Retorno sin culebrón: las claves del regreso de Campazzo

Esta vez sí, Campazzo regresa al Madrid, y lo hace sin demasiado ruido, ahorrándonos la tercera temporada del culebrón, las semanas de tira y afloja entre club y representantes a través de filtraciones en medios afines. Ambas partes han aparcado el orgullo y se ha impuesto el pragmatismo. No deja de ser el destino más lógico para el jugador fuera de la NBA pero, por unos motivos u otros, el desembarco se pospuso en varias ocasiones el último año. Pensión NBA, hándicap fiscal, giros de estrategia de JCS, ofertón de Estrella Roja, etc

El acuerdo es total aunque todavía verbal, dado que Facu no puede firmar nada hasta que se desvincule oficialmente de Estrella Roja al terminar la temporada. Previo pago de su cláusula irrisoria, 50k, una condición que impuso en su contrato con el club serbio suponemos que precisamente para dejarse entreabierta la puerta de regreso a España. La importancia de la letra pequeña.

El argentino vestirá de blanco las tres próximas campañas, parece que con un sueldo similar o idéntico al que cobraba cuando se marchó, es decir, alrededor de 3M brutos anuales, que son como 1.6M netos después del primer año de fiscalidad reducida. ¿Y la cláusula? Le quedan por pagar 2.6M, de los que abonará un letra de 700k a final del mes que viene. En principio, y según Marca, el club no condonaría el resto de la deuda (1.9M), que seguiría pagando en los próximos años con un porcentaje de su salario.

Me parece importante remarcar la iniciativa del jugador, aparcando tiranteces pretéritas con JCS, para mantener canales de comunicación abiertos y procurar que la operación llegue finalmente a buen puerto. Porque si es por sus agentes podíamos esperar sentados. No me refiero únicamente a que Campazzo pierde dinero respecto a otras ofertas, y bastante, es que tuvo que hacer equilibrismos diplomáticos.

Cambio de agente

El acuerdo se fraguó en una reunión en Barcelona a espaldas, no solo de su actual club, como es lógico, sino de su propio agente (Carro Funes, agencia Octagon), con el que ha acabado rompiendo para firmar por Quique Villalobos (agencia BDA), al parecer más cercano a la órbita RM. Podemos deducir entonces que Carro Funes es la víctima de la operación y que Facu le acabó viendo como un tapón para alcanzar su objetivo de volver a Madrid. Lo cual, si hacemos memoria, explica varios episodios del culebrón en el último año.

El regreso del argentino, aunque en cierto modo esperado, no deja de ser magnífica para noticia para el Real Madrid, que cubre la principal carencia de la plantilla, el base titular, con el mejor jugador posible en mercado. Conoce el vestuario, habla el idioma, tiene casa en la ciudad y el cariño de la afición, así que apenas necesitará tiempo de adaptación, un factor sensible como hemos comprobado estos años con los sustitutos.

El mercado de bases en Europa se caracteriza de un tiempo a esta parte por una oferta particularmente reducida, que se traduce en una fuerte inflación. Este no es un aspecto menor, de hecho me parece casi la clave. Un base del nivel de Facu en el mercado libre, es decir, en la puja veraniega abierta frente a clubes de países con una fiscalidad simbólica, te puede costar entre un 50% y un 100% más de lo que ha firmado Campazzo por el Madrid. Por eso pongo en valor el esfuerzo económico y la iniciativa del jugador, sin los que la operación hubiese sido seguramente imposible.

Fin al culebrón Campazzo: que le vaya bonito

A Dios gracias. Fin al culebrón Campazzo, quizá el más agotador de los últimos años en relación al Madrid de basket, aguantando meses de humo, filtraciones y rencillas, con giros de guión a cada cual más chusco. Se queda en la NBA, subido al último tren y para apenas jugar, pero se queda, que es lo que quería. Tras 104 días en el paro y las calabazas de 29 franquicias, que a toditas debieron llamar sus agentes dando la turra, firma en Dallas como último jugador del roster (nº15), por un año y el salario mínimo, que viene a ser como un 30% menos de lo que ofrecía el Madrid y menos de la mitad que la presunta oferta de Fenerbahce. Salvo lesión de un compañero de puesto, Facu va a chupar tanto banquillo como en Denver, sino más, y lo sabe. Pero le da igual, seguir es «su sueño», pues duro con ello. Que le vaya bonito, la sección espera el cheque por la letra anual de su cláusula, remítase a la av. de las Fuerzas Armadas, 402, Valdebebas.

