Parece que nos quedamos también sin Milicic. Estuvo realmente cerca. Resulta frustrante saber que el impedimento final, más que el dinero (el jugador bajó su caché a lo largo del verano y la negociación llegó a un punto en que las diferencias eran salvables con mínima voluntad), fue el miedo al que dirán. Prejuicios y mediopensionismo. Descartamos al mejor pívot calidad-precio que queda en el mercado por unas declaraciones que realizó hace 5 años. Who cares?!
Laso ‘todo me vale’ y su sistema flower-power se apaña con pívots baratitos, sin ego y de escaso talento: el equipo de «la ilusión». Felipe y sus amigos de la prensa palanganera también andarán felices con este juego interior de micropito a medida. Tras la salida de Tomic las aguas parecían haber vuelto a su cauce, a los de tiempos de Vistalegre, tampoco era cuestión de remover la mierda con otro macho alfa en la zona. El negocio queda así: Felipe como 5 titular, primera opción ofensiva en la pintura, rodeado de un par negritos la mar de simpáticos y Begic para 15 minutos porsiaca. Mirotic, infrautilizado, con cara larga y ganas de Chicago. Con los cojones y los contraataques, Europa es nuestra.
Otro por el que se negoció y se ha caído es Hilton Armstrong (rumbo a Panathinaikos), cuya baja tampoco es que vayamos a llorar, pues era de lo más flojito de entre lo mucho que ha sonado ya. Realmente es que descartados Julián (por lesión) y Darko (por miedo), quedan sólo las sobras de las sobras, verdadera morralla. La lista de pívots NBA agentes libres a estas alturas es para mear y no echar gota. Zagales atléticos sin talento ni experiencia o ex-jugadores en busca de un último primo al que engañar (Chris Andersen, Okur, Kenyon Martin o Diop). Los descartados de octubre tampoco serán mejores (perfil segunda ronda del draft). En otros puestos quizá, pero el kilo de pívot es y siempre ha sido el más cotizado. Lo sabían cuando dieron puerta a Tomic, así que ahora que demuestren diligencia o respondan de sus actos.


