Arranca este jueves ‘lo bueno’, la Euroliga, de nuevo en el formato de fase regular de 16 equipos, todos contra todos, tan exigente para los clubes pero que tanto juego dio para el aficionado el curso pasado. El Madrid sufrirá en el primer tercio de temporada. Los tres triunfos en el arranque ACB son analgésicos, pero queda mucho por pulir y la Euroliga no perdona, repetir primer puesto de la regular se antoja imposible con la baja del vigente MVP de la competición. Uno de los atractivos de las primeras jornadas será abrir el melón Randle, que en principio jugará solo Euroliga. Se dice que Ayón ultima la obtención de pasaporte español, «para diciembre», pero hace tiempo que somos escépticos con ese tema. Un objetivo realista para los blancos sería terminar entre los cuatro primeros, por aquello de la ventaja campo, y rezar para que Llull llegue en cierta forma al cruce de cuartos, que se juega la segunda mitad de abril. Eso es dos meses después de la fecha aproximada de regreso, finales de febrero, cuando se cumple medio año desde que se rompiese, plazo standard de recuperación para este tipo de lesiones, aunque varía bastante según el caso.
La fortaleza blanca, la continuidad de la columna vertebral al completo en año de diáspora, es también su lastre, pues ese núcleo se come mucho presupuesto y condiciona la capacidad de fichar. Las vacantes de salario de estrella están copadas y el presi no parece por la labor de un esfuerzo extra, pese a ser el último año de Doncic, que se presentaba como una oportunidad franca de levantar la Décima, jugándose la F4 en ‘campo neutral’ (Belgrado, improbable que Estrella Roja llegue con semejante chusta de plantilla). Sea como fuere, concedería al Madrid ciertas opciones de título, aunque con la contención del gasto en fichajes del verano no alcanza para la etiqueta de favorito, que en todo caso tampoco parece muy clara.
CSKA y sobre todo Fenerbahce serían dos candidatos claros, ambos han incorporado cantidad y a primera vista calidad, pero también han perdido a sus jugadores franquicia, tres de los cinco mejores de Europa, y sabemos por experiencia que las Final Four las deciden las estrellas y no los colectivos. Los turcos ha contado con la inyección de dinero de Dogus (45 millones de patrocinio en 3 años) para suplir la salida de sus dos estrellas y, dado que Udoh y Bogdanovic son claramente irremplazables en el mercado continental, han optado por reforzar la rotación fichando cantidad (6 jugadores).
Se antoja diferencial la incorporación de última hora de Wanamaker, que no encontró equipo en la NBA, debería suplir a Bogdanovic en labores de creación desde bote. El club ha apostado muy fuerte por Marko Guduric, 22 años, discretísimo Eurobasket el suyo, junto a Oriola el traspaso más caro del verano en Europa, 1 millón a Estrella Roja. Un alero fino, con un IQ alto y buena mano pero bastante irregular y de físico endeble, se comerá muchas broncas de Zeljko. En el rol de cuatro abierto llega Nico Melli en sustitución de Pero Antic (rumbo a Belgrado) y en lugar de Udoh aterriza Jason Thompson, con una sólida carrera NBA, de menos talento ofensivo pero que refuerza el perfil defensivo y atlético de la plantilla.
CSKA va a suscitar este año mucha atención de medios españoles con la presencia de Chacho, que tiene toda la pinta de que firmará estadísticas de vértigo, contando con muchos minutos y tiros, los que libera Teodosic. Sin embargo, diría que los rusos pierden algo de potencial de plantilla. El sistema Itoudis se parece un poco al de Laso, ritmo alto y protagonismo de los bases, y CSKA, sin entrar a discutir si Chacho es mejor o peor que Teodosic, ha perdido claramente profundidad en los puestos de 1-2. Salen dos buenos reservas, como Aaron Jackson y Dimitri Kulagin (firmó un gran Eurobasket), que suple solo Leo Westermann, descarte del Barca, una apuesta para la que sinceramente no encuentro explicación. Othello no veo que mejore a Augustine, que por cierto está rindiendo muy bien en Malaga en el arranque de curso, y la única mejora clara sería la llegada de Clyburn en lugar de Freeland, que era como no tener nada al estar siempre lesionado.
Respecto al resto de clubes, doy por sentado que Barcelona regresa al top-8, incluso con alguna opción de clasificarse para la F4 según encajen las piezas. Lo del curso pasado fue una anomalía en el tercer club de Europa por inversión en plantilla. Valencia, que no jugó Euroliga el curso pasado, es mi apuesta a equipo revelación, si se puede llamar así al campeón ACB. También debería estar en cuartos, junto a los griegos y un octavo que podría salir de Baskonia, Jimki o Efes.
El Madrid ni siquiera se ha sentado a negociar con él, a ofrecerle nada, pero igual escucho a no pocos aficionados de pelo en pecho acusar de «traidor» o «pesetero» a Sergio Rodríguez por fichar por CSKA. Imagino que se comen con patatas su camiseta blanca con el 13, best seller en su día. Firma hasta 2020 con los rusos por un total de 10.5 millones de euros, que si no son netos poco le debe faltar (el tipo impositivo allí es del 13%). CSKA es el séptimo club de su carrera, canterano del Estu. Por dinero se marchó de Europa y por dinero vuelve, bienvenidos al deporte profesional.
Hablábamos la semana pasada del plan A del Madrid de baloncesto para el verano, reforzar los puestos de base, alero y pívot con Chacho, Hanga y (digamos) Tavares, que sustituirían a Draper, Maciulis y Nocioni. Hubo récord de visitas en el blog, la ambición es una virtud, pero también lo es el pragmatismo, mantener el ancla echada para no perder la perspectiva: Fenerbahce ganó de calle la Euroliga este curso con una rotación de nueve, con Mahmutoglu, Duverioglu y Ugurlu como jugadores número 11, 12 y 13 de la rotación, los mismos puestos que ocupaban Draper, Maciulis y Nocioni en el Madrid.
Estamos en días de trasiego en despachos y para nosotros, como aficionados, son jornadas de pajiplantillas, una actividad refrescante y veraniega, especialmente bienvenida tras un decepcionante final de temporada. Empecemos con los hechos consumados, que son siempre los menos: Randolph ya tiene pasaporte esloveno, es oficial. Apostaría a que nunca ha pisado Ljubliana, pero igual está «feliz por la oportunidad, un gran reto». Hipocresía al margen, a Eslovenia se le queda una selección como para luchar por medalla en el Eurobasket y al Madrid se le arregla medio juego interior. Lo dice David Manzano, «los pasaportes son los nuevos fichajes».
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