Batacazo copero: el Unicaja frena en seco al Madrid

Decepción. El Real Madrid se apea de la Copa en semifinales tras caer de ley contra Unicaja. Queda la sensación de ocasión perdida, con el resto de equipos Euroliga ya eliminados, y se diluyen muchas de las vibraciones positivas acumuladas las semanas previas, que el equipo pareció entrar en cuarto creciente. Porque no es solo el qué sino el cómo, caer claramente y jugando tan mal ambos partidos. A los números colectivos me remito: 22 tiros libres fallados, 16% en triples (8 de 48) y más pérdidas (24) que asistencias (23). Unos guarismos que se pueden explicar en parte por desacierto puntual (sobre todo los TL) pero en los que también influye la pobreza de juego colectivo y la falta de fluidez. Porque cuando se juega bien entonces se generan tiros liberados y suben los porcentajes.

Recientemente alabamos los ajustes tácticos de Chus Mateo, claves en la mejoría del equipo, pero la Copa reaviva las dudas sobre sus dotes en la gestión de partidos, es decir, cuando lo preparado durante la semana no sirve y toca improvisar, adaptarse a las circunstancias. Ahí saca Chus su lado timorato y conservador. Tiende a paralizarse, a recortar la rotación y tirar de su guardia pretoriana, autolimitando el potencial de la plantilla.

Estrategia timorata

Por ejemplo, el banquillazo a Poirier en cuanto hay un partido exigente. Que el francés no está en su mejor momento desde que llegó a Madrid es obvio, parece tener la cabeza en otro sitio y la escasa confianza del entrenador tampoco ayuda. Pero aún así, y por mal que pueda estar, le alcanza de sobra como para dar unos minutos de resuello a Tavares, que se chupa las segundas partes completas y acaba exhausto física y sobre todo mentalmente.

Otro ejemplo sería Hanga, en quien Chus parece tener fe ciega como base por la final ACB de junio. «En su cabeza era espectacular» pero han pasado ocho meses y el estado de forma del húngaro dista un mundo de aquel, lastrado por problemas musculares recurrentes y negado esta Copa con el aro (0/8 triples y 6/12 tiros libres). El base más enchufado en semifinales resultó Williams-Goss, solvente atrás e incisivo atacando el aro, 9 puntos en 12 minutos. Pero Chus no confía en él, sin más, le saca de titular para quitarse pronto sus minutos y ya no vuelve a salir, independientemente de cómo lo hagan él o sus compañeros de puesto. Contra Unicaja vio los últimos 14 minutos desde el banquillo, mientras Hanga apedreaba el aro y Chacho no desbordaba ni su abuela. En vez de adaptarse al partido y devolver a pista al más enchufado de los tres, Chus mantuvo la hoja de ruta y concedió minutada de Hanga, guardia pretoriana.

El equipo notó además mucho el pinchazo de Hezonja (0/5tc, -4 val), puntal las últimas semanas y al que se le salió la cadena el peor día. Y también pinchó Yabusele, que recordó al del comienzo de curso, apilando malas decisiones en pista. Se notó además, por qué no decirlo, una diferencia enorme de hambre, ilusión e intensidad entre los dos equipos, sirva la cifra de rebotes como prueba: +9 para Unicaja pese a las bajas de Lima y Sima, sus interiores más atléticos.

¿Qué supone la derrota?

Veo por Twitter asomar a las viudas clásicas de Laso al calor de la primera derrota trascendente del Madrid este curso. Es el día de publicar esos análisis agoreros a modo de vendetta con JCS que llevaban escritos desde julio, esperando en el cajón. El resultado de esta Copa para el Madrid es necesariamente una decepción, sin paños calientes, hay ajustes que hacer, empezando por esa gestión de partidos de Chus, pero no compro achacarlo todo al técnico. «No hay entrenador», he llegado a leer a algún veterano periodista.