Uno, como aficionado blanco, quiere lo mejor para el equipo, los mayores talentos posibles sobre el parquet, y Campazzo es uno de ellos. Pero los aficionados tenemos también algo de espíritu y orgullo propio, y a estas alturas de la película casi prefería que no viniera, lo escribí hace dos semanas. Todos entendemos que los jugadores ansíen probarse en la mejor liga y que si les funciona echen raíces, es ley de vida.

Pero no es el caso del Facu, cuya continuidad en la NBA responde más a la insistencia que a haber cuajado deportivamente. Han sido tres meses poco menos que mendigando de franquicia en franquicia hasta arañar un contrato lastimoso por acoso y derribo. Semejante enrocamiento deja la sensación de que la consigna, casi tanto como seguir en la NBA, era evitar volver a Madrid. Porque luego están las formas. Y no, ni la supuesta relación tirante con el director de la sección (JCS) ni que el Madrid juegue en la segunda divisiónl, Euroliga, justifica ciertos desplantes públicos más o menos sibilinos que ha sufrido el club de Facu y sobre todo de sus representantes este verano.

De aquellos polvos…

Sabéis que desde esta tribuna he sido muy crítico con Juan Carlos Sánchez respecto a la salida de Laso, pero en lo referido a la fuga en su día de Campazzo lo justo es cerrar filas. Hagamos memoria: verano-otoño 2020, Facu dice que se quiere ir a la NBA, pero que ni tiene el dinero de la cláusula, ni sabe cuándo se iría (por el decalaje de fechas de mercado USA-Europa) y que, de hecho, tampoco tiene total seguridad de irse. La configuración de plantilla del Madrid ese año quedó completamente condicionada al capricho e incertidumbre de Campazzo: el club no pudo fichar sustituto en verano (cuando aún había género en mercado) dada la ingente cantidad de masa salarial inmovilizada en el puesto de base que suponía Facu.

Así que JCS, como estrategia defensiva, remitió al jugador al pago íntegro y por adelantado de su cláusula, como estaba en su derecho. El Madrid como institución y el papel firmado por delante de los deseos cambiantes de cualquier empleado. Al final intervino Florentino, más acostumbrado a los caprichos de los futbolistas, y alcanzó con Facu un «pacto de caballeros» para desatascar la situación. Un pacto que, sinceramente y visto con cierta de perspectiva de tiempo, ha resultado más ventajoso para el argentino que para la sección.

Los pecados de Facundo Campazzo

¿Va a volver Campazzo al Madrid este verano? No lo sabemos, seguramente no lo sepa ni el propio jugador. Los caminos del mercado NBA son inescrutables para mí, sobre todo en lo que al fondo de armario se refiere. Facu ha dejado clara como 20 veces su preferencia de seguir en América, muy respetable, pero viendo el panorama tras casi mes y medio de mercado, bien puede quedarse colgado. «Me parece que se está demorando y dilatando demasiado, se le están cerrando las puertas en la NBA«, no lo digo yo sino Chapu Nocioni, uno de los que le animaron en su día a cruzar el charco.

¿Y qué puede hacer el Madrid? Ahora mismo poco, dejar la caña echada y asegurarse Herreros de tener cobertura de teléfono en la playa por si llaman desde allende el mar. Podríamos resumir la posición del Madrid en contar con el no y estar preparado para el sí. Seguramente por eso sigue Nigel Williams-Goss, en lugar de romper el cerdito en su finiquito y fichar un base más caro. Eso supondría un esfuerzo económico en el puesto de base que comprometería la maniobrabilidad de la sección en caso de que se abra la ventana Campazzo.

¿Y cómo va esa ventana? Quedan varias semanas susceptibles de actividad de mercado. Hasta el rabo todo es toro, y este artículo puede quedar viejo en cuestión de horas, pero bastante del pescado empieza a estar ya vendido. Entiéndase pescado por oportunidades para Facu de colocarse en franquicias que buscan segundo o tercer base. No hay tantas y varias ya han apostado por otros jugadores. Y al margen de cómo acabe la historia, me queda la sensación de que tanto Campazzo como sus representantes se están cubriendo de gloria desde hace tres años, con una pésima gestión de carrera, apilando decisiones a salto de mata. Repasemos la sucesión:

1.- Firma una extensión multianual con el Madrid que incluye una cláusula antiNBA de seis millones… cuando luego supimos que aún soñaba con la NBA. Es decir, sin ninguna necesidad, porque no terminaba contrato todavía, Facu hipotecó su futuro a cambio de una subida salarial a corto plazo. ¿En serio que nadie a su alrededor, que conociese sus anhelos de NBA, tuvo las luces de recomendarle que lo consultase antes con la almohada?

