¿Cómo de fiel será Chus Mateo al libreto Laso?

Muchos apenas le conocían hasta hace unos pocos meses, pero Chus Mateo no es nuevo, simplemente estaba en un segundo plano. Lleva nada menos que ocho años como asistente del Real Madrid, le hemos visto cientos de veces junto a Laso cuando el realizador enchufaba al banquillo, pero no reparábamos en él. Percepción selectiva y tal. Algunos no pusieron nombre y cara a Chus Mateo hasta el pasado diciembre, cuando Laso dio positivo por covid y él pudo dirigir al equipo unos días, que incluyeron la machada en cuadro contra CSKA.

Para entender algunos matices presentes sobre CM hay que hacer un poco de arqueología y recordar las circunstancias de su llegada al Madrid, en verano de 2014. El equipo acababa de perder contra pronóstico la final ACB y Juan Carlos Sánchez, que nunca confió demasiado en Laso, aprovechó la coyuntura para cortar la cabeza de sus dos asistentes: Jota Cuspinera y Hugo López. Terminaban contrato y sencillamente no fueron renovados, en contra del criterio de Laso. Se puede decir que Chus Mateo llegó al banquillo blanco, en cierto modo, como una imposición de JCS a Laso.

Sin bendición

En todo caso, la relación profesional entre asistente y entrenador estos ocho años no podría haber sido más fructífera, al palmarés me remito. La destitución de Laso hace 20 días pilló a Chus Mateo recién llegado de viaje de vacaciones a EEUU: el club le llamó a filas y él regresó en el primer vuelo para formalizar su nuevo contrato, ya con rango de primer entrenador, y grabar el vídeo oficial de presentación. Un detalle que en mi opinión demuestra que no estaba al tanto de los idus de julio que había orquestado JCS para deshacerse al fin de Coach L, con la venia de Florentino.

Sin embargo, no parece que al técnico vitoriano le haya hecho ninguna gracia que Mateo acepte el cargo y tome el testigo. A sus palabras en la rueda de prensa me remito: «Si yo ya no entreno al Real Madrid, ¿cómo me voy a preocupar de quién lo entrena? Como si lo entrenas tú (en referencia al periodista). He trabajado mucho con Chus (Mateo) y le deseo la mejor de las suertes COMO PERSONA».

Podía haber dicho que le deseaba la mejor de las suertes en este nuevo reto, quién mejor que él para continuar el proyecto, etc. O al menos desearle «la mejor de las suertes», sin más, en genérico, y pasar de puntillas. Pero no, remarcó que le deseaba suerte (solo) «COMO PERSONA». Después de 10 años al frente de un Madrid, dando varias ruedas de prensa a la semana, Laso tiene las suficientes tablas ante un micro (además de que traía preparado a conciencia lo que iba a decir) como para pensar que descuidó un detalle así. No, sencillamente Chus no tiene su bendición.

Y tras todo este circunloquio, regreso a la pregunta del titular: ¿cómo de fiel será Chus Mateo al libreto de Laso? Mi apuesta, y es solo eso, una apuesta, es que a botepronto bastante. Primero porque el propio Chus Mateo es en parte también arquitecto de este Madrid, desde un cargo inferior. Por otro lado, tampoco tendría sentido reconstruir algo que en líneas generales ya funciona. Ahora bien, ese continuismo tendrá matices, porque Laso y Chus no son clones y seguramente no estaban de acuerdo en todo. Por ejemplo, con Mateo al frente, Jeff Taylor (fetiche de Laso) jugó menos minutos. En playoffs ACB: 21 de media con Laso, 14 de media con CM.

Además, con Chus Mateo el Madrid recurrió de forma mucho más insistente a la opción de Gabi Deck al poste como referencia de generación en estático. De hecho, el fichaje de Cornelie pareciera ir en esa dirección: liberar a Tortuga de la responsabilidad de jugar regularmente como alapívot reserva, donde no tiene ventaja física y se pierde el recurso del posteo.