Mirad, el Madrid está colíder de ambas competiciones, ganó el otro título en liza hasta la fecha (Supercopa) y ha pinchado contra el mismo equipo que apeó al Barca 48 horas antes. Decepción sí, pero sin drama. Chus se ha ganado crédito suficiente como para que no se cuestione su continuidad por una sola derrota.

Lo que implica el portazo de Lorenzo Brown

Era la opción más evidente para que el Real Madrid reforzase el puesto de base en verano. No porque lo hubiese publicado cierto portal piscinero, cuyo nombre os ahorraré, el mismo que dio la ‘primicia’ del fichaje de Shanon Evans por el Madrid en noviembre… No, Lorenzo Brown era la opción evidente por dos ingredientes.

El primero es que, a pesar de tener otro año garantizado en Tel Aviv, su contrato parece que incluía una cláusula de escape a equipos ACB en verano. Además, era un fichaje muy del estilo Juan Carlos Sánchez, con toquecito tribunero: Lorenzo fue el héroe improbable de la selección en el último Eurobasket y resulta muy vistoso al boxscore. Pero esa opción se ha cerrado de un portazo esta semana, con su ampliación de contrato por Maccabi hasta 2026. El único motivo para renovar a un jugador veterano (32) que no termina contrato la temporada en curso es certidumbre = clausulazo a cambio de más años. Una fórmula que, por cierto, conocemos bien en Goya.

Casilla de salida

Con Lorenzo fuera de la ecuación el Madrid vuelve a la casilla de salida: Campazzo o parches. La opción del argentino nos despierta una pereza infinita a estas alturas, la perspectiva de regresar a la guerra de filtraciones agente-club… Pero, si conseguimos abstraernos de esa lógica pereza, recuperar a Facu sería la opción más razonable desde un punto de vista deportivo e institucional. De lejos el mejor uno fichable en mercado Euroliga, dada la cláusula de salida testimonial (50k) que se dejó para este verano en su contrato con el Estrella Roja.

Sigue teniendo casa en la ciudad, amigos en el vestuario, habla el idioma y conoce a Chus Mateo. Además, el Madrid es un proyecto ganador, un contender claro. Estos factores ya estaban en diciembre, pensaréis, cuando eligió Estrella Roja. Si, pero este verano se sumarán dos factores financieros que tienen más peso que el derecho de tanteo perdido.

1.- Que el primer año de vuelta a España Campazzo podrá (ahora sí) acogerse al tipo tributario reducido, 24% IRPF, lo que enjuaga buena parte de la desventaja fiscal del Madrid respecto a clubes del Este.

2.- Que el RM en julio libera bastante masa salarial con la marcha de Randolph, la probable retirada de Rudy y las posibles salidas de Chacho o Goss, que terminan ambos contrato. Nada que ver con el overbooking exterior de este curso, que complicaba el fichaje-encaje de Campazzo a temporada comenzada.

¿Cuánto pesa el desencuentro personal entre Campazzo y JCS, tanto como para no darse otra oportunidad y sentarse a negociar al menos? Lo mismo es ver el vaso medio lleno, pero las declaraciones de esta semana del jugador me suenan a puerta entreabierta, al menos por su parte: «Mi prioridad (en diciembre) era recalar en el Madrid. Negociamos pero no alcanzamos un acuerdo, lo cual no significa nada. Les estoy agradecido por darme la oportunidad de debutar la Euroliga y permitirme ir a la NBA».

Alternativas

Pero no siendo Lorenzo, si tampoco fuese Facu, las opciones realistas se limitan sobremanera y tampoco resultan demasiado ilusionantes, al menos como ‘base titular’, en algunos casos dudo que mejorasen lo presente, que algunos lo tienen tan denostado. En todo caso, aquí lanzo algunos nombres que se me ocurren. Y no dejéis de sugerir los vuestros en los comentarios.

> Luca Vildoza. Parece físicamente recuperado, tiene talento como para llegar a ser élite y está rindiendo a buen nivel en Belgrado, tras una época de hibernación por lesiones. Al igual que Facu, tiene si no me equivoco una cláusula de salida testimonial este verano. Dos contras: es más combo que director y habría que negociar tanteo con Baskonia, echadle un sobrecoste a la operación como de 500k.

