¿Facu y ya? Análisis del verano del Madrid

La incorporación de Campazzo, oficiosa desde hace dos meses y oficial al fin ayer, bien puede ser la única del Madrid este verano, para disgusto de aficionados y en contraste con las cuatro salidas: Hanga, Goss, Cornelie y Randolph. La aritmética es sencilla: se reduce el número de fichas del roster, lo cual de entrada veo sensato. La temporada es larga y seguro que habrá lesiones, pero una plantilla de 17 jugadores era un dispendio difícil de gestionar para el entrenador y un sumidero de masa salarial para las arcas del club.

La idea del Madrid, según periodistas fiables, es dar por cerrado el plantel con la llegada de Facu. Lo cual casa con la aparente inacción ante el esperado regreso a Europa de los Hernangómez. Willy ya es jugador del Barca, más o menos entendible por las cifras de la oferta azulgrana y por ser el puesto mejor cubierto del Madrid. Pero es que tiene casi toda la pinta de que Juancho irá detrás (salvo pretendiente NBA de última hora), una vez se desencalle en los próximos días la negociación para el finiquito de Mirotic, con quien comparte agente. Y Juancho sí tendría encaje en la plantilla del Madrid, el mismo que en la del Barca, donde también hay un solo alapívot puro (Da Silva) y dos aleros fuertes que pueden jugar de cuatro (Kalinic y Parra). En el caso del Madrid ese único alapívot puro sería Yabusele (a Ndiaye le concedo status de fondo de armario) y Deck+Hezonja como aleros que pueden habitar el cuatro.

La inacción del Madrid en mercado, con la honrosa excepción del fichaje de Facu, para el que el propio jugador puso mucho de su parte, tiene que ver también con un discreto recorte presupuestario en la sección. Hay ahorros sensibles: las cuatro salidas liberan unos 3.5-3.7M netos de masa salarial, a lo que sumarle el pico de las renovaciones a la baja de Rudy y Alocén, y sobre todo la indemnización a Laso, al que se abonó el salario íntegro, echadle 1.2-1.5M brutos, que computan en los gastos de la pasada campaña. Todo ese ahorro excede el salario de Facu más los aumentos por las extensiones a Deck y Tavares. Aún no está cerrada, pero soy optimista respecto a la del caboverdiano, asumiendo que se irá a los 2.7-3M netos anuales.

En ese sentido, por cierto, el club parece haber adoptado una estrategia negociadora de más años de contrato garantizado a cambio de un salario a corto plazo algo por debajo de mercado. Es el caso de Facu (2027), Deck (2028) y suponemos que de Edy. Los contratos largos a jugadores de cierta edad implican riesgos pero también aligeran carga salarial a corto plazo y proporcionan certidumbre en la configuración de plantilla. Si se está convencido, y Tavares+Facu+Deck son bonos suizos del Estado, no me parece mala apuesta.

Quiero pensar que el Madrid se replantearía su posición de no fichar ante una oportunidad de mercado estratégica, que encaje no solo en las necesidades presentes de la plantilla sino también en la estructura salarial (=asequible). Una oportunidad que diría que tiene nombre y apellidos, Usman Garuba, al que los Thunder (donde acaba de recalar de rebote) podrían plantearse cortar para aligerar fichas en el roster, si bien esta por ahora es solo una hipótesis. Usman encajaría como un guante: es cupo nacional, alapívot puro y sus principales virtudes coinciden exactamente con las carencias de Yabusele: defensa y rebote. Es decir, que casaría mejor que cualquiera de los Hernangómez y seguramente saldría más barato. Primero porque tiene menos cartel (no brilló tanto en el pasado Eurobasket) y segundo porque la mayoría de equipos Euroliga a estas alturas de verano ya han gastado el grueso de su presupuesto en fichajes.