¿Más diferencias? Bueno, quizá sea mera coincidencia, pero Williams Goss cuajó sus dos mejores partidos de la temporada en diciembre, justo cuando Laso faltó por covid y Chus dirigió al equipo: 18 puntos y 25 de valoración en Murcia, y 17 puntos y líder en la recta final contra CSKA. Cierto que NWG dispuso de más minutos de los habituales por la baja de compañeros, pero el problema de Goss durante la temporada, lesiones al margen, más que la falta de minutos fue la falta de confianza. Y en esos partidos con Chus dio la sensación de tenerla.

Gestión de las viejas glorias

Laso demostró muchas virtudes en el Madrid, pero con el paso de los años fue también acumulando algunos dejes, igual que los desarrollamos todos en nuestros respectivos puestos de trabajo transcurrido cierto tiempo. En su caso, y visto desde fuera, la mayoría de esos vicios parecían concentrarse en el juego exterior, en el reparto de minutos y tiros, sobre todo en lo que tocaba a las viejas glorias, su guardia pretoriana. Unos dejes que condicionaron en los últimos años la integración de nuevo talento exterior, especialmente si eran fichajes de JCS…

Bien, pues si un reto tiene precisamente por delante Chus Mateo este curso, el que mostrará sus preferencias y personalidad, el que le granjeará críticos y defensores, será la gestión del disparatadamente largo juego exterior blanco. Que si ya de por sí era profundo, lo alarga aún más la improvisada renovación de Causeur, para quien ya se había fichado a Musa como sustituto. Hablamos, con matices, de ocho jugadores para dos puestos, es decir, para repartirse teóricamente 80 minutos. Eso implica que, salvo lesiones, Chus va a tener que dejar fuera de la convocatoria de partidos clave a uno o hasta dos exteriores con salario por encima del millón bruto de euros. Los equilibrios de egos y la administración de picos de forma puede ser endiabladamente compleja.

¿Mantendrá contra viento y marea el estatus en la rotación y las convocatorias que tenían con Laso las viejas glorias? ¿O se atreverá a aplicar una estricta meritocracia y eventualmente relegarles a un rol Felipe Reyes 2020/21, apostando por el talento exterior joven fichado este verano por el jefe? Ya os adelanto que no va a llover a gusto de todos.

Sálvame Deluxe edición Goya

Qué espectáculo estamos dando, señores, lavando toditos los trapos sucios de la sección en directo y retransmitido para toda España, para mayor gloria culé. No cabía divorcio más escandaloso posible, con cruce de cuchillos entre las partes a través de noticias filtradas a medios afines, con mensajes de Twitter y comunicados oficiales. Y no ha terminado, que parece que Laso prepara la rueda de prensa del desahogo para los próximos días. Sálvame Deluxe edición Goya.

La parroquia está sumida en el asombro y el estupor: incomprensible que una disparidad de criterio médico desemboque en la salida por la puerta de atrás del mejor técnico que ha conocido la sección. Laso lleva por ahora la iniciativa en la batalla del relato, con el Marca haciendo de portavocía oficiosa. Además, resulta lógico que la afición se alinee antes con la cara visible del proyecto que con un directivo en la sombra. Pero ese cariño merecido, y algunos detalles feos del club, tampoco le dan necesariamente la razón absoluta en la riña de fondo, si es que alguien la lleva, que no tiene por qué.

La Medicina no es una ciencia exacta, y es perfectamente razonable que haya disparidad de pronósticos sobre un mismo caso. Y tanta razón pueden llevar los médicos de Laso, que recetan business as usual, como los consultados por el club, más cautos. Sirva de ejemplo JA Corbalán, leyenda blanca y cardiólogo de profesión, que ve «innecesario correr riesgos con Laso«. Según Salvador Álvarez Antón, jefe de Cardiología de Ruber Internacional, “un infarto es una lesión importante que debe suponer toque de atención, yo no aconsejaría seguir entrenando en la élite”. ¿Acaso son todos juancarlistas? Lógicamente ningún médico dispone de tantos datos como el que ha tratado directamente a Laso, pero el diagnóstico que conocemos, y que no ha sido desmentido (“cateterismo por la obstrucción de una arteria y otra arteria obstruida al 50%) contiene ya suficiente información como para segundas opiniones.

