Eliminación con honores

Visto en diferido el partido de Estambul anoche, que me tocó mesa electoral… Resultó el más nivelado de la serie, con el Madrid compitiendo, esta vez sí, de poder a poder. Apareció al fin Laprovittola, perdido desde el primer partido, y Tavares pudo jugar, aunque mermadísimo, para echar al menos una mano.

Pero se ve que el equipo había gastado toda la estrella en los dos finales apretados de Goya y la moneda esta vez salió cruz: el triplazo de Kruno Simón deja al Madrid en la orilla de la F4 tras una semana remando, si bien no borra cierta sensación de orgullo por el coraje y amor propio con el que ha competido en circunstancias tan adversas, es decir, en franca inferioridad baloncestística. Prefiero no acostumbrarme a la derrota, pero esta ha sido una con honores.

Paradójicamente el equipo, pese a la eliminación, sale en cierto modo reforzado de la serie, aunque sea anímicamente: se presentó como un corderito camino del matadero y ha llevado al límite (último minuto del 5º partido) al que seguramente sea el mejor equipo de Europa a día de hoy. Al otro que podría serlo ya le ganó en el Palau hace tres semanas, también en cuadro. De paso, la serie ha consagrado a Garuba en la élite continental y nos ha descubierto a Tyus como activo al menos útil de la rotación. Ya no hay tantas risas con él: ha cumplido dentro de sus enormes limitaciones, sobre todo atrás, muy útil en los missmatch defensivos contra los pequeños de Efes.

Lo que resta de temporada

Este cambio de dinámica abre un pequeño rayo de esperanza para lo que resta de temporada del Madrid, la posibilidad de rascar algo, al margen del hito estadístico de certificar el mejor balance histórico de un equipo en fase regular ACB, que lo tiene en la mano a falta de solo tres partidos.

El cambio de formato de los playoffs ACB, con la final al mejor de 3 partidos en vez de 5, la aportación potencial de Poirier (aún acoplándose), más la recuperación física de Tavares y Trey, abren una ventana de oportunidad de cara a una hipotética final ACB contra el Barca.

Ahora bien, y a riesgo de ser aguafiestas, la dignidad de la derrota contra Efes no debería privarnos de hacer una crítica constructiva, una vez finalizada la participación del Madrid en esta Euroliga, la competición en la que juega contra sus iguales y por la que principalmente debemos medirle. Y la temporada, reconozcámoslo, ha sido bastante pobre, entrando de milagro en top8 y fuera de la F4 por primera vez desde 2016. Una visita al dentista como aficionado, entre las carencias propias de la plantilla, las fugas a la NBA, las lesiones y la imposibilidad de asistir al pabellón. Ya dedicaré un texto a analizarlo más tranquilamente, bajando al detalle, pero de entrada ya os digo que no, no seré yo quien eche de menos esta Euroliga blanca.

La serie que encumbró a Campazzo

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Aquellos que confiaban en un Madrid más dócil en este año I de la era post Doncic ya tienen respuesta. Los que dudaron del nivel del equipo con sustitutos baratitos y la incógnita de Llull tras la lesión, ya tienen respuesta. El principal objetivo de la temporada se ha conseguido, y por la vía rápida: el campeón defenderá su corona en Vitoria, en la que será la séptima presencia en F4 en los últimos nueve años. Una regularidad cimentada en un proyecto de sección y no en nombres puntuales, por muy buenos que hayan sido y sean: de aquí se han marchado Chacho Rodríguez y Doncic, y Llull se partió la pierna, todos ellos MVPs de la Euroliga, y la sección sigue cómodamente instalada en la super élite.

El Madrid se clasifica además con un mensaje a Europa, como único capaz de cerrar su serie por la vía rápida, mostrando un formidable reprís defensivo y el carácter de los campeones en finales tensos. Si Panathinaikos ha llegado a parecer flojo es porque se lo hizo parecer el Madrid, no olvidemos que los griegos acudían como el equipo más en forma de Europa, con el aval de 7 victorias en los 8 últimos partidos de fase regular.

La serie deja sensación de suficiencia blanca: se sacó el primer punto con oficio, compensando con defensa un día flojito en el tiro, se arrasó en el segundo duelo, una vez Facu se reconcilió con el aro, y el tercer punto ha caído como fruta madura. No en vano es la octava victoria consecutiva contra Panathinaikos. Ocho, eh, se dice pronto, contra un equipo de la nobleza continental.

