La verdadera amenaza es Dubai

Cuantas más vueltas le doy más claro lo tengo: la principal amenaza del Madrid para renovar su columna vertebral de jugadores este verano (Edy, Mario, Musa, etc) no viene en realidad de Europa sino de Oriente Medio. De la posibilidad, todavía por confirmar, de que un club de Dubai pueda disputar la Euroliga la temporada que viene. “El porcentaje de que entre ya la próxima campaña es de un 50%”, ha explicado recientemente el CEO de la Euroliga, P. Motiejunas.

Un equipo que todavía no existe (¡!) y, dado el caso, tendría que construirse de cero en unos meses, incluida la plantilla al completo, suponemos que con gran disponibilidad presupuestaria. Un nuevo actor en mercado, con dinero fresco y sin cargas contractuales previas (que no es un factor desdeñable, como sabemos en Madrid). Precisamente el año en que varios de los mejores agentes libres de la competición serán jugadores del RM.

No me gusta la opción de una franquicia dubaití en la Euroliga. No por una cuestión religiosa o geográfica, al fin y al cabo la competición ya tiene equipos asentados en países de mayoría musulmana (Turquía) o radicados en Oriente Medio (Maccabi). No me gusta por el mensaje que envía, de que literalmente todo está en venta, hasta el propio sistema de competición, que es el corazón mismo de cualquier torneo deportivo. El contrato con el aficionado. Si lo enunciamos en abstracto, como concepto, es que resulta vejatorio: asignar plaza garantizada en la segunda mejor liga de basket del planeta a un club que ni siquiera existe aún, sin jugadores ni masa social, en un país sin la más mínima afición por ese deporte.

Pero además, incluso desde un punto de vista puramente mercantil, ya me parecería un error estratégico: conceder una plaza es demasiada contraprestación por un patrocinio. Mercadeo nivel liga de barrio, de tenemos que alinear al hijo del pollero porque este año su padre paga las camisetas.

‘Calderilla’ en comparación

No está la Euroliga tan rematadamente mal como para una medida tan desesperada y cortoplacista. Ni que la liga china o australiana amenazasen su status de 2ª mejor competición del baloncesto mundial, y con ello su atractivo como destino preferente del talento fuera de la NBA. Lo sé, los clubes son deficitarios, pero lo llevan siendo años y lo van a seguir siendo aunque entren petroldólares, que tampoco serían tantos. Calderilla comparada con la inversión árabe en tenis o golf, de fútbol ni hablamos. Cada uno de los 13 clubes Euroliga con licencia A recibiría anualmente un millón de euros extra en concepto de bonus durante las próximas cinco temporadas.

Para comparar magnitudes, un Madrid o un Barca palman anualmente más de 20M de media en su sección de basket. Un millón extra de ingresos no les cambiaría la vida en absoluto. Sobre todo cuando seguramente esa cifra ni siquiera cubra la inflación de mercado que traería aparejada la nueva franquicia dubaití. ¿O acaso no habíais reparado en eso? Un nuevo actor en mercado significa mayor demanda y un aumento de precios, en este caso de los jugadores, sus salarios. Como si no estuviesen ya suficientemente inflados.

Y cuando andas como el Madrid, haciendo contorsionismo presupuestario para encajar las renovaciones en la masa salarial disponible, cualquier elemento que altere el ecosistema, como lo sería Dubai, puede marcar diferencias. Porque el resto de clubes son rivales de mercado más o menos conocidos, sabes por dónde te pueden venir. Panathinaikos, por ejemplo, que tanto da que hablar, ya hizo la gran inversión el verano pasado, que está dando sus ciertos frutos, y cuesta imaginar que vuelvan a romper el cerdito este verano, o al menos en esos parámetros. Ni lo necesita ni seguramente tenga tanto pulmón financiero.

Las cifras de la operación Hezonja, que seguro intentarán, están condicionadas por el lastre del contrato de Juancho en el mismo puesto. Pero, claro, es que Dubai no carga lastres, parte de cero y podría romper la banca, particularmente por una estrella, la cara visible de la franquicia. Ese tipo de fichaje, sobreprecio mediante, que les sirva de tarjeta de presentación y genere efecto arrastre, ayudando a reclutar a otros jugadores. Solo se me ocurren cuatro agentes libres este verano en la Euroliga con ese nivel / estatus, y dos visten de blanco Edy, Mario, Larkin y Mike James.