En todo caso, y si se lleva al extremo, viene a dar igual. Porque la empresa es libre de marcar su propio listón, querer curarse en salud y pedir por precaución a Laso que de temporalmente un paso a un lado, igual que Laso es libre de negarse, puesto que su contrato es como primer entrenador. Y si ninguno cede, como ha sido el caso, se llega al choque de trenes que desemboca en el despido. Un final perfectamente evitable con otro talante de las partes, si las posiciones hubiesen sido un poco más constructivas, pero el historial de riñas previo pesaba en la mochila.

Guerra de poder

Dicho lo cual, y a riesgo de ser impopular, me parecen simplistas los análisis que reducen lo ocurrido a la mera consumación de una vendetta de Juan Carlos Sánchez y caricaturizan a Laso como un humilde currito del club. Mirad, no, estos dos son transatlánticos con sus respectivas redes de influencias, como estamos comprobando estos días, que llevan años de choque de egos y guerra soterrada por esferas de poder en la sección, como la política de fichajes.

Particularmente creo que esa tensión entre la dirección deportiva y la ejecutiva puede ser hasta productiva y garantizar un equilibrio, siempre que se mantenga en cauces civilizados. Si JCS fichase a su antojo tendríamos cada verano a rebotados del Barca (por morbo) y a los más valorados de la Supermanager, mientras que si Laso dispusiese de carta libre estaríamos con Jeffery Taylor hasta los 40.

Cada uno ostentaba su parcela de poder, delimitada por el presidente, y por eso, pese a ser el director de la sección, Juan Carlos Sánchez carecía de la autoridad y del capital político para despedir a Laso unilateralmente. ¿Qué ha cambiado esta vez? Florentino Pérez, claro. JCS estará encantado de quitarse a Laso, si por él fuera lo hubiese hecho hace años, pero la autoría de la decisión, quien pulsa el botón rojo y decanta la balanza, no es sino el presidente. Así que cuidado estos días con el contorsionismo argumental de los fanlover de Florentino y de Laso a la vez, haciendo malabares para exculpar al primero de la salida del segundo, cuando es el máximo responsable.

Si el presidente quiere enmendarse y reconducir la situación, poner orden en el gallinero y limitar el daño reputacional, debería cesar al responsable de las formas, Juan Carlos Sánchez. Él es quien veta a jugadores y agentes, quien lleva a lo personal una rivalidad profesional, quien filtra informes médicos, dictando hasta el símil con Pinedo, y nunca da la cara públicamente. No podemos tener a un director de sección con las artes de un Peaky Blinder, no a alturas de 2022, en un Madrid teóricamente ultra profesionalizado. Nuestros últimos directores de sección con Florentino han sido un ex futbolista argentino (Valdano), un periodista de investigación (Miralles) y ahora un restaurador (JCS). Con todo el respeto a sus profesiones, quizá sea hora de poner el basket en manos de un profesional del siglo XXI con trayectoria o formación específica, un gestor eficaz y conciliador, que vaya de frente. La reputación de la sección nos va en ello.

Las líneas maestras del Madrid 22/23

El formato de puja abierta en verano está pasado de moda. Los mejores fichajes de agentes libres se anuncian oficialmente en julio pero se fraguan y concretan en primavera. Es el caso de los tres que ya conocemos del Madrid, Musa, Hezonja y Chacho, atados desde hace semanas y que seguro mejorarán la oferta de ocio en Goya y con ella la asistencia al pabellón. Pero, ¿qué nos dicen esas incorporaciones de la configuración de plantilla del Madrid 2022/23?

Que la sección se ha adaptado a las oportunidades de mercado y renuncia a una estructura clásica de roster, la de un base protagonista que amase mucho balón (tipo Facu) y un escolta tirador (tipo Carroll) por debajo de dos metros al que pintar sistemas para lanzar a la salida de bloqueos. Ese formato de plantilla trajo éxitos en el pasado reciente y es el marco mental de muchos aficionados blancos pero no hay mimbres claros en mercado este verano para ejecutarlo. ¿Merece la pena hipotecarse seis millones brutos anuales por Larkin, que es lo que ha firmado en Efes traducido a fiscalidad española, creando un agravio comparativo con Tavares? ¿Tienen acaso Okobo, Billy Baron o Tyler Dorsey más potencial que Musa o Hezonja?