2.- Primavera 2020, solo unos meses después de la renovación, Campazzo comunica al Madrid que se quiere ir pero que ni tiene el dinero de la cláusula ni sabe cuándo se iría, ni siquiera tiene certeza de su marcha. Juan Carlos Sánchez entra en cólera (razón no le faltaba) y remite al jugador a su cláusula. La situación se enquista durante meses y tiene que intervenir Florentino personalmente para pactar un esquema civilizado de salida. Aquello de jugar ‘gratis’ unos meses como adelanto de la cláusula, que se pagaría a plazos durante varios años.

4.- Otoño 2020, el cartel de mercado de Campazzo toca techo, segundo mejor base de Europa tras Micic, además procede del mismo equipo que Doncic, que eso en la NBA cuenta. Tiene al parecer varias ofertas y elige seguramente la peor, Denver, porque quiere «luchar por el anillo». La casa por el tejado, que canta Fito. Acepta un contrato por poco dinero y rol no garantizado en un sistema de juego heterodoxo, con un pívot director (Jokic) y escaso margen de lucimiento para un base puro como él. Primero le ponen en la esquina a tirar triples y después en el banquillo a agitar la toalla. Seguimos para bingo.

3.- Verano 2022, sale al mercado como agente libre, teóricamente con algo de cartel todavía y su representante presumiendo públicamente del interés de varias franquicias. Pues tanto interés no debía haber porque en 37 días han tenido tiempo de sobra para ficharle. Al final, Facu puede acabar regresando al Madrid a destiempo, con el rabo entre las piernas y sin haber ganado demasiado dinero, de hecho aún tiene una deuda de siete dígitos con el club. Pero seguramente la peor parte sea la gestión de relaciones públicas, remarcar públicamente hace unos días (¿qué necesidad había?) que el club blanco es cuarto plato para él, que prefiere seguir en USA (cito textual) “en la franquicia que sea”. De veras que no es tan difícil tener un guiño con el Madrid, el club que apostó por él y su bote salvavidas si falla la NBA, que se le está poniendo en arameo.

Sinceramente, peor imposible.

Una lanza en favor de la dirección deportiva

«Necesitamos un base, un jugador que pueda anotar y crear para sus compañeros». ¿Os suena esa frase? Podría firmarla cualquier madridista frustradito tras la última derrota contra el Barca, pero es Andrey Vatutin, presidente del CSKA de Moscú esta semana. Su equipo, ya lo sabéis, está cuajando una temporada discretísima.

En la misma entrevista, Vatutin reconoce que esperaron a Kevin Pangos. Era su plan A para el puesto pero, al igual que otros jugadores Euroliga, dio prioridad en verano a tantear el mercado NBA. Y uno de los últimos días de agencia libre sonó la flauta y pescó contrato en Cleveland, dejando a CSKA compuesto y sin novia. «Estaba destinado a organizar nuestro ataque: le esperamos y la plantilla quedó incompleta. ¿Fue un error? Quizá», reflexiona Vatutin.

Y esto a cuento de qué viene, diréis. Pues de los bases del Madrid, bueno, en concreto de la apuesta por Thomas Heurtel y Nigel Williams-Goss, cuestionados tras su gris actuación en el Clásico. Escucho en la parroquia la queja recurrente de que no son «bases dignos del Madrid».

«Con Laso siempre hemos tenido grandes bases»… Ya, pero nunca antes habíamos tenido tan buenos pívots. Los tiempos cambian y con ellos las recetas, lo importante es seguir arriba compitiendo por títulos. Lógicamente TH y NWG no son por ahora tan desequilibrantes como lo fueron Doncic, Campazzo, Chacho o LLull en su prime, pero no podemos vivir en el pasado, menos ahora, cuando el presente es razonablemente esperanzador. Hoy he venido a romper una lanza en favor de la dirección deportiva, porque el contexto lo es casi todo en la toma de decisiones y por esas juzgamos su trabajo.