> Dante Exum. Su segundo año de contrato con Partizan (el próximo) es opcional y el FCB no le metió en tanteo. Pieza clave de la estupenda temporada del equipo serbio, sexto clasificado de la Euroliga según escribo estas líneas, y tiene margen de mejora. Le veo como posible recambio de Goss en perfil de base físico-defensivo, ahora bien, si se busca un generador de élite, Exum no lo es.

> Maodo Lo. Igual que Vildoza, le veo más combo que base, es decir, con más puntos en las manos que asistencias. No está cuajando su mejor temporada, lastrado por lesiones (11 puntos y 3.2 asistencias per game), pero igual me parece un talento notable. Tiene 30 años y termina contrato, aunque no sé cómo de factible es sacar de su país a un jugador alemán de un equipo Euroliga. En el caso de Maodo Lo, nunca ha jugado fuera de Alemania.

> Keenan Evans. Base titular de Zalgiris y ex Maccabi, estaba siendo una de las sensaciones de la temporada, con promedios de 16 puntos, 4 asistencias y 17.5 de valoración. Pero se lesionó de gravedad el día de Reyes, tendón de Aquiles. Es joven, tiene 26 años y podría recuperar el nivel a su regreso, que calcularía para comienzos de la próxima temporada. Pero, siendo realistas, ficharle en estas condiciones sería un riesgo importante.

> Hay otros bases Euroliga potables que terminan contrato en verano, quizá no titulares para un Madrid pero que igual los menciono para tenerlos en mente: Shabazz Napier (Milán) y Corey Walden (Múnich). El mercado USA siempre ofrece talento, pero un americano sin experiencia FIBA es por definición un melón sin abrir, y tampoco creo que un contender a la Euroliga esté para esas lides. Por cierto, que en la NBA tenemos a Leandro Bolmaro, en el último año de contrato garantizado y con mucha pinta de (tener que) regresar a Europa. No está sujeto a derecho de tanteo por el Barca, pero ya se ha dejado querer.

> Si bajamos a opciones Eurocup encontramos apuestas a medio plazo. Y pienso principalmente en Yago dos Santos, que está brillando en Ulm, compañero de Juan Núñez. 23 años, más explosivo que una traca en fallas, un potencial importante: 12.5 puntos y 6 asistencias de media en Eurocup, 18 de valoración. Y mirad lo que os digo, no perdáis la pista a Andrés Feliz, del Joventut, 25 años, creo que dará el salto a Euroliga más pronto que tarde.

Algunos aficionados me han mencionado nombres que sencillamente no considero viables, y que por eso no incluyo en la lista. Por ejemplo Darius Thompson (Baskonia) y Thomas Walkup (Olympiakos), que tienen contrato garantizado el año que viene y rol importante en sus respectivos equipos. Tampoco me parece factible Chris Jones, que firmó solo un año pero al que Valencia incluirá con toda seguridad en el tanteo y sabemos que 1) el club taronja es un vendedor durísimo y que 2) la política del Madrid de basket es eludir la pugna abierta por un jugador.

El Madrid empieza a carburar: los ajustes de Chus Mateo

El Madrid de Chus Mateo progresa adecuadamente. No solo por los recientes triunfos frente a rivales directos (FCB y Mónaco), que han calmado al sector más agorero, sino en términos generales, por el balance de la temporada (colíder de ambas competiciones) y las sensaciones que transmite el equipo (en crecimiento y lejos aún de su techo). E igual que cuando surgieron dudas razonables señalamos al banquillo, es de justicia reconocer su mérito ahora que la nave parece haber cogido velocidad de crucero.

Chus tiene todavía bastante que demostrar en la dirección de partidos o el diseño de jugadas en tiempos muertos, ahí se le nota la falta de horas de vuelo como primer entrenador, pero a cambio se está mostrando solvente y con cintura en la preparación de los encuentros y la gestión del plantel. Y no subestimemos el marrón que heredó: no es fácil encontrar un rol para cada jugador de este sobrepoblado juego exterior, con jóvenes pujantes y veteranos de gran ascendencia en vestuario y prensa.

