– Miami Heat: Su tiempo ha pasado. Ganaron hace dos años un anillo express con un plantel de estrellas entradas en la treintena, sin necesidad de cultivar un proyecto durante años. Pero la suya era una apuesta a corto plazo. Ahora afrontan la renovación del equipo. O’neal, Mourning o Walker son todavía aprovechables, pero no los dominadores que fueron otrora. Miami tiene al menos una piedra angular alrededor de la que construir, Dwayne Wade, el mejor jugador exterior de la competición tras Kobe Bryant. Jason Williams y Udonis Haslem son los únicos miembros aprovechables no ancianos de la plantilla. Con la marcha de Posey y Kapono, Wade se queda sólo en los puestos de 2 y 3. Penny Hardaway, fichado de su retiro, es manco mejor que cualquiera de los chavales que ocupan esas posiciones, pero no deja de ser un vegestorio, una anécdota, un guiño al pasado. Con Wade sano entrarán en Playoffs, pero no más allá de la 6º o 7º plaza.
– Washington Wizards: Defender, rebotear y anotar en la pintura son sinónimos de triunfo en el baloncesto. Las 3 son cualidades de las que carece insultantemente Washington. Por muchos puntos que metan Arenas-Butler-Jamison (alrededor de 70 por noche), con la actual configuración y mentalidad es imposible llegar lejos. Quizá otras temporadas sería suficiente para alcanzar playoffs en el Este, pero no este curso. No se han movido en el mercado, parecen tan autocomplacientes que se permiten ‘regalar’ a Navarro. Antonio Daniels, DeShawn Stevenson y Songaila son secundarios aprovechables, pero tampoco aportan consistencia. Diagnóstico: Se caen de postemporada.
– Orlando Magic: Han tirado la casa por la ventana para adquirir a Rashard Lewis (16 ‘kilos’ al año), pero en la balanza pesa más lo que se marchó: Grant Hill, talento exterior en uno contra uno, y Milicic, puntos en la pintura. La plantilla es joven y con talento, pero falta un timón. Jameer Nelson mira el aro antes que a sus compañeros y Arroyo, el único base puro, no ha cuajado desde que llegó a Orlando. Dwight Howard debe crecer ofensivamente, dado que es el único que puede ver aro en la zona tras la marcha de Milicic. De su evolución y de la de Trevor Ariza dependerá hasta donde pueda crecer el equipo. Clave táctica: que Stan Van Gundy se atreva a colocar a Rashard Lewis de ala-pívot(por físico podría ocupar ese puesto, especialmente en el Este). Así paliaría la carencia de jugadores en puestos interiores y daría minutos a Ariza, que con Turkoglu y Dooling se puede apañar en las alas. Diagnóstico: Peleará con Nueva York por la octava plaza.
– Charlotte Bobcats: El proyecto Bobcats comienza a ver la luz. Este será el primer curso que luchen por jugar postemporada. Es la consecuencia de años trabajando con sentido común y paciencia en la dirección deportiva. Ahora cuentan con una plantilla respetable, con un destacado plantel exterior. Gerald Wallace, Walter Hermann y Adam Morrison no sólo son buenos, sino que además tienden a crecer. Se les ha unido Jason Richardson, que llega ‘regalado’ de Golden State Warriors. Con Raymond Felton y McInnis hay base. Sean May explotará por fin como el anotador en la pintura que fue en North Carolina (12-13 puntos por partido serían muy valiosos), y armará con Brezec y Okafor una formación interior suficiente. Ningún miembro de la plantilla está acostumbrado a jugar más allá de mayo, así que son jovenes y tienen hambre. Diagnóstico: sin Playoffs, pero los lucharán hasta las últimas semanas. Décimos del Este.
– Atlanta Hawks: Sin noticias de Dios en Georgia. El cuento de que es un plantel joven y con futuro está bien unos pocos años, pero después de 9 da que pensar.

Han tomado malas decisiones en el draft: cambiar a Gasol por Abdur Rahim y seleccionar a Marvin Williams, Josh Childress y Salim Stoudemire en puestos altos. Además, son rácanos en el mercado de agentes libres. Las temporadas caen como hojas en otoño, con más pena que gloria. Esperan mucho los Hawks de su rookie Al Horford, el nº3 del generoso draft de este verano. Es un 4 potente pero escaso de centímetros, al estilo de Okafor o Elton Brand. Acreditará buenos números, pero, procediendo de la Universidad de Florida (campeona NCAA los dos últimos años) le costará acostumbrarse a perder. Pronóstico: farolillo rojo de la conferencia y de la liga.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado