Merecidísima euro-derrota blanca en Italia. Hay rivales complicados, calendarios apretados, días regañados con el aro, y luego está lo del Madrid Cantú, que es falta de actitud. Sólo así se explica, por ejemplo, que el máximo reboteador de la competición (hasta ayer) cediese 45 a 30 en ese apartado, estadística que condicionó un partido que el Madrid pudo preparar durante 5 días. La derrota, por cierto, deja en manos del Panathinaikos el primer puesto de grupo, pues tenemos perdido el basket average. Claro que los griegos juegan hoy con Fenerbache y la última jornada visitan Moscú, mientras que al Madrid sólo le queda Olimpia en casa.
Carroll, con 24 puntos, fue el único que se salvó de la quema en Cantú. Llull y Felipe, homologables al menos. El resto fue un solar. Mención especial merece la actitud de Mirotic (val -2), desganado, apático, con la dejadez de los galácticos en los partidos de segunda. ¿Pero quién coño se ha creído? Tiene 21 años y todavía no ha empatado con nadie, debería salir a comerse el parqué cada tarde, más aún en ausencia de Rudy. El baloncesto mundial está lleno de promesas que se quedaron en el camino por falta de actitud.
Y en vista del partidito trianero que se cascaron los interiores del Madrid me pregunto, ¿tan mal está o tan malo es Hettsheimeir como para no merecer ni un minuto? Han pasado 74 días desde su fichaje, 39 desde que se le presentó oficialmente y sigue inédito. A este paso reaparece antes Velickovic que ver a Rafa una actuación potable vestido de blanco.
Ojo este domingo a la cita con el vecino Esudiantes, que llega encendido.
