Manresa se lleva los brotes verdes

De un plumazo podó Manresa los posibles brotes verdes del Real Madrid en los últimos 10 días. Derrota dura e inapelable en Goya, recordatorio de que seguimos para los leones, pese a ganarle a Burgos y Asvel, equipos dos ligas por debajo, y de la campanada contra Milán, 7 abajo a tres minutos del final. Y cuidado que el calendario se empina: visitas a Estambul (martes) y Tel Aviv (jueves).

Está el atenuante de las bajas, seis el domingo, que si le sumamos a Randolph, defenestrado por Laso hace semanas, deja una rotación de ocho jugadores útiles. Y con ocho no da precisamente para pasearse por la ACB, y menos frente a Manresa, que no es tercero por casualidad. Pedro Martínez plantó una zona en defensa y retrató toditas las carencias de este Madrid crepuscular, obligándole a mayor protagonismo exterior del que querría Laso. El cortocircuito del backcourt fue de época, y llueve sobre mojado. Los números cantan: siete pérdidas más que asistencias (19 a 12), y no se salvó nadie esta vez: -4 de valoración Heurtel, -4 Núñez, -3 Nigel y -1 Llull. El coah los señaló sutilmente en rueda de prensa: «Para jugar bien todos tienen que sumar, necesitamos tener organización como equipo». ¿Quién organiza? Pues eso…

Hemos escrito ríos de tinta sobre Williams-Goss, apocopado desde que llegó a Madrid, diría que ya irremediablemente. Su bloqueo mental es absoluto, cuesta imaginar una remontada de aquí a final de curso que justifique su permanencia. Los esquemas de Laso necesitan de grandes talentos al timón que improvisen fuera de sistema y resuelvan malos ataques al final de la posesión, Nigel sencillamente no es ese jugador, lo cual no le convierte en un mal jugador. Le he visto jugar en otros equipos europeos (Partizán, Olympiakos y Lokomotiv) y os aseguro que vale, no como estrella Euroliga, tampoco cobra como tal, pero sí con aptitudes para asentarse en la burguesía. Tiene otro año de contrato garantizado pero asumo que el club negociará rescisión en verano (como con Randolph), especialmente al ocupar plaza de extracomunitario. Y asumo también que, igual que con Lapro, veremos su mejor nivel lejos de Goya.

Pero la novedad no es hablar de la salida de NWG, que empezamos a dar casi por segura, sino de la de Heurtel, que ya no descarto tampoco. Cumplió en el primer tercio de curso, incluso con notable, pero cada vez me queda más claro que Laso no se fía de él: -13 el equipo hoy en sus 13 minutos porque, claro, el basket se sigue jugando a dos pistas y él cojea ostensiblemente en una de ellas. Ni siquiera pisó parquet en el último cuarto, pese al apagón del resto de bases, y no es la primera vez. Con 33 años no va a ir a mejor y su salario aumenta en la segunda temporada de contrato (como de 1.5M€ a 2M€ brutos), que no es garantizada: se le puede cortar por una cantidad testimonial. Dos kilos de masa salarial dan para bastante en verano a poco que el mercado ofrezca, así que el club imagino que barajará esa opción seriamente.

Llull, 0/11 triples

El balear, con sus picos de sierra, venía rayando a un nivel homologable las últimas semanas, pero también asumiendo más protagonismo del que seguramente conviene al equipo, en parte por las mencionadas bajas pero en parte también por su propia incapacidad de contenerse. 18 tiros de campo contra Milán en 21 minutos, salió cara pero sentó un precedente peligroso. Y tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió, y de manera escandalosa, con el 0/11 triples contra Manresa, que bien debe ser el récord negativo de la historia de la ACB.

Y el problema no es tanto que Llull falle 11 triples sino que se los casque (acumula 6 de 44 desde la Copa), que siga lanzando en un día claramente aciago, esa patente de corso que le otorga el entrenador para lanzar a discreción. ¿Os imagináis que Heurtel o Goss hubiesen firmado una planilla de tiro así? Yo no, porque al tercer o cuarto fallo ya les hubiese llamado Laso al orden. Solemos decir que Llull «es todo corazón», un intangible que suma a menudo pero resta otras veces. Le cuesta un mundo reprimirse, moderar su juego y bajar revoluciones, seleccionar sus tiros como el jugador secundario que es desde que se rompió la rodilla, que han pasado ya cinco años. Y se junta el hambre con las ganas de comer, porque el técnico tampoco ha sabido canalizarle.

