Aunque volvió a lanzar más tiros libres el Barca, nadie se tendrá que acordar esta vez del arbitraje, pues el Madrid ganó de ley (72-84) y en el Palau el 3º partido de la final ACB, victoria con la que se asegura como poco que la serie se decidirá en el Palacio. La final vuelve a estar franca para los blancos, que dominaron el marcador casi la práctica totalidad de los 40 minutos, eso sí, siempre con ventajas de un solo dígito. Felipe y Mirotic, en ese orden cronológico, reventaron la resistencia local.
Con Reyes este curso se me acaban los adjetivos, reconozco que escribo esta crónica con su camiseta puesta, nadie se me altere. Recuerdo cuando le acusábamos, entre muchas otras lindeces, de egoísmo y limitarse a inflar estadísticas en partidos cómodos de liga nacional (las mañanas de domingo). Pues bien, Felipe fue el mejor en la semifinal de la F4, en el segundo partido de esta final (13+6) y hoy se ha superado, sacando al equipo a flote cuando más achuchaba el Barca, barriendo los aros como de costumbre y reventando al poste a sus pares en 1×1, esta segunda es nueva, al menos contra el Barca. 20 puntos para 26 de valoración en 22 minutos en pista. Felipe ha entendido con Laso que se puede brillar sin ser titular ni primer referencia ofensiva, ha renunciado a su ego vedette Vistalegre, algo que no entendió o no quiso entender con Messina. Su estado físico para 33 años es primoroso, maneja como pocos su volumen corporal en la pintura y, todo hay que decirlo, la plantilla de este año del Barcelona ha perdido enteros en la defensa interior, igualitas son las ayudas de Tomic y Mavro/Jawai que las de Vázquez y N’Dong.
Mirotic calcó su segundo partido de la serie, buen comienzo, disperso en el tramo central pero sacando la cabeza en el último cuarto (12 puntos de sus 19 puntos), esta vez sí, para resolver, callando las bocas que cuestionaban su MVP (¿Iturriaga?). Su caso era diferente al de Carroll. Al americano ya no se le espera, porque su apagón tiene profundas razones técnico-tácticas. Lo de Mirlo, en cambio, era sencillamente un cuadro de ansiedad e inexperiencia, nada que no se cure con minutos en pista y un buen Valium. Dos triplacos y una canasta frontal de 5 metros resolvieron en la recta final, evitando apreturas de marcador en las que el Madrid se dejó el partido el martes.
Lo veníamos reclamando enérgicamente desde este foro y Laso claudicó esta vez ante la evidencia: muy a su pesar prescindió de Carroll en la recta final en favor de Darden, que volvió a brillar por encima de lo que dicen sus números. Oleson es un primor pasando bloqueos, pero los envites en la zona de ‘El Predicador’ requieren más fuerza que maña. Darden le colocó al de Alaska dos valiosísimos 1×1 al poste en el último cuarto, uno resuelto en canasta y otro en tiros libres, se barrunta renovación. Begic llega tarde a lo de la renovación, pero se está ganando un contratito cercano a los 7 dígitos en algún primo de la Europa oriental, que tampoco es moco de pavo. Promedia 7 puntos y 4 rebotes en la final, que así dicho puede sonar a poca cosa, pero es lo mismo que su par (Tomic, quinteto ideal Euroliga, doble sueldo) en 10 minutos menos de media. Diria que al Madrid el emparejamiento le sale a cuenta.
Sin ser protagonista, bien esta vez Llull, que se cascó otra minutada (35) pero la gestionó con algo más de temple, dejando que el partido le llegase. Su mera presencia en pista impide a Pascual, que es muy amarrategui, alinear a Huertas, limitando así las alternativas ofensivas del Barca (27 minutos de Sada = 14 tc de Navarro). Por cierto, que un triplazo del propio Llull al final del 3º cuarto allanó mucho el camino. Chacho apagado de nuevo (correcto en la dirección, desastroso en el tiro: 1 de 9), lo mismo que un Rudy al que le empieza a pesar como una losa el apagón de triples, 0 de 13. No olvidar que este tipo coló 159 triples en su temporada rookie en la NBA, quiero decir, que o se le ha olvidado o sólo puede ser una mala racha. El día que cuele el primero cerramos la final, y será más pronto que tarde.

