Nunca le des por vencido: el Madrid revive en Belgrado

Así es el Real Madrid y supongo que por eso le queremos. Cuando le damos por muerto, y cualquiera mínimamente sensato lo hizo el jueves pasado, incluido el que firma, se levanta, compite y nos devuelve ilusión. En este caso con dos victorias en 48 horas en la pista más hostil de Europa, la primera remontando un déficit de 15 puntos. Un giro copernicano a una serie de las que hacen afición.

No es solo que Partizán fuese 2-0 y gozase de ventaja campo, con lo que significa en su caso, 20.000 hooligans intimidando a los árbitros, es que había dominado táctica y baloncestísticamente los partidos en Madrid. «El baño de Zeljko a Chus». Pasado el efecto sorpresa el baño ya no es tanto. Y echando la vista atrás una semana también creo que en nuestros análisis subestimamos la repercusión de la baja de Tavares, que solo jugó la primera parte del primer partido. Este año, que Micic se ha dado mus, bien puede ser el jugador más determinante de la Euroliga, al menos cuando tiene los chakras alineados y se cuida de faltas.

Sus dos actuaciones en el Stark Arena son un instant classic, nivel Sabonis, de veras. Creo que no somos conscientes todavía de lo que está haciendo porque nos falta la distancia del tiempo para ponerlo en perspectiva. Pero mirad qué números en partidos clave en los últimos 12 meses. 41 de valoración en el último encuentro de la final ACB, 40 en la final de Supercopa y 71 entre los dos partidos en Belgrado en los playoffs de Euroliga. insisto, nivel Sabonis.

Edy lo ha cambiado todo pero tampoco juega solo: ha encontrado en Serbia distintos aliados ocasionales. Williams Goss brilló en el tercero, con 22 puntos y el triple ganador, con Hezonja muy serio como ala-pívot, 12+14. Ambos desaparecieron en el cuarto pero otros echaron una mano, véase Deck, Chacho, Hanga y Musa. Sin hacer un partido redondo, los 14 puntos y 8 rebotes del bosnio son un oásis en el desierto que está siendo su serie. La peor noticia para el Madrid en Belgrado, pero y muy mala, es la lesión de Deck, con verdadera mala pinta a tenor de su reacción. Grave, ya me entendéis, no de perderse el quinto encuentro sino de no volver a jugar en lo que queda de 2023… Crucemos los dedos para un milagro en la resonancia.

Tangana, ¿efecto positivo?

Tal vez sea políticamente incorrecto comentarlo en un día así pero, visto en perspectiva, la tan desafortunada tangana del segundo partido ha acabado beneficiando al Madrid. Colateralmente, claro, porque no fue algo planeado. Pero contribuyó a alterar la dinámica de la serie, que favorecía a Partizán. Además, las ausencias por sanción pesan lógicamente más en el roster con menor banquillo, el serbio. Pero, claro, el juez disciplinario de la Euroliga evalúa las agresiones en función de su gravedad y no del banquillo disponible. ¿O acaso iba a dejar sin castigar a Punter, que se lió a puñetazos? Bastante que perdonó al ‘Oftalmólogo’, James Nunnally, que pasó consulta en Goya.

Por último, y siendo maliciosos, diría que la tangana trajo otro elemento positivo y es la propia ausencia de Yabusele que, pese a sus estadísticas y rango de cuatro titular, ha restado más que sumado en demasiados partidos este año. En la vida hubiese cogido los 14 rebotes de Hezonja el martes… En todo caso, viendo el baño de Tavares a Lessort en el cuarto, realmente más que las bajas por sanción la verdadera clave del cambio de dinámica es el regreso del caboverdiano. Cualquier otra consideración es secundaria.

Recordemos que ningún equipo en la historia de la Euroliga en el actual formato ha remontado nunca un 2-0 o un 0-2 en contra. El Madrid podría ser el primero, motivo más que de sobra para llenar Goya el próximo miércoles. 21:00h.

Belgrado llega en el mejor momento

Ya estamos en semana de Final Four, parroquia, y que nadie se despiste, que este año se juega en jueves y sábado, que el pabellón de Belgrado estaba reservado el domingo para un concierto de Iron Maiden… ¿Cómo lo veo? Razonablemente optimista, según pasan los días y compruebo que el resurgimiento del equipo no parece flor de un día. Nueve victorias seguidas dura ya el efecto rebote tras la galopante crisis. Visto en la perspectiva del charco de fango en el que chapoteaba el equipo hace solo un mes, no podía llegar esta F4 en mejor momento.

