Los dos factores que condicionan el mercado del basket europeo

1.- El éxodo del basket ruso

El conflicto en Ucrania parece que va para largo, las sanciones a Rusia seguro, a estas alturas podemos dar por sentado que los clubes rusos no volverán a competir esta temporada en la Euroliga, por mucho que la organización se dejase la puerta entreabierta. Los propios clubes rusos parecen los primeros en asumirlo, por eso están liberando sin rechistar a jugadores bajo contrato. Hackett ya ha fichado por la Virtus y Shengelia apunta a Baskonia. Y esto es solo el comienzo. Al fin y al cabo, ¿para qué iban los clubes rusos a hacerse cargo de esos contratos, carga doble por la devaluación del rublo, si no van a volver a jugar Euroliga este curso (y ya veremos el que viene)?

La desbandada va a ser cojonuda: los jugadores rusos seguramente continúen en su país, la banda del Titanic, pero de los extranjeros no van a quedar ni las raspas. Y, ojo, son tres equipos Euroliga de nivel (los tres en top8), cuya columna vertebral la conforman foráneos, así que hablamos de mucho talento disponible en el mercado con el que no contábamos. De repente hay más jugadores bizcochables y encima a repartir entre menos equipos.

¿Que necesitamos un base? Pues Shabazz Napier, del Zenit, ya recuperado de su lesión y que deslumbrase en pretemporada, no es una mala opción. O Lorenzo Brown, de Unics, tremenda su campaña en Kazán: 17.3 de valoración media. O aún mejor: Kevin Pangos, pasaporte esloveno y sobre quien el Barca no guarda derecho de tanteo. Es hablar por hablar, nombres que os lanzo a boleo, pero ejemplo del impacto potencial que puede tener la fuga de talento de Rusia. Para más inri, aplica la ley de mercado: como sube la oferta (de talento disponible) y baja la demanda (tres equipos menos en la puja), la tendencia de los salarios debería ser a moderarse.

Ahora bien, y antes de que corráis a pajiplantillearos: la posibilidad de fichar de equipos rusos tiene un asterisco importante, y es que el plazo para inscribir jugadores en Euroliga ya ha expirado. ¿Merece la pena contratarles ya y pagarles una ficha completa para competir solo en liga nacional o mejor esperar a verano, hacerles hueco con salidas, arriesgándote a que se escapen? Habría que analizar caso a caso, porque no es lo mismo jugadores europeos (los mencionados Hackett y Shengelia, o Grigonis) que estadounidenses, que están volviendo a su país y me cuesta verlos en mercado para lo que resta de curso.

2.- Contratos pre y post covid

Un factor un poco menos evidente, pero clave en mi opinión, es la carga de contratos precovid en cada plantilla. La crisis económica derivada de la pandemia ha golpeado enormemente a los espectáculos con público, como el basket, resultado de lo cual se ha contenido o retraído la inversión, arrastrando a la baja la media de los salarios de jugadores, incluidas las estrellas.

Hoy se firman salarios más bajos que en 2019, así que la capacidad de mercado de cada club este verano va a estar muy condicionada por la carga de contratos precovid vigentes. Por ejemplo, de entre los grandes salarios del Barca, concentrados en su quinteto, solo Bandon Davies termina contrato este verano (asumo que renovará un poco a la baja), así que la capacidad de moverse en mercado del club va a ser muy limitada, salvo que amplíen presupuesto, que se me antoja difícil en el estado de su cuentas. También es cierto que no necesitan mucho fichaje, tienen la columna vertebral ya construida.

La situación del Madrid es completamente distinta, se ha convertido en el perseguidor y tiene la necesidad de moverse y arriesgar, ya no sirve el continuismo. Y lo tiene a huevo. Este verano terminan contrato seis jugadores (Llull, Rudy, Thompkins, Causeur, Taylor y Heurtel, cuyo segundo año es opcional), varios de ellos saldrán y los que sigan lo harán con total seguridad con un contrato sensiblemente más bajo. Eso significa ahorro, librarte de hipotecas precovid, y mayor margen de maniobra en mercado, incluso manteniendo presupuesto. Porque el mismo dinero ahora cunde más.

¿Que Larkin cobra hoy 3M$ netos y Juancho 7M$? ¡Qué más da! Escucho a menudo el comentario de que si este jugador es muy caro porque ahora cobra mucho. En serio: ¿qué más da? Lo único que refleja un salario es el valor de mercado que tenía el jugador cuando se firmó ese contrato. Si se firmó antes de la pandemia ese valor seguramente haya bajado.

