Chacho – Poirier, un match de manual

Con la tercera victoria consecutiva en Euroliga, la más cómoda de todas, el Real Madrid 22/23 sube al cuarto puesto y parece estar entrando por fin en velocidad crucero, dejando atrás la sensación de urgencia que arrastraba en el comienzo de curso. La sensación de tener que reivindicarse a cada partido, sobre todo el entrenador, culpable del delito de no ser Laso.

Una sensación, dicho sea de paso, un poco artificial, propia de una masa social alérgica a la derrota, inevitable en una temporada a 80 partidos. Además, hay sectores, incluidos importantes medios de comunicación, que ya nos conocemos todos, deseando que le vaya mal a Chus Mateo para que por efecto contagio caiga quizá también JCS, artífice del muy discutible despido de Laso. No me encontraréis en esas guerras de guerrillas: si el balón está en juego, el Madrid por encima de todo.

Aparquemos la política y volvamos al parqué de Goya. La mejoría del grupo tiene bastante que ver con el repunte defensivo del backcourt gracias al regreso de Hanga y Abalde, si bien el húngaro cayó lesionado ayer tras ser titular. Quedamos pendientes de su pronóstico, aunque su posible ausencia la compensa en parte la vuelta de Williams-Goss, también de un perfil defensivo y que aparentemente regresa a nivel físico esperanzador, para haber estado medio año de baja. Nueve de valoración anoche en solo siete minutos.

También pesa en la mejoría del equipo la recuperación para la causa de un activo clave, Poirier, puntal de la segunda unidad y que había firmado un inicio de temporada indigno. Ya enseñó los dientes contra Efes la semana pasada pero anoche fue sencillamente el mejor, recordando al del curso pasado. Encendió su ventilador de estadística (28 de valoración) y formó con Chacho una alianza devastadora, con minutos de muchísimos quilates, bordando el pick and roll. El francés tiene una combinación de velocidad, altura, manejo de ambas manos, timing de salto, coordinación y agresividad cuando ataca el aro que le convierten en quizá el mejor center de la Euroliga en situaciones de bloqueo y continuación. Bien alimentado es un filón, y pocos interpretan el 2×2 como Sergio Rodríguez, que ayer se puso el traje de luces. Ambos maximizan las virtudes del otro, un match de manual si esto fuese Tinder.

Tampoco pretendo que nos chupemos las pollas, al menos no todavía, que el partido fue propicio, pero no por ello vamos a dejar de disfrutarlo. El canario, tan irregular y discreto en el arranque de temporada, se soltó anoche el pelo e hizo disfrutar a la tribuna. Dejó momentos brillantes que recordaron a sus mejores años en Goya, cuando salía del banquillo y dinamitaba los partidos en el segundo cuarto, «con la vaquilla a medio torear«, que decía Turpin. Cuando se pone así, casi cada ataque es canasta o asistencia, puro entretenimiento. Asumimos que Chus tomó nota de ese dueto con Vincent y los hará coincidir en pista el mayor tiempo posible.

Tan de guante blanco fue el partido que coach M pudo reducir el tiempo en pista de los más sobrecargados, Tavares, Musa y Deck, que se quedaron en 15, 15 y 17 minutos, respectivamente. También pudo hacer debutar a Eli Ndiaye en Euroliga, que de hecho se fue hasta 22 minutos de juego, muy dignos, cumpliendo con nota en labores defensivas.

El Madrid 21/22, en su más pura esencia

Con sus pronunciados picos de sierra, no apto seguramente para todos los paladares (ni corazones), ayer asistimos a la esencia de este Real Madrid 21/22. A una primera parte de absoluta espesura ofensiva, que hasta sonaban tambores de crisis tras el pinchazo contra Andorra, le siguió una segunda de altísimo nivel físico y defensivo, apabullando una vez más en rebote (+17). Un equipo de 6 en ataque pero 9 en defensa, y esa nota media de 7.5 alcanza este año para liderar la Euroliga en solitario. Manque, al parecer, le pese a algunos.