El highlight que le faltaba al Facu

Una serie que recordaremos como la que encumbró a Campazzo como estrella continental, un status a cuya puerta venía llamando hace ya algún tiempo. El curso pasado enseñó maneras durante la baja de Llull, pero la sombra de Doncic era larga. A comienzo de esta temporada jugó varios meses estelares, pero gripó motor a comienzo de 2019 saturado de minutos. Le faltaba un gran highlight en plaza mayor para reafirmar su condición, y bien, ya lo tiene: 25 de valoración media en la serie de cuartos, números de estrella cuando cuentan, que firma además ante el cacareado Calathes.

Facu no es tan carismático fuera de la pista como Llull, ni está reescribiendo libros de precocidad como Doncic, por eso protagoniza menos titulares y anuncios, pero es la estrella del Madrid este año, nuestro go-to-guy, y no nos va nada mal, oiga. Su liderazgo, a diferencia del de Llull y Doncic, no se basa en puntos (aunque puede y debe anotar algo), sino en defensa y dirección, y de ambos dio un recital en OAKA este miércoles.

Con 6 minutos por jugar, dos puntos abajo y los árbitros consintiendo mucho contacto a los griegos, el Madrid anotó en cada uno de los siguientes cinco ataques, TODOS tras asistencia de Campazzo. Asistencias de las de verdad, de las de dejar a Ayón junto al aro y de cara. Por cierto, el mexicano mejoró sensiblemente la imagen dada en los dos primeros partidos. En realidad, casi todo el grupo rayó a buen nivel, con Rudy, Randolph, Trey o Tavares cumpliendo con solvencia sus respectivos papeles.

Sí brilló Taylor, de nuevo, con 13 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias, junto a Campazzo el otro gran nombre propio de la serie, un paso al frente en un momento clave del curso. Con su defensa ha hecho parecer a Calathes un picapedrero, pero la novedad es que se ha soltado las cadenas en ataque. ‘Mechitas Unchained’. Ha echado el balón al suelo con cierta regularidad y roto hacia el aro, además se ha animado con triples en transición fuera de sistema, sin esperar a que le llegase el balón al final de una circulación exterior. Siempre ha tenido una suma de talento y físico suficiente como para aportar más en ataque, pero le faltaba la confianza, un mínimo desparpajo. Que no pare.

El Madrid, el único con pie y medio en la F4

facundo-campazzo-celebrates-real-madrid-eb18No debe ser tan fácil cuando es el único de los cuatro que lo ha conseguido: ganar los dos duelos de casa y mantener la ventaja campo en cuartos. Pone el Madrid pie y medio en la F4, los deberes del curso, la línea que marca la gran élite continental, y lo pone con un soberano baño a Panathinaikos en el segundo de la serie, pese a lanzar 2 tiros libres menos. O sea, dedicatoria a Pitino y a Giannakopoulos.

El equipo blanco ha disipado en Goya las dudas razonables que pudieran haber despertado las últimas jornadas de la fase regular, con la lesión de Llull y el bache de juego de Facu. Llegada la hora de la verdad, el argentino ha respondido con nota, porque es un animal competitivo: decisivo atrás en el primer partido y sencillamente soberbio en ambos aros en el segundo, disfrutando sobre la pista como no le veíamos desde diciembre. Sólo hay que ver la foto de arriba. Y la diferencia está en el empujón de confianza que le aporta enchufar algún tirito de campo, porque domina el resto de facetas: 9 asistencias, 7 rebotes y 5 robos. Nivel estrella continental.

Como guinda, Prepelic ha aprobado esta semana sí el examen del puesto de base en los minutos de descanso de Facu, nada que ver con el drama de la anterior lesión de Llull a final de año. El esloveno ahora sube el balón y ordena los sistemas, punto, no es que invente la pólvora, pero es suficiente para los minutos de entreactos y cuando hay talento suficiente alrededor. Si encima las enchufa cuando le llegan, como ha sido el caso, pues de nota.

El segundo partido, además, vio una distribución más razonable de los tiros del Madrid, con más lanzamientos de 2 que triples, más protagonismo de los ala-pívots y un único lunar, el de esos 5/13 tiros libres.