Recordemos que en el valor de mercado entran muchos factores, no solo el propio rendimiento del jugador. Importa su edad, la expectativa de evolución, la carestía o saturación de talento en mercado en su puesto así como el contexto económico. Y este último está claramente a la baja. Resumiendo, que más allá de nombres concretos, si el Madrid mantiene la apuesta económica de este año por la sección de basket tendrá unas cartas inmejorables para rejuvenecer y reforzar la plantilla. Siempre, claro, que sea capaz de desligarse de las hipotecas sentimentales autoimpuestas con los veteranos…

Una lanza en favor de la dirección deportiva

«Necesitamos un base, un jugador que pueda anotar y crear para sus compañeros». ¿Os suena esa frase? Podría firmarla cualquier madridista frustradito tras la última derrota contra el Barca, pero es Andrey Vatutin, presidente del CSKA de Moscú esta semana. Su equipo, ya lo sabéis, está cuajando una temporada discretísima.

En la misma entrevista, Vatutin reconoce que esperaron a Kevin Pangos. Era su plan A para el puesto pero, al igual que otros jugadores Euroliga, dio prioridad en verano a tantear el mercado NBA. Y uno de los últimos días de agencia libre sonó la flauta y pescó contrato en Cleveland, dejando a CSKA compuesto y sin novia. «Estaba destinado a organizar nuestro ataque: le esperamos y la plantilla quedó incompleta. ¿Fue un error? Quizá», reflexiona Vatutin.

Y esto a cuento de qué viene, diréis. Pues de los bases del Madrid, bueno, en concreto de la apuesta por Thomas Heurtel y Nigel Williams-Goss, cuestionados tras su gris actuación en el Clásico. Escucho en la parroquia la queja recurrente de que no son «bases dignos del Madrid».

«Con Laso siempre hemos tenido grandes bases»… Ya, pero nunca antes habíamos tenido tan buenos pívots. Los tiempos cambian y con ellos las recetas, lo importante es seguir arriba compitiendo por títulos. Lógicamente TH y NWG no son por ahora tan desequilibrantes como lo fueron Doncic, Campazzo, Chacho o LLull en su prime, pero no podemos vivir en el pasado, menos ahora, cuando el presente es razonablemente esperanzador. Hoy he venido a romper una lanza en favor de la dirección deportiva, porque el contexto lo es casi todo en la toma de decisiones y por esas juzgamos su trabajo.

Sabéis que fui muy crítico con el fichaje en su día de Laprovittola, y lo fui porque aquel verano quedaban libres varios de los grandes bases del continente. Entre otros, De Colo, Micic, Wilbekin y, sí, Chacho, que de hecho se puso un cartel luminoso sobre la cabeza rogando al Madrid volver. Pero entonces todavía estábamos en ciclo ganador, la directiva se atragantó de victorias y le pudo la arrogancia. Portazo a Chacho. Aprendieron de aquel error y esta vez con Deck ha imperado el pragmatismo.

Política de pájaro en mano

En contraste con 2019, la lista de agentes libres en la Euroliga este pasado verano era deprimente, a saber: Thomas Walkup, Wade Baldwin, Pierria Henry, a precio de oro por el tanteo, Corey Walden, Lorenzo Brown, tras su gatillazo en Fener, Janis Strelnieks, Nate Wolters y Chris Jones. Por cierto, contra pronóstico, este último es el que mejor está rindiendo… No cuento a Mike James, que no quedó libre hasta mediados de septiembre y que en todo caso me parece un cáncer de vestuario a medio plazo.

Ninguno de esa lista hubiese garantizado mejor rendimiento que TH+NWG. Admitamos que sencillamente el timing fue malo: este verano, que el Madrid salió por fin con pasta al mercado, no había demasiado género. Esta vez no fue cuestión de inversión sino de simple carestía de la oferta. Sirva como ejemplo la historia de Vatutin, que todo un CSKA tenga que bajarse los pantalones y ser segundo plato de Pangos, asumiendo el enorme riesgo de esperarle sin certeza hasta septiembre. ¿Os imagináis que le hubiese pasado al Madrid? Habríamos colgado a JCS y AH del palo mayor. En su lugar, vamos líderes de la Euroliga.

Por eso, me vais a disculpar, pero sigo creyendo que Heurtel y NWG fueron fichajes muy razonables, perfiles tácticos complementarios y nivel burguesía continental. Pájaro en mano. Lógicamente preferiría tener a Micic, pero también Efes preferiría tener a Tavares, Poirier o Yabusele antes que a los jugadores que tiene en esos puestos.

