Hora de cerrar filas

No me parece el día de sacar la sierra y despedazar al equipo, cebarme a críticas, aunque sea el primer impulso. Sí, es muy duro ver hacer semejante ridículo a un equipo vigente campeón, pero este grupo, incluido el entrenador al que tanto atizo, nos ha dado un ciclo de alegrías y devuelto el sentimiento de orgullo. No sé si estamos en el ocaso del ciclo o solo en un bache profundo, pero no voy a olvidarlo todo, llevado por la vergüenza de una de las derrotas más severas de los últimos años. Hoy, a las duras, toca cerrar filas y estar con el equipo, se han ganado ese crédito al menos. Por eso no me voy a molestar en bajar al detalle, repartir culpas y señalar apellidos.

Lo cierto es que ni con la baja de Vesely estamos para dar eliminatoria a Fenerbahce, mucho más equipo a día de hoy, uno que juega con intensidad y sentido. Me recuerda un poco, confieso con envidia, al Madrid rústico del año pasado. Nadie en la historia de la Euroliga ha remontado un 0-2 y no tiene ninguna pinta de que este Madrid pueda romper ese hito. El objetivo ahora debe ser intentar ganar al menos un partido en el Palacio, para despedirse con hidalguía, reagruparse para ACB y, sí, llegado el momento hacer autocrítica de una tan pobre temporada Euroliga.

Porque las dos derrotas en Estambul, competida al menos la primera, con sonado estrépito la segunda, son una bofetada de realidad con la mano abierta, una vara de medir del verdadero nivel del equipo en la élite continental. Lokomotiv ganó el primero al Barca y hasta el modesto Estrella Roja ha tenido balón para ganar hoy en pista de CSKA, así que no, no es solo cuestión de que el Madrid cayese en un grupo ‘infernal’ de top16. Ha sido una de las peores defensas durante toda la competición y ha seguido una deriva en ataque hacia un delirio de triples, dos de los varios síntomas que culminan en estas dos derrotas inapelables con la temporada en juego. Intuyo cambios profundos en verano, atasco en la operación salida, pero el curso no ha terminado. Creo en el orgullo y el corazón de este grupo para terminar la temporada con dignidad.

Mira quién baila

Le dábamos ya por amortizado. Llegó a finales de verano como fondo de armario, sin levantar grandes expectativas, baratito y con pasaporte comunitario. Destacó en los dos primeros meses, antes de que se adaptase Maciulis y del resurgir del mejor Carroll. Desde entonces andaba perdido, el aro se le hacía más pequeño cada día, y yo, pese a mi debilidad por la estética de su tiro en suspensión, había perdido la esperanza de verle en titulares antes de su marcha en junio. Pero mire usted por donde, KC Rivers se ha erigido en factor X en dos de los partidos más importantes de lo que va de temporada. Esos 21 de valoración (12pts y 9 rebotes) la pasada semana ante Zalguiris para asegurar el primer puesto del grupo, a los que suman los 21 puntos de ayer (6 de 7 triples) para abrir la serie de cuartos frente a Efes, ambos duelos que pintaban feos al descanso.

Ante los turcos notó el Madrid el desacierto de los Sergios y Carroll, además a Rudy le pesaron esos 10 días out por la lesión de espalda. Por eso resultó aún más crucial la inesperada aparición de KC, que encontró pareja de baile en Ayón: 14 puntos, 10 rebotes y 4 robos para valoración 29. En partidos así, importantes, sacados adelante pese al desacierto de las primeras espadas, marca diferencias el presupuesto bien gastado y la profundidad de banquillo. El concepto navaja suiza. Efes no se va a ver en otra igual para robarnos el factor cancha…

Escarmiento en El Pireo

Llevados por la euforia, en algún momento del comienzo de temporada le colgamos a Mirotic el cartel de mejor de Europa, de jugador franquicia. Nos precipitamos. Va sobrado de clase y suma estadística fácil, incluso mejoró en verano su registro al poste. Todo eso está muy bien, pero mantiene una preocupante tendencia a desaparecer en escenarios adversos que ya atisbamos el curso pasado (missing en la final contra el Barca). En los dos partidos en El Pireo sencillamente no ha comparecido, y así nos luce el pelo. Nos jugaremos el pase a la F4 a partido único, en casa, sí,  pero contra el vigente campeón, crecido según avanza la serie y que ha aprendido a defendernos como ningún otro en todo el curso. Alguno entiende ahora las proporciones de la cagada de Kaunas. Panathinaikos hubiese sido también duro, pero que no os engañe su 2-2 con CSKA, son mucho menos equipo que Olympiakos. 