Renovaciones

Marca publicó el viernes que las renovaciones de Llull y Rudy están «encaminadas», cero sorpresa por ahí, ya conocemos al club, pero además DF asegura que la de Causeur idem (si bien es una fuente menos fiable). Resulta difícil, en estas semanas tan grises y ante la perspectiva de otra primavera sin títulos, ilusionarse con la promesa de más «continuismo» en verano y un puesto de escolta que sumaría 107 años.

No es un problema concreto de que siga uno o el otro, que los tres son más o menos aprovechables como reservas de fondo de armario, el problema es que compartan puesto. Sumando tres reservas no juntas un titular pero te suponen un hándicap para ficharlo, que el presupuesto no es infinito. Además, mientras Llull, Rudy y Causeur continúen parece difícil que Laso conceda la alternativa a nuevos exteriores que pueda fichar la directiva y apueste de verdad por ellos.

Tendemos a opinar sobre renovaciones en términos de rendimiento pasado, «se lo merece», «ha dado mucho al club», «siempre en mi equipo», cuando el acto de renovar representa justo lo contrario, no un reconocimiento al pasado sino una apuesta sobre su futuro. Y si queremos competir con el Barca de tú a tú y revertir el ciclo deberíamos empezar a apostar a futuro, liberarnos de una vez de los compromisos sentimentales autoimpuestos.

Análisis: así se ha reforzado la competencia del Madrid (ACB)

Chris Singleton Barcelona
Barcelona, un pastel sin guinda

Pareció a comienzo de verano que iba a romper el mercado, con el fichaje de dos burgueses de la Euroliga, Pangos y Singleton, este segundo a enorme sobreprecio, 3 millones brutos por un año, tras una temporada discreta en PAO (sospechoso ese 40% en tiros de 2 para un center). Con esas dos incorporaciones se debió agotar el crédito porque se ha olvidado el club del que a casi todos nos parecía el fichaje clave, el de un combo que genere desde bote, y mira que hubo varios majos en mercado: Nedovic, Delaney, Mike James, Wannamaker… Ni siquiera se llegó a pujar, y sin ese combo crack queda una plantilla profunda, con mucha clase acomodada y bastante físico, pero sin un go-to-guy, con déficit de puntos en los puestos de 2-3 y dos incógnitas en la pintura, Pustovy y Roland Smits, ambos en su primera experiencia en la élite europea.

El último en llegar, Blazic, la opción barata, ha venido a corroborar este verano menguante en cuanto a los movimientos en la Ciudad Condal. Un 2-3 voluntarioso, descarte de Baskonia hace un año y con un perfil nada complementario a los otros dos aleros del roster, Hanga y Claver. Al final, la mejora del Barca, no muy difícil tras dos años desastrosos, pasará por la continuidad del entrenador y por contar por fin con dos bases serios en el roster, cosas ambas que no sucedían desde hacía tres veranos.

Shavon Shields Baskonia

Baskonia, el año de ‘su’ F4

Jugándose la próxima F4 en Vitoria, uno esperaba que Querejeta hubiese roto el cerdito para reforzarse en verano, pero el margen de maniobra quedó lastrado por la imposibilidad de empaquetar los contratazos de Huertas y muy especialmente Jayson Granger, por encima del millón neto anual, es decir, más de 1.5M anuales brutos en fiscalidad madrileña, que son los términos que manejamos en este blog. Se pujó por Larkin, que prefirió Estambul, y al final la inversión se hizo en la pintura, dos movimientos que no cambian la configuración de la plantilla de cara al próximo curso: el fichaje de la torre Youssoufa Fall (500.000 dólares de transfer), que jugará este curso cedido en Francia, y la mega-renovación de Shengelia, pese a que no terminaba contrato hasta 2020 y al que se blinda con «uno de los salarios más altos de la historia de la Euroliga«.