Fue una de esas noches que merece la pena vivir en Goya, no todos los días se remontan 14 puntos a un equipo de burguesía continental. Además se armó ambientillo, que nada enciende a las masas como un arbitraje esquivo al equipo local. Y el de ayer lo fue, vaya que si lo fue. Sabéis que no acostumbro a referirme a los árbitros, darles protagonismo ni usarlos de excusa, y si esta vez lo hago es precisamente porque se ganó. Pero dio por momentos la sensación de que al trío se le iba el partido de las manos, con situaciones ridículas e injustas, como Poirier expulsado por pedir antideportiva en una falta en la que le arrancaron un diente. No es por equivocarse, sino por enrocarse en el error sobre-castigando cualquier protesta.

Tavares y Heurtel

Y suerte que Tavares, sorprendentemente, se mantuvo esta vez al margen de la bulla arbitral. Suerte porque resultó capital en la remontada, dominando insultantemente ambos aros en la segunda parte, sobre todo el propio. Y tenía enfrente a Moustapha Fall, que no es moco de pavo.

Aunque el verdadero protagonista de la remontada fue Thomás Heurtel, un faro en la tormenta cuando la cosa peor pintaba. Su capacidad de anotar en estático resulta un tesoro en este Madrid limitadillo de recursos ofensivos en el backcourt. Es irregular y no defiende un pimiento, a Laso le pone de los nervios a menudo, a mí también, pero con una plantilla de 16 y la escasez de talento que hay en Europa en el puesto de base, bien merece la pena disponer de un joker así en la baraja. Por cierto, y con todos los respetos, la comparación con Laprovittola es un insulto a la inteligencia, salvo que solo te asomes al basket en día de Clásico. Y si lo digo es porque a algún incauto se lo leí, y no precisamente de la parroquia ajena. Ya me diréis cuántas veces habéis visto al argentino en Euroliga, en partido de primer nivel y cuesta arriba el marcador, echarse el equipo a la espalda como Heurtel ayer.

Se notó la baja de Tortuga Deck, el mejor contra Andorra, ausente por problemas físicos, según explicó Laso. Quedan dos semanas para la Copa y sería una baja sensible, porque Hanga también lo es y Abalde sigue cazando gamusinos. Ayer estuvo negadito, ni una decisión buena en ataque con el balón en las manos, y Causeur esta vez tampoco aportó soluciones. Así las cosas, Llull y Nigel fueron el único apoyo exterior que encontró Heurtel. Erráticos en el tiro (3/13), salvo el francés todos lo estuvieron, pero jugaron con aplomo y sus tres canastas llegaron en momentos clave, además de una sólida aportación defensiva, pese a ser los más perjudicados por el criterio arbitral. Un poco como Yabusele, que ha conocido días más brillantes, pero que se dejó el corazón sobre el parqué.

Alocén no jugó ni un minuto, ha regresado fatal de su periodo de baja, diluyendo todas las buenas vibraciones de comienzo de curso, que parecía por fin dar el step-ahead que esperamos. El Madrid no es lugar para hacer la mili, exigencia máxima, no espera a nadie. Tampoco jugó Thompkins, que la mano la conserva pero no está (todavía) al nivel físico que requieren partidos de esta exigencia. El que sí jugó fue Randolph y vaya papelón, ya no por desacierto y malas decisiones en pista, que también, sino por actitud.

Cuando le sustituyó Laso se fue corriendo al fondo del banquillo, para evitar al coach, saltando la valla y sin saludar a nadie. Era el segundo cuarto pero sabía que, tras semejante esperpento, no volvería a jugar. Y así fue, en la segunda parte Laso recurrió a Rudy durante el descanso de Yabusele antes que repetir con Randolph (o dar la alternativa a Trey). Aviso a navegantes, para quien quiera verlo. Se cumplen dos meses del regreso de Toñejo, hay tiempo para reconducir la situación, pero las señales son preocupantes: tercera ficha más alta de la plantilla, cumple 33 en junio y, al parecer, le queda otro año de contrato. Hipoteca.

Mañana Zenit, que también es un hueso. Febrero es así, un no parar de calendario por los partidos aplazados y con la Copa del Rey en el horizonte. Las conclusiones categóricas caducan en cuestión de días, pero mientras tanto el Madrid sigue líder.

