo físico para aguantar 35 minutazos en pista con semejante despliegue. Es además un líder contagioso, un ganador: sus arengas en los tiempos muertos se escuchaban nítidas por encima del murmullo del pabellón, sus gritos de ánimo a Thompkins y sus enfados con cada canasta cómoda rival, que esta vez han sido pocas, especialmente en la segunda parte.

El momento clave llegó justo tras la reanudación, cuando el equipo mantuvo el tipo con pelota de break para Jimki. Destacado Llull, que venía de varios partidos flojos, especialmente en la dirección, 11 asistencias y una selección de tiro cabal, plantando cara al backcourt de mayor talento de la competición. Rivers y Maciulis lucen poco pero son cemento, ha llovido desde que hicieron la mili, siempre los querrás de tu lado en trincheras como Moscú. Ndour se ha cascado 17 minutos porque no había otro, por las faltas de Thompkins y porque Laso no concibe juntar en pista a Ayón con Willy. Estos minutos corresponden a partir de la próxima semana a Lima, del que me fío bastante más.

Guantazo en Moscú

Es una cuestión de formas, se mantuvieron durante tres cuartos para acabar perdiéndolas calamitosamente en el último. Nos dejamos avasallar, borrar de la pista durante minutos, picando la diferencia los 20 puntos. Hablamos en el día a día de la clasificación, de las opciones matemáticas y los cruces, pero por el camino, con cada uno de estos repasos, nos vamos dejando también el prestigio, el respeto y el miedo de los rivales. Las tres visitas más exigentes de lo que va de temporada Euroliga, rivales directos como Jimki, Fenerbahce y CSKA, han acabado en derrotas por doble dígito. No es que me rasgue las vestiduras por otra muesca en la racha, las bajas de Rudy y Llull son un lastre. Sabemos además por el curso pasado que el camino al éxito tiene renglones torcidos y salidas de pista… pero empiezo a sospechar que esta temporada hemos superado la cuota, el punto de no retorno.

La derrota contra el Barca en ACB fue un revés aún más fuerte de lo que suponía, bien nos cortó la línea ascendente, bien nos enseñó que esa era ficticia. El caso es que volvemos a estar tocados, a emitir malas sensaciones, con jugadores fuera de dinámica y además ahora, en pleno top16, ya sin apenas margen de error.

Está perdida casi cualquier posibilidad de disputar el average al CSKA en la vuelta. En todo caso, me temo que ni siquiera es nuestra pelea. Olympiakos y CSKA apuntan a las dos primeras plazas del grupo, la guerra del Madrid está con Barca, Jimki y Baskonia por las plazas tercera y cuarta. Nuestra presencia en la Final Four de Berlín debe pagarse hoy bien cara. Las lesiones este año no respetan y la tensión competitiva del grupo no es la misma toda vez se hizo cima el curso pasado. Las piezas nuevas tampoco están encajando. Hablaré más de Thompkins en el próximo post, dedicado a los pívots, pero es evidente que está muy perdido desde que regresó de la lesión, mientras que a Taylor, que tanto aportase en noviembre y la primera mitad de diciembre, parece habérsele salido la cadena. Ambos en valoración negativa en Moscú.

De Chacho, mientras dure la baja de Llull, necesitamos la mejor versión para ser competitivos ante los vitorinos continentales, pero tuvo un día cenizo, de esos con más pérdidas (5) que canastas (3). Mantuvieron la nave a flote el de siempre, Ayón (14+10), un enorme KC Rivers (23 puntos) y el bendito descaro de Luka (12+5), que por momentos enseñó matrícula al mismísimo Teodosic. Pero con el último cuarto llegó el horror, un rosario de pérdidas de balón, Laso agarrado a su sota-caballo-rey, los sistemas para Jaycee y Felipe, superados ambos por las circunstancias y en clara inferioridad ante sus pares, mientras Luka, KC y Gustavo veían desde la banca cómo se esfumaban las opciones de victoria.

