
Este Madrid se maneja bien en el barro, como nunca en la era Laso. Lo veníamos barruntando y la sufridísima victoria ante Maccabi lo viene a refrendar. Muy parecido al duelo frente a Fenerbahce, también en Goya y a marcador exiguo. Si fuese un combate de boxeo diríamos que a los puntos lo merecieron los visitantes.
Pero el equipo sigue teniendo alma y estrella, y también una marcha extra cuando calienta el sol, sobre todo atrás: en 11 puntos dejó a Maccabi en el último cuarto, ni un solo tiro cómodo concedió en ese parcial, que empezó con -9. Y en el desenlace apareció Yabusele, que culminó otra noche notable con ese game winner en penetración (bien la pizarra de Laso), pero sobre todo Heurtel, con los 8 puntos anteriores, providenciales y de canastas sin ventaja, de puro talento.
Es capaz de lo mejor y de lo peor, sabíamos lo que fichábamos. Jasikevicius, que es un poco talibán con lo de la defensa, le dio boleto porque no toleraba una brecha en la falange. Pero en este Madrid su perfil de verso suelto hace de contrapunto a una plantilla tan potente física y defensivamente como cortita de talento ofensivo y creador en el backcourt. Es el joker que se permite Laso en la baraja, irregular y un poco anárquico, pero también clarividente y decisivo. Hay que quererle por lo que es, que no es poco.
Un faro en la oscuridad
Anoche dejó algunos errores defensivos y un par tiros de «porque me apetece», lo normal, vaya, pero a cambio representó un faro en la oscuridad del ataque, el único del juego exterior blanco. Porque el segundo y tercer cuarto del Madrid fueron droga durísima, nulo de ritmo y fluidez, que cada canasta costaba un riñón y los macabeos horadando poco a poco la mencionada victoria a los puntos. Los minutos al timón de Nigel, al que ya le toca ponerse en forma, y especialmente de Llull fueron una tortura china. El balear acabó en valoración -6, por segunda ve en los últimos tres partidos… Se jugó bastante mal, la verdad, como demuestra la estadística: más pérdidas de balón (14) que asistencias (12). A lo cual otorgo bastante mérito a Maccabi, que este año tiene tal vez menos potencial de plantilla pero como equipo está mucho mejor armado. Y en esta edición un poco flojita bien le puede alcanzar para top8.
¿Los demás? Bueno, Tavares y Poirier cumplieron, en sus números pero sin dominar tan claramente como de costumbre, que el rival también juega y el puesto puesto de pívot es de lejos el mejor de los israelíes. Zizic es tan bueno como suponíamos cuando (casi) le fichamos y Reynolds un lujo desde el banquillo. Del resto, Causeur estuvo muy apagado en ataque (4 puntos en 26 minutazos), pero a cambio realizó un sólido trabajo sobre Wilbekin atrás, obligándole a tiros forzados. Abalde se lesionó (posible rotura de fibras) y se une a Alocén en la enfermería, que no terminamos de vaciar nunca. Es nuestra cruz: señor, dame paciencia… Thompkins y Randolph no entraron ayer en convocatoria pero están ya para debutar, suponemos que Laso no quiso exponerles en un duelo de alto voltaje. Mejor para el regreso un plácido partidito ACB de domingo.
Y tras todo esto, entre el barro y los sofocos, sexta victoria consecutiva en Euroliga y el Madrid que sigue líder, en solitario si el Barca pincha esta tarde-noche en pista del vigente campeón. Como expliqué la semana pasada, habrá quien añore los marcadores abultados, y no seré yo quien le juzgue, pero a mí la ilusión de amanecer de viernes y verme en lo más alto de Europa no me la quita nadie.
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