El Madrid sencillamente cuajó un lamentable cuarto partido de la serie, perdimos más balones (12) que asistencias repartimos (10). Esta vez sí encontramos a los pívots, pero ni Bou, ni Felipe, ni Mirlo anduvieron católicos en los 1×1 de que dispusieron, con lo cual fue un esfuerzo improductivo. De paso, volvieron a hacer all-star a Dunston, para mayor gloria de su agente. Chacho, grisecito grisecito, da menos miedo en esta versión anotadora, acertada el lunes, negada ayer: 1 de 8 de campo. Las meta o no, sus tiros son siempre forzados, mientras que sus pases procuran tiros de alto % del resto (Slaughter, Mejri, Carroll…). El que sí está dando la cara es Rudy (23.5 de valoración media en la serie), el mejor en Atenas, igual que antes lo fue en Milán (26), en Valencia (26) o en el Palacio contra CSKA (33). Este no se achanta en la adversidad, sino que le pone cachondo. Pasa que ni el mejor Rudy puede sacar en solitario nada de La Paz y la Amistad. Nos vemos el viernes.

"En caso de duda, dásela a un Sergio"

Lo primero es un mensaje tranquilizador, «no os pongáis histéricas, putitas», que diría nuestro Turpin. Hicimos 2 de 5 tiros libres en el minuto final (el último de Llull a posta no lo cuento) y perdimos por la mínima en pista del campeón de Europa. Quedan dos strikes, uno en el Palacio imbatido. En cuanto al futuro de la serie, sigo viendo el vaso medio lleno. Ahora bien, el segundo mensaje debe ser de autocrítica. Hoy toca atizar a Laso, un poco superado por las circunstancias. Sabemos que es mejor motivador que gestor de partidos, ayer se le notó. No entiendo lo de ordenar falta en vez de defender, con el marcador empatado y diez segundos por jugar. Si hubiésemos forzado que recibiesen Simmons o Dunston tras saque de banda, pues vale. ¿Pero así? ¿indiscriminadamente? No entiendo. Defiendes y lo ganas en la prórroga. El cagómetro disparó sus niveles, miedo a que te hagan el póster de la canasta sobre la bocina. Pero es que, oiga, al final esas son estadísticamente minoría. Que Sloukas (84% y nervios de acero) te meta los dos tiros libres, eso es lo estadísticamente probable.

Por otra parte, Bourousis, que venía de ser el mejor el jueves, cuando firmó 7/10 tiros de campo para 19pts, no dispuso ayer ni de un mísero tiro de dos en todo el partido. Faltan balones al poste a poco que nos aprietan, nos volvemos previsibles. Vale que los locales defendieron como mastines las líneas de pase y que los árbitros (Lamónica es ETA) permitieron un nivel de contacto altísimo en la zona helena, pero esas circunstancias, previsibles, se palian con buenos sistemas. Miren como a Tomic nunca le faltan balones en el Barca, llueve o granice. El problema es que no hay esos sistemas o están poco trabajados, porque ya se sabe que cuando la cosa se pone fea Laso lo fía todo a los Sergios (¡29 tiros de campo ayer!). Daría igual que fichásemos a Olajuwon con 25 años, al final se nos ven las costuras. También pinchamos en la pintura atrás. Seguimos haciendo all-stars a pívots limitados. Si Alex Tyus (Maccabi) nos hizo 9 de 9 tiros de campo el mes pasado, ayer consentimos 9 de 10 a su clon, Dunston, supercachas 2.03m que define pero con nulos recursos en 1×1. Slaughter se cascó un cuarto de hora en pista pero ni le vio.