La heterodoxia del reciente título ACB, con Hanga de único base y Deck alternando posiciones y hasta subiendo el balón, da como para plantearse si una plantilla tradicional, con sus cinco puestos bien delineados a modo de compartimentos estanco, es una ventaja o casi un atraso. ¿Quién ha dicho que el base tenga que ser bajito y habilidoso? ¿Por qué el mismo jugador que sube el balón tiene que ser el generador en ataque estático? ¿Acaso no puede serlo Deck al poste o Musa desde bote, con sus 206cms, o mejor aún, ambos a la vez?

Heterodoxia

Tenemos que liberarnos de prejuicios tácticos para ver el sentido a la plantilla que está armando el Madrid para el año que viene, heterodoxa y saturada de teóricos aleros, pero con piernas jóvenes y un techo alto. Laso tiene el reto de encajar ese talento sin orden aparente, pero hablamos del entrenador que se inventó a Rudy de alapívot y emparejó a Garuba con Micic. Sé que muchos echáis de menos ese base de manual que perdimos a la marcha de Campazzo, pero ni lo hay ya en mercado ni seguramente haga falta. Hace solo 10 días que el Madrid se merendó al Barca en la final de ACB sin Chacho ni Goss. ¿Que no os entusiasma ese dúo de directores? Es que tampoco son los que tienen que marcar diferencias en esta plantilla, a la estructura salarial me remito. Veo el vaso medio lleno: todo lo que aporten será de añadido y mejora a un equipo ya campeón.

Si Goss mantiene la línea de final de curso y le respetan las lesiones es un base suficiente, contrapunto defensivo a la chispa que le pueda quedar a Chacho. El canario llega por Heurtel y con el mismo rol, agente del caos, un Last Dance en Goya. Seguramente no juegue minutadas pero le veremos en pista en las posesiones calientes. Menos claro tengo quién será el tercer base: Alocén está lesionado y apunta a cesión cuando se recupere, Juan Núñez enseñó cositas en playoffs pero también necesita más minutos de los que tendrá en Goya. Otra opción es que ambos salgan cedidos y la labor de tercer base se la repartan entre Hanga y Llull. En ese caso ya vería algún sentido a la eventual renovación de Causeur, que tampoco doy por sentada a estas horas.

¿Dónde metemos a Causeur?

El francés ha rechazado la primera oferta del club, quiere dos años y más dinero, que mucho beso al escudo pero Mónaco está al acecho y es paraíso fiscal. Apesta a improvisación de la sección. Se había acordado su marcha, una decisión sopesada durante meses y con una lógica aplastante: jugador secundario, 35 años, acaba contrato. Se le había comunicado informalmente su salida y hasta se había comprometido la masa salarial que liberaba en un sustituto, Musa. Por eso ahora apenas queda dinero para su renovación. Hay que tirar del fondo de contingencia, pero de ahí sale también la panoja para el sustituto de Randolph, que su lesión sí que es un imprevisto. Puede que Causeur tenga el favor de la grada, merezca renovar más que otros y no estorbe en la plantilla, pero tampoco es que haga una falta imperiosa. Al contrario, ya hay siete jugadores para los dos puestos exteriores, así que todo lo que sea firmarle más de año garantizado o más de seis dígitos brutos de salario me parecería un dispendio.

Y si Causeur no hace una falta imperiosa es sobre todo porque Dzanan Musa tiene características en común como para asumir el mismo rol, a saber: atacar el aro desde bote, sacar faltas y enchufar de fuera sin ser tirador puro. Desatascar, vaya. Su fichaje no está exento de cierto riesgo, claro, hay que ver su adaptación a un rol menos protagonista en un contender Euroliga, mientras que Causeur sabes lo que te da. Pero es que como Musa salga bueno es el premio de la Bonoloto, un MVP de la ACB con 23 años, comunitario y agente libre. Tienes jugador para una década, mientras que Causeur es aferrarse al pasado.

