Salimos a las 8:20 y antes de las 12 llegamos a Bilbao, que nos recibió con 12 grados más de los que dejamos en Madrid (de -2º a +10º). Nuestro hotel resulta estar situado en la zona más decadente de la ciudad (alrededores de la calle San Francisco). Vimos prostitutas a media mañana, incluso nos cruzamos con un yonki jeringuilla en mano en un puente sobre la ría (literal). Se ve que la tan alavada modernización/lavado de cara de Bilbao no ha llegado a todos los barrios. Digamos que, a cambio, la habitación tiene espléndidas vistas de la ciudad…
En el mismo hotel se alojaban unos cien aficionados del Anderletch (equipo de fútbol de Bruselas), que por la noche jugaba en San Mamés partido de UEFA. He vivido un año en Bélgica, y creo poder afirmar que estos eran lo peorcito de cada casa. Mis sospechas se confirmaron a la mañana siguiente, cuando leí en el periódico los graves incidentes que se produjeron en el partido.
El Casco Viejo
Nos duchamos y salimos de tourné pintxos + txakoli por el Casco Viejo. Igual de rico aunque más caro que lo esperado. La ruta tuvo seis paradas. Sólo uno de los seis camareros que nos atendió no vestía la camiseta del Athletic ni tenía su bar decorado rojiblanco. Nos dijo en voz baja que era del Madrid, pero nos enseñó también su carnet de socio del Athletic, como para justificarse en caso de problemas. Parece que no puedes ser de ningún otro equipo si quieres regentar un bar en el Casco Viejo de Bilbao.
Bien comidos y bebidos partimos en metro al BEC, un enorme recinto ferial situado en Barakaldo donde se disputa la Copa. Tomé un café para engañar al madrugón, que ya comenzaba a pasar factura. Alfonso y Hernán se descolgaron a copazos. En aquel bar de los aledaños se congregaban cientos de aficionados de los 7 equipos (excepto del Madrid, claro). Cada afición con sus respetivos cánticos, y sólo uno común: el antimadridista. Todo estaba en su sitio, pues. Baskonistas y dementes eran los más numerosos. Nosotros hicimos piña con un par de sevillanos que, como nosotros, bebía en clara desventaja numérica.
Batibles
Pasamos la tarde-noche de baloncesto con Vane y Jaione, vitorianas, baskonistas y amigas desde la Copa del Rey de hace dos años. El Valencia eliminó a Estudiantes en un partido igualado. Claver y Rafa Martínez hicieron la diferencia en el último minuto. Gran alegría en la grada madridista. Por su parte, el Barcelona se deshizo con notablesufrimiento de un digno Cajasol. El partido dejó la esperanzadora sensación de que los azulgrana son batibles.
Hablemos de la organización. El BEC no es un pabellón de baloncesto. Falta desnivel entre las filas, lo que hace que la mitad de tu rango de visión sea la pista y la otra mitad la cabeza del de enfrente. Además, está fuera de lugar progrmar un partido de baloncesto a las 10 de la noche entre diario. Para cuando regresamos al centro de Bilbao, la noche estaba muerta. Igual que nosotros, que nos recogimos mucho antes de lo que marcaba el guión.
Pues nosotros acabamos a las 3.30. Estuvimos en dos locales, Soho y Bluesville. El primero decente, el segundo lamentable…
¿Estás en la zona de prensa? Yo ando por aquí, en la última fila, a la izquierda (si miras desde la pista). Saludos y disfrutar, veremos qué tal os va contra el Joventut.
Pasarlo bien en Bilbao.