Sale Timma, de gran potencial pero que no llegó a explotar, y llega Shields, un melón por abrir, aunque la marcha dolorosa, vista en perspectiva, es la de Beaubois, referente ofensivo exterior el curso pasado (2º más valorado y máximo anotador tras Shengelia), que terminaba contrato y al que no se hizo ni ademán de retener, suponemos que desde la convicción de encontrar en mercado algo mejor. No ha sido el caso y ahora Baskonia se ve a mediados de agosto con un millón de masa salarial para gastar en un puesto clave, ese de escolta anotador, pero sin nada en mercado que lo valga, con lo que seguramente acabe fichando algún descarte NBA, un segundo melón por abrir. Al final, las opciones de Baskonia, dado que Shengelia pareció tocar techo el curso pasado, pasan por la evolución de los que ya estaban, Vildoza y Poirier, 23 y 24 años respectivamente, y el plus que da la continuidad del técnico, Pedro Martínez, que el cabrón es un entrenadorazo.

Matt Thomas Valencia basket

Valencia, apuesta por el medio plazo

Tras su discreta campaña pasada, normal con esa incomprensible apuesta por Vidaorreta en el regreso a la Euroliga, Valencia parece apostar este curso por el medio plazo, con un entrenador enfocado al desarrollo de talento joven, Ponsarnau, y el fichaje de quizá los dos americanos más prometedores de la ACB, Mike Tobey y Matt Thomas, 23 y 24 años respectivamente, que sustituyen a Pleiss y Green, con un caché alto y que fueron de más a menos. Llega también el ala-pívot francés Labeyrie, que a poco que cuaje debería quitarle minutos a Doornekamp, muy decepcionante..

Fichajes aparte, la base del roster seguirá siendo la misma, Dubljevic arropado por esa valiosa columna vertebral de jugadores nacionales, los Abalde, Sergi García, Vives, Sastre, San Emeterio y Rafa Martínez. Aunque el techo lo marcará Diot, que vuelva y cómo vuelva, tras casi un año en blanco, porque con Van Rossom, Vives y Sergi García en la dirección, por mucho que pueda progresar este último, no alcanza para cotas altas. Bajo la batuta de Diot, recuerdo, se ganó la ACB en 2017 y en su ausencia pasó 2018 con más pena que gloria.

El Madrid se topa con el muro de Pedro Martínez

Rudy Fernández del Real Madrid penetra a canasta ante Ilimane Diop, de Baskonia, durante la final ACB 2018Arranca el Madrid la final con un serio toque de atención, una derrota ajustada pero de ley ante Baskonia, casi siempre por delante y más enchufado, recién salido de una serie exigente ante el Barca. Y si fue ajustada fue por arreones individuales, de Doncic en el tercer cuarto y sobre todo de Carroll en el último, que no por juego fluido de los locales, fríos y con tramos de verdadero desacierto en tiros de habitual buen %. Va a tener el Madrid que bajarse por primera vez del autobús, quitarse la chaquetilla de campeón de Europa y meterse en el barro si quiere levantar esta copa, que no es Baskonia top8 Euroliga por casualidad. La derrota no es defcon 1 pero sí aviso naranja, deja poco margen de maniobra.

Y sobre todo va a necesitar el Madrid mucho más acierto de sus tres jugadores mejor pagados, que cuajaron una actuación muy pobre, Llull, Ayón y muy especialmente Rudy. El mallorquín jugó su peor partido del curso, en plena negociación para renovar y justo cuando estaba firmando unos magníficos playoffs. Mucha mala decisión en pista, protestón y poco participativo (0 rebotes y 0 pérdidas). Terminó con valoración -3 y su defensa a Beaubois en el tercer cuarto coincidió con el minuto de gloria del francés que rompió el marcador. Lo sabe y dormirá caliente esta noche, se le espera.