Algo parecido pasaba con Hezonja, sustituto de Taylor, aunque en este caso con un perfil táctico muy distinto. Hay que verle en un vestuario con mucho gallito, os confieso que pagaría por tener una cámara y poder ver el primer entrenamiento cuando le defienda Rudy. Pero es que el croata era una oportunidad de mercado irresistible: talentazo, 27 años y, esto es clave, cupo nacional. Recordemos que por el último cupo nacional joven y con buena pinta pagó el Madrid 1.5 millones de transfer (Abalde). Era un fichaje «estratégico», justificamos entonces. Pues Hezonja llega como agente libre, cero euros de tránsfer… En la web oficial de la ACB no aparece como cupo nacional pero según Sánchez Blas es porque no está actualizada; bajo la actual normativa de JFL el croata sí sería cupo.

Creo que al final el dato clave es que con el cambio de Musa+Hezonja por Causeur+Taylor el Madrid rejuvenece 17 años el juego exterior. Repito, 17 años. El riesgo es ridículo comparado con el potencial: como Laso los integre en dinámica Real Madrid se nos queda una columna vertebral dominante por debajo de los 30: Yabusele 26, Deck 27, Musa 23, Hezonja 27, Abalde 26, Poirier 27 y, bueno, Tavares que ha cumplido los 30 este año. El Barca no tiene ni un solo titular por debajo de 30, eso luego es frescura de piernas que decide finales. Qué os voy a contar.

Belgrado llega en el mejor momento

Ya estamos en semana de Final Four, parroquia, y que nadie se despiste, que este año se juega en jueves y sábado, que el pabellón de Belgrado estaba reservado el domingo para un concierto de Iron Maiden… ¿Cómo lo veo? Razonablemente optimista, según pasan los días y compruebo que el resurgimiento del equipo no parece flor de un día. Nueve victorias seguidas dura ya el efecto rebote tras la galopante crisis. Visto en la perspectiva del charco de fango en el que chapoteaba el equipo hace solo un mes, no podía llegar esta F4 en mejor momento.

No hay garantías a estas alturas y en este formato, faltaría más, pero eso juega este año a favor del Madrid, con mucho menos que perder. Seguramente el FCB siga siendo favorito, al balance en duelos directos del último año y medio me remito, pero el equilibrio de fuerzas nada tiene que ver por ejemplo con la final de Copa del Rey, que Laso tuvo que plantear a chica para dar al menos partido.

A medida que se suceden los encuentros y caen las victorias blancas, meritorias las dos últimas, ante Murcia y Granca que se jugaban billete a playoffs, se confirma el nuevo formato de rotación corta. La lógica de menos es más. Heurtel y Trey habrán sido indultados y entrenan con el equipo pero no han vuelto a jugar ni un minuto desde el episodio farra, y dudo que lo hagan salvo lesión de un compañero de puesto. Ya no es una cuestión disciplinaria sino simple lógica deportiva. Nadie les echa de menos: si la cosa funciona, para qué tocarla.

Y la cosa, paradójicamente, ha vuelto a funcionar jugando ‘a grande’, es decir, planteando los partidos a tanteo alto. La plantilla, construida en teoría para bajar al barro, ha encontrado su identidad a ritmo de 90 puntos, pese a la mencionada ausencia autoimpuesta de dos de sus anotadores más solventes: Heurtel y Trey. En esta racha de nueve victorias el Madrid promedia 88.5 anotados, así que podemos esperar una partido el jueves bastante distinto al 59-64 de la final de Copa.

Nombres propios

El resurgir tiene también algunos nombres propios, como los de Yabusele, que vuelve a ver el aro grande, y Poirier, faro de la segunda unidad. Ambos redujeron sensiblemente sus prestaciones en los meses de crisis. Además, el puesto de base ha dejado de ser un problema con la mejoría de NWG y Llull, aunque quizá la mayor metamorfosis la encontramos en Hanga. Comenzó la temporada de notable y se fue diluyendo en los confines de la larguísima rotación exterior, entre problemas físicos y la propia dinámica depresiva del equipo. Llega a este tramo clave fino de forma física, capital para su estilo de juego, y pleno de confianza, la que da la certidumbre de minutos, que se refleja por ejemplo en el acierto desde el arco.

Como contrapartida, Gabi Deck, llamado a ser una de las referencias, todavía no ha encontrado su nicho en este nuevo formato de juego rápido y rotación más corta. Alterna su puesto natural, el de alero, mejor cubierto, con minutos de de ala-pívot, más obligado por las circunstancias, que Laso se fía de Randolph lo justo y menos. Viendo los precedentes, contra el FCB asumo que jugará la mayoría de minutos como cuatro y por su su defensa a Mirotic pasarán buena parte de las opciones blancas de final.