Los JJOO en clave madridista

El Madrid ha sido, y con diferencia, el equipo Euroliga con más representantes en los JJOO, seis. Han brillado con luz desigual, aunque conviene contextualizar: los JJOO no dejan de ser una competición a muy pocos partidos (seis como máximo), además muy desiguales. Un día humillas a Irán y al siguiente te ves defendiendo a Kevin Durant. Sirve para sacar pistas, pero no conclusiones.

Guerschon Yabusele

Titular en la selección subcampeona. Con sus 13 puntos fue, junto a Rudy Gobert, el mejor de Francia en la final. Y seguramente también el mejor de los seis madridistas en Tokio, donde su aportación excedió con mucho a sus estadísticas, discretas. Gozó de poco protagonismo ofensivo, lógico cuando coincides en pista con De Colo y Fournier, que se las chuscan todas, pero a cambio fue muy consistente atrás. Buen IQ en pista, carne de equipo grande.

En Madrid dispondrá de más tiros para brillar, pero ya de entrada esa presencia física y defensiva es un interesante contrapunto al perfil netamente ofensivo de sus compañeros de puesto, Thompkins y Randolph. Yabusele me pareció un fichaje potente a su anuncio y verle en plaza grande en estos JJOO, fuera del ecosistema Asvel, me reafirma en la idea. Ganas de verle ahora a las órdenes de Laso.

Thomas Heurtel

No haría un drama de su final, catastrófica, puesto que no se emparejará con rivales nivel Damian Lillard o Jrue Holiday en Euroliga o ACB. Ahora bien, vistos todos sus partidos en Tokio, mentiría si no dijese que Heurtel me deja un poco frío, incluso dudas. Aunque para hacerme una idea exacta necesitaría conocer el detalle de su estado físico, que si recordáis hubo incluso dudas de su presencia en Tokio por una lesión.

A su defensa vaporosa, sobradamente reportada, sumó una toma de decisiones discreta en ataque. Mucho manejo de balón y poca mordiente. A falta de desborde, la mayoría de su producción queda condicionada a tiros forzadillos de media o larga distancia. Cuando entran, porque tiene el talento para colarlos, como ante Irán, te arma un quilombo en pocos minutos. Pero el Madrid necesita algo más que un revulsivo puntual, que para eso ya teníamos a Lapro. Se necesita un base con ciertos galones, un lugarteniente para Nigel Williams-Goss.

Vincent Poirier

Desdibujado. El que menos ha jugado de los franceses, penalizado por compartir puesto con la estrella del equipo, Rudy Gobert. Además, Vincent Collet se decantó por Fall como primera opción desde el banquillo, primando el 1×1 al poste sobre las situaciones de 2×2.

Como resultado, la mayoría del tiempo en pista de Poirier fue como ala-pívot, es decir, fuera de lugar. Sirvan de ejemplo los escasos 5 minutos de que dispuso en la final, emparejado con Durant. En todo caso, contra República Checa e Irán, que el marcador permitió rotaciones y sí jugó de center, subió 24 puntos en 34 minutos. Bien habilitado es un ventilador de estadística.

Sergio Llull

Secundario pero mejor de lo que esperaba, la verdad, después de verle desbarrar un poco en los amistosos de preparación. Dignos promedios de 8.3 puntos y 46% de campo saliendo desde el banco. Por cierto, jugando todos sus minutos de escolta, con poquito tiempo de balón en las manos, como presumiblemente le veremos en Goya. Por nivel y rol, este Llull de los JJOO se parecerá bastante al que podemos esperar el próximo curso, digno escolta reserva, siempre que le respetan las lesiones, que no es poco suponer.

Rudy Fernández

A cuentagotas. El mejor de España junto a Abalde en el partido clave, el de Eslovenia, pese a terminar en derrota. 4 triples, 5 rebotes y ese montón de intangibles que aporta al juego. A cambio, pinchó en hueso contra Japón y EEUU, 0/9 tiros, tampoco está para más. Me sorprende que no anunciase oficialmente su retirada de la selección tras el torneo. Una ocasión propicia: a sus 36 años y con lo cascado que está físicamente no le veo llegando a París 2024. Y puestos a retirarse, ¿qué mejor escenario que unos JJOO?

Alberto Abalde

Esperaba algo más de él, una frase que igual sirve para sus JJOO que para su temporada pasada. En la selección se le quedó el camino expedito con la ausencia de última hora de Juancho. Scariolo valora el nivel defensivo del gallego, igual que Laso, y eso le vale bastantes minutos en pista. Pero ofensivamente enseñó la versión del segundo tercio de temporada en el Madrid, es decir, inseguro y timorato en la toma de decisiones . Recuperó el pulso contra Eslovenia y, aunque se le saliese el tiro clave, no hubiésemos forzado final apretado sin él, notable desgastando a Doncic y compensando en ataque (14) el único apagón de Ricky Rubio en el torneo.

Habrá tiempo para profundizar en el tema, pero desde ya os digo que la progresión de Abalde, junto a la adaptación de NWG, me parece que pueden marcar en buena medida el techo del Madrid este curso. Porque el gallego deja la sensación de mostrar solo una pequeña porción de su potencial, y el principal techo está en su propio coco. Con ese físico de cyborg y una técnica tan depurada hay mimbres para mucho más cesto. Y que tampoco se duerma en los laureles, que este año los minutos van a estar más caros con Hanga en la rotación.

Demasiado Higgins para este Madrid

Cuesta arriba, pero y mucho, se le queda la final ACB al Madrid. En el formato recortado de este año, palmar el primero y en casa es casi mortal de necesidad. Y lo peor ya no es tanto el resultado sino la sensación de inferioridad: la buena versión de los blancos se va 3 arriba al descanso, la buena del Barca +17 en la segunda parte, pese a perdonar hasta 11 tiros libres.

Podemos señalar a Peruga e invocar a la testiculina pero, en honor a la verdad, que cada vez que el Madrid se ha cruzado este curso al Barca con algo en juego ha salido escaldado. La final de Copa fue un chorreo y la serie final ACB empieza en las mismas coordenadas. Hasta con el mismo protagonista, Cory Higgins. 26 puntazos hoy, 20 en la final de Copa y, aunque no fuese contra el Madrid, 23 en la final de Euroliga. Los mejores son los que marcan diferencias cuando de verdad importa, y Higgins lo hace, por eso es a día de hoy el mejor escolta del continente. Además, no necesita justificarse inflando estadística en partidos de relleno, como algún compañero suyo que cobra bastante más…

No hace tanto el Madrid tenía el mejor backcourt de Europa, a los Higgins del momento, en su edad prime, pero entre fugas a la NBA y cierta complacencia en los despachos, aplazando la inevitable renovación, lo que queda es un grupo de veteranos entrañables, con los cojones cuadrados y el cariño de la grada, pero con una salud de cristal y que ya no marca diferencias en la élite. Como le sucederá a Higgins cuando tenga treintaymuchos como ellos, porque es ley de vida, el tiempo pasa para todos.

No es un buen día, no es una crónica agradable de escribir, pero tampoco quiero que suene apocalíptica: el baño de realidad ya nos lo hemos llevado a lo largo de curso como para rasgarnos ahora las vestiduras. La afición blanca llega curada de espanto, sabíamos que esto podía pasar en la final, que de hecho era lo probable desde el mismo día de noviembre en que se fue Campazzo. Aquello cambió el equilibrio de fuerzas en la elite ACB, el Madrid dejó de ser el favorito a los títulos y el objetivo realista pasó a ser llegar a la final. Y se llegó, pese a nuevas fugas y lesiones por el camino, así que dramatismo el justo.

Jaycee y Garuba, desactivados

Tavares y Poirier dominaron la zona como se espera de ellos, 19 rebotes y 37 de los 58 de valoración del equipo. Pero no hubo mucho más. Alocén mostró detalles interesantes por momentos, pero le lastraron las faltas. Tampoco se puede exigir mucho más a un tercer base de 20 años. Taylor, que venía firmando unos playoffs muy serios, pinchó en su cometido principal: contener a la estrella exterior rival (Higgins). Puede que se está jugando la continuidad… Llull y Abalde, recién salidos de periodos de baja, jugaron sin apenas haber entrenado así que poco se les puede reprochar.

Hay especialmente dos jugadores por los que me sabe mal el partido, y son Garuba y Jaycee, para los que puede haber sido su último encuentro en Goya. ¿El mejor canterano español en una década y el mejor extranjero del club en el siglo XXI se van a despedir de su público con actuaciones en negativo? Ya me jodería.