No hay garantías a estas alturas y en este formato, faltaría más, pero eso juega este año a favor del Madrid, con mucho menos que perder. Seguramente el FCB siga siendo favorito, al balance en duelos directos del último año y medio me remito, pero el equilibrio de fuerzas nada tiene que ver por ejemplo con la final de Copa del Rey, que Laso tuvo que plantear a chica para dar al menos partido.

A medida que se suceden los encuentros y caen las victorias blancas, meritorias las dos últimas, ante Murcia y Granca que se jugaban billete a playoffs, se confirma el nuevo formato de rotación corta. La lógica de menos es más. Heurtel y Trey habrán sido indultados y entrenan con el equipo pero no han vuelto a jugar ni un minuto desde el episodio farra, y dudo que lo hagan salvo lesión de un compañero de puesto. Ya no es una cuestión disciplinaria sino simple lógica deportiva. Nadie les echa de menos: si la cosa funciona, para qué tocarla.

Y la cosa, paradójicamente, ha vuelto a funcionar jugando ‘a grande’, es decir, planteando los partidos a tanteo alto. La plantilla, construida en teoría para bajar al barro, ha encontrado su identidad a ritmo de 90 puntos, pese a la mencionada ausencia autoimpuesta de dos de sus anotadores más solventes: Heurtel y Trey. En esta racha de nueve victorias el Madrid promedia 88.5 anotados, así que podemos esperar una partido el jueves bastante distinto al 59-64 de la final de Copa.

Nombres propios

El resurgir tiene también algunos nombres propios, como los de Yabusele, que vuelve a ver el aro grande, y Poirier, faro de la segunda unidad. Ambos redujeron sensiblemente sus prestaciones en los meses de crisis. Además, el puesto de base ha dejado de ser un problema con la mejoría de NWG y Llull, aunque quizá la mayor metamorfosis la encontramos en Hanga. Comenzó la temporada de notable y se fue diluyendo en los confines de la larguísima rotación exterior, entre problemas físicos y la propia dinámica depresiva del equipo. Llega a este tramo clave fino de forma física, capital para su estilo de juego, y pleno de confianza, la que da la certidumbre de minutos, que se refleja por ejemplo en el acierto desde el arco.

Como contrapartida, Gabi Deck, llamado a ser una de las referencias, todavía no ha encontrado su nicho en este nuevo formato de juego rápido y rotación más corta. Alterna su puesto natural, el de alero, mejor cubierto, con minutos de de ala-pívot, más obligado por las circunstancias, que Laso se fía de Randolph lo justo y menos. Viendo los precedentes, contra el FCB asumo que jugará la mayoría de minutos como cuatro y por su su defensa a Mirotic pasarán buena parte de las opciones blancas de final.

La Décima, la obra maestra de Laso

real-madrid-champ-euroleague-2017-18-belgrade-2018-eb17.jpgLa de 2015 en Madrid supo a gloria tras dos décadas de travesía por el desierto y dos finales pérdidas, pero ésta, la Décima, tiene infinitamente más mérito, una especie de confirmación, ya sin el asterisco de haber tenido que esperar a jugar como anfitrión para ganarla. Se consumó en Belgrado, ante 12.000 turcos en las gradas, a donde llegó el grupo sobreponiéndose a un inaudito reguero de contratiempos. Diría más, este título bien puede ser el mayor logro de la sección desde que tengo uso de razón, la obra maestra de Laso, una hombrada que le eleva al Olimpo del madridismo, el más grande que se ha sentado en este banquillo ya sólo tras Ferrándiz.

El reguero de contratiempos se ha convertido a la postre en la fortaleza de este Madrid que, igual que en 2015, han liderado en la F4 los secundarios, entonces Rivers, Chapu y Ayón, esta vez Thompkins, Tavares o Causeur, reservas que crecieron con la confianza de Laso y al calor de los minutos de que dispusieron por las lesiones. Imposible no acordarse también de Campazzo, aunque apenas haya podido aportar en Belgrado, pero sin cuyo concurso el Madrid sencillamente no hubiese sobrevivido.

