Llevan meses lloviendo (merecidas) críticas a la confección de la plantilla del Madrid. Pero, llegados a este punto, la «suerte», el «músulo», la «marrullería» y el «amparo arbitral» no explican 12 victorias consecutivas.
En el camino a esa docena han caído TAU, Barcelona y Unicaja, tan adulados ellos por ‘la cátedra’. Ahora que el Madrid gana, se nos explica que «lo hace con los de siempre, que los fichajes no aportan». Cierto. Pero, ¿alguien se ha parado a pensar qué aportan los fichajes en el TAU o en el Barcelona?
TAU.– Stanko Barac. Fue repescado del Pamesa con grandes esperanzas. Este curso sólo acierta el 41% de sus tiros para unos tristes promedios de 3,1 puntos en 12 minutos. Desaprovechó el tiempo de baja por lesión de Splitter. Y con Ivanovic no hay segundas oportunidades. Es blando y rehúye el juego en la pintura, una contradicción para un tallo de 2,17 m. Hemos visto a demasiados jugadores altos perderse en el camino por la gracia (modelo Nowitzki) de tirar de fuera. Barac no parece una excepción.
– Mustafa Shakur (ya cortado). Con Prigioni entrado en años, estaba llamado a jugar muchos e importantes minutos como segundo base. Resultó que ni dirgía, ni tiraba, ni penetraba, ni nada. De los peores fichajes de la historia de la entidad. Sí, Querejeta también se equivoca. Promedió 3,4 puntos y 2 pérdidas en 12 minutos.
– Vlado Ilievski (sustituto de Shakur). De él se suponía un base experimentado, buen tirador y organizador correcto. Tras el patinazo Shakur, se eligió malo conocido a bueno por conocer. Y malo es… 3 puntos y 17% en triples en 13 minutos.
– Fernando San Emeterio. Llegó en verano procedente del desaparecido Akasvayu Girona, donde cuajó notables campañas. Supuesto presente y futuro de la selección. Hoy, aparece y desaparece de la rotación de Ivanovic. A la sombra de Mickeal, su aportación es intrascendente: 6,2 puntos, 24% en triples en 16 minutos.
BARCELONA. (A Navarro no le contamos como fichaje, sino como repescado. Además, con 2,5 millones de euros de sueldo anual, como para salir malo…)
– Andre Barret. Como a Chichi no le gusta Lakovic y de Sada no se esperaban grandes cosas, se fichó (por dos temporadas) a un base americano. A falta de McIntyre, bueno fue Barret. Todo lo que se sabía del mancebo es que había pasado los últimos años mendigando un contrato en la NBA. Sin suerte. Los entendidos nos lo presentaron así: «destaca especialmente por su capacidad para asisitir (promedia una asistencia en 12 minutos) y su buena mano de larga distancia (28% en triples)».
– Lubos Barton. En el Joventut de Aíto todos parecieron mejores de lo que en realidad son. Es lo que tienen los buenos entrenadores. A su órdenes, Barton era la reencarnación misma del 3 moderno. En el Barcelona no le están faltando oportunidades, pues apenas hay competencia en su puesto, pero el traje le queda grande. Medias de 3 puntos en 15 minutos. Se le firmaron tres temporadas. Que aprovechen.
– David Andersen. Con el cartel que le precedía (mejor pívot de Europa) y el salario que se levanta (sólo Navarro cobra más en toda la ACB), sus medias de 9 puntos y 3 rebotes saben a poco, intrascendentes. A la sombra de Vázquez e Ilyasova.
– Daniel Santiago. Discreto. 5 puntos y 1,6 pérdidas en 20 minutos.
– Víctor Sada. Justo del que menos se esperaba, y el que mejor está cumpliendo. Un paso al frente ante la baja de Lakovic.