En el lado positivo, destacar la labor de Rudy, de nuevo en su versión de las grandes citas. 18 puntos, todos en canastas de gran mérito. También brillaron los Sergios, que mantuvieron el barco a flote en el último cuarto. Valiosa, esta vez sí, la brega de Felipe, pero estuvo muy solo en la pintura. Mejri debe aprender a modular su temperamento en la tormenta. Se calienta y cortocircuita, así nos resulta de utilidad relativa. Slaughter lleva semanas missing, ayer no fue excepción. Bourousis no rascó bola y a Mirotic le faltó carácter. Una nueva actuación flojita en escenario adverso, no es noticia. Por último Carroll no está ni cerca del ritmo que requiere un partido así. 

El rugido del Bourousaurio

Se levantaron a su llegada ciertas dudas sobre su adaptación. Que si un carácter complicado en el vestuario, que si le costaría asumir un rol secundario, que si era lento para un estilo ‘run&gun’… Pamplinas. Cuando dos están por a labor siempre se encuentra el camino. Su media de valoración es 5.3 puntos superior en Euroliga que en ACB (12.9 por 7.6), pese a que sus pares son de mucha mayor entidad. Pero si Bourousis renunció a dinero por venir a Madrid no fue para inflar estadística contra el Manresa sino para ser campeón de Europa. Y así, según avanza el desenlace de ‘su’ competición se agranda su figura. Pese a que no le corresponde papel de primera espada, va sobrado como para dar un paso al frente si la situación lo requiere. Y así lideró ayer con 19 puntos y 10 rebotes a un Madrid que pone pie y medio en la F4 de Milán. Fue el rugido del Bourousaurio, reivindicación de que sigue siendo uno de los mejores pívots del continente, aunque a veces nos olvidemos dado su rol.

El Madrid tiene a su propio Spanoulis

Durante algunos minutos del segundo cuarto nos entró un poco de miedo escénico, reconozcámoslo, a nosotros, los espectadores, pareciese un deja vu de la final de Londres, con el Madrid bordando el inicio pero Olympiakos subiéndose por momentos a las barbas de la mano de Spanoulis, porque 40 minutos contra el campeón de Europa son muchos minutos. Pero este año somos más equipo, y cuando los helenos igualaron el marcador no nos descompusimos, al contrario. Un pequeño arreón al final del segundo cuarto nos devolvió a la pista de baile y después Rudy, que desató la tormenta perfecta en la reanudación, cuajando unos estratosféricos minutos de baloncesto en el tercer parcial.

Sí, Olympiakos tiene a Spanoulis que es muy bueno como demostró ayer, pero nosotros tenemos a Rudy, que nada tiene que envidiarle cuando está por la labor. Y cuando llegan las grandes citas suele estarlo. No debe ser casualidad que sus dos mejores partidos del curso hayan llegado contra los equipos más fuertes de Europa: CSKA y Olympiakos, valoración 33 y 34, respectivamente. En realidad ya avisó el domingo, desangrando a un Estudiantes voluntarioso. Llegado el desenlace del curso brilla el vellocino de oro: Rudy vale cada euro que cuesta, y ojo que son muchos.

El partidazo de Rudy no ensombreció a los otros líderes del equipo, Mirotic, Chacho y Llull, que jugaron los tres a muy buen nivel. Mirlo, desacertado en el triple, pero activo en defensa (5 robos!!), atento al rebote y sabiendo leer el pick n’ roll. Dejó, por cierto, un par de 1×1 al poste de canelita en rama, ahí se nota el trabajo en verano con el maestro Pai Mei. Llull, al que le tocó la más fea, defender a Spanoulis, provocó 5 pérdidas del astro de Larisa. Sumó, además, 12 puntos y 4 asistencias. Por último Chacho, que perdió algún balón más de la cuenta, pero anotó e impuso un ritmo de juego alto imposible de seguir para Olympiakos. Suena a tópico, pero su triple al final del primer tiempo resultó clave para romper tendencia.

Es un comienzo esperanzador, sobre todo porque el Madrid recuperó un gran nivel de juego, digno de campeón de Europa, pero cuidado que Olympiakos tiene más vidas que un gato, todo lo que no sea un 2-0 sería jugar con fuego.