¿La vuelta del hijo pródigo?

Sergio Rodríguez jugó ayer su último partido de Euroliga con Milán, eliminado en cuartos por Efes. Termina contrato y cumple 36 años dentro de un mes. ¿Próxima estación? Valencia Basket ha preguntado, ya se interesó por él hace tres años, pero su destino más probable es… el Real Madrid, en formato 1+1, según adelanta Javier Maestro en Encestando. El jugador quiere volver a España, conserva casa en la capital, amigos en el vestuario y la plena confianza de Laso. Ya quiso regresar al Madrid en 2019, a su salida de CSKA, de hecho Laso lo pidió, pero la dirección de la sección vetó el fichaje, aún escamada por su abrupta salida a la NBA en verano de 2016, con dos años de contrato pendientes. 2019 no queda tan atrás pero corrían otros tiempos, el club blanco aún en ciclo ganador y los de corbata rezumaban suficiencia. En su lugar se apostó por Laprovittola y de aquellos lodos vinieron estos fangos.

Dicho lo cual, y con todo lo catacrack que ha sido el Chacho, la perspectiva de su repesca a alturas de 2022 no me genera ilusión. Es una operación nostálgica en la dirección opuesta a la necesidad más acuciante de la plantilla: renovar y rejuvenecer un backcourt muy cargado de años (105 entre Rudy, Llull y Causeur). Donde hacen falta piernas frescas y savia nueva se ficha a una leyenda en su ocaso, una reliquia de otro tiempo. Es un agarrarse al pasado, como la oferta sine die a Carroll, insistir en un ciclo terminado, en una vieja guardia que ya no es diferencial. Al discreto rendimiento de Rodríguez en los cuartos de final me remito.

Chacho va muy justo de gasolina como para primer o segundo base en la rotación de un contender a la Euroliga, que es el rol para el que tiene toda la pinta que llegaría. Porque la información de Encestando también explica que la idea de la sección sigue siendo dar boleto a Nigel Williams-Goss (27 años), independientemente de su mejora en las dos últimas dos semanas y de quedarle otro año de contrato, y que Heurtel no va a seguir, como era previsible.

¿Chacho y…?

Con Chacho de segundo base haría falta a su lado, para equilibrar, un director titular de primerísimo orden (¡y que defienda!), y el mercado en ese puesto es muy limitado, habas contadas, más contadas aún después de saberse que el Milán tiene atado a Kevin Pangos y que el Barca trabaja en el regreso de Satoransky, seguramente en lugar de Jokubaitis, que haría las Américas.

El Madrid no está como para melones por abrir en el fichaje estratégico de este verano, así que las opciones top se reducirían a dos. La primera, contratar a unos matones y literalmente secuestrar a Facundo Campazzo, cuya intención es seguir en la NBA y se dice que ofertas no le van a faltar. La segunda, romper el cerdito por Larkin, que termina contrato y por quien seguro que van a pujar los dos grandes del basket turco, someramente condicionados por la devaluación de la lira. Efes tratará de retenerle y Fener seguramente busque base titular, dado que el segundo año de Pierria Henry es opcional (decepcionante su temporada), y el pasaporte otomano de Larkin es un tesoro con la nueva normativa de la liga nacional, que exige un jugador turco siempre en pista.

Margen para fichar

El tercer punto importante de la noticia de Encestando es que el presupuesto de la sección de basket del Madrid no baja, se mantiene para el año que viene por encima de los 40 millones de euros, es decir, top3 de la competición. Lo cual, unido a la ristra de contratos de veteranos a sobreprecio que expiran en junio, deja al club blanco en teoría un enorme margen salarial para moverse en mercado. Repasemos: Llull y Rudy renuevan a la baja, especialmente pronunciado el caso del primero, saldrán seguro Heurtel, Trey y Taylor, asumo que también Randolph y Goss, en su caso indemnización mediante, y tal vez Causeur.