Usman, el mejor en semifinales, partió desde el banquillo y acumuló errores por exceso de ímpetu, como el júnior que todavía es y a veces nos olvidamos. No encontró en ningún momento el ritmo del partido, su lenguaje no verbal fu un poema: valoración -6. Y a Carroll, como ya es costumbre, Laso le reservó para el tercer cuarto, que no tiene gasolina para más a sus 38, si no quieres que te acabe restando en defensa más de lo que te suma en ataque. Pero Abrines le ató en corto esta vez y se quedó en 1/5 tiros.

Por ellos dos principalmente, por la Pantera y por Jaycee, me encantaría que hubiese tercer partido y se puedan despedir de Goya, se gane o se pierda, pero con una actuación acorde.

Poirier ya impone su ley en Goya

Advierto, antes de arrancar, que este intento de crónica se circunscribe a los primeros 35 minutos de partido. Después, lo confieso, cerré la tapa del ordenador y me abracé a Morfeo. Se me escapa el motivo de agendar un partido de baloncesto un lunes a las 22h de la noche, como no sea para animar a la prole a dejar ya puesto el lavavajillas en horario valle de tarificación eléctrica.

Dicho lo cual, el Madrid pasó por encima del Gran Canaria, cuyo triunfo ha sido clasificarse para playoffs en un año tan turbulento. La bronca anoche entre Albicy y Balcerowski es el último episodio del sainete. Tres minutos aguantaron los insulares en partido, después llegó un parcial de 24-0 que convirtió el resto de la velada en un mero campo de pruebas. Y en ese destacaron los fichajes de mitad de curso…

Alex Tyus se ha puesto las pilas, es oficial. Aquello de que llegaba en forma cuando fichó por el Madrid porque venía de estar jugando se ha demostrado una milonga: ha necesitado meses para alcanzar un pico de forma física y entrar en la dinámica exigente y competitiva propia de un equipo Euroliga, que se parece a la de Galatasaray como un huevo a una castaña. Con esto no quiero decir que Tyus se haya metamorfoseado en Kevin Garnett, sino que nos puede hacer un apaño en playoffs jugando como ala-pívot junto a Garuba. Su posición natural, pese a sus 203cms, es la de pívot, acorde a su escasísimo rango de tiro, pero alinearle de 4 es la solución de circunstancias que se ha sacado Laso de la manga ante la baja de Trey, Randolph y la fuga de Tortuga.

Tácticamente es un giro de 180º. Pasar de tener el puesto de ala-pívot con mejor tiro exterior de la Euroliga a tener seguramente el peor, eso sí, con más defensa y rebote. Son las cartas con las que nos ha tocado jugar el final de esta temporada tan aciaga… El último bache es el positivo por covid de Abalde y Felipe, que se perderán al menos la mitad de estos playoffs de formato recortado. Lo del capitán resulta deportivamente intrascendente, pero lo del gallego no: otro palo en la rueda de este curso aciago en lo que a salud se refiere.

La otra incorporación de mitad de curso que brilló anoche, como todas desde que llegase, es Vincent Poirier. Un recordatorio de que cuando te gastas los cuartos y fichas jugadores contrastados normalmente rinden acorde. No jugó ni un pimiento en sus dos temporadas NBA, pero se ve que tampoco desaprovechó el tiempo o se dejó llevar. Físicamente está primoroso y ha mejorado técnica respecto a cuando salió de Baskonia, que ya era un gran jugador. Ha incorporando un tiro de media distancia realmente fiable, solo hay que verle en las rondas de calentamiento o sesiones de tiro, es una máquina de repetición desde 5 metros. Un recurso interesante para, tal vez, hacerle coincidir con Tavares más adelante en playoffs, cuando la carretera se empine de verdad.

