Doncic silencia el Buesa y reivindica su MVP

Doncic en el Buesa Arena en la final de la ACB

La temporada del Madrid se recordará por cuatro victorias decisivas lejos de Goya, a saber, el segundo de la serie contra PAO, los dos de Belgrado… y, sí, este tercero de la final ACB. La parroquia local sacó pecho por el lleno en el pabellón, pero al Madrid, después de sobrevivir a los 19.000 energúmenos de OAKA, el Buesa debe parecerle poco menos que un jardín de infancia. En la pista, eso sí, fue un duelo de alto quilataje, un triunfo que cambia la serie y bien puede acabar valiendo el título.

Aguantaron los de Laso dos demarrajes vitorianos, en el primer y tercer cuarto, una dignísima versión de Baskonia, con Vildoza y Poirier de nuevo estelares. El Madrid se agarró al duelo con piolet y, cuando la temporada estaba en juego, apareció la estrella, guonderboy, ese cuyo MVP tanto se criticó en Vitoria vino a enseñarle chapa al aspirante local. «Mira el trofeo, puedes tocarlo un poco si quieres». Luka terminó máximo anotador y reboteador del partido, 20+9, tomando un puñado de buenas decisiones con el balón en las manos en las posesiones clave. Shengelia, desacertadito de nuevo (4/11tc), vio cómo le flotaron de 3 con un descaro casi humillante, recibió una soberana chapela en el ataque decisivo y se volvió a marchar frustrado, mohíno, con un gesto antideportivo. El valor de las acciones de Toko está cayendo sensiblemente en esta serie, ni rastro del cuatro que dominó el tramo central de la temporada.

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Perdió el duelo de MVPs… y también el de ala-pívots, ante Trey Thompkins, que ya le hizo un traje en el segundo y al que bien haríamos en empezar a ver cómo el cuatro titular del Madrid para el próximo curso, independientemente del destino de Randolph o de un eventual sustituto. Se ha ganado Trey ese estatus en pista durante todo el año, apareciendo siempre que calentaba el sol y hoy no iba a faltar a la cita: 4 de 4 triples, caen con nieve.

Apagón Llull

Rudy recuperó desde la defensa el pulso a la serie y Campazzo jugó minutos valiosos en la primera mitad, antes de que una antideportiva cogida con alfileres le sacase del partido. El que no recuperó el pulso fue Llull, que venía en modo escopeta de feria y su tercero de la serie fue ir de Málaga a Malagón: 0 de 10 de campo, el peor partido en tiro que le recuerdo, que a punto estuvo de costar caro. Pero ahí estaba Carroll para compensarlo, como durante todos los playoffs. Metió 15 puntos en 15 minutos, incluidos 5 seguidos a 6 minutos por jugar, cuando Baskonia tenía pelota de break (+7). Qué temporada la suya, 52% en triples con 35 palos, el cabrón se conserva en formol. Modo leyenda.

Aunque quizá el factor más desequilibrante, aún más que Carroll e incluso Luka, es el doctor Tavares, que pasó religiosamente consulta en el Buesa: cinco tapones colocó, dos en los últimos 100 segundos. El que le pone a Toko a 29 segundos del final quedará como una de las jugadas de la serie. Porque no es el tapón, es el impacto moral, la frustración y el miedo que genera en las filas rivales. Me lo reconocía un amigo vitoriano, «si pudiese lesionar a un jugador del Madrid, sin duda sería a Tavares». Pensadlo bien, te estás jugando el partido, la final, y a tu jugador franquicia le colocan un tapón limpísimo, casi con el codo y sin saltar. Es humillante, cuasi pornográfico. Acciones que quedan en la retina del jugador; el martes se juega el cuarto y a ver quien es el listo que se aventura a la zona. La conclusión es que Gigante Verde no te gana partidos, lo que te gana son campeonatos, a la final de Belgrado y a sus playoffs ACB me remito. Pobre Kuzmic, le recordaremos por el tipo cuya lesión abrió la puerta a Tavares…

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Ovacionado en Vitoria

c4b88170-e743-11e6-9c1a-bb75d742b0eb_lukadoncicPensé que estos ojos nunca llegarían a ver a un jugador del Madrid (no exbaskonista) ovacionado en Vitoria. No fue solo la jugada en sí, de un asombroso manejo de balón para un 2.03m,  sino la sucesión de ellas, que destrozó el partido a 7 minutos del final. Sito pide entonces tiempo muerto y unos cuantos en el Buesa Arena, un público tan antimadridista como entendido, aplauden al muchacho de camino al corrillo. Es Kukoc, Petrovic o Sabonis, es historia del baloncesto europeo pasando ante sus ojos.

La exhibición de Doncic se cerró con 16 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias para 30 de valoración. Más allá de los números, dejó en el Buesa una sensación de dominio abrumador en el último cuarto, de controlar el tempo, sacando ventaja de cada circunstancia del juego. Si le emparejaban con Beaubois, 15 centímetros más bajo, le posteaba, cuando le defendía Hanga, rompía desde bote o buscaba 2×2. Una sinfonía de dirección con 17 años, además ni un balón perdido (0) ni un tiro mal seleccionado, igualito que Beaubois o Laprovitola.

Con el triunfo el Madrid es aún más líder, se le abre una pista hacia el primer puesto, con una victoria más average de distancia respecto a CSKA, al que se le ha salido un poco la cadena (5 derrotas en los últimos 8). También se le ha salido a Baskonia (4 derrotas en 5 partidos), casualidad o no, coincidiendo con el retorno de Bargnani, ‘Il Mago’…

Doncic encontró un inesperado escudero en Jeffery Taylor, en el mejor partido que le recuerdo de blanco, excepción de sus inauditos 7 triples en Belgrado. Sin embargo, los triples no son ni serán nunca lo suyo, lo contrario es engañarse, por eso prefiero su versión de Vitoria, realista, ofreciendo cortes por línea de fondo (5/6 t2), sin pérdidas (0 en 27 minutos), cargando el rebote y, sobre todo, la especialidad de la casa, la defensa. Su marcaje desquició a uno de los mejores bases del continente, Shane Larkin, 21 centímetros más bajo y puro desequilibrio, al que dejó en 2/11 de campo.

Los números no siempre hacen honor a la aportación del sueco, que está cuajando una temporada valiosa, mucho mejor que la pasada, bien llevado por Laso. Sufrió a comienzos de año una severa infección por la que perdió varios kilos de peso y que ha condicionado su nivel en las últimas semanas, un bache que deja definitivamente atrás con su actuación en Vitoria. Viendo su rendimiento y la escasez de aleros en el mercado, me plantearía su renovación en caso de no poder incorporar a Hanga.