Sus padres, Mustapha y Betty, huyeron de Nigeria en los noventa y se asentaron en Madrid, previo paso por Bélgica. Usman, el primero de tres hermanos (el segundo también juega en la cantera), nació en el hospital 12 de octubre, en Usera, y se ha criado en Azuqueca de Henares, más madrileño imposible. Lo que no es madrileño, ni seguramente africano sino de Marte, es su físico para los 16 años que tiene. 203cms y complexión física de 25, muscularmente desarrolladísimo, hasta con un poco de culo pollo, que hunde al poste incluso a los mayores.
Confieso que hasta el viernes no le había visto jugar, quiero decir entre adultos, que los vídeos de niños grúa dominando campeonatos juveniles hacen las delicias de Twitter pero no son siempre una referencia válida. Y he quedado boquiabierto de sus dos partidos en el torneo Costa del Sol, 18 puntos y 30 de valoración en 27 minutos en pista, ante nada menos que Olympiakos y Unicaja. Y la sensación, aunque de esa no tenemos estadística, de que el equipo era mejor con él en pista.
Dos facetas llamaron especialmente mi atención, y ninguna técnica. Por un lado, juega con agresividad, sin miedo al contacto, algo que se debería traer de serie cualquier interior pero cada vez menos habitual en el siglo XXI, de culturistas reconvertidos en tiradores. Por otro lado, impresiona su entendimiento del juego para su edad y puesto, aquello de IQ en pista que dicen los yankees. Tiene buenas manos y técnicamente hace de casi todo. Puede echar el balón al suelo, rebotea como un jabato, gran timming de salto para taponar y un tirito ya bastante consistente. Por sus estadísticas con el filial sabemos que puede colar triples si se queda liberado, aunque en Málaga se cortó bastante, lógico en el debut con los mayores.
Dicho lo cual, si una conclusión sacamos de estos partidos es que tiene nivel para aportar desde ya al primer equipo. Desde luego más que Kuzmic, de cuyo regreso no podríamos alegrarnos más, pero que transmite sensaciones de exjugador, frágil y de un equilibrio inestable. Si antes de la lesión ya iba justo para un Madrid, con un tren inferior muy poco desarrollado, temo que tras romperse la rodilla no tenga nada que aportar. Le queda esta temporada garantizada por contrato, 600k euros; y puestos a indemnizarle por despido, mejor quedársele, por si viniese otra plaga de lesiones y para que ayude en los entrenos.
Y la pregunta ahora es: ¿dónde encajamos a Garuba? No creo que entrase en los planes del club verse en este dilema tan pronto. Lo lógico era repescar el próximo verano a Sebas, que se está saliendo en pretemporada con Tenerife, y dentro de dos incorporar a Garuba a la primera plantilla. Pero los plazos se están acortado. A botepronto, está jodido encontrarle encaje al chaval, porque es interior y el Madrid tiene seguramente la mejor pintura de Europa. El puesto de ala-pívot está copadísimo, con Trey, Randolph y Felipe. Como center, que es de lo que ha jugado estos días en Málaga, tiene por delante a Tavares y Ayón. Teóricamente también a Kuzmic, pero no sacrificaría ni un minuto de Garuba en el primer equipo para darle cancha al serbio. Suena cruel, el deporte profesional lo es. Selección natural. Garuba seguirá por ahora en el filial, suponemos que entrando en algunas convocatorias ACB.
Hace unos días Laso definió como 
Comentábamos en pretemporada, una vez cerrado el plantel, que el juego interior blanco iba algo corto de efectivos, que ojalá se repitiese otro año sin lesiones de los centers, sino podría verse el Madrid en apuros
Termina un Eurobasket con claroscuros para el madridismo, con cinco jugadores presentes, curiosamente ninguno con la selección española. Empezando por lo bueno, me quedo con Randolph, cuyo rendimiento nos dejó con la mosca detrás de la oreja en la recta final de la pasada temporada, sospechosamente a renglón seguido de firmar la renovación. Se reivindica en el torneo como un interior top en Europa, discreto en la fase de grupos pero capital en los cruces, cuando cuenta, mostrando el carácter que se echó de menos en mayo, enseñando los dientes en defensa, encantado del reto de bailar con la más fea, como los Gasol o Porzingis. Le cayeron críticas por sus modales ante Letonia, pero le prefiero así, provocador antes que apático.
Llevo todo el verano recetando tranquilidad y perspectiva a los que pedisteis demoler el proyecto en pleno calentón por las derrotas ante Fenerbahce y Valencia. El Madrid partirá de nuevo en la terna de favoritos a la Euroliga el próximo curso, por plantilla y continuidad de proyecto, pero también hay espacio a una crítica constructiva de los movimientos del club, que transmiten dejadez, relajación y exceso de confianza. Demasiada tras una temporada reguleras. Con poca inversión extra y bastantes más ganas se podía haber hecho mejor.
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