Bajando al detalle, veo dos claves en la mejora del Madrid, y ninguna de las dos ha llegado de la noche a la mañana, quizá por eso parecen sutiles, consecuencia de la evolución natural del equipo.

1.- La DEFENSA. Le prestamos poca atención porque no sale en el boxscore, y nos hemos olvidado porque la memoria del aficionado es por frágil por definición, pero las primeras dudas a comienzo de curso vinieron por la debilidad atrás. Entre finales de octubre y primeros de noviembre el equipo recibió 95 puntos de la Virtus, 94 del Zaragoza y 92 del Baskonia, todas derrotas. Se encajaban grandes parciales y por momentos se dejaba de competir, llegamos a pensar que a Chus se le estaba yendo el vestuario de las manos. Había un problema y se ha corregido.

Vale que el plantel perdió en verano potencial defensivo exterior con la salida de Taylor y la llegada de Musa y especialmente Chacho. Pero la defensa tiene también mucho de dinámica colectiva, de compromiso y, claro, de ajustes tácticos. El regreso de Hanga y Goss de sus respectivas lesiones ha ayudado, y el estado físico de Edy también. Y ahí están los datos de la mejora en este segmento: aquel Madrid poroso atrás a comienzo de temporada está ya empatado con Olympiakos y FCB como mejor defensa de la Euroliga, 76 encajados por encuentro.

2.- AJUSTES EN LA ROTACIÓN
. Seguramente el gran pecado de Mateo a comienzo de curso fue su férrea fidelidad al esquema que le funcionó en el pasado reciente. Siguió al pie de la letra el libreto de junio, aquella rotación corta que le dio el título ACB, con minutadas de Hanga, Causeur y Yabusele, y los balones a Deck al poste como primera opción en estático. Ese esquema tenía todo el sentido entonces, con muchos lesionados y menos recursos ofensivos exteriores, pero supone un desperdicio de talento esta temporada. Así que ha ido haciendo ajustes progresivos, experimentando en los espacios que abrían las lesiones.

> Meritocracia en el cuatro. Los primeros meses de temporada de Yabusele fueron pobres, estancado sino directamente involucionado, tomando malas decisiones en pista y poco comprometido atrás. Por no hablar de algunos gestos fuera de lugar, se iba mentalmente de los partidos y se perdía en batallas paralelas. Pareció atragantársele la llegada de Cornelie, acostumbrado como estaba a la falta de competencia en el puesto, con Randolph y Trey siempre lesionados. Además, dado que el Madrid ha ganado potencial ofensivo con los fichajes del verano, a Yabusele le corresponde un rol menos protagonista en ataque este año, que también le ha costado digerir. Le ha llevado un tiempo pero parece haberse subido finalmente al barco, porque desde hace 2-3 semanas su rendimiento ha mejorado sensiblemente, aportando esa energía e intensidad suyas al juego colectivo. No deja de ser un activo notable del roster.

> Hanga y Causeur, en barbecho. Fueron el backcourt fetiche de Chus en junio pero por X o por Y este curso están lejos de aquel pico de forma. El húngaro ha encadenado problemas físicos y no ha cogido ritmo aún. Y el francés lleva una temporada flojísima, si sumamos todas las competiciones está en 35% en tiros de campo para valoración 3.3 en 15.3 minutos. Queremos pensar que no le han caído los años encima (35) sino que simplemente está en su tradicional hibernación hasta primavera. En todo caso, Chus ha moderado los minutos de ambos y asumido que, por muy fetiches que sean, su rol debe ser secundario hasta que recuperen pico de forma.