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¿Sabor agridulce con Luka?

Con Doncic, protagonista absoluto en prensa, detecto en la parroquia una alegría contenida, un orgullo castrado por aquello de su marcha, que hasta los más incrédulos comienzan ya asumir. No, que los árboles de la impotencia ante esa salida, paso natural en su carrera, no nos impidan ver el bosque: se va con los deberes hechos, como le pedía Chapu, ganando y dominando, justo MVP de todo pese a algún bache durante el curso, leyenda del basket europeo con 19 años. Una F4 muy seria la suya, sin campanillas pero de gran madurez, claramente superior a Kurbanov en semis y referente discreto en la final, compensando el pinchazo de Llull en labores de creación desde bote. El menorquín se borró por faltas, pecó de exceso de fogosidad defensiva.

Doncic, si recordáis, no hace tanto empequeñecía en estos escenarios, enfrentado a los rivales más potentes de Europa, sobre todo aquellos de corte defensivo, de mucho contacto, como Fenerbahce, con ese magnífico perro de presa en su puesto que es Kalinic. Aún leo a alguno que, supongo por despecho, le reprocha a Luka no firmar estadísticas tipo Petrovic. Ese se ha equivocado de siglo. En el baloncesto tan físico que se juega en 2018, que requiere plantillas larguísimas en la élite, no hay lugar a estrellas tirillas de 25 tiros por partido, aquello pasó a mejor vida. No es mejor ni peor, es diferente y así hay que asumirlo. Y sí, también en que Luka tire la puerta abajo tiene mucho que ver Laso, que le dio la oportunidad en el primer equipo y ha gestionado su eclosión con templanza, sin consentir ni regalar, pese a las voces impacientes en prensa y grada.

«Este equipo es mi familia»

Matrícula de honor de Belgrado se lleva Thompkins, el madridista más valorado entre los dos partidos (38), pese a que se quedó en 15 minutos el domingo. Queda como el autor de la canasta para la hemeroteca, el palmeo con 81-78 a 18 segundos que daba la tranquilidad y certificaba el triunfo, merecido a los puntos pero que cerca estuvo de complicarse en el carrusel de tiros libres. Ya hemos versado suficientemente en los últimos meses su evolución, el mejor trabajo de Laso con un interior (su asignatura pendiente histórica), que a priori no casaba con el estilo, acostumbrado a ser primera opción ofensiva en Nizhny. Se ganó primero el aprecio del vestuario, después el respeto de Laso y ahora el reconocimiento de la grada. ¿Recordáis cuando se abrazó a Laso entre lágrimas de agradecimiento en el aeropuerto cuando el club le dio permiso sine díe para ir a USA a cuidar de su madre enferma? «Ha sido para mí un año muy duro por problemas familiares, pero este equipo es mi familia. Amo este club». Imposible no quererle. Aviso, si no le renuevan me hago del Barca.

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Uno que se reivindica en Belgrado es Causeur (ojo, 5/5 triples entre ambos partidos), tampoco es que lo necesitase, aunque ocasionalmente durante la temporada le habían brotado haters en grada propia. Destacado en semifinales, fue quizá el más redondo ante Fenerbahce, quien más claro lo tuvo casi siempre, máximo anotador con 17 y de nuevo puntal defensivo. Él se quedó en puertas del MVP, pero no se fue de vacío porque su prometida, made in Colmenar, ganó el de la grada, protagonista de los planos a la afición blanca.

Rudy cambió el ritmo del partido en el segundo cuarto, antes de que un golpe en el hombro le cortase la progresión, aunque el verdadero factor sorpresa resultó Gigante Verde, el más heterodoxo, del que se esperaba poco por su falta de experiencia en estas lides y porque le había costado todo el curso ante los grandes de la competición. Pues fue el Doctor a pasar consulta el día D, haciéndose amo y señor de la pintura en la segunda parte y de paso retratando a Vesely, contrastado azucarillo en las finales. Fenerbahce acabó notando la ausencia de Udoh y Bogdanovic, sin reemplazo posible en Europa, no importa el presupuesto. Lo imaginábamos desde el verano y lo hemos comprobado en la hora de la verdad.

