Y a pesar de todo, líderes en solitario

Si a algo nos está obligando este curso es a aparcar prejuicios y relativizar la derrota, por mucho que cueste a una parroquia tan exigente como la blanca, acostumbrada a hacer un mundo y pedir cabezas con cualquier pinchazo. Asumamos que los tiempos de las fases regulares cortas y casi impolutas han quedado atrás. El calendario de un equipo Euroliga tiene ahora 80 encuentros y semanas de tres partidos, resulta imposible o inútil sacar conclusiones categóricas. Las lesiones son inevitables, la enfermería nunca se termina de vaciar, hay rotaciones, bajones físicos y picos de forma… Los equipos lo saben y dosifican esfuerzos, miren Efes, favorito al título y mariposeando desde hace tres meses. De turismo en Valencia el miércoles y como un apisonadora en el Palau el viernes, porque ese partido sí les ponía. Siendo realistas, y manque nos pese a los aficionados, que queremos mandanga semanal, la meta es cumplir en la fase regular sin quemar mucha gasolina y llegar con la mayor cantidad de jugadores sanos y en forma a los partidos por el título.

Partiendo de esa premisa, el Madrid está cumpliendo con nota, líder en solitario de la Euroliga tras 19 jornadas, sin sensación de pisar el acelerador o de alcanzar su mejor versión, es más, pese a bastantes bajas por lesión, el encaje de los nuevos, las dudas sobre Mateo y el puesto de base. No dan ningún título por el liderato en enero, pero te acerca al objetivo (factor pista en top8) y permite construir desde cierta tranquilidad institucional, así que bienvenido.

Sé que pesan en el ánimo del aficionado blanco las derrotas contra rivales directos en la primera fase, nuevo mantra del sector cenizo. Pero es un mantra matizable, veamos: hay cinco equipos además del Madrid que podríamos asumir que estarán en el top8. Contra ellos el balance es de tres derrotas por la mínima, FCB -2, Mónaco -1 y Olympiakos -2, y dos victorias sólidas: Efes +9 y Fenerbahce +14. ¿Que la gestión de partido de Mateo en esas derrotas fue mejorable? Sí. Pero tampoco son resultados como para trazar un patrón, más allá de la igualdad entre la aristocracia de la competición, de la que seguramente tengamos nueva entrega las dos próximas semanas, que el Madrid visita El Pireo y recibe al Barca.

La rotación variable

Otro ejercicio al que nos está obligando la temporada es a entender que la rotación no está grabada en piedra, salvo en el puesto de pívot, Tavares titular y Poirier reserva. El resto puede cambiar, adaptarse en función de las lesiones, las características del rival y el estado de forma de los jugadores. La plantilla blanca es larguísima, quizá la que más de la competición, si tomamos como referencia la calidad y precio del fondo de armario, es decir, los puestos del 10 al 15. Una plantel con una sola estrella (Edy) pero mucha burguesía. Objetivamente es una fortaleza en una temporada tan larga, pero una que suele descolocar al aficionado, que prefiere la hoja de ruta por adelantado y publicada en el BOE.

A ver, ¿pero entonces quién es el titular? Pues NINGUNO, el que mejor esté.

Un ejemplo han sido los tres últimos partidos de Euroliga, sólidas victorias, con un balance de +60 puntos. Han coincidido con menor minutaje de Llull, sobre todo en la dirección, con Goss y principalmente Chacho como beneficiados. Si el rival carece de un base diferencial y/o muy físico entonces se notan menos las carencias defensivas del canario, puede jugar más minutos y en ataque es claramente el que mejor mueve al equipo. Su perfil es muy complementario al de Goss que, por cierto, está alcanzando un nivel interesante tras la lesión: es el base más capaz atrás y, ahora que está sano, tiene piernas para atacar el aro y procurarse tiros de alto porcentaje. 56% de campo en Euroliga, ni tan mal.

No será la solución más ortodoxa, ni la preferida por muchos, pero si Chacho puede dar 15 minutos de calidad y con Goss a este nivel físico, el tan comentado agujero en el puesto de base parece menos. Sobre todo a medida que coja forma Hanga, que seguramente juegue también minutos de uno. ¿Se atreverá Chus a mover entonces a Llull al puesto de escolta a tiempo completo, o segundo base (como prefiráis llamarlo), pero en un rol con menos bote?