A Felipe hay que quererle por lo mucho que ha sido y todavía es, entender y reconocer sus limitaciones no es hacerle de menos. Ante rivales Euroliga de entidad, sobre todo a domicilio, con arbitrajes más permisivos para el defensor, el capitán no produce en ataque. Que Laso le siga tratando como principal y única alternativa ofensiva interior por aquello del «status» es un atraso para la competitividad del equipo en duelos que en algunos casos son clave en el destino de a temporada. En sus tres últimas visitas a Moscú, dos al CSKA y una al Jimki, Reyes firma 0 de 10 tiros de campo y valoración -5… Las comparaciones son odiosas, pero Kyle Hines le hizo 7 de 7 tiros de campo con su 1.98m. A todo esto, Willy sin jugar un solo minuto desde el derbi. Su ridículo ante Samuels fue sonado, pero ¿justifica este repentino ostracismo? Su salida cedido parece inminente, para hacer hueco al desembarco de Lima el 25 de este mes. Toda ayuda es bienvenida, y éste encaja en el sistema como anillo al dedo, pero no espero milagros de un cambio de cromos en el jugador número 12/13 de la plantilla.

Moscú no cree en lágrimas

¿Se acuerdan de la gran pretemporada de Carroll? Yo tampoco, es como si se la hubiese llevado el viento. Hace exactamente un mes le coló 33 puntos a este mismo Jimki, pero claro, era un amistoso. Cuando la tripleta exterior del Jimki (Rice, Shved, Koponen) se pone las pinturas de guerra es mucha tela, más si cuentan con el viento a favor de un arbitraje caserete. ¿Se acuerdan del Eurobasket de Chacho? Yo tampoco. De entre las estrellas blancas es la que peor ha empezado el curso, lamentable en ambos aros tanto en Moscú como el domingo ante Valencia. Sin ninguna chispa en la creación desde bote, que al fin y al cabo es lo suyo (6 asistencias en 44 minutos).

Todo lo contrario que Tyrese Rice, 12pts, 8rebs, que es muy bueno, sí, (menos mal que no cayó en el Barca, que le pretendió en verano), pero además me consta que tiene cruzado al Madrid por cierto roce en la F4 de Milán. Al parecer fue un comentario de Carroll en el túnel de vestuarios en el entrenamiento del día previo a la final, un comentario inofensivo pero que el base se tomó a mal, como un hacer de menos al Maccabi. Rice, animal competitivo, juró venganza, y hasta hoy.

Maciulis, Ayón y Llull fueron los únicos que le echaron bemoles en Moscú, pero ni eso sirvió para dar partido, nunca hubo opciones. Nos falta ahora mismo una marcha, probablemente dos, para optar a sacar algo positivo de una plaza del nivel del Jimki de este curso (roster de campanillas, paga Usmanov, el hombre más rico de Rusia). A Thompkins se le vio algo más implicado en intendencia que en ocasiones previas, especialmente en la segunda parte (5 rebotes, 3 asistencias, 2 tapones), pero en cambio pinchó en lo suyo, anotar. Le secó, tanto a él como a Felipe, un Augustine que cada año me gusta más. Verle en directo impresiona, defensor y reboteador durísimo, una roca, en ataque no es manco, pero sabe limitarse estrictamente a su jurisprudencia. Me consta que el Madrid preguntó en su día por él, pero su sueldo de 800k netos (en Rusia solo se paga un 13% de impuestos) era inalcanzable para lo que el club estaba dispuesto a gastarse por un perfil así.

Lo único positivo del debut Euroliga es que pone fin al arranque de temporada, es decir, a esta tachuela del calendario que ha enseñado todas, toditas las vergüenzas del equipo a estas alturas, que son bastantes. Tres partidos oficiales, tres derrotas, dos estrepitosas y la otra en el Palacio. Nos aguarda una semana reconstituyente, con tres duelos a priori asequibles, Tenerife y Estrella Roja en casa, más la visita este domingo a San Sebastián, por plantilla una de las cenicientas de la competición. Aunque, desde la perspectiva y sabiduría que me aporta este Bombay Sapphire, la verdadera buena nueva de la jornada es que las cheerleaders del Jimki hayan recuperado su mítico número con música de Depeche Mode (Personal Jesus) al final del tercer cuarto. Verlo en primera fila ha justificado más el safari en transporte público a Jimki que el despropósito de nuestros chicos de blanco. Llevo casi cuatro años viviendo en Rusia, vienen cada año y nunca les he visto ganar. Moscú no cree en lágrimas.

