
Con oficio y defensa, o sea, bajando al barro, se agarró el Madrid al primer partido de cuartos, que dominó en amplios tramos de la mano de actores secundarios (Taylor o Causeur). Se puso hasta 14 arriba (49-35), pero llegó la pájara, nos liamos a triples sin fundamento y a esas despertó Calathes, que metió en ese tramo la mayoría de sus 17 puntos, eso sí, no sin antes haber aporreado el aro (empezó con 1 de 11).
En esas nos vimos 6 abajo a 3 y medio por jugar, se barruntaba marejadilla y tuvieron que regresar a pista los de fiar, que a día de hoy son Facu, Tavares o Taylor, para con un parcial final de 9-0 deshacer el entuerto en que nos había metido en buena medida Laso. Me refiero, por ejemplo, a los solo 11 minutos en pista de Causeur en uno de sus mejores partidos en meses o a la broma de alinear a Felipe y Ayón juntos medio último cuarto, como si el Wizink fuese el Delorean y nos hubiese teletransportado a 2015.
El mexicano defiende con la mirada, un agujero en la falange, y Reyes es que directamente no está ya para encuentros así el pobre. Firmó valoración -4 en poco más de cuatro minutos, en los que el balance del equipo fue -8. Lo normal en 2019 y que debería en algún punto llevarnos a una reflexión objetiva de si está realmente para renovar… En todo caso la culpa es de quien le alinea en un tramo decisivo de un partido así, el típico brindis al sol de Laso para quedar bien con todos (Reyes era el único que no había salido aún), como si unos cuartos de final de Euroliga fuesen un campamento de boy scouts.
Por otra parte, se echaron de menos jugadas para los interiores, sobre todo 1×1 para los ala-pívots, Felipe también, que ante la baja virtual de Gist tenían un filón emparejados con Thomas. Bien, pues apenas rascaron bola cerca del aro, Randolph acabó desquiciadito y el equipo con 35 triples lanzados por 25 tiros de dos, en plan los Houston Rockets del Aliexpress.
En lo positivo brilla Tavares, que encadena ya 7 partidos en Euroliga de gran dominio, o Taylor, 13 puntos y una gran defensa a Calathes. El sueco es la renovación más clara de entre los agentes libres del Madrid este verano. Campazzo sigue sin comprar una maldita canasta de campo (0/5 triples, algunos liberados), un hándicap por momentos, pues no supone una amenaza creíble, pero también dirigió con solvencia y realizó un despliegue atrás que me atrevería a calificar de épico. Mención especial a esa defensa 1×1 a Langford a 30 segundos del final, presionando el bote a escasos centímetros pero sin falta. Fue la mejor acción de la velada, la más aplaudida en Goya, alarde de concentración, intensidad y movimiento lateral, o sea, piernas. Necesitaremos que Facu se reencuentre con el aro en algún momento si queremos levantar algún título este curso, pero one step at a time, esta noche nos ha servido para sobrevivir y Vitoria ya asoma en el horizonte.

No había pasado ni un minuto de serie y todos
Llega el Madrid con la gasolina justa al final de temporada, todo lo contrario que la pasada, que fue siempre a remolque pero recuperó cadáveres a tiempo para salvar el curso con doblete. Pese al festín del primer partido ante Andorra, la clara derrota en el segundo (tremendo repaso en el 3º cuarto) aviva algunas de las dudas que despertó la F4, la más llamativa el boquete en la defensa interior.
Sea por simple relajación, por economía de esfuerzo o por los quintetos cemento de Laso, el Madrid lleva todo el curso regalando primeras partes como local en Euroliga. Llegó por debajo al descanso en el primer partido de cuartos de final (-1) y en el segundo repitió la operación (-6), y de tanto ir el cántaro a la fuente al final se rompió, Darussafaka roba la ventaja campo. Lo hace de justicia, tras pasar ciertamente más minutos que el Madrid por delante en el marcador en estos dos primeros partidos. Clave fue el arranque de la segunda mitad, con esa tremenda ráfaga de triples de Llull (15 puntos y 2 asistencias en el tercer cuarto), que por experiencia sabemos que deja en la lona a la mayoría de rivales… pero no a este Dogus, que respondió a la pelota de break.
Por inercia de campeón, oficio y fondo de armario, jugando más bien reguleras, se lleva el Madrid el primer asalto de los cuartos de final de Euroliga. Y se lo lleva pese a regalar de nuevo el inicio de partido, con una intensidad indigna de la cita (16-28, min 11), y pese a que Darussafaka demostró ser más equipo de lo que suponían algunos iletrados, de los que se guían por historial y apellido (‘solo’ tres cuartos de entrada en Goya). Los turcos tienen un gran mariscal en banda y son un digno top-8 de esta edición Euroliga. Wanamaker y Clyburn se reivindicaron como burguesía continental (36 puntos combinados), un caramelo este verano como Dogus migre su inversión, el club no se clasifique para Euroliga y tenga que desmontar la plantilla, un guión más probable de lo que creemos.
No hay adversario fácil a alturas de cuartos de final, pero el primer puesto en la regular ha concedido al Madrid la gracia del rival efectivamente menos temible, Darussafaka. Han ganado los blancos 14 de los últimos 16 partidos en la fase regular y necesitarían perder 3 en una semana para caer eliminados. Se antoja complicado, por mucho que apriete el pequeño Volkswagen arena (5.240 asientos) y en el banquillo esté David Blatt, con varios repasos a Laso en el expediente, incluido el de la primera vuelta este año, eso sí, con la baja de Llull.
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