> Rotación de bases. Dado que la plantilla carece de un base puro dominante, Chus ha optado una estrategia de Fuenteovejuna, haciéndoles jugar a todos sin una jerarquía clara, repartiendo de forma casi alícuota los 40 minutos entre Goss, Chacho y Llull. una estrategia que limita el protagonismo de Llull y revierte en minutos de Chacho, incomprensiblemente inédito durante tramos del curso. Cada base te aporta una cosa. A grandes rasgos, Goss destaca por su defensa, Llull por su anotación y Chacho por repartir juego en estático, por cierto, su alianza con Poirier es un filón de la segunda unidad que Chus ha sabido reconocer.

> Crecimiento de Hezonja. Le dediqué la última entrada del blog al tema, así que no me detendré tanto. Hay una parte de coyuntura (ausencias de Deck por problemas físicos) que se une a un giro táctico consciente de Chus, el de concebir al argentino como 3.5 y ya no solo como alero puro, el rol que tanto exprimió en junio. La suma de ambos factores ha dado espacio al crecimiento de Hezonja tanto en tiros como en minutos, y el croata, que esperó pacientemente su oportunidad, ha dado el paso adelante que cabía esperar. Las variantes tácticas que se abren en ambos lados de la pista si coinciden Musa, Mario y Tortuga son descomunales, a los últimos cuartos contra Mónaco y Barca me remito.

Hezonja en modo videojuego

Le estábamos esperando. Hezonja venía dejando destellos aislados, algún oohh en la tribuna con sus alleyoops y esas medias vueltas en suspensión que son purita ortodoxia old school. Batiéndose el cobre atrás y cumpliendo en rebote, muestras de compromiso y sacrificio que algún analista atrapado en el tiempo puso en duda en verano. Este no es el Mario de Barcelona, donde se le colgó el sambenito de presumido, chupón e inmaduro, incluso conflictivo. Si alguna vez lo fue desde luego ya no, han pasado ocho años y la gente madura, evoluciona. No, a este Mario no se le caen los anillos por currarse cada minuto en pista, es lo que ha hecho desde que llegó a Madrid, bajar el culo en defensa, el camino por el que le ha acabado entrando a Chus Mateo por los ojos.

Pero no ha venido solo para eso, para cumplir atrás, aplaudir a su brat Musa o dar minutillos de resuello a Deck. Un talento así al final se termina abriendo camino y rompiendo el corsé. Y eso es precisamente lo que está haciendo, con trabajo y paciencia… Ya había dado señales de mejora en los últimos encuentros, 14 puntos el miércoles a PAO, y en Mónaco ha terminado de explotar: un Mario desatado, catedralicio. 30 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias para 34 de valoración. Por números y entidad de la plaza quizá la mejor actuación de un jugador blanco en lo que va de curso (con permiso de la Supercopa de Edy). Por cierto, una victoria de quilates la de Mónaco, que pone distancia respecto al quinto clasificado (dos triunfos + average), lo que acerca un poquito el objetivo de la fase regular, la ventaja campo en playoffs.

Volviendo a Mario, lógicamente no le van a entrar tantas todos los días, pero lo que tampoco tenía sentido era reducirle a 14 minutos y 2-3 tiros de campo, como le hemos visto muchos partidos, corriendo carretones o aparcado en la esquina para no estorbar, cual Jeffery Taylor. Porque para eso fichas otro perfil de jugador, seguramente más barato. Hezonja necesitaba cariño, confianza y balones. Si os fijáis, hasta su lenguaje no verbal está cambiando, atrás queda esa angustia por la sombra del banquillazo al menor error.

Y bien por Chus Mateo, por qué no decirlo, que rectificar / adaptarse es de sabios. Ha sabido ajustar su libreto para hacer hueco al talento y reconducir la dinámica. Y el principal ajuste ha sido concebir que Deck y Hezonja coincidan en pista, lo que abre un abanico de posibilidades tácticas. Por ejemplo, con el argentino de cuatro atacando el aro desde bote fuera-dentro, por velocidad, y el croata, con más espacio para minutos, y castigando al poste a aleros más pequeños, que son la mayoría. En Mónaco, al margen de la jartá de triplazos, se le buscó con relativa insistencia en situaciones al poste, con gran resultado. Fijáos en que Chus celebró de forma especialmente efusiva algunas de las canastas del Mario, porque eran importantes para el partido, claro, pero no solo. Convives con el jugador a diario, le ves entrenar y sabes lo que puede darte. Una actuación así es un chute de confianza para uno de los activos llamados a marcar el techo de esta plantilla. Y en Mónaco se ha pasado la primera pantalla del videojuego.