Una vez el caboverdiano se ponga en forma, que anoche se le vio todavía renqueante, está llamada a ser la mejor pareja de pívots de la Euroliga en un lustro, el equivalente al Micic+Larkin de la pintura. Las Torres Gemelas de Fuente del Berro. Una pena que el puesto de pívot no sea tan intercambiable ni decisivo como el de base en el basket actual. De todas formas, son un pepino se mire como se mire, la piedra alrededor de la que construir un equipo para volver a la F4. Después de haber tenido atado Zizic y haber tanteado a Hernagomez, Reynolds o Booker (jugadores interesantes pero de una dimensión inferior), la suerte nos ha sonreído esta vez en el mercado, poniendo a Poirier a tiro a mitad de curso, coincidiendo en tiempo con la marcha de Tortuga y el chute económico que dejó en caja. Un fichaje estratégico, de 27 años, comunitario y ya espantado de NBA. Un motivo para la ilusión en este año aciago.

Poirier y Henry se suman a Heurtel: el Madrid 21/22 toma forma

Conseguido el objetivo mínimo de la clasificación para top8 Euroliga y tras la marcha de Tortuga, unida a la de Campazzo y la lesión de Randolph, la mayor ilusión de la parroquia blanca en lo que resta de temporada seguramente sea la confección de la plantilla para el próximo curso, porque aspirar a títulos se antoja complicado. Y de entrada parece que se vienen cambios profundos en el roster, podríamos hablar de cambio de ciclo, con la retirada de Felipe y el definitivo paso a un lado de los veteranos del juego exterior. Incluso alguno, dicen las malas lenguas, se plantea colgar las botas en verano…

El presi, por lo pronto, ha abierto de nuevo el grifo del dinero, tras aquel cerrojazo abrupto en agosto pasado, por miedo a que se cancelase la temporada y que dejó el roster a medio hacer. A la reactivación del gasto contribuye la perspectiva de que para septiembre, gracias a la vacunación, pueda estar la pandemia bajo control, vuelvan los aficionados al Wizink y con ellos los ingresos por ticketing. Que suman alrededor de 5 millones al presupuesto anual de la sección, que no son moco de pavo. También ayudan, y mucho, los cerca de 8 millones de euros en cláusulas que dejan las fugas argentinas que, aunque se abonan a plazos, son un factor diferencial en el actual contexto a la baja del mercado por la crisis económica que ha traído el virus.

Así las cosas, y tras los patinazos de mercado los dos últimos años, el club no ha esperado para moverse. Ya se sabe que los mejores fichajes de agentes libres cristalizan en julio pero se fraguan en primavera. Bueno, algunos incluso antes, como el de Heurtel, cerrado desde hace cuatro meses, si bien sus circunstancias fueron bastante especiales. Al galo hemos sabido esta semana que se le unirán Pierria Henry y Vincent Poirier, incorporaciones que de entrada dan como para ilusionar.

Las Twin Towers de Goya

El pívot, que firma por tres años, es uno de los fichajes a priori más ambiciosos de la sección en las últimas campañas, más aún si tenemos en cuenta que desembarca como teórico reserva del mejor de Europa en el puesto, Tavares. A poco que, tras un periodo de aclimatación, recupere el nivel de sus últimos meses en Vitoria, estaríamos hablando de la mejor pareja de centers del continente desde hace varios años: Las Twin Towers de Goya.

El pasado de Poirier en España y la perspectiva de hacer chupipandi gala en la capital con Causeur y Heurtel suponemos que habrán pesado en que elija Madrid, rechazando otras propuestas, incluida la de Efes, que le quería como sustituto de Pleiss.

Dado lo temprano que la NBA recluta ahora a los jugadores, los mejores fichajes posibles en Euroliga son en general los de europeos que regresan rebotados de América todavía en edad útil. Los Teodosic, Tavares, Guduric, Chacho, De Colo, Rudy, Mirotic o Vesely, por nombrar solo algunos. Es en esos, en los que no están de paso, por los que merece la pena hacer un esfuerzo económico, más que en tratar de poner diques al mar.

Siendo el de Poirier un fichaje ilusionante, diría incluso que estratégico, conviene llamar a la calma con las expectativas a corto plazo. Se incorpora ya el lunes para jugar ACB (para Euroliga se pasó el plazo), pero viene de casi dos años en el más absoluto de los ostracismos. Y sabemos, por precedentes similares, que los jugadores regresan de la NBA más cachas pero también bastante embrutecidos. Seguramente hasta la próxima temporada no le veamos a pleno rendimiento.

