La heterodoxia de los campeones

Se ganó en Atenas ante 20.000, contra un equipo top, pese al arbitraje caserete y al día horribilis de los tiradores. Además de los resultados, el Madrid ha demostrado variedad de recursos suficiente como para llamarse aspirante a la Euroliga. Se gana por lo civil (run&gun) o por lo militar (mejor defensa de Europa), porque hay plantilla y compromiso, porque la adaptación es la única fórmula real para la victoria en competiciones a largo plazo, dado que las circunstancias varían y los rivales también juegan (en el caso de los griegos, reparten palos como estacas). Se ganó en Grecia pese a idénticas coordenadas que el encuentro de primera fase (desacierto exterior). Esta vez se defendió como perros y los pívots ejercieron de baluarte, ese jarrón supuestamente olvidado en el salón de Coach L. Aunaron 12 rebotes, 4 tapones y, sobre todo, 33 de los 58 puntos del equipo.

Siempre he pensado  que Begic sería clave en momentos puntuales de la temporada Euroliga si el Madrid pretendía llegar lejos, por eso había que mimarle, a pesar de las evidencias semanales. Un momento tan puntual como clave llegó en Atenas, con Sofo zampándose a Slaughter al final del 3º cuarto. ‘Masacre’ nos cae bien, tiene unos cojones como el caballo de Espartero y salta más que Santillana, pero hay rivales en Europa que le exceden por cuestiones de pura física (tanto a él como a Felipe, Begic o Rafa). Durante 3-4 minutos ‘el Gordo’ salía a canasta o falta por ataque, la diferencia amenazaba con abrirse de nuevo. A esas que saltó Begic a pista y colocó un par de boinas para devolver a la bestia a las cavernas. La diferencia se estabilizó. Mirza jugó el último cuarto completo, cuajando una actuación defensiva sensacional.

Igual que la del amic Draper, siempre a punto para la batalla pese a los largos periplos de trinchera. Los verdes sufrieron su hiperactividad defensiva, sus  manos frenéticas, su incordio continuo. El esfuerzo defensivo no termina hasta atrapar el rebote, Draper ayudó con 5 rechaces, además de subir un par de canastas clave cuando más picaba el sol, un detallazo en uno de esos contados días al año en que ninguno de los Sergios hace acto de presencia. Resulta un lujo para las arcas de la sección tener un tercer base del caché de Draper, pero un lujo que gana partidos.

Grande también Felipe, máximo anotador del partido (13), justificando renovación a la baja, pese a los fantasmas de alguno. 6 puntos seguidos suyos cortaron la peor hemorragia de la velada allá por el segundo cuarto. Hettsheimeir se evaporó según avanzó el duelo, pero sus 11 puntos en un partido a 55 son igualmente un tesoro digno de mención.

El Palacio recibe el jueves al CSKA, uno de las grandes citas de baloncesto del año en la capital: por el morbo del regreso de Messina, porque son sin duda dos de los mejores equipos del continente y porque se puede decidir la primera plaza del grupo. Los rusos perdieron en casa ante Unicaja encajando 94 puntos, un partido condicionado por el descomunal acierto de los malagueños en tiros bajo presión (mención especial a Marcus Williams). No nos dejemos engañar, CSKA sigue siendo un transatlántico, el rival a batir. Posee la mejor pareja de centers puros de Europa (Krstic-Kaun), más Teodosic-Jriapa en sendos picos de forma. Por algún motivo son más duros como visitantes (invicto en Euroliga) que en casa, donde juegan como relajados, como contagiados del escaso ambiente de su pabellón. El basket average será también clave.