Ampliaremos en próximas entregas, hoy es para celebrar y acordarse de los que no están. Me voy a la cama con alegría pero sobre todo orgullo. Sufriendo como se ha sufrido, conociendo lo que cuesta, es como mejor se saborean los triunfos.

La Décima a 40 minutos

DdgkoMJX4AAX7ZNDurante muchos tramos, hablo como aficionado, no me quiero imaginar vivirlo desde dentro, la temporada del Madrid en Euroliga ha sido un jodido potro de tortura, luchando cada jueves por la supervivencia, siempre en el alambre, conteniendo el aliento con cada mala caída, ¿quién se ha lesionado esta vez? Se abonó el equipo a la épica, a la revolución de los actores secundarios, a sacar los partidos con lo justo, a ganar sólo los imprescindibles, a la calculadora, metas volantes de una prueba de supervivencia con la esperanza de que los ‘refuerzos’ llegasen a tiempo para Belgrado, para clasificarse e incluso darse una opción de título en el último año de Doncic.

¿Y sabéis qué? Que esos meses de sufrimiento merecieron la pena, los refuerzos han llegado a tiempo, Llull como estado de ánimo, y sí, la Décima asoma en el horizonte, a sólo 40 minutos de baloncesto. Eso sí, contra el rival más duro, el que peor se nos da, el campeón vigente, Fenerbahce, que Datome y Dixon mediante tumbó a Zalguiris en semis en un bodrio previsible tanto en forma como resultado.

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El Madrid dejó atrás los días de mínimos y llega en inercia ganadora, igual que Fenerbahce hace ahora un año, también tras un infierno de lesiones. Los blancos acuden revestidos por la autoridad de 16 victorias en los últimos 17 partidos, la última la más valiosa, la semifinal, un triunfo de quilates ante todo un CSKA, campeón de la fase regular. Los rusos abrieron brecha de inicio con Higgins en vena y apabullando en el rebote (30-20, min 10), pero Laso, ya con la plantilla al completo, tiene una baraja de muchas cartas, más incluso que el CSKA, tan reverenciado por la crítica, suficientes para remontar sin apelar a la heróica.

La segunda unidad blanca dio la vuelta al marcador ya en el segundo cuarto, con Carroll al frente, tres triples descomunales, y van unos cuantos partidos clave este curso en que ha resultado determinante. Llull, entre los mejores, jugó grandes minutos en ese tramo, sus triples en transición son tanto una temeridad táctica como purito amor, aunque la novedad fue Randolph, que esta vez sí sumó, aunque sea desde un rol secundario, implicado en defensa pese a no gozar apenas de tiros, que suele ser la ecuación por la que se rige.

Banquillazo en la 2ª parte

Sin embargo, el americano ni saltó a pista en la segunda parte, no era escenario para experimentos y Laso parece haberse decidido, su ala-pívot de confianza es Thompkins, con el que se juega las castañas, con las implicaciones que esto pueda tener de cara al verano. Una elección, por otra parte, totalmente justificada, pues Trey es tácticamente más disciplinado y su temporada es intachable, lejos de la fragilidad mental de antaño. Ahora, al contrario, se crece cuando se empina la carretera: dio un step ahead durante los meses más aciagos de lesiones, contribuyendo a mantener a flote al equipo, y alcanzó un nivelazo que ha ratificado en los duelos más exigentes, en cuartos y semis de Euroliga. A CSKA le endosó 12 puntos y 6 rebotes para valoración 18, incluido ese momentazo de triple desde su chaflán en la esquina derecha con dedicatoria al banquillo rival.

Ayón, desafortunado de inicio, perdió 5 balones y marró 4 tiros libres, fue de menos a más hasta convertirse en el monstruo de las galletas en la zona en la segunda mitad. Terminó con 12 puntos y 11 rebotes, lo que se espera de un center de su categoría y rango salarial. Doncic, que tanto sufriese con la tela de araña de Xavi Pascual en cuartos, encontró pronto el ritmo ante los rusos, cómodo en el emparejamiento con Kurbanov, además con menos responsabilidad dado el regreso de Llull. Jugando la mayoría de sus minutos como alero, ayudó a equilibrar el rebote (7), supo forzar personales cuando el ataque estaba espeso y encontró caminos al aro, en resumen, brilló a un nivel suficiente para justificar el galardón de MVP que seguramente reciba este sábado.

