La primera derrota en el Palacio es también la más fea de la temporada, sin glamour, sin arrebatos heróicos ni final a cara o cruz. Con bastante poco glamour, de hecho, pierde el Madrid su cacareada imbatibilidad como local (en ambas competiciones). Los blancos, apagados en ataque y con un par de tremendos agujeros atrás, fueron netamente inferiores al rival toda la segunda parte. Buen equipo, sí, pero ni siquiera rival directo. Aunque la derrota es una sorpresa importante, no es ni muchos menos el fin del mundo a nivel clasificatorio (ahora compartimos liderato con Efes), bien es cierto que deja malas sensaciones e incluso algún síntoma preocupante. Eso sí, conviene remarcar de entrada que el Madrid contaba con 3 bajas, todas en el mismo puesto, incluida la del jugador franquicia, Rudy. Lo suyo más que baja al uso era descanso-rotación, pues venía jugando con dolor de espalda. Su descanso ha salido caro.
Tras una primera parte aseada, sobrevino una tostada sideral al comienzo del tercer cuarto que costó un parcial de 14-0 en contra. Y también sideral fue la bronca de Laso en el consiguiente tiempo muerto, de pie y haciendo aspavientos. La cosa suele enderezarse con esos sermones rollo ‘poli malo’, pero no fue el caso. Unicaja, que de repente se vio 5 arriba, ya se había reenganchado al partido. Y cuando eso sucede se convierte en un equipo muy incómodo, pregunten al CSKA. Zoric se vino arriba, 29 de valoración en la 2ª parte, y Simon castigó severamente a Llull al poste. Hubo un par de conatos de remontada en el último cuarto (siempre encabezados por Chacho), pero todos abortados por un Unicaja muy enchufado. El 5 de 23 triples fue una losa.

Bajando al detalle, resulta complicado salvar a nadie, empezando por Laso, cuyas decisiones fueron siempre a remolque de Repesa: que alternó treses altos y bajos, defensas en zona y en individual... Mirotic, que reboteó bien y defendió mal, eligió el peor día para regañar con el triple (1 de 6), precisamente en el que por causas de fuerza mayor tuvo que jugar bastantes minutos de alero. Esta vez, y sin que sirva de precedente, Hettsheimeir y Begic cumplieron (en la medida de lo que se les pide, que es muy poco). Al menos en la primera parte, hasta que Laso se olvidó de ellos una vez se torció la fiesta en el tercer cuarto. De Suárez cabía esperar más en un día como hoy, estuvo voluntarioso pero desacertado. Y ya se sabe que Laso tiene poca paciencia con él: 18 minutos en pista en un día en que hubiesen hecho falta casi 30.
Draper, dicretísimo: valoración -3 en 13 minutos. Llull volvió a jugar mal como escolta, tomó pobres decisiones en ataque y fue ampliamente superado atrás por Simón. Patinó también Felipe Reyes, que para variar jugó el último cuarto, tiempo en el que erró más de un tiro claro en momentos clave. Se echó de menos a Carroll, la mecha de las remontadas, soberbio en las dos últimas semanas, pero algo más apagado esta noche. Aprueban Chacho (17 puntos, 6 asistencias y una sola pérdida en 28 mins) y el amic Slaughter, 13 de valoración que reflejan valioso trabajo en defensa e intendencia.
Quedan 3 jornadas de top-16 y creo que ganando 2 encuentros el Madrid jugaría con ventaja campo en cuartos (también con sólo una, si es en Moscú, escenario poco probable). Pero es que con el calendario que resta (Panathinaikos, CSKA y Efes), esas 2 victorias no son moco de pavo, especialmente ahora que hemos descubierto que el Palacio no es inexpugnable.
