ACB – El genio y la lámpara

La revista Gigantes dedicó la portada del primer número post-Copa del Rey a una foto a página completa de Ricky Rubio, “el genio”. Una instantánea en solitario celebrando el triunfo en Vitoria, sin ningún compañero en plano. En el único texto de la portada se leía: “Penya campeón. Ricky, de la Minicopa a la Copa en sólo 4 años”. ¿Es esa es la única conclusión que la más “prestigiosa” y casi única revista de baloncesto del país obtiene de los cuatro días de baloncesto más intensos del año?
Las campañas publicitarias, las portadas y los reportajes a cada record de precocidad no cambian la realidad del juego: Ricky desempeña hoy un rol notable en el DKV, como Mallet, Sonseca o Jagla, pero en segundo plano de Rudy Fernández. Números en mano, Rubio contribuyó con medias de 7,6 puntos en casi 24 minutos en pista durante los tres encuentros de la Copa. Con los 32 tantos de Rudy en la final… ¿Se justifica un titular en solitario? Se percibe en casi todos los estamentos del baloncesto nacional, empezando por los árbitros que le consienten y siguiendo por el gremio de periodistas-palmero, cierta preferencia por que Rubio se convierta desde ya en la estrella que sin duda será. Cuidar no significa mimar ni adular, que acostumbran a ser sinónimos de maleducar.
Dicho lo cual, seré políticamente incorrecto con dos afirmaciones que quizá incomoden a más de un “groupie”. 1) Ricky Rubio cuajó una mediocre Copa del Rey. Rudy Fdez. repartió casi el doble de asistencias que el joven base (16 por 9), que estuvo errático en el tiro exterior y perdió varios balones en contraataques claros por tratar de lucirse. Lujos que, por ejemplo, Javi Salgado no se permite…
2) Puede que Ricky ni hubiera debutado aún en la ACB si Aito Gª Reneses no fuese el entrenador de la Penya. Sí, porque “el genio” de alguna lámpara sale, y si no la frotas no hay tu tía. Los románticos replican que al final el talento siempre se abre paso… Lo cual, tras años siguiendo baloncesto, puedo afirmar que es triste y categóricamente falso. Qué le pregunten a Sergio Rodríguez… La gallina va antes que el huevo. Ricky es el genio que vendrá, pero Aito es la lámpara de la que salió. Que levanten la mano los que piensen que Ivanovic, Scariolo o Maljkovic hubiesen hecho debutar en la ACB a un “mocoso” de 15 primaveras, por mucho talento o cartel que le precediese. Cuando Aito se puso al frente (verano de 2003), el Joventut era un club a la deriva, atrapado en la nostalgia, que se consumía en la típica vorágine de equipo mediocre: plantillas construidas alrededor de americanos desapegados lanzándose las zapatillas. El que suscribe estaba en el pabellón Raimundo Saporta la tarde que el entrenador madrileño hizo debutar a un tal Rodolfo Fdez., un escolta tirillas de 16 años (record de precocidad en su época). Era el encuentro inaugural de la temporada, y Aito situó al novato en el cinco incial. Hoy, Rudy es un MVP de ley.
Título de Copa a parte, cuatro años después, la Penya ha recuperado la personalidad. Rudy cruzará el charco en breve, dejando el barco en manos de Rubio y Pau Ribas.
Y cuando ellos se marchen vendrán otros, cuyos nombres lucirán también en neón…
Y Aito seguirá en segundo plano.

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