¿Que Thomá y Nigel no son estrellas? De esas no había en el menú y tampoco tiene sentido reclamar imposibles: cambiemos de una vez el chip futbolero, que plantas la cláusula y te llevas a cualquier jugador. En basket el mercado funciona diferente y, salvo muy raras excepciones, solo es fichable el jugador que termina contrato, y mejor que no sea ACB, por aquello del tanteo. Además, si este verano se pone a tiro alguna «estrella» en el puesto (digamos Larkin o retorno de Facu), pues no estamos atados de pies y manos: para eso se le firmaron a Heurtel 1+1 en vez de 2 años garantizados.

El Madrid golpea primero y golpea fuerte

Rudy Fernández final ACB contra el BarcaEl Madrid lanzó un mensaje de fuerza para empezar la final ACB: ha aprendido de los errores de los últimos duelos contra el Barca y, además, llega en bastante mejor estado de forma. Arrancó el partido con 9-0 y ya nunca se vio por debajo, hasta los 20 de diferencia final. Hubo tramos puntuales de acierto en la primera mitad, protagonizados principalmente por Llull, del que ahora hablaremos, pero el encuentro se decide sin duda atrás. Tavares tiene la capacidad de, incluso en un partido normalito, hacer parecer mediocres a los mejores pívots de la liga: sucedió con Dubljevic en semifinales y ayer hizo lo propio con Tomic, que tantos dolores de cabeza nos diese otras temporadas.

El Barca, que promediaba 93,4 puntos en estos playoffs, se quedó en 67, y al final muy mal se te tiene que dar para no ganar a un equipo si le dejas en esos guarismos. Fue el primer acierto de Laso, mentalizar a su tropa para igualar el listón de intensidad y concentración defensiva que pone Pesic, y hacerlo desde el minuto 1, no esperar a verse por debajo en el marcador.

La segunda rectificación fue la gestión de los tiempos muertos, que tan cara costó en la final de Copa. Laso, esta vez sí, interrumpió sin miramientos cualquier conato de reacción azulgrana, casi siempre comandada por Heurtel. Por cierto, resulta paradójico que buena parte de las opciones de título del Barca pasen por las manos de alguien de quien se quieren desprender este verano. ¿Tiene sentido poner al frente de un transatlántico como el que están armando a un yayo tan intransigente, Pesic, incapaz de empatizar con la estrella del equipo o de meter en dinámica a Smits, Seraphin, Pustovy y Blazic? El resultado de esa intransigencia es, por ejemplo, que el Barca, sin un solo lesionado, va a jugar esta serie final con únicamente tres interiores (Oriola, Singleton y Tomic), obligados a minutadas, un hándicap autoimpuesto.

Sergio Llull final ACB Barcelona

Llull y los brotes verdes

Contrasta con el Madrid, con todos en dinámica, que llega de dulce y en el que encima casi todo funcionó como un reloj suizo ayer. Digo casi, porque los tiradores puros, Carroll y Trey, tuvieron una velada muy discreta, y se patinó por momentos en lo de cerrar el rebote (18 en ataque atrapó el Barca). Y en el reparto de méritos, Rudy y Facu vienen los primeros. El argentino se comió con patatas a Pangos en ambos aros, anotó cuando hizo falta y dirigió con mano de hierro, 0 pérdidas en 24 minutos… no me parece mala idea apostar unos eurillos a su candidatura al MVP de la serie. Rudy despertó tras un primer cuarto poco gris (0 puntos), y de qué manera. Su partido fue verdaderamente excelso, una de esas masterclass variadas que nos regala a veces, que si un triple aquí, una asistencia allá, un robo, una ayuda justo a tiempo, una falta provocada por pícaro… Puso en pie al pabellón con dos de sus robos de balón, la clase de intensidad contagiosa que no tiene precio. Qué buen envejecer el suyo.

Algo así esperamos de Llull, y los brotes verdes se están consolidando. Decíamos en la previa que es nuestro factor X, el más imprevisible, pero que si mantenía en la final el nivel que había mostrado en playoffs, las opciones de título del Madrid aumentaban exponencialmente. Bien, pues firmó un señor primer partido. Sus puntos sofocaron el primer arreón del Barca, pero aportó mucho más que esos 11 tantos. Se le ve más rápido de piernas que en otros tramos de temporada, vivo, metido en el partido, atento a rebotes largos o ayudas en defensa. Al final, el mayor cambio es la solvencia atrás, y esa son piernas.

Lo único ‘malo’ para el Madrid anoche es que solo cuente un punto en la serie. El lunes es una historia nueva, seguramente más reñido, pero el premio es grande, porque viajar con 2-0 a Barcelona sería dejar la serie muy encarrilada.