Arranque de orgullo: sí, el Madrid también gana a rivales directos

Al Madrid le estaba empezando a pesar como una losa este curso el balance contra rivales directos, y la paliza en Grecia de la semana pasada, por previsible que fuese dadas las bajas de última hora, no era sino gasolina para el pesimismo, para las viudas de Laso & Facu. Por eso hacía tanta falta una victoria de adrenalina como esta, contra el Barca y en Goya, de trascendencia relativa en la clasificación pero valiosa para la moral así del equipo como de la parroquia. Que algunos amenazaban con bajarse ya del barco, en enero y colíderes. Hubo un momento en la primera parte, tras el pésimo arranque (6-18), que Rudy se dirigió a la grada, la lógica diría que para arengar pero me pareció casi más una bronca. Un gesto de frustración acumulada y orgullo herido, que los jugadores tienen también Twitter y leen. Aunque Rodolfo a mí en concreto no, que me tiene bloqueado, ejem.

Se ganó El Clásico por los pelos, y falta que hacía, un triunfo para seguir construyendo y sacudirse complejos. Lo cual no quita para reconocer que se jugó objetivamente mal, por momentos muy mal, siempre por debajo en el marcador. Las estadísticas no engañan: se cedió la batalla del rebote (-3) y se perdieron más balones que asistencias se repartieron (20 a 12), que viene a ser la receta ya habitual de las derrotas esta temporada.

Mascar tornillos

Ver al Madrid atacar contra rivales de entidad es una cita en el dentista, sensación de escaso trabajo táctico, de recursos desaprovechados y dependencia absoluta de Tavares, alimentado a base de melones colgados, porque llamarlo pases se me hace generoso. Una estrategia de patio de colegio, de balones al Tkachenko de clase. Y así te vuelves previsible, porque el rival te está esperando: Saras ha logrado automatizar que una maraña de brazos se cierna sobre Edy cada vez que recibe. Valoración 7 ayer y 8 en la ida, lejos de sus números habituales. Así que hubo que buscar alternativas, y ahí fue donde se puso la cosa divertida, cuando el equipo se desmelenó, rompió la partitura de Chus y jugó con más corazón que cabeza. El calor de la grada jugó un papel importante, no tengo claro que el mismo partido se hubiese ganado a domicilio.

En esas apareció Llull, el tema de debate por excelencia, de tintes casi guerracivilistas. Quizá deberíamos dejar de enterrarle y resucitarle cada semana, más que nada por nuestra propia salud mental. Con Hanga fuera de ritmo, Goss inactivo desde hacía 10 días y Chacho más discreto que en veladas previas, el balear aprovechó la ocasión. Volvió a ser el que más lanzó, igual que en El Pireo la semana pasada, que a mí me parece un anacronismo, lo digo también hoy. Pero esta vez la moneda salió cara y fue clave con 15 puntos en el último cuarto, ahí es nada. Se aprovechó de la marca muchos minutos del peor defensor exterior rival, Lapro, estuvo hábil sacando faltas y no se obcecó tanto con el triple, que todo ayuda. «No me voy a esconder, soy así, va con mi carácter y a quien no le guste que apague la tele», dijo tras el partido. Me alegro de veras de su actuación, como de la de cualquier jugador del equipo, y puedo entender su frustración por algunas críticas exageradas, pero tampoco viene a cuento ajustar cuentas y perdonar vidas con un 29% en tiros de campo en Euroliga.