Estamos hablando, a ojo de buen cubero, de unos 10-11 millones de euros de masa salarial bruta para cuatro fichajes, a sumarle las letras de la hipoteca de salida de Campazzo y Garuba. De esos cuatro fichajes, uno es (o debe ser) asequible, Chacho, dos de rango medio, un ala-pívot reserva y un escolta (si sale Causeur), y uno en el que echar el resto, el base titular. Salvo que insistamos en el continuismo y en la fórmula de plantilla de 15, que se ha demostrado poco operativa, dudo que ningún club europeo disponga de semejante morterada para salir al mercado este verano, así que no hay excusas. Si se han ‘escapado’ Pangos y Satoransky entiendo (o quiero pensar) que es porque el club ya trabaja en algo mejor.

El Madrid se hunde en el fango

Van ya más de dos meses de crisis y ni si quiera se intuye el final. Ni los más optimistas pueden ver brotes verdes, al contrario, con cada semana y cada derrota el Real Madrid se hunde más y más en el fango. Lo que empezó como «el típico bache de todos los años» se convirtió en socavón, y a estas alturas uno ya se replantea los cimientos mismos del proyecto de la sección.

El equipo ha perdido 7 de los últimos 9 partidos de Euroliga, que se dice pronto, incluidos contra los colistas Panathinaikos y Zalgiris. Y en ACB la sangría no es distinta: sirva de ejemplo la derrota en Tenerife, tras colapsar en el último cuarto (31-16), reflejo de la fragilidad emocional y el estado de ánimo del grupo. Un despliegue paupérrimo de baloncesto, de más pérdidas que asistencias, otra vez, anotando solo 59 puntos a un rival que encajó 92 en Valencia solo 48h antes. Por cierto, que todavía no me explico que Causeur, recién regresado de mes y medio de baja, fuese el que más jugase (35 minutos) y más lanzase (13 tc) en Tenerife. Como si a Laso le resbalase el resultado y diese prioridad total a recuperar para la rotación al galo, aunque sea a martillazos.

En este punto, el Madrid malvive gracias a las rentas del primer trimestre, por eso sigue segundo en la clasificación tanto de ACB como de Euroliga, una posición completamente ficticia a día de hoy. Pero ya no se puede dar mus ni esconderse detrás de la tabla, porque la fase regular Euroliga termina el viernes y llega la serie de cuartos, que marcará en buena medida la nota final del equipo en la temporada. Mientras que regresar a la F4 representaría por lo menos el aprobado, fallar a la cita con una de las dos plantillas más caras de Europa supondría un fracaso sin paliativos, más aún en este año de nivel bajito y sin equipos rusos. Y en el estado actual del Madrid cuesta ser optimista sobre esa serie de cuartos, cualquiera que acabe siendo el rival que, por cierto, depende en gran medida del último partido: en Goya contra el Bayern, viernes, 20:45h.

¿Qué le pasa al equipo?

Es la pregunta del millón, cómo ha podido el Madrid desmoronarse de semejante forma, tras un sólido inicio de curso. Si queremos ser un poco justos y no quedarnos en la superficie, la respuesta tiene muchos ángulos. Lo fácil (y condescendiente) sería achacarlo todo a que la enfermería no se vacía nunca, al desacierto puntual en el tiro exterior y al rendimiento de los bases. Y entonces, ¿el resto todo fetén? Hay que hablar también de errores clamorosos en la configuración de plantilla, desequilibrada e innecesariamente larga, trufada de veteranos a sobreprecio. Un fondo de armario que no responde a ninguna necesidad deportiva o decisión estratégica, sino a la fidelidad con los veteranos y a la alergia histórica de la sección a rescindir contratos en vigor.

