
Escribo estas líneas aún en estado de shock y negación, totalmente superado ante la magnitud de una noticia inesperada y de enorme calado. De Goya hemos visto marchar en la última década a catacracks como Doncic, Mirotic, Chacho o Campazzo, pero se ha seguido ganando porque había un proyecto, y el eje que lo vertebraba no vestía de corto sino de corbata y se llama Pablo Laso. Bien, pues este mediodía ha sido despedido.
Tal cual y sin paños calientes, a la calle, después de ganar este curso ACB y Supercopa y llegar a la final de la Euroliga. Haciendo balance, le contemplan 11 temporadas y 22 títulos, el entrenador más longevo y laureado de la era moderna de la sección. Ahora nos detendremos en el fondo, pero de entrada las formas son un disparate, una implosión incomprensible. El Madrid, que tanta paciencia y mano izquierda muestra con la recta final de las leyendas (Felipe, Carroll, Llull, Rudy… hasta Causeur), prescinde de un portazo y de la peor de las formas de la leyenda en activo más importante de la sección.
El máximo responsable, Juan Carlos Sánchez, se lo ha comunicado este mediodía en una reunión en Valdebebas a José Ortiz, representante del técnico. A Laso le quedaba un año de contrato y, según Sánchez Blas, a estas horas no hay acuerdo para el finiquito. La pregunta que os estaréis haciendo es: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Hace un mes, 5 de junio, Laso sufrió un evento cardiaco y fue hospitalizado. La versión oficial es que se trató de un infarto de miocardio, pero 48 horas después de un infarto no sales del hospital conduciendo tu propio coche como hizo Laso. Momento que, además, se molestó en inmortalizar en redes sociales, en las que no se prodiga demasiado. O fue una temeridad o el diagnóstico que se comunicó no fue exacto sino un poco exagerado, o un poco de ambas. Chus Mateo se hizo cargo del equipo el resto de los playoffs, y con nota, pero Laso dirigió ya algún entrenamiento antes de que terminara el curso. Como para marcar territorio. También se dejó caer por Goya en el cuarto y último partido de la final. Parecía que la cosa había quedado en susto y que retomaría las riendas para el nuevo curso a la vuelta del verano, back to normal.
Cruce de informaciones
Pues no, nada más lejos de la realidad. En los últimos días ha venido circulando por los mentideros el rumor de que Juan Carlos Sánchez intentaba arrinconar a Laso aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. A mí me llegó la semana pasada y lo desestimé al considerarlo inverosímil. Pero era cierto y ha salido a flote esta mañana con un lamentable cruce de informaciones entre las partes a través de periodistas afines.
El Español levantaba la liebre publicando, aparentemente al dictado del director de la sección, que el club aparta a Laso por precaución médica y que, como acto de buena fe, se le ofrece hasta un año sabático con salario completo. Se hace un desafortunado paralelismo con Pinedo y se dan detalles médicos cuya publicación debe estar al límite de la legalidad: «Cateterismo por la obstrucción de una arteria y otra arteria obstruida al 50%».
Marca respondía poco después con una versión distinta, al dictado aparentemente del entorno Laso, muy crítica con el director de la sección. Se explica que el técnico se encuentra «perfectamente» y que la cosa «no fue tan grave». Conviene en este punto recordar que un infarto no es como un cáncer, que te apagas poco a poco. Puedes encontrarte «perfectamente» tras un infarto hasta que te da otro, aún más grave, y te quedas en el sitio. Ahora bien, cuesta imaginar que Laso no lo sepa o sea un inconsciente que, casado y con tres hijos, antepone su riña con JCS a su propia salud.
Por cierto, que una vez abierta la veda esta mañana han volado cuchillos. Marca explica que «el doctor Miguel Ángel López ha sido despedido argumentando negligencia, el club le quería imponer que firmara la baja laboral del técnico y él se negó». La versión ‘del club’ es distinta: los médicos de Sanitas que trataron a Laso le desaconsejaron entrenar durante un año, y es el médico de la sección y amigo personal de Laso (ahora despedido) quien le da el ok a que vuelva a entrenar.
Guerra soterrada
El despido de Laso se enmarca en la confrontación soterrada que mantenían desde hace años Laso y JC Sánchez y que solo había hecho que recrudecerse de un tiempo a esta parte. Entre las fricciones recientes conocidas están la gestión de la crisis Thompkins-Heurtel y las desavenencias en la política de fichajes. Por ejemplo, Laprovittola y Heurtel fueron apuestas de la dirección contra criterio de Laso, mientras que la continuidad de Taylor este temporada fue una imposición del técnico contra criterio de Sánchez. Y así todo.
Cuando la riña se enquistaba intervenía el presidente a poner orden, como en el patio de un colegio. Últimamente venía dando la razón a Laso, confirmándole en el cargo en la crisis de resultados mediado este curso, dando marcha atrás en el despido fulminante de Trey y Heurtel o autorizando el fichaje de Chacho, al que JCS vetó personalmente en 2019. Sin embargo, en la batalla definitiva el presidente parece haberse decantado por el director de la sección. Porque, no seamos ingenuos, el responsable último y el que da luz verde al despido de Laso se llama Florentino Pérez. Un ministro de Defensa no declara la guerra sin el visto bueno del presidente…
¿Cuánto hay de preocupación genuina por la salud de Laso en la decisión del club y cuánto de vendetta de JCS quitándose de en medio a un rival por el poder en la sección? Resulta difícil calibrarlo y tomar partido sin acceso a los informes médicos. ¿Creéis que Florentino autorizaría una decisión de semejante calado sin un motivo que considere de peso? Desde luego el club se ha mantenido firme, no ha dado al entrenador la opción de seguir en su puesto la próxima temporada. Laso, por su parte, se ha negado a dar un paso a un lado, es decir, a aceptar el año sabático o la degradación de «un puesto en el organigrama».
Independientemente del verdadero estado de salud de Laso y de si la decisión del club está justificada, resultan indefendibles las formas, un auténtico tiro al pie incomprensible para el aficionado.
1.-Filtras información a un medio afin, incluidos detalles de informes médicos, para justificarte y llevar la iniciativa. Das a entender que el club ha sido generoso (año sabático pagado) pero Laso está ofuscado y no queda otra salida
2.-Informas de la salida de uno de los mejores entrenadores de la historia de la sección (sino el mejor) con un comunicado oficial autoexculpatorio pero sin una sola palabra de agradecimiento o reconocimiento
3.- Actualizas en menos de una hora la web oficial para eliminar su ficha del roster, cuando tardaste nueve meses en retirar la de Carroll
Mal Florentino. Aunque JCS sea el director de la sección, no puedes dejar en sus manos la gestión de un tema tan delicado, tienes que involucrarse personalmente, como hizo con el fichaje de Rudy o la gestión de la salida de Campazzo. Hay que ir a casa del técnico, hablar con él y calmarle, para que acepte como sea una solución puente. El resultado de dejarlo en manos de JCS ha sido un desastre institucional y en cuanto a imagen del club. Cerrar de la peor manera posible y con un sabor de boca amargo el mejor ciclo de la sección en medio siglo. No es digno y merece una explicación.









Debe estar conectado para enviar un comentario.