Sabéis que fui muy crítico con el fichaje en su día de Laprovittola, y lo fui porque aquel verano quedaban libres varios de los grandes bases del continente. Entre otros, De Colo, Micic, Wilbekin y, sí, Chacho, que de hecho se puso un cartel luminoso sobre la cabeza rogando al Madrid volver. Pero entonces todavía estábamos en ciclo ganador, la directiva se atragantó de victorias y le pudo la arrogancia. Portazo a Chacho. Aprendieron de aquel error y esta vez con Deck ha imperado el pragmatismo.

Política de pájaro en mano

En contraste con 2019, la lista de agentes libres en la Euroliga este pasado verano era deprimente, a saber: Thomas Walkup, Wade Baldwin, Pierria Henry, a precio de oro por el tanteo, Corey Walden, Lorenzo Brown, tras su gatillazo en Fener, Janis Strelnieks, Nate Wolters y Chris Jones. Por cierto, contra pronóstico, este último es el que mejor está rindiendo… No cuento a Mike James, que no quedó libre hasta mediados de septiembre y que en todo caso me parece un cáncer de vestuario a medio plazo.

Ninguno de esa lista hubiese garantizado mejor rendimiento que TH+NWG. Admitamos que sencillamente el timing fue malo: este verano, que el Madrid salió por fin con pasta al mercado, no había demasiado género. Esta vez no fue cuestión de inversión sino de simple carestía de la oferta. Sirva como ejemplo la historia de Vatutin, que todo un CSKA tenga que bajarse los pantalones y ser segundo plato de Pangos, asumiendo el enorme riesgo de esperarle sin certeza hasta septiembre. ¿Os imagináis que le hubiese pasado al Madrid? Habríamos colgado a JCS y AH del palo mayor. En su lugar, vamos líderes de la Euroliga.

Por eso, me vais a disculpar, pero sigo creyendo que Heurtel y NWG fueron fichajes muy razonables, perfiles tácticos complementarios y nivel burguesía continental. Pájaro en mano. Lógicamente preferiría tener a Micic, pero también Efes preferiría tener a Tavares, Poirier o Yabusele antes que a los jugadores que tiene en esos puestos.

¿Que Thomá y Nigel no son estrellas? De esas no había en el menú y tampoco tiene sentido reclamar imposibles: cambiemos de una vez el chip futbolero, que plantas la cláusula y te llevas a cualquier jugador. En basket el mercado funciona diferente y, salvo muy raras excepciones, solo es fichable el jugador que termina contrato, y mejor que no sea ACB, por aquello del tanteo. Además, si este verano se pone a tiro alguna «estrella» en el puesto (digamos Larkin o retorno de Facu), pues no estamos atados de pies y manos: para eso se le firmaron a Heurtel 1+1 en vez de 2 años garantizados.

Mis impresiones de la pretemporada blanca

Este sábado, con la Supercopa, arranca el curso 2020-21, el más incierto de la historia por la pandemia, y el Madrid lo hace tras pleno de victorias en pretemporada (4/0), que en realidad es lo de menos. Me quedo con la imagen: correcta, de menos a más. Es lógicamente pronto para sacar conclusiones al uso, pero sí podemos adivinar tendencias de lo que puede deparar el curso…

Abalde, impacto inmediato

Por edad, hechuras y pasaporte, la del gallego es una incorporación estratégica, más pensando en el medio plazo. Pero al ser el único fichaje de la temporada y hacer mucho tiempo que el Madrid no se gastaba tanto dinero en uno, se enfrenta también a ciertas expectativas de rendimiento a corto plazo, aunque sean de prensa y grada.

Pues bien, ha caído de pie, de lo mejor si no lo mejor de la pretemporada. Credenciales presentadas: sólido defensor (de físico va sobrado), tiene puntos, más consistente en penetración que en tiro, ayuda al rebote y a la generación desde bote, o sea, una navaja suiza, un ‘Hanga’ del sistema Laso. Esa versatilidad, que le permite jugar en varios puestos, le asegurará este curso mucho tiempo en pista. Es más, viendo la edad media de sus compañeros en las alas, apostaría a que acabará el curso como el exterior blanco con más minutos jugados.

Colgados de Facu

Mientras siga, Campazzo es diferencial. La pretemporada ha despejado cualquier duda sobre su estado físico y su compromiso con el equipo. El Madrid con él es firme candidato a todo, el problema es que no sabemos hasta cuándo seguirá: dependerá del timming de la free agency y las ofertas que pueda recibir, de si le compensan para pagar su cláusula, pero hay que contemplar muy seriamente el escenario de su marcha a mitad de curso. Y, dado el caso, no hay descarte NBA que compensase mínimamente su salida.

