El Madrid no ha esperado ni a cerrar la salida de Jordan Mickey para buscarle sustituto, además uno de altos vuelos: Ante Zizic. Lo anuncia Chema de Lucas, que suele fallar poco. Ya comentamos el viernes en el blog su nombre como uno de los centers en mercado más apetecibles, por su disponibilidad (termina contrato en Cleveland), por su edad (23), dada la urgencia por rejuvenecer la plantilla, y por su condición de comunitario (croata), un dolor de cabeza menos para las convocatorias de competición nacional. Además, en su caso sí es pívot puro, no como Mickey: mide 2.10cms y pesa casi 120kgs, físicamente puede emparejarse con garantías con cualquier vitorino de la Euroliga.
Ha perdido tres años en la NBA y seguramente necesite unos mesecillos para readaptarse al basket FIBA y a un rol de cierta responsabilidad en un equipo competitivo. Igualmente es un fichaje interesante a corto plazo, siendo la clave del movimiento el potencial a medio-largo, porque aún tiene margen de mejora (recordad lo que era Tavares a su regreso de USA) y la NBA no debe ser un incordio para retenerle en caso de que cuaje, al estar ya de vuelta con el rabo entre las piernas.
El rebote, clave
Las sensaciones que dejó en la Euroliga antes de irse, con 19 años, fueron de aptitudes como para dominar los aros a este lado del Atlántico. Si recordáis, en 2017 le fichó Darussafaka a mitad de curso por un pastizal y se enfrentó al Madrid en la serie de cuartos de final (3-1), en la que nos hizo un buen roto, sobre todo en el segundo y tercer partido. Promedió en la serie 18 de valoración en 21 minutos, repito, con 19 años y apenas 3 meses de experiencia Euroliga ¡!
Tácticamente encaja en el sistema Laso, donde el pívot no necesita tirar de fuera (esa es claramente tarea de los alapívots), sino poner buenos bloqueos al generador desde bote y asegurar el rebote como si le fuese la vida en ello. Esto último es clave, porque el rebote es quizá el segmento más destacado del repertorio de Zizic y a la vez ha sido una de las lagunas de juego recurrentes del Madrid este año cuando se sentaba Tavares, puesto que a Mickey le costaba cerrarlo. En parte por centímetros y en parte por intensidad.
En fin, habrá tiempo para hablar más tranquilamente de su perfil, pero a bote pronto Zizic es el tipo de fichaje que reclamábamos a la directiva, joven y con recorrido, un movimiento que rezuma ambición, alejado de la autocomplacencia en mercado del Madrid los dos últimos veranos. Bienvenido sea.
Recuperando cadáveres retoma el Madrid la ventaja en los cuartos de Euroliga, 2-1. Doncic, Carroll y en menor medida Randolph retomaron el pulso a la serie tras desaparecer en combate en los dos duelos en Goya. Firmó el Madrid un gran encuentro a domicilio, con ventajas de doble dígito casi toda la velada, y aún así llegó a sufrir en la recta final, y es que Darussafaka se está demostrando un grupo con gran resiliencia. Aunque para resiliencia la del muchacho Doncic, que de talento sabemos que va sobrado, pero se enfrenta en esta serie quizá al mayor reto hasta la fecha en su corta carrera, como ya explicamos, forzado a un rol protagonista por la desaparición de Rudy. Aunque previsible para los que le seguimos hace tiempo, no deja de ser digna de elogio la entereza del muchacho, cómo se ha recompuesto en 4 días, como los elegidos, tras esas lágrimas de frustración del segundo partido. Terminó el tercero con valoración 23, gracias a una selección de tiro exquisita, a su sabida facilidad reboteadora y a su seguridad en la dirección, 0 pérdidas en 27 minutos. Lideró el arreón blanco en el primer cuarto, clave a la postre, pues el Madrid ya nunca cedió la iniciativa del duelo.
Sea por simple relajación, por economía de esfuerzo o por los quintetos cemento de Laso, el Madrid lleva todo el curso regalando primeras partes como local en Euroliga. Llegó por debajo al descanso en el primer partido de cuartos de final (-1) y en el segundo repitió la operación (-6), y de tanto ir el cántaro a la fuente al final se rompió, Darussafaka roba la ventaja campo. Lo hace de justicia, tras pasar ciertamente más minutos que el Madrid por delante en el marcador en estos dos primeros partidos. Clave fue el arranque de la segunda mitad, con esa tremenda ráfaga de triples de Llull (15 puntos y 2 asistencias en el tercer cuarto), que por experiencia sabemos que deja en la lona a la mayoría de rivales… pero no a este Dogus, que respondió a la pelota de break.
Por inercia de campeón, oficio y fondo de armario, jugando más bien reguleras, se lleva el Madrid el primer asalto de los cuartos de final de Euroliga. Y se lo lleva pese a regalar de nuevo el inicio de partido, con una intensidad indigna de la cita (16-28, min 11), y pese a que Darussafaka demostró ser más equipo de lo que suponían algunos iletrados, de los que se guían por historial y apellido (‘solo’ tres cuartos de entrada en Goya). Los turcos tienen un gran mariscal en banda y son un digno top-8 de esta edición Euroliga. Wanamaker y Clyburn se reivindicaron como burguesía continental (36 puntos combinados), un caramelo este verano como Dogus migre su inversión, el club no se clasifique para Euroliga y tenga que desmontar la plantilla, un guión más probable de lo que creemos.
No hay adversario fácil a alturas de cuartos de final, pero el primer puesto en la regular ha concedido al Madrid la gracia del rival efectivamente menos temible, Darussafaka. Han ganado los blancos 14 de los últimos 16 partidos en la fase regular y necesitarían perder 3 en una semana para caer eliminados. Se antoja complicado, por mucho que apriete el pequeño Volkswagen arena (5.240 asientos) y en el banquillo esté David Blatt, con varios repasos a Laso en el expediente, incluido el de la primera vuelta este año, eso sí, con la baja de Llull.
Era partido trampa, aún de resaca copera y ante un Dogus serio en plena puja por el octavo puesto. Pero no dio opción Llull, que sigue de dulce, apilando episodios para engalanar su leyenda. Abrió en canal a los turcos con 19 puntos en el primer cuarto, ¡19!, camino de 26 y 8 asistencias, con un triple final marca de la casa
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