La mandarina del año

«Es un churro», pero uno que recordaremos durante años, el momento baloncestístico de lo que va de curso. Un instant classic que va a dar la vuelta al mundo y que agranda la leyenda de Llull en el Madrid, de la que todavía no somos de todo conscientes. Lo tiene todo, triple desde el tiro libre opuesto para dar por un punto una victoria que, si bien no gana un título, sí es una de gran prestigio, en pista del líder, colofón a un partidazo de poder a poder. Lo que no fue ningún churro de Llull fue lo inmediatamente anterior, ese triple a falta de un minuto con 5 abajo y su canasta en penetración para empatar a falta de 3 segundos.
Es la misma versión con que centrifugó a Baskonia en Coruña o cerró el tercer partido de semifinal ACB el curso pasado, también en la Fonteta, con aquel prodigioso triple frontal tras dribbling. Con esta versión de Llull el Madrid es temible en final igualado. Y lo es pese a la terrible pizarra de Laso. Lamentable su último tiempo muerto (pudimos verlo y escucharlo por tv) que a punto estuvo de costar el partido, un saque de fondo fatal planteado que no llegamos ni a poner en juego. Por otra parte, ni nosotros desde casa ni sospecho que los propios jugadores entendemos el reparto de minutos en los interiores de rotación, que por ejemplo Ndour jugase en Valencia el mismo tiempo que entre Lima y Willy juntos. Sí, colocó un par de tapones a Dubljevic, con todo y con eso sumó su tercer partido consecutivo en valoración negativa…

Lógicamente hablaríamos en otros términos si la mandarina no hubiese entrado, pero igual se dio la cara en pista del líder pese a la baja del Chacho y al escaso tiempo para preparar el encuentro. Valencia tuvo la semana enterita, que los octavos de Eurocup los ve por la tele. Nocioni salvó varias pelotas de break con ese 5 de 5 triples, acredita un formidable 54% en la temporada. Felipe y Ayón estuvieron más flojos que de costumbre, y Taylor dio la de arena: 0 de 5 de campo incluidos varios errores garrafales, algunos en el tramo final. Lo compensó la dupla de escoltas, Carroll y Rivers, cada uno en su estilo, pero ambos en vena desde hace semanas. Maciulis cuajó una actuación sólida, pero la manchó con ese tremendo error en la última defensa.

En fin, la plantilla es tan larga y con tanto talento que, aunque varios desaparezcan un día, habrá otros que lo compensarán. Mientras Ayón y sobre todo Llull sigan a este nivel, estamos para aspirar a todo.

El Tiro

Qué triple el de Llull, señores, creo podemos bautizarlo como El Tiro. Una brutalidad de acierto y confianza, desde más de 7 metros, tras un dribling cual látigo a izquierdas y pese a la clamorosa falta de Nedovic no pitada. Fue el colofón a un partido trepidante, como espectador, sin duda el mejor de la temporada ACB 2014/15. Como aficionado blanco, sin embargo, el duelo solo vino a corroborar las dudas que despertó el segundo de la serie: fragilidad defensiva, Chacho cenizo, dependencia absoluta del triple y Bou-Mejri como simples figurantes. Además, los secundarios, Carroll, Rivers o Maciulis, no aportaron como en otras citas.

Valencia, de nuevo sin Loncar ni Ribas, tuvo al Madrid contra las cuerdas todo el choque salvo el primer cuarto, con una receta ya conocida de intensidad defensiva y soluciones sencillas en ataque: balones a Dubljevic cerca del aro y tiros liberados de Harangody (5 triples coló). Van Rossom y Vives se merendaron por momentos a nuestros Sergios, la que se supone la mejor dupla de bases del continente.

Cuando pintaban bastos, ya en el último cuarto, la templanza de Felipe desde el tiro libre (6 sin fallo en los últimos 90 segundos) y los destellos de Rudy mantuvieron a flote la barca. Aunque esta crónica sería distinta si los dioses no nos hubiesen venido a ver, si la mandarina de Harangody para cerrar el partido hubiese entrado en el tiempo de posesión.
La eliminatoria queda ahora franca para el Madrid, pero mucho habrá que mejorar para optar al título.