¿Por qué se decidió que siguiese Taylor, cuando se fichó un perfil tan parecido en el mismo puesto (Hanga)? Es más, el húngaro cobra un ojo de la cara (1.8M brutos), su rendimiento no está cumpliendo las expectativas y a su edad (33) difícilmente vaya a mejor. ¿Se atreverá el club a asumir el error, ser ambicioso y rescindirle en verano, en vista de que abundan aleros interesantes? Hablamos de Clyburn, Musa, Hezonja, tal vez Juancho … No termina ahí la cosa: ¿cortará el Madrid el contrato de Anthony Randolph este verano, aunque haya que pasar por caja? Parece de perogrullo, pero aún no he escuchado ni un solo rumor al respecto. Se asume la salida de Trey, que termina contrato, pero ni suena la de Toñejo…

Tomemos al Barca como ejemplo de lo contrario: no le tembló el pulso el pasado verano para cepillarse a Claver y (precisamente) a Hanga, que les quedaba otro año de contrato, jugadores todavía útiles, pero al fin y al cabo veteranos a sobreprecio. Dos salidas en principio dolorosas… con resultado positivo: se ficharon en su lugar piernas jóvenes a precio justo (Exum, Jokubaitis, Hayes) y por el camino se ahorró dinero, porque el presupuesto es finito y los gastos superfluos lastran las inversiones estratégicas. Luego que si no hay dinero para Larkin…

El RM sigue enrocado en una gestión conservadora, con el ‘continuismo’ como bandera, que es lo contrario a lo que requiere la nueva realidad, la de club perseguidor, que no estoy seguro de que todos en el palco hayan digerido aún. La sección, entonces, queda como plataforma de agradecimiento por los servicios prestados, con ese mantra de que las leyendas se tengan que retirar de blanco, cuando ellas elijan, lo que obliga a comerse los últimos años de jugadores que ya no son top, en muchos casos sobrepagados. A Felipe se le regalaron dos temporadas y a Jaycee se le ofreció pero ni se molestó en contestar, humillando de paso al club. «Es que era una de las debilidades del presi»… Pues ahí sigue su ficha en la web oficial.

Este verano terminan contrato Rudy, Llull y Causeur, que suman 107 años, y según las noticias la intención del club es renovarlos a todos. «Se lo han ganado», «siempre en mi equipo», «se lo merecen», «traidor el que dude»… Si analizamos caso a caso, seguramente ninguno de los tres estorbe, pero la suma de los tres sí que estorba, al compartir puesto y hacer de tapón. Su continuidad mientras siga Laso se me antoja incompatible con una verdadera reconstrucción del juego exterior, porque su sombra es muy alargada, tanto deportivamente como de ascendencia en el vestuario. Si nos creemos que este desaguisado se arregla simplemente cambiando a Goss por Raulzinho lo llevamos claro. Estamos ante un final de ciclo, más o menos suave, y los movimientos en verano deben reflejarlo así, siendo ambiciosos, empezando por las salidas, porque el aire empieza a estar viciado.

Hora de mirar también al banquillo

Hemos quedado en que la plantilla es parte del problema, y no menor, pero no la única: los problemas del equipo hay que buscarlos sin líneas rojas, porque nadie está por encima de la sección. Sé que Laso es sagrado para amplias capas de la parroquia pero a día de hoy es parte del problema. Nunca en sus diez años en el banquillo blanco se había encadenado semejante crisis de juego y resultados. Visto desde fuera, empiezo a dudar de que todo el vestuario esté remando en la misma dirección, o al menos con la misma convicción.

Nadie pone en duda sus logros en el pasado, por los que le estamos agradecidos desde esta humilde tribuna, pero si analizamos el presente de la sección y miramos al futuro no debe haber nadie intocable, tampoco él. Porque la plantilla, con todos sus defectos, da para muchísimo más que el lastimoso juego y los resultados del último par de meses. A Laso le está faltando cintura para gestionar esta crisis: en vez de probar cosas nuevas, como sí hizo el curso pasado, y desde aquí se lo reconocimos, o dar confianza a los que llevan menos tiempo, se ha enrocado en su guardia pretoriana y en recetas de juego pretéritas. Concede a los veteranos patente de corso de tiros y minutos, y esa meritocracia asimétrica desmotiva a los nuevos como efecto dominó.

Cuando llegue el verano, si los resultados y sensaciones no remontan, habrá que analizar la idoneidad o no de que siga Laso: darle al menos una pensada antes de darlo por sentado por mera inercia. ¿Nos parece la persona ideal para liderar un nuevo proyecto en la sección? ¿Le veis con la energía y empuje suficientes, capaz de desprenderse de jugadores queridos para apuntalar la plantilla o de adaptar su libreto a un grupo joven y diferente, con nuevos liderazgos en pista y vestuario?