Análisis de las cuentas del Madrid de basket 2022-23

2Playbook ha tenido acceso a un adelanto de las cuentas del Real Madrid del curso 2022-23, baloncesto incluido. Si miramos el vaso medio lleno, y podemos, se reduce el déficit de la sección un 10.3% (3.2 millones) respecto al curso previo, gracias principalmente a un fuerte aumento de los ingresos. De hecho, se batió el récord de ingresos de la sección en una sola temporada, con 22M, un 28% más que al año anterior.

Por contra, el gasto creció por encima de lo previsto en el presupuesto debido a algunos desembolsos extra, siendo el principal las primas a plantilla y cuerpo técnico por ganar la Euroliga. No disponemos de la cifra exacta al no haberse publicado todavía el desglose de cuentas en la web oficial pero, si tomamos como referencia la información de cursos recientes en los que se ganó también la Euroliga, podemos calcular a ojo de buen cubero que haya supuesto unos 3 millones de euros. Por cierto, siempre me ha llamado la atención la desproporción de las primas por resultados en un negocio tan deficitario como el basket FIBA, al menos en el Madrid, aunque supongo que es generalizado. No tiene sentido que el premio por ganar la Euroliga sea de 1.8M para el club campeón y ese mismo equipo se gaste 3M en primas por ganarla.

La sección afrontó también, no olvidemos, la indemnización por el despido de Laso, en la que no se escatimó para evitar que se alargase un asunto de por sí muy costoso reputacionalmente. Se le abonó completa la nómina de la temporada que aún le quedaba de contrato, unos 2M brutos. Por último, las lesiones de largo plazo obligaron a incorporaciones adicionales, como Cornelie, y la plantilla acabó con 17 fichas de primer equipo, tres más que esta temporada, con la carga además de salarios desfasados como el de Randolph, en el último año de contrato.

Esa reducción del número de fichas para este curso podemos estimar que represente un ahorro del 10-15% en masa salarial. Pero será una reducción transitoria porque en junio’24 acaban contrato varios pesos pesados (Tavares, Hezonja, Poirier y Musa) y su renovación, si se consigue, pasa por un esfuerzo económico. Incluso aplicando la fórmula de menos salario a cambio de más años garantizados, que se utilizó con Campazzo y Deck, será difícil que la partida de nóminas no repunte en la 2024-25.

Un fenómeno que se repite cada vez que se publican las cuentas del Madrid (y del Barca) es el de aficionados de otros equipos rasgándose las vestiduras. Aficionados de clubes que, claro, no hacen públicas sus cuentas desglosadas e igualmente sostenidos de forma artificial por un tercero porque, desengañémonos, el baloncesto de élite en Europa es deficitario por definición. Se gasta bastante más de lo que se genera y para competir tienes que entrar en esa rueda perversa, alimentar el globo. La diferencia entre lo que se genera y se gasta la ponen magnates, diputaciones, clubes de fútbol, etc. Cada equipo tiene el suyo o suyos, más o menos generoso, personalmente prefiero los de índole privada y que no suponen carga al contribuyente.

Volviendo al Madrid, y por terminar, el cuánto también importa, aunque a veces no lo parezca. Cuanto menos deficitaria sea la sección, cuanto menos dinero palme por temporada, más viable será su continuidad, más asumible la inversión que supone en marca-prestigio dentro de las cuentas de un club deportivo con un presupuesto global de casi 1.000 millones anuales.

Arranque de orgullo: sí, el Madrid también gana a rivales directos

Al Madrid le estaba empezando a pesar como una losa este curso el balance contra rivales directos, y la paliza en Grecia de la semana pasada, por previsible que fuese dadas las bajas de última hora, no era sino gasolina para el pesimismo, para las viudas de Laso & Facu. Por eso hacía tanta falta una victoria de adrenalina como esta, contra el Barca y en Goya, de trascendencia relativa en la clasificación pero valiosa para la moral así del equipo como de la parroquia. Que algunos amenazaban con bajarse ya del barco, en enero y colíderes. Hubo un momento en la primera parte, tras el pésimo arranque (6-18), que Rudy se dirigió a la grada, la lógica diría que para arengar pero me pareció casi más una bronca. Un gesto de frustración acumulada y orgullo herido, que los jugadores tienen también Twitter y leen. Aunque Rodolfo a mí en concreto no, que me tiene bloqueado, ejem.