Tampoco la plantilla parece contar con recursos como para enjuagar el agujero que dejaría. Llull no logra frenar su decadencia: discretísimo en los amistosos, jugando más minutos como escolta que como base, sin ideas en la creación desde bote y limitado a tiros de dudosa selección. Aportará puntualmente pero mejor no echar cuentas con él como timón. Laprovittola puso el listón tan bajo que cualquier pincelada (y las ha tenido) nos puede parecer un brote verde, pero solo de pensarle como titular del Madrid me entran sudores fríos. No en vano se le fichó el verano pasado con la idea de que fuese tercer base, y entre medias no ha demostrado nada.

Alocén ha apuntado maneras en pretemporada, sobre todo en lo que a dirección de juego se refiere, pero aún le faltan aplomo y puntos para dirigir con solvencia a un top Euroliga cuando la carretera se empine. Mejorará durante el año, no tengo dudas, pero necesitaría hacerlo a pasos agigantados para asumir el timón a la hipotética marcha de Campazzo.

El ¿problema? del pívot reserva

La salida de Jordan Mickey y el fichaje frustrado de Zizic dejaron un agujero en la rotación interior, al menos en la teoría. La práctica es que todos los rivales directos del Madrid andan parecido, con la plantilla a medias por estrecheces económicas sobrevenidas: a Baskonia le falta un escolta y al Barca un pívot. Podemos filosofar durante días sobre las necesidades tácticas del roster, y seguramente tengamos razón, pero la realidad financiera manda sobre cualquier otra consideración. Y a falta de pan, el Madrid tiene buenas tortas con Garuba y Thompkins como reservas de Tavares, al menos a tenor de lo visto en los amistosos.

Altura al margen, Garuba tiene el perfil táctico ideal para jugar de pívot en el sistema Laso, con sus buenas manos y esa energía, intuición y solidaridad atrás. No seamos tan carcas, que hay formatos alternativos al pívot de siete pies. ¿O es que ya se nos ha olvidado que Laso hizo campeón de Europa al Madrid con Slaughter (204cms) de falso center?

Por si acaso, Thompkins tiene los kilos y los centímetros para emparejarse 1×1 con centers natos cuando Tavares se siente y la inferioridad física de Garuba con su par sea insalvable. Este verano ha tenido Trey el ‘detalle’ de cuidarse y llegar en buena forma física a la pretemporada. Además no tendrá que andar entrando y saliendo de las convocatorias ACB por el overbooking de cupos, así que cuento con ver su mejor temporada de blanco.

Overbooking en las alas

La profundidad de plantilla es una virtud cuando es pretendida y se distribuye con lógica, pero lo del juego exterior blanco más que profundidad se antoja overbooking (11 jugadores para 3 puestos), resultado de una planificación deportiva interruptus por el cierre de grifo decretado por el presi a mitad de verano.

Asumiendo que los 12 de referencia de Laso serán Facu (o sustituto), Llull, Lapro, Carroll, Rudy, Abalde, Deck, Taylor, Randolph, Trey, Garuba y Tavares, significaría que un jugador que cobra alrededor de un millón (bruto) anual no tendrá hueco en las convocatorias de partidos importantes, salvo lesión de un compañero. Me refiero a Causeur, que ha dado buenos años, nadie lo pone en duda, pero cuya presencia en el roster tiene escaso sentido en la actual coyuntura económica, tras la renovación de Carroll y el fichaje de Abalde, y dada la preferencia de Laso por Taylor. Buena pretemporada la del sueco, por cierto.

Causeur viene de una campaña discretita y tiene ya 33 años, hubiese sido un verano propicio para replantearse su continuidad, pero se le garantizó contrato hasta junio 2022. ‘La hipoteca de Belgrado’, y esa no es culpa del covid ni del volantazo de Florentino. Tampoco tiene mucha lógica, más allá de que entrene con los senior, la ficha de primer equipo concedida a Boris Tisma, por mejor pinta que tenga el canterano croata. En fin.

Todo en ‘pause’ hasta que Facu pase por caja

Laso Campazzo Real madridEstamos en días de tensa calma, a la espera de que lleguen a puerto las negociaciones del Madrid con Campazzo y su agente para acordar los términos de su desvinculación del club. Es un mazazo perder a uno de los dos faros del proyecto (el otro sería Tavares), pero es el escenario más probable y para el que deberíamos irnos preparando.