Análisis: así se ha reforzado la competencia del Madrid (ACB)

Chris Singleton Barcelona
Barcelona, un pastel sin guinda

Pareció a comienzo de verano que iba a romper el mercado, con el fichaje de dos burgueses de la Euroliga, Pangos y Singleton, este segundo a enorme sobreprecio, 3 millones brutos por un año, tras una temporada discreta en PAO (sospechoso ese 40% en tiros de 2 para un center). Con esas dos incorporaciones se debió agotar el crédito porque se ha olvidado el club del que a casi todos nos parecía el fichaje clave, el de un combo que genere desde bote, y mira que hubo varios majos en mercado: Nedovic, Delaney, Mike James, Wannamaker… Ni siquiera se llegó a pujar, y sin ese combo crack queda una plantilla profunda, con mucha clase acomodada y bastante físico, pero sin un go-to-guy, con déficit de puntos en los puestos de 2-3 y dos incógnitas en la pintura, Pustovy y Roland Smits, ambos en su primera experiencia en la élite europea.

El último en llegar, Blazic, la opción barata, ha venido a corroborar este verano menguante en cuanto a los movimientos en la Ciudad Condal. Un 2-3 voluntarioso, descarte de Baskonia hace un año y con un perfil nada complementario a los otros dos aleros del roster, Hanga y Claver. Al final, la mejora del Barca, no muy difícil tras dos años desastrosos, pasará por la continuidad del entrenador y por contar por fin con dos bases serios en el roster, cosas ambas que no sucedían desde hacía tres veranos.

Shavon Shields Baskonia

Baskonia, el año de ‘su’ F4

Jugándose la próxima F4 en Vitoria, uno esperaba que Querejeta hubiese roto el cerdito para reforzarse en verano, pero el margen de maniobra quedó lastrado por la imposibilidad de empaquetar los contratazos de Huertas y muy especialmente Jayson Granger, por encima del millón neto anual, es decir, más de 1.5M anuales brutos en fiscalidad madrileña, que son los términos que manejamos en este blog. Se pujó por Larkin, que prefirió Estambul, y al final la inversión se hizo en la pintura, dos movimientos que no cambian la configuración de la plantilla de cara al próximo curso: el fichaje de la torre Youssoufa Fall (500.000 dólares de transfer), que jugará este curso cedido en Francia, y la mega-renovación de Shengelia, pese a que no terminaba contrato hasta 2020 y al que se blinda con «uno de los salarios más altos de la historia de la Euroliga«.

Sale Timma, de gran potencial pero que no llegó a explotar, y llega Shields, un melón por abrir, aunque la marcha dolorosa, vista en perspectiva, es la de Beaubois, referente ofensivo exterior el curso pasado (2º más valorado y máximo anotador tras Shengelia), que terminaba contrato y al que no se hizo ni ademán de retener, suponemos que desde la convicción de encontrar en mercado algo mejor. No ha sido el caso y ahora Baskonia se ve a mediados de agosto con un millón de masa salarial para gastar en un puesto clave, ese de escolta anotador, pero sin nada en mercado que lo valga, con lo que seguramente acabe fichando algún descarte NBA, un segundo melón por abrir. Al final, las opciones de Baskonia, dado que Shengelia pareció tocar techo el curso pasado, pasan por la evolución de los que ya estaban, Vildoza y Poirier, 23 y 24 años respectivamente, y el plus que da la continuidad del técnico, Pedro Martínez, que el cabrón es un entrenadorazo.

Matt Thomas Valencia basket

Valencia, apuesta por el medio plazo

Tras su discreta campaña pasada, normal con esa incomprensible apuesta por Vidaorreta en el regreso a la Euroliga, Valencia parece apostar este curso por el medio plazo, con un entrenador enfocado al desarrollo de talento joven, Ponsarnau, y el fichaje de quizá los dos americanos más prometedores de la ACB, Mike Tobey y Matt Thomas, 23 y 24 años respectivamente, que sustituyen a Pleiss y Green, con un caché alto y que fueron de más a menos. Llega también el ala-pívot francés Labeyrie, que a poco que cuaje debería quitarle minutos a Doornekamp, muy decepcionante..

Fichajes aparte, la base del roster seguirá siendo la misma, Dubljevic arropado por esa valiosa columna vertebral de jugadores nacionales, los Abalde, Sergi García, Vives, Sastre, San Emeterio y Rafa Martínez. Aunque el techo lo marcará Diot, que vuelva y cómo vuelva, tras casi un año en blanco, porque con Van Rossom, Vives y Sergi García en la dirección, por mucho que pueda progresar este último, no alcanza para cotas altas. Bajo la batuta de Diot, recuerdo, se ganó la ACB en 2017 y en su ausencia pasó 2018 con más pena que gloria.