Se ganó El Clásico por los pelos, y falta que hacía, un triunfo para seguir construyendo y sacudirse complejos. Lo cual no quita para reconocer que se jugó objetivamente mal, por momentos muy mal, siempre por debajo en el marcador. Las estadísticas no engañan: se cedió la batalla del rebote (-3) y se perdieron más balones que asistencias se repartieron (20 a 12), que viene a ser la receta ya habitual de las derrotas esta temporada.

Mascar tornillos

Ver al Madrid atacar contra rivales de entidad es una cita en el dentista, sensación de escaso trabajo táctico, de recursos desaprovechados y dependencia absoluta de Tavares, alimentado a base de melones colgados, porque llamarlo pases se me hace generoso. Una estrategia de patio de colegio, de balones al Tkachenko de clase. Y así te vuelves previsible, porque el rival te está esperando: Saras ha logrado automatizar que una maraña de brazos se cierna sobre Edy cada vez que recibe. Valoración 7 ayer y 8 en la ida, lejos de sus números habituales. Así que hubo que buscar alternativas, y ahí fue donde se puso la cosa divertida, cuando el equipo se desmelenó, rompió la partitura de Chus y jugó con más corazón que cabeza. El calor de la grada jugó un papel importante, no tengo claro que el mismo partido se hubiese ganado a domicilio.

En esas apareció Llull, el tema de debate por excelencia, de tintes casi guerracivilistas. Quizá deberíamos dejar de enterrarle y resucitarle cada semana, más que nada por nuestra propia salud mental. Con Hanga fuera de ritmo, Goss inactivo desde hacía 10 días y Chacho más discreto que en veladas previas, el balear aprovechó la ocasión. Volvió a ser el que más lanzó, igual que en El Pireo la semana pasada, que a mí me parece un anacronismo, lo digo también hoy. Pero esta vez la moneda salió cara y fue clave con 15 puntos en el último cuarto, ahí es nada. Se aprovechó de la marca muchos minutos del peor defensor exterior rival, Lapro, estuvo hábil sacando faltas y no se obcecó tanto con el triple, que todo ayuda. «No me voy a esconder, soy así, va con mi carácter y a quien no le guste que apague la tele», dijo tras el partido. Me alegro de veras de su actuación, como de la de cualquier jugador del equipo, y puedo entender su frustración por algunas críticas exageradas, pero tampoco viene a cuento ajustar cuentas y perdonar vidas con un 29% en tiros de campo en Euroliga.

Duelo en los banquillos

Chus Mateo volvió a ir rebufo en el planteamiento y tampoco atinó en la gestión de partido, calamitoso su bagaje en situaciones ATO (tras tiempo muerto): pérdidas en el saque de fondo, ataques de comernos la posesión y la confusión en la última jugada del tiempo reglamentario, pintada para Deck y que acabó en pasos de Llull… Pero en algo sí acertó, resultó clave y es de ley reconocérselo: en dejar fuera de la convocatoria a Cornelie, una decisión a priori sorprendente, para apostar por Deck muchos minutos al cuatro. El argentino sufre emparejado con Kalinic, al que no supera a poste, pero se comió a Mirotic cuando coincidieron en pista, mucho más rápido y agresivo. Tortuga se convirtió en el sostén del equipo, 23 puntos y 33 de valoración, manteniendo la esperanza, es decir, la distancia en un solo dígito. Un animal competitivo aunque no se de golpes en el pecho.

La variante con Deck de cuatro, a la que Chus parecía negarse hasta ayer, aferrado al recuerdo de la última final ACB, abrió de paso la puerta a más minutos de Hezonja. Y el croata resultó importante, desde un rol discreto en ataque (y eso que mete una canasta clave al poste en el último minuto) pero muy valioso en defensa. Quién ha visto a Mario y quién le ve, aquel talento caprichoso y endiosado es un hoy un profesional maduro, resignado a un papel ofensivo gregario y ganándose los minutos por su entrega y compromiso atrás.

Bravo por él y por su brat, Musa, que reventó la prórroga con 9 puntos y una asistencia, disipando dudas sobre su nivel contra rivales de altura. Que en todo caso manda huevos con 23 años que tiene. Tomó el mandó, agarró el balón e improvisó, se lo creyó y como es tan bueno empezaron a pasar cosas. Acabó con 18 tantos y cuando hizo falta hasta defendió, su principal lunar, demostrando que es más una cuestión de concentración e intensidad que de aptitudes. Insisto en la defensa porque tendemos a hacerla un poco de menos al apenas constar en la estadística pero marca la diferencia entre competir o no.