El partido de Causeur pasará por debajo del radar de los grandes titulares, pero su contribución fue crucial, no por ese 2/2 triples, muy bienvenidos también, sino porque fue en mi opinión el mejor activo blanco en defensa, que al final es donde se ganó el duelo, en esos 26 puntos en que se dejó a los rusos entre el segundo y el tercer cuarto. Justo los dos que jugó Causeur, que secó a Higgins, lo que no consiguió Taylor, mejor en el emparejamiento con Chacho. Mérito también el de Laso, que acertó de pleno tras el descanso apostando por un quinteto cerrojo, de poco talento pero mucha brega, para ralentizar el ritmo, que es como se le bate a CSKA, como habíamos avisado.

Itoudis, con un pie fuera

Todas las casas de apuestas daban favorito a CSKA, suponemos basándose en que ganó con relativa suficiencia la fase regular, un resultado algo engañoso, pues todo le vino de cara, ni una sola lesión, a diferencia de rivales directos. Al llegar las primeras rampas no ha dado la talla, una plantilla de gran talento, faltaría más, pero con menos recursos que años previos. Clyburn, un asidero todo el curso, quedó desactivado mediante ayudas defensivas (2/12 tiros de 2, incluyendo un par de boinas recibidas).

Aunque lo más sangrante fue la desaparición en combate de los dos exmadridistas, Chacho y Othello, protagonistas de la matraca de los medios españoles en la previa, que si ‘la batalla del morbo’, que si ‘la revolución chachista’, que si llegan como una moto. Se ha demostrado que las minutadas debido a las bajas tuvieron mucho que ver en esas espectaculares estadísticas en la serie ante Jimki y, una vez regresaron De Colo y Hines, los roles volvieron a su lugar natural. Esta semifinal seguramente haya sido el último partido europeo de Itoudis al frente de CSKA, sobre todo viendo el rol testimonial de los rusos de la plantilla, que pesan mucho en el vestuario, y puedo imaginar que le harán la cama al griego. ¿Jasikevicius?

Cómo ganar a CSKA, el ‘equipo Induráin’ de la Euroliga

luka-doncic-real-madrid-eb17.jpgEl Madrid de los primeros años de Laso solía ser el equipo más anotador de Europa, jugaba a toda pastilla, pero ese honor lo ha heredado CSKA, que lleva cuatro temporadas con la media de puntos más alta de la Euroliga (89,3 este curso). No es una cuestión de presupuesto sino de automatismos ofensivos y estilo de juego (a muchas posesiones), de circulación de balón, roles aprendidos y jugadores que se conocen.

Son un martillo pilón y, a diferencia del Madrid, rara vez sufren pájaras, gracias principalmente a esos automatismos: lanzar un pase-melón a la esquina con la certeza de que allí espera Fridzon, que todos se abran de inmediato en el momento en que Clybrun recibe frontal para facilitarle el 1×1, que Othello suba a la cabecera como una gacela a ofrecerle bloqueo a Chacho cuando quedan menos de X segundos de posesión. Y así podríamos seguir un rato. Son como Induráin en los ascensos en sus buenos años, no levantaba el culo del sillín, ponía una marcha estable y que me siga quien pueda. Al terminar el puerto, se giraba y resultaba que se había quedado solo.

El Madrid puede igualar el ritmo de anotación ruso, no en vano fue el segundo equipo más anotador de la fase regular, pero es más irregular en ataque, más que de un sistema depende de rachas de inspiración individual, sea Carroll, Luka, Llull, etc. Y eso es un riesgo. Sin embargo, con la plantilla al completo tiene más registros que los rusos, especialmente con la baja de su mejor defensor exterior, Westermann. Por ejemplo, Laso puede bajar de marcha sin resentirse en ataque con un quinteto cerrojo del tipo Campazzo, Rudy, Taylor, Randolph/Trey y Tavares. El camino es el del partido de ida, que el Madrid dejó a los rusos en 69, su anotación más baja del curso, con un 35% de campo. Claro que Chacho y Othello acababan de llegar y estaban aún perdidos, sumaron valoración -1 entre ambos. Eso no se va a repetir mañana…

Nocioni en Radio Marca

Pongo sus declaraciones en bruto, porque necesitan poca introducción: «El Madrid tiene que salir a la F4 con más deseo que el año pasado, no ir a ver qué pasa sino buscarlo. Estos partidos se ganan también con personalidad, por suerte el equipo ha recuperado a dos de los mejores de Europa en eso, Llull y Facu»

«Para frenar a Chacho hay que hacerle sentir incómodo en pista, que no marque el ritmo y esté en control, y el Madrid tiene un petiso* perfecto para eso *(RAE: en los países del Cono Sur, ‘caballo de poca alzada’ = Facu). También Sergi, recuerdo cómo secó a Spanoulis en la final de 2015».

