
Milán y Efes, contender y vigente campeón, dos victorias Euroliga consecutivas, merecidas y de quilates del Madrid que deben temperar los ánimos tanto en la planta noble como en la parroquia. Espacio para cimentar, que estos mimbres merecen un voto de confianza, entrenador incluido. Chus Mateo tendrá sus áreas de mejora, pero no es ningún becario que pasaba por allí, como le caricaturiza el sector cagaprisas.
El equipo sigue teniendo pronunciados picos de sierra, cierto, y cuesta sacar conclusiones categóricas o calibrar su nivel exacto, a la derrota en Zaragoza me remito. Pero, en estos meses de transición hasta la Copa, la vara de medir al Madrid debe ser la Euroliga, donde se faja contra rivales de su »categoría’ y la fase regular tiene más valor, y en esa parece haber enderezado el rumbo. Además, no caigamos en esa costumbre tan española de mitificar al difunto, en este caso Laso, como si el Madrid en sus años al frente no se concediese 3-4 salidas ACB de turismo por temporada. Porque eso fue lo de Zaragoza, ni más ni menos.

Pero volvamos a la calle Goya, donde no hubo piedad para un Efes en hibernación este arranque de curso. No diría tanto como que Hanga fue protagonista, nadie lo fue, pero sí la mejor noticia, porque firmó su primer partido notable a la vuelta de la lesión, y vaya si el equipo lo notó. Su final ACB no fue ningún espejismo: es una opción heterodoxa pero interesante para el puesto de base, quizá la más interesante dadas las alternativas.
Su mera presencia en pista equilibra muchísimo la rotación, que este año cuenta con un gran generador de juego en estático desde bote como Musa. Hanga es un perfil perfecto a su lado, el de un base disciplinado, con experiencia y de corte defensivo, que en el fondo solo es una de las opciones de su repertorio cual navaja suiza. El húngaro suma de muchas maneras, en ocasiones sin hacer ruido en el boxscore, pero contra Efes fue además el más valorado (19) y el máximo asistente (6), sin olvidar su aportación clave al comienzo del último cuarto para abortar el conato de insurrección visitante. Su regreso, y por qué no decirlo, también el de Abalde, han reducido el socavón defensivo en el backcourt, que nos centramos en las carencias atrás de Chacho y Llull, pero ojito las de Musa…

En los próximos días se espera la reaparición de Williams-Goss, que ya entrena situaciones de 5×5 con el resto del equipo, con lo que el puesto de base estaría casi completo. No echo muchas cuentas con Alocén, que podría (y seguramente debería) salir cedido cuando regrese de su lesión, aunque suya es la última palabra. Con NWG habrá que tener un poco de paciencia hasta que coja ritmo de competición, que al final ha sido medio año de baja, por cierto, cuyo motivo exacto nunca supimos, que el club no emitió comunicado. Una vez alcance tono físico y ritmo de competición homologables el Madrid juntará su cuarteto de potenciales bases, es decir, veríamos el puesto tal y como lo concibió en verano la gerencia. Ya podríamos juzgar con el dibujo completo. Sin un director estelar ni un titular claros, ni cerca, que esos en el mercado Euroliga no valen lo que cuestan, pero con cuatro jugadores de perfiles complementarios. Muchos preferirían otra configuración de puesto, más ortodoxa, abarcar menos y apretar más, pero a falta de pan esperemos que buenas sean tortas.
El equipo blanco contra Efes sí jugó como tal, como equipo: solo en el primer cuarto ya repartió más asistencias (9) que en todo el partido el domingo (8), como recuerda Luis Hidalgo. Además, el serial ‘Rescatar al soldado Vince’ estrenó capítulo para el optimismo. Porier hizo más valoración (17) que en las seis primeras jornadas de Euroliga juntas (16), el margen de mejora por su flanco era abismal. Se pareció por fin al del curso pasado, sumando fácil en situaciones de continuación y reduciendo la dependencia de Tavares, limitado esta vez por personales. «Deck se fue a una minutada» (32), no importa cuando leáis esto. A lo que en este caso contribuyó la lesión de Yabusele (muscular, no parece grave), que liberó muchos minutos en la posición de cuatro y Cornelie no tenía el día.
Chacho, sólido en Milán, fue el sacrificado contra Efes (solo 5 mins), y Llull hizo lo suyo, lanzar algún tiro de más que compensó con una dirección solvente: 5 asistencias por 0 pérdidas. En vista del resultado se conoce que al equipo le salió a cuenta, que a mí es lo único que me importa. Lo remarco porque la conversación sobre el balear hace tiempo que me da pereza, con exceso de decibelios y una polarización guerracivilista, sin espacio para grises. Y creo que el roster blanco tiene otros frentes de interés, especialmente a medida que regresan los lesionados.
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