Jeffery Taylor Real Madrid Calathes Panathinaikos Euroleague

Taylor, tormento de Calathes

La hora de la verdad también ha dejado ver las costuras de Panathinaikos que, sin ánimo de restar mérito al Madrid, puede ser el sexto puesto más barato de la historia reciente de la Euroliga (por balance en fase regular ya os digo que seguro). Y eso que, leyendo las previas de la serie, uno pensaría que Calathes era la reencarnación helena de Earving Magic Johnson, tras su triple doble al colista en casa hace 3 semanas. Lo cierto es que ha hecho un ridi sensible en los dos primeros encuentros, 6/30 tiros de campo, casi podríamos hasta demandarle por daños al mobiliario del pabellón por aporrear los aros. Hay una parte de mero desacierto coyuntural, pero otra no menor de muñeca de madera y que le viene de serie, que muchos tiros no pasaban ni cerca, pese a que llegado un punto ya se le flotaba con descaro. Entiendo que para su tropa de groopies entre la prensa especializada sea jodido encajar que un argentino canijo, zumbón, «sucio» y del Madrid le haya pintado así la cara cuando de verdad cuenta.

Aunque parte del mérito le corresponde también a nuestro mechitas Taylor, su defensor gran parte de la velada, magnífico por ahora en la serie, y ya no es ni noticia. Una injusticia que nunca aparezca ni entre los candidatos a mejor defensor del año en la Euroliga. Este sí que es producto 100% Laso, en su haber lo apuntamos, que apostó por el sueco contra la opinión general. Donde la grada veía un mingafría con manos de mantequilla, Laso vio siempre un portento físico y un potencial comodín defensivo exterior. Tuvo la paciencia que muchos no habrían tenido y el resultado es hoy un activo valioso e indiscutible de la plantilla.

Aún no estamos en la F4, Panathinaikos aún dará algún coletazo, no va a fallarlas todas siempre Calathes. Pero los blancos han ganado los últimos siete partidos a Panathinaikos, digamos que da para cierto optimismo.

Cómo ganar a CSKA, el ‘equipo Induráin’ de la Euroliga

luka-doncic-real-madrid-eb17.jpgEl Madrid de los primeros años de Laso solía ser el equipo más anotador de Europa, jugaba a toda pastilla, pero ese honor lo ha heredado CSKA, que lleva cuatro temporadas con la media de puntos más alta de la Euroliga (89,3 este curso). No es una cuestión de presupuesto sino de automatismos ofensivos y estilo de juego (a muchas posesiones), de circulación de balón, roles aprendidos y jugadores que se conocen.

Son un martillo pilón y, a diferencia del Madrid, rara vez sufren pájaras, gracias principalmente a esos automatismos: lanzar un pase-melón a la esquina con la certeza de que allí espera Fridzon, que todos se abran de inmediato en el momento en que Clybrun recibe frontal para facilitarle el 1×1, que Othello suba a la cabecera como una gacela a ofrecerle bloqueo a Chacho cuando quedan menos de X segundos de posesión. Y así podríamos seguir un rato. Son como Induráin en los ascensos en sus buenos años, no levantaba el culo del sillín, ponía una marcha estable y que me siga quien pueda. Al terminar el puerto, se giraba y resultaba que se había quedado solo.

El Madrid puede igualar el ritmo de anotación ruso, no en vano fue el segundo equipo más anotador de la fase regular, pero es más irregular en ataque, más que de un sistema depende de rachas de inspiración individual, sea Carroll, Luka, Llull, etc. Y eso es un riesgo. Sin embargo, con la plantilla al completo tiene más registros que los rusos, especialmente con la baja de su mejor defensor exterior, Westermann. Por ejemplo, Laso puede bajar de marcha sin resentirse en ataque con un quinteto cerrojo del tipo Campazzo, Rudy, Taylor, Randolph/Trey y Tavares. El camino es el del partido de ida, que el Madrid dejó a los rusos en 69, su anotación más baja del curso, con un 35% de campo. Claro que Chacho y Othello acababan de llegar y estaban aún perdidos, sumaron valoración -1 entre ambos. Eso no se va a repetir mañana…

Nocioni en Radio Marca

Pongo sus declaraciones en bruto, porque necesitan poca introducción: «El Madrid tiene que salir a la F4 con más deseo que el año pasado, no ir a ver qué pasa sino buscarlo. Estos partidos se ganan también con personalidad, por suerte el equipo ha recuperado a dos de los mejores de Europa en eso, Llull y Facu»

«Para frenar a Chacho hay que hacerle sentir incómodo en pista, que no marque el ritmo y esté en control, y el Madrid tiene un petiso* perfecto para eso *(RAE: en los países del Cono Sur, ‘caballo de poca alzada’ = Facu). También Sergi, recuerdo cómo secó a Spanoulis en la final de 2015».

«Doncic, por supuesto que está preparado, lo hará bien en la NBA, pero con su edad esperaría un año más, me daría el gusto de irme con todo cerrado, con la Euroliga ganada, como Manu».