«Doncic, por supuesto que está preparado, lo hará bien en la NBA, pero con su edad esperaría un año más, me daría el gusto de irme con todo cerrado, con la Euroliga ganada, como Manu».

Luka se reconcilia con el último tiro

imagen-sin-titulo.jpgNo podía nacer aprendido de todo. Estaba siendo el gran lunar de su soberbia temporada, la gestión de ataques finales, elegir la mejor opción desde bote. El curso pasado le recordamos una canasta ganadora a Zalguiris, pero este año estaba siendo un suplicio. Nunca dudamos de su capacidad, tiene un arsenal de juego como para ser un gran clutch player, era sólo cuestión de paciencia que encontrase el camino, ensayo y error. Ayer al fin eligió esa mejor opción: cuando llegó el aclarado en cabecera en los segundos finales, partido empatado, en vez de bajar la cabeza y forzar una penetración en busca de tiros libres, como hizo en ocasiones previas, sentó a su par con una sencilla finta, dio un pequeño paso atrás y lanzó un triple bien equilibrado, sin escorzos, de alto porcentaje.

Entró limpia y enmudeció Belgrado. Fue la guinda a un gran partido del muchacho, que se echó el equipo a la espalda ante la baja de Campazzo y volvió a sus números de MVP que, entre la lesión y un valle de forma, hacía mes y medio echábamos de menos. De Colo es favorito de ley al galardón, pero Luka recupera enteros con el partidazo y highlight de ayer.

24 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias, con el asterisco de esas 7 pérdidas, varias de ellas en el último cuarto, que abrieron la puerta a la remontada local (6 abajo, minuto 34). Por momentos le costó a Luka hasta subir el balón, así que hubo que echar mano del único otro base en la convocatoria, Randle, en un guión de lo más lolaso. Sí, nos jugamos media temporada con Chasson al frente de las operaciones, y funcionó, el equipo recuperó las constantes vitales en esos tres minutos y medio que jugó.

El flojo encuentro de Rudy y los problemas de personales de Tavares tuvieron mucho que ver en que el partido fuese apretado.+12 el equipo en los 12 minutos de Gigante Verde en pista. Se echaron de menos su superioridad física como referencia ofensiva y sobre todo su intimidación atrás, que se hace especialmente palpable ante equipos de clase media o baja Euroliga, como era el caso. En su ausencia, Ayón y Felipe hicieron allstar a Alen Omic, que promedia 6 puntos y se fue a 25. El mexicano forzó para jugar y se notó que no estaba.

Reyes sí que echó una mano en ataque, gracias a esa inquebrantable fe para cargar el rebote (9 capturas, 7 ofensivas). Si bien pecó por momentos de chupón, la circulación termina cuando el balón llega a sus manos, lo mismo que Randolph, se cascaron entre los dos 25 tiros sin repartir una sola asistencia. Ejem. No es casualidad que Laso se juegue los finales de partido con Thompkins en pista.

La ventaja campo depende ahora, no sólo de ganar en la última jornada en Goya al Brose, lo que damos por hecho, sino de que no haya triple empate con los griegos, que arrastraría al Madrid al quinto puesto. Para ello, Olympiakos debe dejarse de especulaciones y ganar en casa a Zalguiris, o bien Pnathinaikos pinchar en Milán, supuesto menos probable.

**Posdata: En los prolegómenos del partido aparecieron noticias acerca del futuro de Doncic, que se presentará al Draft este verano. La información no es de por sí muy noticiosa, aunque sí es la primera vez que su entorno (su madre y uno de sus agentes) lo reconoce tan abiertamente. El muchacho desmintió posteriormente haber tomado ya una decisión: «¿La NBA? Aún no he decidido nada«