Duelo en los banquillos

Chus Mateo volvió a ir rebufo en el planteamiento y tampoco atinó en la gestión de partido, calamitoso su bagaje en situaciones ATO (tras tiempo muerto): pérdidas en el saque de fondo, ataques de comernos la posesión y la confusión en la última jugada del tiempo reglamentario, pintada para Deck y que acabó en pasos de Llull… Pero en algo sí acertó, resultó clave y es de ley reconocérselo: en dejar fuera de la convocatoria a Cornelie, una decisión a priori sorprendente, para apostar por Deck muchos minutos al cuatro. El argentino sufre emparejado con Kalinic, al que no supera a poste, pero se comió a Mirotic cuando coincidieron en pista, mucho más rápido y agresivo. Tortuga se convirtió en el sostén del equipo, 23 puntos y 33 de valoración, manteniendo la esperanza, es decir, la distancia en un solo dígito. Un animal competitivo aunque no se de golpes en el pecho.

La variante con Deck de cuatro, a la que Chus parecía negarse hasta ayer, aferrado al recuerdo de la última final ACB, abrió de paso la puerta a más minutos de Hezonja. Y el croata resultó importante, desde un rol discreto en ataque (y eso que mete una canasta clave al poste en el último minuto) pero muy valioso en defensa. Quién ha visto a Mario y quién le ve, aquel talento caprichoso y endiosado es un hoy un profesional maduro, resignado a un papel ofensivo gregario y ganándose los minutos por su entrega y compromiso atrás.

Bravo por él y por su brat, Musa, que reventó la prórroga con 9 puntos y una asistencia, disipando dudas sobre su nivel contra rivales de altura. Que en todo caso manda huevos con 23 años que tiene. Tomó el mandó, agarró el balón e improvisó, se lo creyó y como es tan bueno empezaron a pasar cosas. Acabó con 18 tantos y cuando hizo falta hasta defendió, su principal lunar, demostrando que es más una cuestión de concentración e intensidad que de aptitudes. Insisto en la defensa porque tendemos a hacerla un poco de menos al apenas constar en la estadística pero marca la diferencia entre competir o no.

¿Que el Madrid no disipa dudas, o no todas, por la escasa fluidez durante los tres primeros cuartos y lo apurado de la victoria? Tal vez, pero ¿y qué equipo no tiene dudas? Ni que enfrente estuviesen los Bulls del 72-10. Si se juega fluido y bonito mejor, aún no estamos ahí, pero el equipo tiene corazón y compite, lo demostró ayer, de nuevo, y con eso y el talento disponible alcanza para pelear todos los títulos, que es de lo que se trata.

Y a pesar de todo, líderes en solitario

Si a algo nos está obligando este curso es a aparcar prejuicios y relativizar la derrota, por mucho que cueste a una parroquia tan exigente como la blanca, acostumbrada a hacer un mundo y pedir cabezas con cualquier pinchazo. Asumamos que los tiempos de las fases regulares cortas y casi impolutas han quedado atrás. El calendario de un equipo Euroliga tiene ahora 80 encuentros y semanas de tres partidos, resulta imposible o inútil sacar conclusiones categóricas. Las lesiones son inevitables, la enfermería nunca se termina de vaciar, hay rotaciones, bajones físicos y picos de forma… Los equipos lo saben y dosifican esfuerzos, miren Efes, favorito al título y mariposeando desde hace tres meses. De turismo en Valencia el miércoles y como un apisonadora en el Palau el viernes, porque ese partido sí les ponía. Siendo realistas, y manque nos pese a los aficionados, que queremos mandanga semanal, la meta es cumplir en la fase regular sin quemar mucha gasolina y llegar con la mayor cantidad de jugadores sanos y en forma a los partidos por el título.

Partiendo de esa premisa, el Madrid está cumpliendo con nota, líder en solitario de la Euroliga tras 19 jornadas, sin sensación de pisar el acelerador o de alcanzar su mejor versión, es más, pese a bastantes bajas por lesión, el encaje de los nuevos, las dudas sobre Mateo y el puesto de base. No dan ningún título por el liderato en enero, pero te acerca al objetivo (factor pista en top8) y permite construir desde cierta tranquilidad institucional, así que bienvenido.