Cura de humildad en Moscú

Nos dieron un baño, no de baloncesto, que un poco también, pero principalmente de ganas, intensidad, concentración y de preparación táctica, que en esto último señalo a Laso. El Madrid fue a Moscú con el piloto automático, y con eso aquí no llega. Remontamos al final del segundo cuarto y comienzo del tercero, la mayoría de equipos de Europa se hubiese deshecho como un azucarillo con nuestro aliento en el cogote. Los periodistas rusos en la tribuna me miraban con cara de susto según se encendía el Chacho. Pasa que el CSKA no es la mayoría, si no juegas 40 minutos serios aquí no ganas, punto. Sin apelativos entonces, nos hemos dejado en Moscú la honrilla esa de la imbatibilidad. Viendo el vaso medio lleno, seguimos siendo el mejor equipo de Europa. Puestos a verlo medio vacío, hemos caído de ley en el primer partido a domicilio ante un candidato a la Euroliga. Y pensando en la clasificación, en el duelo por el primer puesto del grupo, ojo al average, que 14 puntos no son moco de pavo como se nos ocurra volver pinchar y lleguemos igualados a la jornada 11º.

Denunciable la actitud de Rudy, ya desde antes del partido, calentando a medio gas, rollo sobrado. Se barruntaba que el Madrid podía salir desvirgado de Rusia, pero tampoco es plan de ir de turismo, Rodolfo. Y mira que se lo pusieron facilito, con la baja de última hora de Weems, con el que se hubiese emparejado muchos minutos. Ya en juego, se me viene a la cabeza un contraataque en que, bien defendido por Jriapa, Rudy falla una bandeja a aro pasado. Se cae al suelo y, en vez de incorporarse y bajar a defender, se queda espatarrado sobre el parquet, mirando a un chaval a su lado con cara de «¿te puedes creer que no hayan pitado falta?». Para cuando finalmente se digna a ponerse en pie, el CSKA ya ha circulado el balón en la otra pista y encontrado al hombre libre para colarnos un triple, Teodosic, el único que metió. El 2 de 13 tiros de campo de Rudy es casi lo de menos. Quien me lee de seguido sabe que le he defendido en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, pero hoy le he visto en directo y os aseguro que al menos por una noche bien se merece aquel apelativo de vedette. Se lleva de Moscú una cura de humildad.

El otro primer espada blanco que regresa con un revolcón es Mirlo, pese a números finales homologables. En su caso no fue por actitud, sino el reflejo del repaso que nos dio su juego interior, pese a la baja de Hines. Valoración 66 a 14. Es que un Jriapa renqueante nos repartió 9 asistencias… Por cierto, ya os lo decía el tío karuso desde antes del Eurobasket: «ojo a la progresión de Vorontsevich». 14 puntos como puñales nos clavó. Lo de Krstic no hay que tomárselo en plan personal, es el mejor cinco de la Euroliga, como tal cobra, y ha despertado tras una primera fase flojilla. El amic promedia 17 puntos y valoración 22 en el top 16, que es lo normal. Aí, se cenó a Bourousis, básicamente porque puede.

Y para cerrar el capítulo de la pintura, el que decidió el encuentro, quiero romper hoy una lanza en favor de Felipe, precisamente en su peor actuación que le recuerdo, con alguna acción tirando a vergonzante. Más de uno cargará contra él las tintas, y está en su derecho. Lógicamente en un escenario como éste le cuesta más, contra el mejor juego interior de Europa y a domicilio, con lo que significa eso de contacto arbitral permitido a los locales. Pero que los árboles no os impidan ver el bosque, este -7 es sólo un borrón en una magnífica temporada como cuatro reserva. Lo mejor del Madrid fue Darden (del que eché en falta más minutos) y, sobre todo, los dos Sergio’s (34 puntazos), que dejaron en evidencia a Teodosic, sumido en una esquizofrenia irreversible. Llull confirmó en plaza de primera su repunte de forma.

Ya en otro orden de cosas, os cuento que la visita de los chicos de Laso consiguió colgar el cartel de ‘no hay entradas’, una rara avis en Moscú, ciudad con un problema galopante de asistencia a eventos deportivos. Projorov en primera fila, como de costumbre, y mucha vieja gloria en los pasillos. Por acudir, acudió hasta un fogoso grupo de aficionados locales del Real Madrid (fondo ruso), que se sabían al dedillo los vítores oficiales: el «¿cómo no te voy a querer?», el «adelante força mágico real» y el «hasta el final, vamos real», que por cierto suenan la mar de monos cantados por unos rusos sin idea de castellano. Antes de salir del pabellón, más de una hora después del partido, me he acercado a despedirme de las azafatas porque, oiga, lo primero es lo primero. Me han puesto ojitos, que es lo que hacen las rusas, y por un momento se me han pasado todos los males. He andado cinco metros y abierto la puerta. Los 16 bajo cero me han dado una hostia con la mano abierta y me han devuelto a la realidad de la derrota.

