Hay algo peor que la mediocridad, la altanería. El nuevo Madrid se construye con el mismo tufo chapuza de la era Antonio Martín, pero con aires pretenciosos. Sobran promesas y faltan millones.
Los Siskauskas, Anthony Parker o Holden que sonaron de entrada se convirtieron en calabaza al dar las 12, cuando Florentino se quitó la careta y reveló la realidad presupuestaria que le espera a la sección. Déjà vu.
La alternativa barata
Los conceptos «aspirar a todo», «proyecto ganador» y «recuperar la ilusión» se dan de bruces con Lavrinovic, Kaukenas, Hansen y Velickovic. Cuatro incorporaciones improvisadas, de segunda fila, caras B en la hoja de ruta de Maceiras.
– Digamos que Hansen es la alternativa barata a Siskauskas.
– Que Kaukenas es el sucedáneo de Holden.
– Que Lavrinovic lo es de Bourousis y Nesterovic.
– Y que se tanteó a Garbajosa y a Smodis pero el dinero sólo llegó para Velickovic.
Florentino prometió un Ferrari para la plantilla del Madrid y lo que resulta es un Ibiza tuneado.
La chapuzaCuando alegremente se dejó ir a Mumbrú y a Raúl López porque «no daban el perfil» que buscaba Messina, ¿es posible que nadie en la dirección deportiva cayese en el asunto de los cupos?
El Madrid se quedaba con el culo al aire: sólo dos españoles en nómina (Felipe y Llull) cuando la legislación exige cinco. Cabría sumar la vaga promesa de nacionalización de Oleson que, por otra parte, lleva todo el verano más allá que acá. Su pecado es el mismo que el de Mumbrú y Raúl, «no da el perfil que pide Messina», un entrenador que sólo le conoce de oídas.

Algo parecido, menos mediático pero más vergonzante, sucede con el puesto de alero. Salió Mumbrú porque llegaba Siskauskas. Calabazas. Tras fichar a 4 extranjeros en otros puestos, Maceiras se acordó del cupo: hay que hacerse con un alero español. Carlos Suárez es el elegido. Como todos saben al Madrid desesperado por fichas nacionales, le timan. Que el Estudiantes rechace 1,4 millones + Pablo Aguilar a cambio de Suárez es una humillación merecida.
Dada la esperpéntica negociación con el vecino, el Madrid busca alternativa de alero nacional. La lógica apuntaría a nombres como Víctor Claver o Saúl Blanco. Sin embargo, el plan C consiste nada menos que en Rodrigo de la Fuente, ex capitán del Barça, de 33 años, los dos últimos de turismo por Italia. De nuevo, la alternativa barata.
¿Y si el Madrid hubiese esperado a tener atados a unos dignos sustitutos antes de dar puerta a Mumbrú y Raúl? ¿No estaría en una situación de negociación menos débil?
Peor aún. ¿Son acaso De la Fuente y Sada mejores que Mumbrú y Raúl? No, pero dan el «perfil Messina».
Chapeu! No sabía que tuvieras blog. Te seguiré leyendo…
Alberto «fiorentino» Ortega