Sé que pesan en el ánimo del aficionado blanco las derrotas contra rivales directos en la primera fase, nuevo mantra del sector cenizo. Pero es un mantra matizable, veamos: hay cinco equipos además del Madrid que podríamos asumir que estarán en el top8. Contra ellos el balance es de tres derrotas por la mínima, FCB -2, Mónaco -1 y Olympiakos -2, y dos victorias sólidas: Efes +9 y Fenerbahce +14. ¿Que la gestión de partido de Mateo en esas derrotas fue mejorable? Sí. Pero tampoco son resultados como para trazar un patrón, más allá de la igualdad entre la aristocracia de la competición, de la que seguramente tengamos nueva entrega las dos próximas semanas, que el Madrid visita El Pireo y recibe al Barca.

La rotación variable

Otro ejercicio al que nos está obligando la temporada es a entender que la rotación no está grabada en piedra, salvo en el puesto de pívot, Tavares titular y Poirier reserva. El resto puede cambiar, adaptarse en función de las lesiones, las características del rival y el estado de forma de los jugadores. La plantilla blanca es larguísima, quizá la que más de la competición, si tomamos como referencia la calidad y precio del fondo de armario, es decir, los puestos del 10 al 15. Una plantel con una sola estrella (Edy) pero mucha burguesía. Objetivamente es una fortaleza en una temporada tan larga, pero una que suele descolocar al aficionado, que prefiere la hoja de ruta por adelantado y publicada en el BOE.

A ver, ¿pero entonces quién es el titular? Pues NINGUNO, el que mejor esté.

Un ejemplo han sido los tres últimos partidos de Euroliga, sólidas victorias, con un balance de +60 puntos. Han coincidido con menor minutaje de Llull, sobre todo en la dirección, con Goss y principalmente Chacho como beneficiados. Si el rival carece de un base diferencial y/o muy físico entonces se notan menos las carencias defensivas del canario, puede jugar más minutos y en ataque es claramente el que mejor mueve al equipo. Su perfil es muy complementario al de Goss que, por cierto, está alcanzando un nivel interesante tras la lesión: es el base más capaz atrás y, ahora que está sano, tiene piernas para atacar el aro y procurarse tiros de alto porcentaje. 56% de campo en Euroliga, ni tan mal.

No será la solución más ortodoxa, ni la preferida por muchos, pero si Chacho puede dar 15 minutos de calidad y con Goss a este nivel físico, el tan comentado agujero en el puesto de base parece menos. Sobre todo a medida que coja forma Hanga, que seguramente juegue también minutos de uno. ¿Se atreverá Chus a mover entonces a Llull al puesto de escolta a tiempo completo, o segundo base (como prefiráis llamarlo), pero en un rol con menos bote?

El otro ejemplo de que nada está grabado en piedra en la rotación blanca es el aumento de los minutos de Cornelie, en paralelo a su evolución en facetas de juego distintas al catch&shoot desde la esquina. En verdad, resulta que lleva más canastas anotadas de 2 que de 3 en la Euroliga… Quiero dedicarle un artículo específico en las próximas semanas, pero desde ya os digo que me han hablado bien de su ética de trabajo y que su evolución me gusta mucho. Llegó al Madrid con caché bajito, fama de blando y sin experiencia Euroliga, jugador de rol, pero está creciendo rápido en rebote, defensa, definición cerca del aro, juego sin balón, etc. El contraste es importante con Yabusele, renovado de larga duración con rango de titular pero estancado en su evolución. Sigue siendo un activo de la plantilla, claro está, pero su IQ en pista es mejorable, juega este curso más acelerado y raro es el partido que no deja algún gesto macarra. Bien, pues la distribución de minutos entre ambos está ahora en torno al 50%, incluso en partidos exigentes, nada que ver con las minutadas de Yabusele al comienzo de curso.