El otro ejemplo de que nada está grabado en piedra en la rotación blanca es el aumento de los minutos de Cornelie, en paralelo a su evolución en facetas de juego distintas al catch&shoot desde la esquina. En verdad, resulta que lleva más canastas anotadas de 2 que de 3 en la Euroliga… Quiero dedicarle un artículo específico en las próximas semanas, pero desde ya os digo que me han hablado bien de su ética de trabajo y que su evolución me gusta mucho. Llegó al Madrid con caché bajito, fama de blando y sin experiencia Euroliga, jugador de rol, pero está creciendo rápido en rebote, defensa, definición cerca del aro, juego sin balón, etc. El contraste es importante con Yabusele, renovado de larga duración con rango de titular pero estancado en su evolución. Sigue siendo un activo de la plantilla, claro está, pero su IQ en pista es mejorable, juega este curso más acelerado y raro es el partido que no deja algún gesto macarra. Bien, pues la distribución de minutos entre ambos está ahora en torno al 50%, incluso en partidos exigentes, nada que ver con las minutadas de Yabusele al comienzo de curso.

Tortuga y Tavares, un ciclón pasó por el Buesa

Nos parece casi normal porque a lo bueno se acostumbra uno pronto, incluso aunque se venga de un charco de lodo, como es el caso. Pero el Real Madrid llega como un tren de mercancías a la final de la ACB, habiendo ganado 15 de 16 partidos, los tres últimos con mérito añadido, echando de la pista a Baskonia, todo un rival Euroliga, pese al hándicap de tener lesionados a básicamente todos los jugadores susceptibles de hacer de base. Llull, Abalde, Goss, Alocén y hasta Heurtel para el tercer partido.

Da igual, porque plastic man Hanga esta en modo ‘lo que le echen’. La versatilidad es una de esas virtudes de las que solo te acuerdas y valoras en su justa medida cuando algo se tuerce y la necesitas. Bien, pues Hanga la tiene y a paladas, su capacidad de dirigir sin estridencias, de cumplir y que nos olvidemos del socavón, es un tesoro en la coyuntura actual. Ya demostró que puede hacerlo en el Barca con Pesic, no digo que sea Chris Paul pero te hace el apaño. Laso venía apostando por Abalde en ese rol de base de emergencia, pero lesionado también el gallego hubo que recurrir a Hanga. Y resulta que lo hace seguramente mejor que Abalde, porque dirigir tiene mucho que ver con la confianza y el de Ferrol no va sobrado de esa.

Tampoco puede hacer de base Causeur que, eso sí, atraviesa un sólido momento de forma, como cada mayo, ariete anotador ante la plaga de lesiones del backcourt. El francés parecería una apuesta lógica para base de circunstancias por su físico y el puesto que ocupa, pero carece del mencionado don de la versatilidad. Le falta peso y altura para emparejarse con aleros y no puede subir el balón y hacer de base al no botar fluidamente con ambas manos.

«Nuestros pívots parecen bases contra él»

Cuando Hanga pasa por el banquillo quien dirige es Juan Núñez, todavía un poco verde para estas lides, incluso Gabi Deck, otro en modo ‘lo que le echen’. Tremendo su tercer partido en Vitoria, 17 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias para 27 de valoración, alternando los puestos de 1, 3 y 4 ¡¡!! Un abrazo a los que señalaron su baja por lesión como punto de inflexión en la recuperación del Madrid… Estos jugadores los quiero en mi equipo siempre, discretos y generosos, dispuestos a asumir los marrones por el bien del equipo, sea emparejarse con Mirotic o hacer de base. ¿Que el curso que viene le toca jugar de ala-pívot a tiempo completo, por el overbooking en el puesto de tres, con las llegadas de Hezonja y parece que también de Musa? Pues seguro que cumplirá, incluso brillará.

Aunque quien verdaderamente dominó la semifinal con insultante suficiencia es Edy Tavares, que pasó anche por el Buesa Arena en modo ‘Desolación de Smaug’. 85 de valoración entre los tres partidos de la serie y +57 con él en pista. Spahija se rindió tras el partido: «Hacía mucho tiempo que no veía una diferencia así de un jugador en la pintura como con Tavares. Todo el Madrid juega a alto nivel, pero él cambia el juego. Controla todo en defensa y en ataque es como un pulpo. Nuestros jugadores altos parecen bases contra él«.

El Madrid tiene ahora entre 5 y 7 días para recuperar lesionados (pienso sobre todo en Abalde y Llull) y preparar la final, que teóricamente será contra el Barca, pero cuya eliminatoria va 1-1 según escribo estas líneas. Hace dos meses ni soñábamos con tener opciones en una serie a cinco partidos contra la bestia negra, que nos había pintado la cara en la fase regular, era impensable, por la crisis blanca y por el nivelazo azulgrana. Pero la vida da muchas vueltas en dos meses, los azulgrana ya no parecen inalcanzables, no con el Madrid en pico de forma y tras el precedente de la semifinal de Euroliga. No diría tanto como que el Madrid es favorito, menos sin ventaja campo y el hándicap de tanta baja, pero sí que tendría opciones reales de ganar la serie.