El capitán del Real Madrid, Felipe Reyes, juega un 1x1 al post con el jugador de Baskonia Toko Shengelia

La batalla en la pintura

Baskonia es el único equipo de la ACB con un puesto de pívot como para tutear al Madrid. La combinación de tiro y movilidad de Voigtman es un dolor de muelas para Tavares. Pedro Martínez, que huele la sangre a millas, ordenó con insistencia castigar el desequilibrio: 1×1 de Shengelia al poste, ayuda de Tavares y balón abierto para el alemán, que lanza o rompe al aro. Cuando Laso se cansa y pone a Ayón, entonces sale Poirier, físicamente más poderoso que el mexicano y al que se busca en 2×2. Ayón, en realidad, tardó mucho en elevar el nivel de intensidad a lo que requería el duelo, hasta tirillas Diop le ganó algún 1×1 al poste en esos minutos, por no hablar de Huertas paseándose por la zona como Pedro por su casa. Para colmo, sepultó con dos pedradas desde el tiro libre las opciones blancas en el final a cara o cruz. Se le espera también.

Me detengo en la batalla táctica al poste porque sospecho que vamos a ver repetidas las misas situaciones muchas veces esta semana, y de cómo las resuelva Laso puede depender en parte el destino de la serie. Y el tercero al que se espera en el Madrid, aunque en menor medida, es a Llull, errático todos los playoffs, asumiendo demasiado protagonismo para no estar ni mucho menos al 100% aún, algo que lógicamente no veremos hasta el próximo curso. Promedia 11.4 tiros de campo por partido en playoffs, el que más del equipo, por delante de Doncic (9,7) y Carroll (7,8). En el otro lado de la balanza, se echaron en falta más situaciones de 1×1 al poste de Felipe y Thompkins, que aprovecharon las pocas que tuvieron. No destaca precisamente Shengelia por sus dotes defensivas, menos aún si tiene que cuidarse de faltas por las minutadas que se casca.

Colapso total en Vitoria

anthony-randolph-real-madrid-eb17El castillo de naipes iba aguantando según se lesionaban efectivos, se sacaban partidos adelante con la plantilla en cuadro, «la conjura» y «la testiculina», pero ha sido romperse Ayón y el castillo se ha venido abajo con estrépito. El mexicano tapaba muchas miserias y compensaba desequilibrios en ambas zonas, por ejemplo, el balón ya no circula casi en ataque, abusando el equipo del recurso fácil de los triples. Cuatro derrotas en cinco partidos (3 seguidas en Euroliga) y la visita mañana de Unicaja cobra de repente una importancia vital para no descolgarse del vagón de cabeza.

El encuentro en Vitoria tuvo poca historia, un repaso mayúsculo. El peor partido de la temporada del Madrid se unió al mejor de Baskonia, que nunca en Euroliga había anotado tantos puntos al descanso (64), cristalizando todo ello en una derrota abultada, por momentos humillante. Decía Sito Alonso al comienzo de curso que con semejante calendario todos los equipos iban a perder algún encuentro por 30. Da el Madrid fe tras el repaso de ayer, para mayor gloria de Pedro Martínez.

Todo lo que pudo salir mal salió. Laso se dejó a Doncic en el banquillo de inicio y para cuando reaccionó estaba ya el duelo muy cuestarriba (-14), y es que Campazzo jugó su peor partido de blanco hasta la fecha. Causeur, Carroll, Taylor, todos mal salvo Rudy, el único exterior digno en el Buesa, junto al mencionado Luka (18 puntos), al que se reservó en la segunda parte en vista de que no había nada que hacer. Mención aparte merece Chasson Randle, que tras cinco semanas ya en el equipo sigue siendo la misma nulidad, 0/5 en 12 minutos. Con todos lo respetos, menudo sustituto del MVP de la Euroliga, ejemplo de que lo barato sale caro.

El juego interior no se libra de la quema. Felipe da lo que tiene, pero no le alcanza la edad para este ritmo de partidos, ayer sencillamente no se presentó. Más grave, pues se les presupone un rol más importante, es el nivel de Randolph y Thompkins tras su regreso, desacertadísimo el primero y en mala forma física el segundo. Y con la pintura en cuadro son capitales, hasta que no recuperen cierto nivel el equipo va a sufrir mucho y se va a dejar partidos. Guardo para el final el único motivo para el optimismo, Tavares, que con apenas un par de entrenamientos dejó detalles interesantes, 10 puntos y 7 rebotes para valoración 18. Fue el único interior que dio la cara en Vitoria y tiene mejor pinta que Kuzmic al que sustituye.