¿Que el Madrid no disipa dudas, o no todas, por la escasa fluidez durante los tres primeros cuartos y lo apurado de la victoria? Tal vez, pero ¿y qué equipo no tiene dudas? Ni que enfrente estuviesen los Bulls del 72-10. Si se juega fluido y bonito mejor, aún no estamos ahí, pero el equipo tiene corazón y compite, lo demostró ayer, de nuevo, y con eso y el talento disponible alcanza para pelear todos los títulos, que es de lo que se trata.

El partido de la vergüenza

Independientemente del resultado, este RM-CSKA quedará como el partido de la vergüenza, que el Madrid tuvo que jugar pese a once bajas, una forma de adulterar la competición por omisión de los que la dirigen. El principal deseo: que nadie (más) se lesione.

La mera disputa del encuentro me parece un insulto y falta de respeto a la afición blanca y al Madrid como institución. Me dan pena los adolescentes que mandan al matadero para cumplir el trámite: Klavzar, Seiq Garuba y Baba Miller, no es precisamente el debut soñado. También me dan pena los aficionados que se han gastado una pasta en la entrada de uno de los partidos más caros y atractivos del año para acabar fumándose este sainete.

Obligar a un equipo a jugar con las once bajas que tiene el Madrid, repito, once bajas, la misma jornada en que pospones un partido por covid (Zalgiris-Milán) es una indecencia que nadie entiende, independientemente de los protocolos vigentes. Quizá esos protocolos son mejorables, ¿no? Situaciones extraordinarias requieren medidas extraordinarias, pero la Euroliga se ha dado mus en este caso, agarrada a la letra pequeñísima de un protocolo redactado hace meses, cuando ómicron solo era una letra del alfabeto griego.

Si algo deberíamos haber aprendido todos del covid a estas alturas, camino ya de los dos años, es que los protocolos son solo orientativos porque la realidad acaba sobrepasada por las circunstancias. En la calle Iradier no se dan por enterados y la suspensión del Joventut-Madrid de ACB del domingo les deja aún en peor lugar.

Colorín colorado, este annus horribilis se ha acabado

Hasta aquí la temporada del Madrid de basket y, ¿sabéis qué os digo? Que en cierto modo supone casi una alivio, porque ha sido un dolor de muelas. Con algún arrebato de orgullo puntual, como la serie de cuartos frente a Efes, pero un dolor de muelas al fin y al cabo. Quizá la temporada menos ilusionante de la era Laso, y no precisamente por su gestión, que ha sido impecable, obligado a sacar conejos de la chistera casi cada semana.

La final ACB se acabó en el tercer cuarto el domingo y la decidió Cory Higgins. El segundo partido solo fue un epílogo innecesario, un «chou», como dijo Laso en un tiempo muerto. Una coda para mayor gloria de Mirotic, que hizo lo que mejor sabe, inflar estadística con el rival ya en la lona. Habrá quien se consuele con la excusa de las lesiones y la mala suerte, pero el Madrid post Campazzo está a un abismo del Barcelona, a las dos finales desde que se fue me remito.

86 partidos, que ya está bien, 86 partidos de engordar para morir desde que se pirase el argentino, que era medio equipo. Su marcha alteró el equilibrio de poder en la ACB y el club, por ahorro, por autosuficiencia, decidió sencillamente no fichar, no buscar un sustituto, ni intentarlo siquiera. Contra otro Barca, el de hace 4-5 años, hubiese servido, pero no contra este, ni cerca. Fue un tirar la toalla antes de arrancar la temporada, resignarse a que pasase lo que ha pasado, que es lo normal. Y mira que Facu avisó con tiempo, en mayo, que no pilló por sorpresa al club como lo de Tortuga Deck.

Una decisión de un cortoplazismo financiero que pasados los meses todavía no me explico, como si la sección no palmase 20-30 millones todos los años sin que eso suponga un problema. Ha sido un tirar al retrete la temporada de una sección de unos 40 millones de euros de presupuesto anual por no gastarte 1-2 millones en el sustituto de un jugador cuya marcha deja 6 kilos a plazos…

Capacidad de regeneración

El Madrid ha hecho gala durante años de una épica capacidad de resiliencia, de enjuagar las marchas a la NBA y las lesiones con los recursos propios de la plantilla. Los que han quedado este curso, entre fugas y lesiones, han dado la cara en la medida de sus posibilidades, quizá incluso por encima. Se han salvado los muebles, pero la épica tiene un límite, y la regeneración requiere de unos mínimos mimbres previos que ahora no hay.