Un Madrid sin colmillo

Nueve puntos arriba iba el Madrid en Tel Aviv a 5 minutos 41 segundos del final. Acariciaba el segundo puesto de la liga regular. Se habían hecho las cosas bien hasta entonces, igual que en Estambul 48 horas antes, dominando el rebote (+15) y repartiendo 24 asistencias. Guarismos en los que raramente se le escapa un partido a este Madrid. Pero llegó el apagón, el equipo no anotó ni un solo punto más, de hecho, no hilvanó ya ninguna buena jugada de ataque.

La crisis de resultados sigue abierta, el bache es socavón, y el Madrid acumula un balance de 12 derrotas y 9 victorias desde el 23 de enero. Es una carga en la mochila que merma la confianza y genera ansiedad, especialmente en finales apretados. El Madrid falló anoche 12 tiros de campo consecutivos, los 12 últimos del partido.

Y Wilbekin dio la puntilla, culminando la remontada desde el tiro libre tras una falta de Goss junto a la línea de fondo para la que la palabra «rigurosa» se queda corta. Pero son las cosas que te pueden pasar cuando juegas a domicilio en Euroliga, en una cancha donde el público sí aprieta. Precisamente por eso hace falta colmillo, instinto ganador, saber cerrar los partidos. Es una característica de los grandes equipos, el Madrid la ha tenido durante años. Pero ya no, los jugadores que imprimían ese carácter están viejos o juegan/residen en EEUU.

En los minutos finales las defensas se cierran, los sistemas ofensivos saltan por los aires y el balón difícilmente llega a los interiores. Lo sabemos, es como funciona el basket. Así que te la juegas al talento y confianza de tus creadores desde bote, su capacidad de improvisar fuera de partitura, y ahí sabemos que el roster del Madrid cojea, no es top europeo. Ni Hanga ni Goss no son jugadores para esas lides, Deck podría serlo en situaciones concretas, por ejemplo atacando al aro desde bote, fuera-dentro. Venía de una actuación tórrida en Estambul, pero ayer sencillamente no tuvo el día. La alternativa más lógica es Heurtel. Mostró su magia por momentos, lideró junto a Poirier la escapada que parecía buena, pero la magia le duró cinco minutos. Se desinfló en el peor momento, y cuando a Thomas a se le seca el río se le seca de verdad. Así que otra posesión final que se juega y falla Llull, en marzo de 2022.

Vaso medio lleno

Sé que el tremendismo es seña de identidad de la parroquia blanca, tan mal acostumbrada estos años, y entiendo que cuesta ver el vaso medio lleno después de perder tres encuentros en cinco días. Pero aquí estamos para bajar al detalle y contextualizar, y no todas las derrotas son iguales. No es lo mismo el respaso del Manresa en Goya el pasado domingo, que puse el grito en el cielo, que caer contra Efes y Maccabi a domicilio en el cara o cruz final, jugando bien al baloncesto. Recordemos que la plantilla será larga pero está en cuadro. Si sumamos las cuatro bajas por lesión al nivel prejubilados de Randolph y Thompkins, resulta que la rotación real a día de hoy es de ocho jugadores.

Con esos ocho se ha dominado durante muy largos tramos de partido a dos equipos top8 Euroliga y se han dejado atrás los problemas de anotación de semanas previas. Yabusele vuelve a carburar como en enero, Deck ha completado su readaptación y hemos recuperado a Hanga y Goss como activos útiles de la rotación. Es decir, que suman más que restan. El equipo nota, eso sí, el bajón de Tavares, que no parece físicamente al 100%, a pesar de lo cual atrapó tres rebotes ofensivos en el último minuto y medio que pudieron ser claves. Sea como fuere, ganando en pista del colista (Panathinaikos) y al Bayern en casa se asegura el segundo puesto. Ganando solo uno se acaba como poco terceros. Más se perdió en Cuba… Dada la merma de nivel del top8 tras la exclusión de los equipos rusos, y pese al socavón del Madrid, no veo muchas excusas para faltar a la cita de Belgrado.

Y el corazón del Madrid volvió a latir

Es pronto todavía para echar las campanas al vuelo y sacar al paciente de la UCI, podría ser solo un one night stand, pero el corazón del Madrid volvió a latir anoche en Goya. Victoria de carácter contra un rival directo, sabiendo sufrir y anotando más de 90 puntos (con prórroga). Viniendo del lodazal del último mes y medio, música para nuestros oídos.

