No partía como favorito de la crítica, no le adorna ningún récord este curso, de esos estamos ya descreídos, pero cuando se ha decidido el primer título de prestigio este Madrid ha vuelto a dar un paso al frente. Tercera Copa del Rey consecutiva, esa competición que, hagamos memoria, tan esquiva nos resultaba hasta la llegada de Laso. Victoria con emoción, pero de ley, sin necesidad de alardes individuales ni remontadas dramáticas. Mas bien dejando que llegasen los partidos, ese temple que te da haberte sacudido las urgencias históricas.
Un talante resumido en esos 90 segundos prodigiosos de Llull en la semifinal, su sobriedad cuando el balón quemaba, nada que ver con aquella versión emocional de hace pocos años, seleccionando sus tiros cual adolescente en la consola. Esperó su momento, leyó la ventaja y eligió la opción más sencilla, porque se trata de ganar, no de levantar al público del asiento. Dos penetraciones, una por cada lado, aprovechando corpulencia frente a su par, seguidas de un step-back tras cambio de emparejamiento para sellar a Bourousis y tiro liberado de cinco metros. Baskonia fió la respuesta a las mandarinas de Adams, las del Llull antiguo, y en esas se decidió el título, porque aquello tenía aroma a final, por mucho respeto que tenga a Granca, que mantuvo el domingo el pulso con señorío.
Otro título con los rústicos como referentes: Ayón adorna su año grande con un MVP, Maciulis firma un increíble 9/11 triples en el torneo y Nocioni recordó viernes y sábado al de la F4. Meto en el grupo a Lima, que aporta ya dividendos en intendencia, y a KC Rivers, fondo de armario de lujo, que se redimió con una muy sólida final de dos flojos encuentros previos. Por otro lado, Felipe ante rivales ACB sigue siendo una ventilador de estadística (valoración media 15 en 19 minutos) y Carroll corrobora su buen momento. En realidad casi todo ha funcionado en Coruña. Incluso Willy, relegado en la rotación con la llegada de Lima, cumplió con su papel en los escasos minutos de que dispuso, confirmando que pocos como él defienden a Bourousis en Europa.
Cuando juegas sobre el alambre como el Madrid este año, dosificando esfuerzos, fías la suerte de toda la temporada a un puñado de fechas señaladas. Los aficionados no ganamos para cardiólogos, pero este grupo tiene el talento, el carácter y el crédito, no puede ser casualidad que los cuatro matchball hasta la fecha (Múnich, Fenerbahce, Jimki y Coruña) hayan salido todos cara. Con Lima ya en convocatoria Euroliga, solo Rudy en la enfermería y la inercia de esta Copa, afronta el equipo y el aficionado con otro espíritu y confianza esa segunda vuelta de aúpa en el top16. Y aquí estaremos para sufrir juntos y contarlo porque, como dice mi hermano, «la vida es lo que pasa entre selfie y selfie de Llull».
Posdata: nuevo chorreo del Madrid en la Minicopa, esta edición personificado en Usman Garuba, 201m, 13 años, con una media de valoración de 35 en 24 minutos.