La batalla de Moscú

Si alguna cita en el calendario de enero amenaza de forma real la imbatibilidad (31-0) del Madrid de Laso esa es la visita a Moscú. Hemos ganado en Milán, Valencia o Estambul, que está muy bien, pero el de la capital rusa será nuestro primer envite de la temporada a domicilio ante un candidato real a la Euroliga. También lo consideran así al parecer las apuestas deportivas, que dan al CSKA como tercer favorito al título, tras RM y Barca. Porque por muy mal que esté jugando, exactamente lo mismo que el curso pasado cuando llegó a la F4, CSKA es siempre un rival de consideración, aunque sólo sea por semejante arsenal infrautilizado por Messina, una bestia dormida. Hace ahora un año en esta misma pista el Madrid recibió un buen repaso en el top-16. Yo no recuerdo haber visto a Messina tan feliz como en aquella rueda de prensa postpartido desde que regresó a Moscú hace año y medio.

A nivel clasificatorio, el Madrid acude con red de seguridad gracias a la derrota del CSKA el pasado viernes ante Partizan. El Madrid sí ganó en Belgrado, que me dejó la sensación de que, pese a la inferioridad manifiesta de potencial, más de uno iba a pagar peaje. 15.000 yihadistas son muchos yihadistas. Un pecado el de Messina de jugar a pocos puntos con una plantilla tan larga y contrastada, sólo consigue meter en el partido a rivales inferiores, digamos Partizán.

Para el Madrid, perder en Rusia por escaso margen (remontable en la vuelta) supondría un pinchazo asumible. La imbatibilidad queda muy bonita, sí, pero me consta que más de uno preferiría llegar desvirgado a la Copa del Rey, por aquello de espantar el gafe. Por lo demás, CSKA es enemigo conocido, pero bien merece detenerse un minuto ante uno de los pocos rivales de todo el continente que nos puede tutear. Nombres en la mano, el equipo del Ejército Rojo mantiene el mejor juego interior de la Euroliga, con Jriapa, Hines, Krstic, Kaun y Vorontsevich. Claro que este año el Madrid sí puede plantar cara en el puesto de pívot, para días así hemos fichado a Bourousis. Atrás queda la dupla Hettsheimeir-Begic, lógicamente vapuleada por Krstic-Kaun, que nos coló 44 puntos en los dos partidos del curso pasado. Por cierto, Krstic ha dado un estirón, suma 5 partidos seguidos en doble dígito de anotación tras un arranque de curso infame. Ojo, 11 de 14 tiros de campo en Belgrado.

Todo lo contrario que Jriapa que, lastrado por lesiones, parece que ha envejecido 5 años desde la pasada temporada, cuando bien podría haberse merecido el MVP de la regular. A cambio, Hines rinde como un reloj desde sus limitaciones, exactamente igual que en Grecia, y Vorontsevich (el talento más desaprovechado de la plantilla en mi opinión) progresa adecuadamente en los pocos minutos de que dispone. En el juego exterior, Fridzon se está haciendo importante según avanza la temporada, como no podía ser de otra manera. Más jugador que Micov, sin ser ninguno una estrella. Tras un titubeante inicio de curso, Fridzon promedia 13.5 puntos en el último mes.

El que no levanta cabeza es Teodosic, al que Messina se comió en verano ante la imposibilidad de encontrar nada mejor en el mercado. Sus casi dos millones netos anuales de salario y sobre todo su nefasta dirección en finales apretados son un hándicap para el club. Aaron Jackson, que está cumpliendo en Liga Báltica donde cuenta con más minutos, carece del empaque para dirigir las operaciones de un CSKA en Euroliga. Y Jeremy Pargo no es más que un Pullen en caro y super mazao’, que anota por rachas pero no ve un pase ni al lucero del alba. En fin, que veo un problema de concepción de plantilla (por dinero no será), si juegas a pocos puntos sin un base de garantías.