¿Qué cambió? Por un lado, se racionalizó el uso de la línea de tres. En el primer cuarto, que vio el mejor basket del Madrid desde enero, solo se lanzó dos veces desde más allá del arco. Por comparar: en Belgrado, 48h antes, se chuscaron 37 en 40 minutos. Sé que la ecuación es mas compleja, que influye el tipo de defensa rival, que los triples también pueden estar bien lanzados y sencillamente no entrar, jugador liberado tras una circulación de balón. Pero, siendo honestos, no es el caso del Madrid en las últimas semanas. La mayoría de los lanzamientos exteriores son forzados y tras bote, recurso desesperado a final de una posesión sin ideas, así que el porcentaje es bajo por definición.

Por otro lado, el regreso de Tortuga Deck trajo agüita de mayo: es un animal competitivo y sube una marcha el nivel del equipo en ambos aros. Estando Abalde y especialmente Hanga para los leones, y con Taylor lesionado, la presencia del argentino se antoja capital: 15 puntos sin fallo y 6 rebotes anoche. Pongamos todos una vela por su salud y continuidad.

No estaba de baja, pero otro que regresó figuradamente fue Yabusele, que mantuvo un duelo de enorme nivel con Melli. Llevaba un mes desaparecido, en el diván, minada su confianza por los repasos de Mirotic. Anoche le volvieron a entrar los tiros, varios de ellos en momentos clave, además de una aportación defensiva inmensa. Se fue hasta 35 minutos, todo corazón. Este es el Yabu que se renovó hasta 2025 como ala-pívot titular del proyecto y que no habíamos visto desde la firma.

El cuarto factor fue uno con el que seguramente no contábamos: Nigel Williams-Goss. Venía hecho unos zorros, regañado con el aro y mentalmente bloqueado: su nombre en todas las quinielas de salidas en verano. Sin embargo, anoche mostró una versión muy homologable, con 12 puntos, pocos errores y un valioso trabajo en defensa sobre Delaney. Heurtel enchufó algún tiro de esos suyos, tipo Manolete, pero la ecuación con él no compensaba por el agujero atrás. Los parciales hablan claro: +15 con NWG en pista y -7 con el galo. Son perfiles complementarios y necesitamos a los dos operativos para estar arriba.

Llull de escolta

Que Heurtel sufra atrás no es sorpresa y entra en los cálculos, el que canta un poco es Poirier. Laso se jugó sin pívot los tres últimos minutos de tiempo reglamentario, en los que se remontaron 7 puntos, en lo que me pareció un castigo el pívot francés por su pobre rendimiento defensivo en los minutos previos. Antes, Tavares había sido expulsado por protestar… una vez más.

Se que es una opinión impopular, pero que pueda o no tener razón en su reclamación no justifica que se ponga hecho un basilisco cada vez que falla una canasta. Hace un flaco favor al equipo, ayer casi nos cuesta el partido. Entiendo el corporativismo de la grada, es su papel, pero el de Tavares es mantener la calma, aunque cueste, porque nos va mucho en ello. Si el club considera injusto el trato arbitral y percibe un patrón, que presente una queja formal a la Euroliga… pero Tavares que se controle y cierre el pico, que 3.5 millonacos de salario anual dan para un poco autocontrol.

Y dejo para el final a Llull, cuya chispa anotadora resultó clave en la segunda parte, en las sucesivas pelotas de break de que dispuso Milán, así como en la escapada buena de la prórroga. Asumió muchísimo protagonismo ofensivo, quizá excesivo (18 tiros en 21 minutos), pero no estamos como para sacar el metrónomo: hay que ganar por lo civil o por lo militar, y bien está lo que bien acaba. Me parece clave que tanto en Belgrado (20 puntos) como anoche (otros 20) jugase sus minutos como escolta, o segundo generador desde bote, como prefiráis llamarlo, porque al fin y al cabo no es un dos clásico de lanzar a la salida de los bloqueos, estilo Carroll-Kuric. El caso es que en ambos encuentros estuvo siempre acompañado en pista de Heurtel o Goss, que es el formato en el que Llull a esta edad me parece más interesante y aprovechable. Que dure.

Goya convertido en las Termópilas

Épico, parroquia, sencillamente épico. Un cuento de Navidad. En estas temporadas de calendario tan saturado y a chorrocientos partidos, la mayoría caen pronto en el olvido. Pero no el de hoy, de esta victoria nos acordaremos en las tertulias de la cuadrilla dentro de unos años. «¿Te acuerdas cuando le ganamos al CSKA en Navidad con 10 bajas?». Bien, ese día es hoy. No pensaba sentarme a escribir, del cabreo que aún tengo con la Euroliga por hacernos jugar en cuadro pero, bien pensado, los nueve héroes que han sacado el partido adelante bien merecen que eche unas líneas.

