No me aventuraría, dios me libre, a sacar conclusiones de nada a mediados de septiembre, con los chavales luciendo aún moreno playero y Laso esa barba Popovich canosa de cincuentón interesante que se nos ha dejado. No, los análisis sesudos vendrán después, esta es una entradita ligera para matar el mono, que el verano de basket ha sido un tostón. La espera va llegando a su fin, jugó nuestro Madrid el sábado en Burgos, ganó y convenció, con algunas notas que procedemos a repasar…
– Ayón termina contrat(az)o el próximo verano, tras dos campañas rindiendo algo por debajo de lo que marca su salario (ahora el segundo más alto del equipo), y parece que regresa concienciado tras el periodo estival. Primero, porque ha llegado físicamente fino, nada que ver con agosto 2016, que se plantó con 15 kilos de sobrepeso, empachado a tacos para celebrar su megarenovación. Se nota en las fotos de Instagram que cuelgan sus compañeros y sobre todo en pista, 21 puntos en 18 minutos al Burgos. Segundo porque, si Marca no se equivoca, obtendrá al fin pasaporte español a lo largo de este curso. Hace años que cumple los requisitos y justo se van a completar los trámites, qué coincidencia, en vísperas de negociar su último gran contrato, que 33 años tiene. En fin, ya nos vamos conociendo todos…
🏀 RESUMEN | @SanPabloBurgos 85-98 @RMBaloncesto pic.twitter.com/EdSIhd7Vy8
— Real Madrid Basket (@RMBaloncesto) 8 de septiembre de 2018
– Tortuga Deck, por cierto, muy favorecido por el cambio de peluquero, tiene toda la pinta de acabar convirtiéndose en el ‘underdog’ de la temporada del Madrid. ¿Os acordáis de que al conocerse su fichaje el debate era si cederle o no? Pues 12 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias en su debut de blanco. Es un torete, juega feo pero efectivo, le gusta el contacto y produce fácil cerca del aro, sea cortando o ganando la posición a culazos. Si es capaz de poner sobre la mesa porcentajes potables de tres cuando quede liberado dispondrá de no pocos minutos en la rotación de Laso. Ayuda que tiene menos competencia en el puesto que el otro debutante, Prepelic, que firmó aprobado en su debut.
– Las dos grandes incógnitas del equipo este curso son Llull y Randolph. Nada me haría más ilusión que ver al balear al nivel de la 2016/17, o similar. Con el tiempo he aprendido a concederles a él, a Felipe y a Carroll siempre el beneficio de la duda, han demostrado tener más vidas que un gato, pero os confieso mis reservas a día de hoy. A botepronto, el Llull de este sábado en Burgos se me pareció más al de los pasados playoffs ACB, lo cual deja, por cierto, una enorme responsabilidad sobre los hombros de Facu, una responsabilidad para la que le veo preparado. Randolph, por su parte, jugó un partido muy apañadete, como hacía tiempo que no le veíamos, valoración 17 en 18 minutos. No es que se puedan sacar mayores conclusiones de un encuentro en que ni Trey ni Felipe se vistieron de corto, pero su mera titularidad y actitud participativa en pista hablan al menos de un deseo tanto del jugador como de Laso de recomponer la situación. Un nuevo comienzo.

Hasta aquí ha llegado la paciencia del Madrid con Randolph. 
Recobra el Madrid el pulso a la final con una victoria cómoda en el segundo, en el que no perdió la cara al duelo pese a un arranque de enorme acierto exterior visitante (9/13 triples al descanso). Clave resultó el ajuste de Laso, superado por Pedromar en el primer duelo y que, en vista de que Rudy y Lull siguen con la pólvora mojada (3/21 triples en la serie), sí recurrió esta vez a alternativas de ataque en la pintura. Se buscaron con paciencia los desequilibrios y se castigaron sin miramientos, especialmente tras el esguince de Voigtmann, que obligó a Timma a jugar minutos de 4. Así las cosas, los interiores blancos se fueron a 47 puntos, 27 más que en el primer encuentro, con Ayón y Thompkins como referentes.
Arranca el Madrid la final con un serio toque de atención, una derrota ajustada pero de ley ante Baskonia, casi siempre por delante y más enchufado, recién salido de una serie exigente ante el Barca. Y si fue ajustada fue por arreones individuales, de Doncic en el tercer cuarto y sobre todo de Carroll en el último, que no por juego fluido de los locales, fríos y con tramos de verdadero desacierto en tiros de habitual buen %. Va a tener el Madrid que bajarse por primera vez del autobús, quitarse la chaquetilla de campeón de Europa y meterse en el barro si quiere levantar esta copa, que no es Baskonia top8 Euroliga por casualidad. La derrota no es defcon 1 pero sí aviso naranja, deja poco margen de maniobra.
Hace unos días Laso definió como 
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