Me ha dado por revisar lo que publiqué aquel 20 de noviembre, a la marcha de Facu: entonces temí estar siendo demasiado duro o agorero, pero no…

Esta fuga es un torpedo en la línea de flotación del equipo, cuyas opciones de títulos este curso se reducen dramáticamente sin una de sus dos estrellas

¿Y qué va a hacer el club ahora? Nada. La intención es no fichar, y mejor que nos hagamos a la idea cuanto antes, para no seguir perdiendo el tiempo pajeándonos con los descartes del mercado NBA. Una decisión decepcionante para el aficionado pero no por ello sorprendente, en línea con la muy conservadora política de despachos de la sección en la era Laso, fiándolo todo al continuismo

Lapro y Alocén, la nueva ralidad: el Madrid se va a pasear por Europa con una dupla de directores digna de media tabla en la ACB. Laso es un contrastado gestor de bases, pero milagros a Lourdes

Lesiones y lesiones

Si la marcha de Campazzo cambió el equilibrio de fuerzas ACB, las lesiones fueron la puntilla. La de Randolph un enorme infortunio, claro está, pero la mayoría del resto han sido musculares en jugadores bien entrados en la treintena, así que previsibles en cierto modo.

Llull, por ejemplo, se ha perdido 31 partidos de la temporada (el 36%), y de los que ha podido jugar unos cuantos lo hizo forzando, como esta semana, y por tanto mermado. Lleva tres temporadas igual, así que no nos puede coger por sorpresa, y camino de los 34 no va a ir a mejor. Tres cuartos de lo mismo pasa con Carroll y Rudy, que se han perdido 17 y 29 partidos, respectivamente, entre lesiones varias y descansos. Los tres, por cierto, han firmado calamitosas actuaciones en la final ACB, sin paños calientes.

Con este panorama, lo que le ha quedado al Madrid en la temporada, siendo realistas y dejando la testiculina y el escudo al margen, es luchar por meterse en finales nacionales e intentar la sorpresa. Pero ya no como favorito sino como aspirante, por primera vez en más de un lustro. A las finales se ha llegado, así que la temporada no es de suspenso, pero tampoco ha habido sorpresa, ni cerca: se han perdido sin paliativos, por el sencillo motivo de que el Barca es ahora mejor, manque pese.

Señales de desgaste

Las señales están ahí desde hace tiempo, para quien las quisiera ver. Dejar de ser el equipo a batir no sucede de la noche a la mañana por un puñado de lesiones, es una transición cocida a fuego más lento de lo que parece.

La temporada pasada el equipo era ya muy dependiente de Tavares y Campazzo, que tapaban muchas miserias, mientras a su alrededor se hacía un vacío cada vez mayor, principalmente por la complacencia y el desatino de la directiva en mercado desde que se ganase la Euroliga de Doncic en Belgrado (2018). Se confundió continuismo con dejadez: los jugadores envejecen y las estrellas se apagan. Reconocer la trayectoria de leyendas del club no está reñido con admitir su decadencia según les caen años encima. La lealtad no gana títulos y hay maneras muy dignas de rendir tributo sin ficha en el primer equipo.

Una dejadez directiva en Goya que contrasta con el empuje del Barça, más ambicioso en mercado, como corresponde al perseguidor, y tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió. En verano de 2019 FCB dio un golpe encima de la mesa, fichando a dos titulares del quinteto ideal Euroliga (Higgins y Davies) y a dos jugadores de clase media NBA (Mirotic y Abrines). Todos en su edad prime. El curso pasado no cuenta, que se cerró en falso por el covid: este ha sido el primero con ese plantillón ensamblado, y el resultado salta a la vista: nos han pasado por la derecha.

¿Diferencia de presupuesto? El Barca gasta un poco más en plantilla, sí, pero la diferencia dista de ser abismal. De hecho, a comienzo de curso los presupuestos eran casi idénticos, hasta la marcha sin cubrir de Facu, que supuso desinvertir como 3 millones de masa salarial. Por favor, no nos agarremos a ese viejo complejo colchonero de la inferioridad presupuestaria para evitar hacer un poco de autocrítica. No comparemos solo presupuestos, sino la forma de gastarlos, que nadie obligó a JCS a firmar más de 4 millones por dos años a Laprovittola o a renovar a Felipe para vestirse de calle. El éxito del Barca no viene de una diferencia presupuestaria abismal sino de la apuesta por un núcleo de jugadores en su edad prime y sin riesgo de fuga NBA. Mientras, el Madrid se agarraba al continuismo, al realismo mágico de la resiliencia y las vacas sagradas.

