Hacía falta una función maestra para despejar cualquier duda y escenificar ante notario el cambio de ciclo en el baloncesto nacional. El Madrid inflige al Barca el mayor agua de la era Pascual, una vejación pública y notoria: ante las cámaras de TVE-1, en prime time y ante casi dos millones de espectadores. Los minutos de la basura dejaron en 26 una diferencia que llegó a picar la treintena. Pero más allá de los números, el encuentro ante todo plasma una sensación de superioridad baloncestística absoluta que ya sospechábamos tras los duelos en el Palau (se olía la sangre), incluso durante todo el curso. Tras varias temporadas de recurrentes palizas azulgrana al Madrid, cambian los papeles. Los que en su día las dieron ahora las toman.
Dos apartados estadísticos clave dibujan la sinfonía blanca en el 3º: el rebote (48 a 23) y el juego colectivo (19 a 6 en asistencias). La igualdad del primer acto fue artificial, pues un sospechoso arbitraje permitió al Barcelona sostenerse a cuenta de tiros libres. Pero en el segundo cuarto no hubo asidero. Felipe destrozó el partido con 8 minutos en modo ventilador (val.17), de esos que suele despachar en mañanas de domingo y ante rivales intrascendentes. Desde su evidente desventaja física ante los pívots azulgrana, castigó con recursos alternativos, como la movilidad fuera-dentro y el tiro de 5 metros. Magnífico Chacho, deleitando al personal con 9 asistencias rollo Bugs Bunny. También el dúo Carroll y Llull, que subieron 29 puntos cuando todavía importaban. Todos sumaron en realidad, que es lo que suele pasar cuando juegas como equipo.
El Barca está tocado, casi hundido. No defiende como otrora y en ataque comienza a aflorar egoísmo (sólo 6 asistencias todo el equipo). La fuerza de su colectivo mengua cada minuto que avanza la serie, así como la salud de sus veteranos (N’Dong y Navarro) y la confianza de hombres clave: Eidson, Huertas y Vázquez sumaron 4/21 tc y valoración -10. Este Barca pende de un hilo, sólo necesita un empujón para cruzar la laguna. La serie no debe ver un 5º partido.