El equipo empieza la pretemporada el día 11 y las partes están trabajando para evitar la incómoda situación de que Facu se incorpore al grupo cuando ya ha dejado bien claro que se pira, y que ese es su único deseo. Deducimos entonces que debe tener algún tipo de acuerdo verbal o principio de acuerdo avanzado con una franquicia allende el mar cuando se lanza semejante órdago, sino es que está aún peor asesorado de lo que suponíamos.

A plazos o a tocateja

Los ejes de la negociación llegados a este punto son tres:
-> La fórmula de pago de la cláusula: ¿a tocateja o a plazos? Por defecto no debería haber problema en aceptar pago a plazos, como se le permitió a Mirotic en su día, pero el club anda canino de pasta por el covid y la opción de «pájaro en mano» se antoja apetecible.

-> La cuantía de la cláusula, dado que si el Madrid exige los 6M íntegros perdería los derechos ACB del jugador. Como todo, dependerá de dinero, pero conviene recordar que Facu va camino de los 30, firmará un acuerdo multianual y que para cuando quiera volver a Europa (si es que vuelve) lo normal es que esté ya en la cuesta abajo. No es como una promesa de 19 que se marcha a probar suerte y guardarse sus derechos es comprar un boleto de lotería baratito.

-> El timing de la desvinculación, importante en tanto en cuanto Facu cobra 300k euros mensuales brutos y, si apurase para irse hasta octubre, cuando se abre el mercado de agentes libres en la NBA, le costaría un millón al club solo en nóminas.

De lo que se decida y cuándo se decida está pendiente cualquier otro movimiento en la sección, incluidos el fichaje de Zizic (apalabrado pero en pause desde hace semanas), así como cualquier incorporación en el puesto de base. Florentino ha dado orden tajante de cerrar el grifo y no comprometer ni un céntimo adicional ante la incertidumbre de si se jugará o no la próxima Euroliga y de si se hará con o sin público, de lo cual dependen buena parte de los ingresos de la sección.

Y si no se puede comprometer dinero adicional, los gastos están supeditados a los ingresos, es decir, a la entrada de cash por la cláusula de Facu. Es una decisión sensata (y muy conservadora) desde el punto de vista financiero, pero decepcionante desde el punto de vista del aficionado, que no siempre coinciden. De hecho no suelen hacerlo.

No, no y no

Aprovecho estas líneas para poner puntos sobre algunas íes, que leo estos días a demasiado cateto de periferia dando lecciones, crecido ante la marcha de su bestia negra.

1) No, Madrid no es el centro del universo, ya lo sabemos, de hecho este que firma lo tiene especialmente claro, que cambié la boina por el shapka y me fumé cinco años en Moscú, sede del mejor equipo de Europa en el siglo XXI (cuatro Euroligas lleva), por si alguno se había olvidado.

2) No, los aficionados del Madrid de basket no somos tan arrogantes como para no entender que Europa es la segunda división del basket mundial, tras la NBA. De aquí se han marchado dos MVPs de la Euroliga en los últimos cuatro años sin mayor drama. La crítica a Facu no es por querer irse, sino por el timing y las formas elegidas.

3) Y no, el Madrid no es ningún «carcelero» cortando las alas al «pibe», cercenando su sueño de «probarse con los mejores», como nos pintan desde Argentina, donde lógicamente toman partido por el jugador. Es sencillamente, y manque pese, un club defendiendo sus intereses con las lícitas herramientas que le permite el papel firmado. Y ese papel firmado, recordemos, le permite exigir los 6 millones íntegros de la cláusula al contado y por adelantado.

Una cláusula enorme, sin duda, tan enorme como la subida salarial que aceptó al jugador hace 11 meses, estampando su firma en una ampliación de contrato por cinco años cuando, recordemos, ni siquiera terminaba contrato. No es tan difícil de entender: se triplica el salario a cambio de triplicar la cláusula. Facu estaba entonces en su perfecto derecho de aceptar, de rechazar o de renegociar otros términos. Los aceptó, y ahora, que no antes, se acuerda de que «su sueño siempre ha sido la NBA». O ha cambiado súbitamente de opinión o está fatal asesorado, seguramente ambas cosas, y de aquellos lodos vienen estos fangos.