Desde un punto de vista táctico, la dirección técnica buscaba a priori un perfil un poco distinto junto a Edy, complementario, menos dominador pero más dinámico, capaz de emparejarse con pequeños en missmatch. Al interés por Reynolds y Booker me remito. Pero si te surge la oportunidad de mercado de fichar como agente libre a un perfil tan alto sería de necios dejarla pasar. Ya habrá tiempo de encajarle en los sistemas: ahí tenemos el precedente de Tavares, cuya incorporación Laso reconoce públicamente que supuso un reto táctico. Al final, si queremos estar arriba, el talento debe ser siempre bienvenido y priorizado.

Pierria al timón

El interés por Micic era desde el principio un triple desde el centro del campo, tras haber pospuesto ya una vez el salto a la NBA. El serbio firmará por Oklahoma, donde coincidirá con Deck. Somos segunda división, lo he repetido 20 veces, y hasta que no lo asumamos viviremos frustrados. Descartado el plan A, había varias alternativas interesantes, entre las que para mi gusto brillaba con luz propia Pierria Henry, base puro, agente libre en verano y en puertas de conseguir pasaporte Cotonou por Senegal. Un detalle valioso que nos amplía el mercado para otras operaciones, como cubrir la salida de Tortuga o la posible marcha a la NBA de Garuba en verano.

Que sea base puro y no combo anotador (LLoyd, Nedovic, Baldwin, etc) manda también un mensaje importante: viene a confirmar el planteamiento de Laso, pospuesto a la salida de Facu, de mover a Llull al puesto de escolta a tiempo completo. Un rol de ejecutor más que de generador, con menos balón en sus manos.

Os confieso que me sorprende la enorme división de opiniones que genera Pierria en la parroquia, a tenor de comentarios que leo. Que si es «anárquico», que si el peinado, que si… señores, que hablamos del líder de la Euroliga esta temporada en asistencias (7.3) y robos de balón (1.8). ¿Qué cojones importa el peinado? Como si estuviésemos para presumir con los looks de Taylor o Thompkins. ¿Anárquico? Es que eso es precisamente lo que buscamos, lo que perdimos con Chacho y Facu, ese punto de anarquía y torería, que los bases que suben el balón y ordenan sistemas (Walkup) no ganan Euroligas.

Es que estamos hablando de cambiar a Laprovittola por Pierria y Heurtel, y todavía alguno se pone de luto. Qué cojones. Es un salto de calidad galáctico en el puesto más importante de la plantilla, el gran lastre este año a la marcha de Facu. La creación desde bote es la génesis del sistema Laso, lo que engrasa todo lo demás y habilita a los ejecutores, que de esos sí tenemos. Y Pierria, sin ser un tirador exterior muy fiable y perdiendo algún balón más de la cuenta, es un generador desde bote notable, además de seguramente el mejor defensor de la Euroliga entre los bases de élite. Que no os engañe ese rictus pasota, es un animal competitivo y, por cierto, bastante regular, a diferencia de su compañero de puesto en Vitoria, Manolete Vildoza, al que llegamos a barajar el verano pasado.

500k de compensación a Baskonia

Doy el fichaje por cerrado porque el Madrid, según fuentes fiables, habría sorteado ya el principal escollo: el derecho de tanteo de Baskonia. El club blanco abonará 500k euros como compensación para que Querejeta no entre al tanteo. Vaya por delante que el «derecho de tanteo» me parece, como concepto, una anacronismo y un hándicap para la maniobrabilidad de los equipos Euroliga españoles.

Dicho lo cual, ese medio millón es a priori un precio alto, no un atraco, pero sí un poco alto. A cambio, deja al club las manos libres para firmar al jugador a su precio justo, permite planificar la temporada con certidumbre y contar con él desde julio, evitando ofertas de última hora de equipos turcos y rusos. Se trataba de NO reeditar el caso del Barca con Hanga. Si recordáis, los azulgrana presentaron una oferta altísima (7.5M por 3 años) para tratar de sortear a Baskonia, que contra pronóstico igualó la oferta y le sacó otros 400k de transfer a Soler. Fue un pan como unas tortas. Si pasas por caja, que sea para firmar al jugador el salario más bajo posible. No firmarle el salario más alto posible para acabar pasado igualmente por caja. Se llama pragmatismo.