Tenemos que hablar de dinero, parroquia: nos estamos pajiplantileando por encima de nuestras posibilidades. Es ingenuo hablar de fichajes como una primavera cualquiera, como si el basket fuese inmune a esta nube negra del -10% del PIB que nos sobrevuela. Detrás del folklore de los rumores de estos días hay un cambio de escenario económico a medio plazo en el basket europeo.
Las pocas vías de ingresos ‘reales’ de los clubes quedan seriamente dañadas: meses de ticketing por el desagüe (a saber cuándo se puede volver a jugar a puerta abierta) y muchos patrocinios que se van a caer o a renegociar a la baja (¿Palladium?). «Un 25-50% de nuestro presupuesto depende de la venta de entradas y al menos 7 de nuestros 12 patrocinadores nos han dicho que no nos ayudarán. La caja está completamente vacía, tenemos un problema de supervivencia», advierte el pte. del Maccabi. El CSKA, por su parte, ha perdido los seis millones anuales de Aeroflot y, aunque encontrará otro patrocinador, no será de ese calibre.
Ingresos reales e inversión a fondo perdido
Y más allá de los ingresos reales, que en muchos casos no sostienen ni la mitad de los presupuestos (el basket europeo es ruinoso), la dimensión de la hostia económica de cada club vendrá definida por la capacidad de su respectivo mecenas de mantener la inversión a fondo perdido. Sea un club de fútbol (RM y BAR), un gobernador regional (Jimki), un oligarca del níquel (CSKA), un magnate de los supermercados (Valencia) o uno de los astilleros (Olympiakos).
Lo que es seguro es que todos, en mayor o menor medida, tienen que ajustarse el cinturón. Llevará tiempo volver a ver plantillas tan profundas, de 14-15 jugadores de élite, o a clase media de la NBA haciendo las Europas, como el verano pasado. También veremos una reducción en las cifras de los nuevos salarios que firmen los agentes libres este verano. Y los contratos en vigor de las estrellas, ya de por sí inflados, pasan en muchos casos a la categoría de activos tóxicos, como las hipotecas inmobiliarias cuando pinchó la burbuja.
Los activos ‘tóxicos’
El primer paso de los clubes es negociar rebajas salariales, no por lo que resta de curso, como hasta ahora, sino a medio plazo, reajustarlos a la nueva realidad. En ese capítulo será decisiva la voluntad del jugador, su compromiso con el proyecto y el arraigo familiar en la ciudad. De lo contrario, está en su perfecto derecho de rechazar una bajada salarial o de plantarse en una rebaja mínima.
Y es ahí donde entra el plan B, el que estamos empezando a ver, de clubes sin blanca tratando de empaquetar en el mercado esos activos tóxicos, normalmente los jugadores de peor relación rendimiento-precio de la plantilla o aquellos que suponen un porcentaje desproporcionado de la masa salarial (Toko). No hay tantas organizaciones con fama de buen pagador en Europa, a cuya puerta llamar para intentar colocar jugadores en una situación así, y el Madrid es una de ellas.

Continuismo como estrategia
Seguramente reduzca también un poco el presupuesto de basket, pero una contracción mínima en un escenario deflacionario puede suponer un ligero aumento de capacidad adquisitiva. Además, cuenta con una masa social enorme y, aunque la sección sea deficitaria, como club tiene cuentas saneadas, sin deudas con fondos buitre. Ejem. Así se explica la extensa lista de jugadores con contrato en vigor el próximo curso sobre los que venimos escuchado rumores estas semanas: Sloukas, Calathes, Shengelia, Vildoza, Kalinic… Piscinazos de libro en portales de dudosa reputación o meros globos sonda de agentes o clubes para tantear el mercado.
Me temo, para su disgusto, que Herreros no aspira a grandes movimientos tampoco este verano. La fórmula del continuismo funciona, ¿para qué cambiarla? Los movimientos serán mínimos, retoques por fuerza mayor que no afectarán a la columna vertebral: la marcha de Mejri, la renovación de Thompkins, la llamada a filas de Prepelic y/o Alocén por Carroll y el fichaje de un pívot reserva asequible y comunitario o español, condicionado a la retirada de Felipe, que dependerá en buena medida de si puede o no despedirse en la pista la presente temporada. Punto, no hay más, porque tampoco hace falta: mantener plantilla equivale a ser igual o más favorito al título. Los globos sonda los dejamos para los meteorólogos.
Se va a ir como MVP de todo, y lo sabéis. Me sorprendió que, en una encuesta previa, de los nueve periodistas españoles especializados a los que se
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