Y el héroe de entre los héroes ha sido ‘el nuevo’, Nigel Williams-Goss, al que la baja covid de Heurtel está sirviendo para asentarse por fin, superado el mes y pico de baja que le cortó la adaptación. Su actuación en Murcia el finde ya fue magnífica (val 25), y contra CSKA ha sido el sostén del equipo junto a Edy. Ha repartido juego y dirigido con sensatez, ha lidiado con la más fea en defensa, aguantando como un jabato las embestidas de Clyburn al poste, y ha decidido en la recta final con las tres últimas canastas del Madrid en el partido, todas en 1×1 y sin ventaja, de puro talento.

Tavares ha jugado como la bestia parda que es, todo corazón, puro madridismo. Se ha dejado literalmente la vida sobre el parquet, 36 minutos corriendo la pista de arriba a abajo con sus 221cms y 125 kilos, poniendo bloqueos y llegando a todo en defensa. En los últimos minutos el pobre ya subía andando, asumo que esta noche dormirá pegado a una bombona de oxígeno. Suerte que la ACB sí ha suspendido el partido del lunes (contra Joventut) y el Madrid tendrá ahora algo de margen para descansar y recomponer filas.

De entre los jugadores de primer equipo, Rudy, Llull y Taylor destacaron esta vez menos, un poco erráticos en ataque, entendible con semejante minutada y el derroche físico atrás, pero igual se llevan la medalla de héroes de las Termópilas. Un partido así no se saca sin el compromiso y fe de cada espartano. E imposible cerrar sin dos menciones especiales. Una a Chus Mateo, en su tercer partido al frente del equipo por el positivo covid de Laso, que ha sabido plantear una guerra de guerrillas con la que enjuagar la clamorosa desventaja con la que partía hoy el Madrid. La otra mención es a Klavzar, todo desparpajo en su debut en partido oficial: 10 puntos en 22 minutos, clave para dar aire a los veteranos.

Ganar el partido ha representado el mayor ‘in your face’ posible a la Euroliga por negarse a posponerlo. Imposible no acostarse orgulloso del equipo, esto es honrar la camiseta. Feliz Navidad a todos.

Yabusele I de Baviera

Tampoco podemos pedir peras al olmo: no está el Madrid para alardes en Euroliga y a domicilio, con cuatro lesionados y un solo base disponible en el roster, Heurtel, que como buen Manolete aparece y desaparece. En Múnich apareció solo con cuentagotas, en el segundo cuarto, pero hizo mutis por el foro en la segunda mitad, dejando la batuta a Llull y Abalde, que sufren cada minuto al timón. (Ya) no es su puesto, se nota, y Laso no se atrevió esta vez con Núñez. Y si al walkover en la dirección le sumamos el de los dos pívots en la recta final, Tavares y Poirier, eliminados por personales (y técnicas), algunas rigurosas y otras evitables, lo normal hubiera sido palmar.

Los arbitrajes Euroliga siempre han pecado de caseretes, pero este curso parecieran haber dado otra vuelta de rosca, como si la organización quisiera equilibrar una de las ediciones sobre el papel más descompensadas. El caso es que todo lo que se rasque en la carretera y con tanta baja es un pequeño potosí. Más aún en Baviera, candidato razonable a repetir top8.

El Madrid, con lo justo, se mantuvo en partido, protagonizó incluso algún conato de escapada, jugando más mal que bien pero defendiendo, que es gerundio. Eso, y el acierto del fichaje estrella del verano: Guerschon Yabusele, en su mejor actuación de blanco hasta la fecha, 21 puntos, 8/10 de campo. Ya no solo apareciendo desde segunda línea, como hasta ahora, dejando pinceladas, sino liderando cuando calienta el sol, que era el siguiente escalón.

Fue un faro en la oscuridad, la diferencia entre repetir el gatillazo de Kazán y acostarse, como nos acostamos, segundos de la Euroliga, compartido con otros cuatro equipos, todo sea dicho. Seleccionó muy bien sus tiros, como acostumbra, hundiendo al poste a rivales de menos peso cuando tocaba y abriéndose a tirar si procede. Sus dos triples en los cuatro minutos finales fueron media victoria. Tal cual.

Ahora es cuando saltáis los agoreros, que si solo ha firmado por un año, que si verás como se lo lleva la NBA, blablabla. Mirad, dos cosas os digo: vivid el puto momento y buscadle ya una novia madrileña. Avisados estáis.