Estamos ante un verano clave en los despachos. Toca un cambio de rumbo en la toma de decisiones, apostar por el rendimiento esperado a futuro y no por el pasado, el cariño y la lealtad. No voy a bajar hoy al detalle de los nombres de salidas y fichajes deseables, ya habrá tiempo, sino a recordar que de la autocrítica de que sea capaz el club, y del acierto y la ambición que muestre este verano depende evitar que se consolide un cambio de ciclo en el basket español, con el Barca como dominador y el Madrid a rebufo.

Poirier y Henry se suman a Heurtel: el Madrid 21/22 toma forma

Conseguido el objetivo mínimo de la clasificación para top8 Euroliga y tras la marcha de Tortuga, unida a la de Campazzo y la lesión de Randolph, la mayor ilusión de la parroquia blanca en lo que resta de temporada seguramente sea la confección de la plantilla para el próximo curso, porque aspirar a títulos se antoja complicado. Y de entrada parece que se vienen cambios profundos en el roster, podríamos hablar de cambio de ciclo, con la retirada de Felipe y el definitivo paso a un lado de los veteranos del juego exterior. Incluso alguno, dicen las malas lenguas, se plantea colgar las botas en verano…

El presi, por lo pronto, ha abierto de nuevo el grifo del dinero, tras aquel cerrojazo abrupto en agosto pasado, por miedo a que se cancelase la temporada y que dejó el roster a medio hacer. A la reactivación del gasto contribuye la perspectiva de que para septiembre, gracias a la vacunación, pueda estar la pandemia bajo control, vuelvan los aficionados al Wizink y con ellos los ingresos por ticketing. Que suman alrededor de 5 millones al presupuesto anual de la sección, que no son moco de pavo. También ayudan, y mucho, los cerca de 8 millones de euros en cláusulas que dejan las fugas argentinas que, aunque se abonan a plazos, son un factor diferencial en el actual contexto a la baja del mercado por la crisis económica que ha traído el virus.

Así las cosas, y tras los patinazos de mercado los dos últimos años, el club no ha esperado para moverse. Ya se sabe que los mejores fichajes de agentes libres cristalizan en julio pero se fraguan en primavera. Bueno, algunos incluso antes, como el de Heurtel, cerrado desde hace cuatro meses, si bien sus circunstancias fueron bastante especiales. Al galo hemos sabido esta semana que se le unirán Pierria Henry y Vincent Poirier, incorporaciones que de entrada dan como para ilusionar.

Las Twin Towers de Goya

El pívot, que firma por tres años, es uno de los fichajes a priori más ambiciosos de la sección en las últimas campañas, más aún si tenemos en cuenta que desembarca como teórico reserva del mejor de Europa en el puesto, Tavares. A poco que, tras un periodo de aclimatación, recupere el nivel de sus últimos meses en Vitoria, estaríamos hablando de la mejor pareja de centers del continente desde hace varios años: Las Twin Towers de Goya.

El pasado de Poirier en España y la perspectiva de hacer chupipandi gala en la capital con Causeur y Heurtel suponemos que habrán pesado en que elija Madrid, rechazando otras propuestas, incluida la de Efes, que le quería como sustituto de Pleiss.

Dado lo temprano que la NBA recluta ahora a los jugadores, los mejores fichajes posibles en Euroliga son en general los de europeos que regresan rebotados de América todavía en edad útil. Los Teodosic, Tavares, Guduric, Chacho, De Colo, Rudy, Mirotic o Vesely, por nombrar solo algunos. Es en esos, en los que no están de paso, por los que merece la pena hacer un esfuerzo económico, más que en tratar de poner diques al mar.

Siendo el de Poirier un fichaje ilusionante, diría incluso que estratégico, conviene llamar a la calma con las expectativas a corto plazo. Se incorpora ya el lunes para jugar ACB (para Euroliga se pasó el plazo), pero viene de casi dos años en el más absoluto de los ostracismos. Y sabemos, por precedentes similares, que los jugadores regresan de la NBA más cachas pero también bastante embrutecidos. Seguramente hasta la próxima temporada no le veamos a pleno rendimiento.

