
El Madrid viajó a Barcelona pero se olvidó la defensa en Atocha, su seña de identidad este curso. Y sin ella no alcanza para rascar en el Palau. 51 tantos encajados al descanso y 93 finales, que son 22 más de los que recibe de media en la competición. Ya me diréis.
Cualquier otro análisis me parece secundario, incluido el arbitraje, que leo a demasiado madridista agarrarse al tópico autocomplaciente de los «atracos del Palau». Si esperabais una crónica amable, centrando la derrota en el arbitraje ya os advierto que estáis en la tribuna equivocada. El arbitraje de hoy fue tan casero como cabía esperar, el de casi todos los partidos de Euroliga este año, independientemente del equipo y el pabellón, a lo que influye el regreso de público a las canchas. ¿O no recordáis ya Múnich o Kazán? Que sí, ante la duda, sobre todo si está Mirotic de por medio, han pitado azulgrana. Pero ya sabes a lo que te expones cuando juegas a domicilio. Y los números tampoco hablan de una diferencia escandalosa: 26 faltas cometidas el Madrid por 25 el Barca.

Mirotic (31pts y 10 rebs), manque pese, ha enseñado matrícula a Yabusele en el duelo estrella del partido, y le ha bajado el hype. El francés ya es burguesía Euroliga, su temporada es estupenda, pero no es una estrella continental, no domina, al menos todavía. Tres airballs se ha cascado hoy, por cierto. Tiene 25 años y margen de mejora, puede llegar a convertirse en un crack, pero aún no está entre los 12 mejores de la Euroliga. No condiciona el juego, no le das el balón y resuelve ni se echa el equipo a la espalda. No lo digo por hacerle de menos sino para dimensionar su nivel de cara a la cuantía de la oferta de renovación que habrá que ir pensando en ponerle sobre la mesa. Me vais a disculpar, pero es que soy muy de Joaquín Prat y de pagar el Precio Justo, que el presupuesto es finito.
Poirier tampoco tuvo el día, más bien estuvo nefasto atrás, superadísimo por Brandon Davies en el duelo de centers reservas: ¡¡-18 el equipo en sus 16 minutos en pista!! Fue el máximo exponente del apagón defensivo blanco. Tavares sí cumplió (+5 en sus minutos), pero no marcó diferencias, condicionado por las faltas, algunas rigurosas y otras innecesarias, como de costumbre. Este es un Madrid construido para que el juego interior domine y hoy no lo ha hecho.
Si el equipo no le perdió la cara al partido fue porque atacó mejor que de costumbre, gracias a una actuación aseada en los puestos en que suele cojear, los del backcourt. Entre Llull, Nigel, Causeur y Heurtel sumaron 42 de los 80 puntos y solo 5 pérdidas, poco que reprochar por ahí, más allá de la ida de pinza de Thomas en el último par de minutos, que costó varios puntos de average de los que nos podemos acordar al final de la fase regular si aspiramos al primer puesto (que tampoco me parece clave en Euroliga).
No haría mayor drama de la derrota ni sacaría conclusiones demasiado categóricas, no deja de ser un pinchazo a domicilio en la jornada 14 de la fase regular, totalmente en guión, y sigue habiendo un colchón de dos victorias sobre el tercer clasificado. Diría más, caer en el Palau con partidazo de Mirotic es un clásico de diciembre, una parada obligatoria prenavideña. Me quedo con que, defendiendo como el culo, se ha dado la cara, lejos de la sensación de inferioridad que reinó el año pasado. El Barca ha necesitado porcentajes de acierto muy altos, el factor cancha del arbitraje, 10 tiros libres fallados por el Madrid y un pésimo encuentro de los interiores blancos para llevarse el duelo, ingredientes que no se repetirán a menudo.
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