Desde un punto de vista táctico, la dirección técnica buscaba a priori un perfil un poco distinto junto a Edy, complementario, menos dominador pero más dinámico, capaz de emparejarse con pequeños en missmatch. Al interés por Reynolds y Booker me remito. Pero si te surge la oportunidad de mercado de fichar como agente libre a un perfil tan alto sería de necios dejarla pasar. Ya habrá tiempo de encajarle en los sistemas: ahí tenemos el precedente de Tavares, cuya incorporación Laso reconoce públicamente que supuso un reto táctico. Al final, si queremos estar arriba, el talento debe ser siempre bienvenido y priorizado.

Pierria al timón

El interés por Micic era desde el principio un triple desde el centro del campo, tras haber pospuesto ya una vez el salto a la NBA. El serbio firmará por Oklahoma, donde coincidirá con Deck. Somos segunda división, lo he repetido 20 veces, y hasta que no lo asumamos viviremos frustrados. Descartado el plan A, había varias alternativas interesantes, entre las que para mi gusto brillaba con luz propia Pierria Henry, base puro, agente libre en verano y en puertas de conseguir pasaporte Cotonou por Senegal. Un detalle valioso que nos amplía el mercado para otras operaciones, como cubrir la salida de Tortuga o la posible marcha a la NBA de Garuba en verano.

Que sea base puro y no combo anotador (LLoyd, Nedovic, Baldwin, etc) manda también un mensaje importante: viene a confirmar el planteamiento de Laso, pospuesto a la salida de Facu, de mover a Llull al puesto de escolta a tiempo completo. Un rol de ejecutor más que de generador, con menos balón en sus manos.

Os confieso que me sorprende la enorme división de opiniones que genera Pierria en la parroquia, a tenor de comentarios que leo. Que si es «anárquico», que si el peinado, que si… señores, que hablamos del líder de la Euroliga esta temporada en asistencias (7.3) y robos de balón (1.8). ¿Qué cojones importa el peinado? Como si estuviésemos para presumir con los looks de Taylor o Thompkins. ¿Anárquico? Es que eso es precisamente lo que buscamos, lo que perdimos con Chacho y Facu, ese punto de anarquía y torería, que los bases que suben el balón y ordenan sistemas (Walkup) no ganan Euroligas.

Es que estamos hablando de cambiar a Laprovittola por Pierria y Heurtel, y todavía alguno se pone de luto. Qué cojones. Es un salto de calidad galáctico en el puesto más importante de la plantilla, el gran lastre este año a la marcha de Facu. La creación desde bote es la génesis del sistema Laso, lo que engrasa todo lo demás y habilita a los ejecutores, que de esos sí tenemos. Y Pierria, sin ser un tirador exterior muy fiable y perdiendo algún balón más de la cuenta, es un generador desde bote notable, además de seguramente el mejor defensor de la Euroliga entre los bases de élite. Que no os engañe ese rictus pasota, es un animal competitivo y, por cierto, bastante regular, a diferencia de su compañero de puesto en Vitoria, Manolete Vildoza, al que llegamos a barajar el verano pasado.

500k de compensación a Baskonia

Doy el fichaje por cerrado porque el Madrid, según fuentes fiables, habría sorteado ya el principal escollo: el derecho de tanteo de Baskonia. El club blanco abonará 500k euros como compensación para que Querejeta no entre al tanteo. Vaya por delante que el «derecho de tanteo» me parece, como concepto, una anacronismo y un hándicap para la maniobrabilidad de los equipos Euroliga españoles.

Dicho lo cual, ese medio millón es a priori un precio alto, no un atraco, pero sí un poco alto. A cambio, deja al club las manos libres para firmar al jugador a su precio justo, permite planificar la temporada con certidumbre y contar con él desde julio, evitando ofertas de última hora de equipos turcos y rusos. Se trataba de NO reeditar el caso del Barca con Hanga. Si recordáis, los azulgrana presentaron una oferta altísima (7.5M por 3 años) para tratar de sortear a Baskonia, que contra pronóstico igualó la oferta y le sacó otros 400k de transfer a Soler. Fue un pan como unas tortas. Si pasas por caja, que sea para firmar al jugador el salario más bajo posible. No firmarle el salario más alto posible para acabar pasado igualmente por caja. Se llama pragmatismo.