Si nos referimos al juego exterior, no espero en principio ninguna incorporación, pese al ruido del supuesto interés en un escolta tirador (K. Guy, M. Thomas, Mykhailiuk, etc). Buena parte de la parroquia anda emperrada en buscar un Carroll 2.0, un anhelo que asocio a la nostalgia, perfectamente respetable. Pero, más que un tirador puro, de los de pintarle carretones, haría falta un exterior defensivo/físico que compense las carencias de Musa, escolta titular indiscutible pese a su mal final de curso. ¿Y los triples? Si los porcentajes del Madrid fueron bajos en algunos tramos de la temporada no fue porque faltasen tiradores sino por la escasa fluidez ofensiva, esa que genera espacios y tiros liberados. Veréis como esos % suben con Facu, y no porque los meta él…

Quinteto cañón, dudas del banquillo

De un primer vistazo la plantilla del Madrid tiene un quinteto tremendo, seguramente el más potente de la Euroliga, con el mejor base y el mejor pívot, así que volverá a competir con garantías por los títulos si respetan las lesiones. Un valor que quizá se esté subestimando en este clima de opinión marcado por los fichajes del rival directo y el morbo que llevan asociado.

La estrategia blanca esta summeriada parece la de abarcar menos y apretar más porque, si el quinteto es un cañón, el banquillo genera dudas, sobre todo el exterior, discreto y/o envejecido. Hay cuatro jugadores de 36 o más primaveras, con gasolina para solo 15/20 partidos de nivel élite al año, a los precedentes me remito.

Tal vez habría que plantearse por qué si el Madrid tiene nueve exteriores, ocho si contamos con que Deck y/o Mario jugarán minutos de ala-pívot, nos queda la sensación de que falta algo. Ocho jugadores dan más que de sobra para cubrir tres puestos, máxime cuando siete de ellos superan el millón bruto de salario anual. Todos salvo Alocén. Si falta algo es porque lo que hay no convence y por tanto algunos sobran, así de claro.

Sobra por ejemplo esa renovación y ampliación de contrato de Alocén (hasta 2025) si no está supeditada a una cesión este curso. Tampoco es que fuese sobrado para un Madrid antes de la lesión, lo normal a su edad, y su rendimiento tras año y medio de baja es como poco una incógnita. No entendería mantener en el roster a Alocén y malvender a Spagnolo…

Sobra seguramente Causeur, con 36 años y tras una temporada tan floja. Ni es cupo nacional ni tiene el status de leyenda de los Sergios y Rudy como para elegir fecha de retirada, algo a lo que referiré más adelante. El francés hubiese salido igual que Hanga y Goss de no tener otro año de contrato garantizado, ese que muchos no entendimos cuando se le firmó el verano pasado, que estaba con pie y medio fuera del club. El Madrid en estos casos es cautivo de su propia política de recursos humanos, de apechugar sin más, es decir, de no rescindir contratos ni buscar salidas negociadas. Causeur tendría buen mercado, igual que lo han tenido Hanga y Goss, lo que abarataría una eventual compensación. El hueco que liberaría su salida justificaría el fichaje del ansiado tirador, pero es una posibilidad que el club ni siquiera parece haber explorado.

Sobra seguramente también Abalde, si hubiese una mínima meritocracia, apocado y sin la confianza del entrenador, pero en su caso entiendo que la edad, la inversión realizada, sus aptitudes y la condición de cupo invitan a la paciencia. Ahora bien, esta temporada debería ser su última bala, o remonta el vuelo (por ejemplo asumiendo el rol vacante de Hanga) o se hunde definitivamente en el pantano de la tristeza, como Artrax.

Y por último quizá lo más políticamente incorrecto, y es que en mi humilde opinión sobra la renovación a Rudy, con 38 años, tras una campaña discreta y sus plusmarcas con la selección como prioridad manifiesta. Era un contexto perfecto para retirarse, pero «ejque los Juegos Olímpicos»… Tenemos que sacudirnos de una vez ese complejo vetusto de que la única forma de rendir tributo a las leyendas es permitiéndoles retirarse con ficha en el equipo, salario de siete dígitos y en fecha a su elección. No se quiere menos a Rudy por considerar que esta temporada seguramente le sobre, como le sobró la última (como poco) a Felipe. Entiendo que no es fácil dar un paso a un lado, que implica un cambio de vida y una reducción drástica de ingresos, pero hay más dignidad en una retirada a tiempo que en un año vestido de chándal. En definitiva, en irte cuando aún te echarán de menos antes de que te empiecen a echar de más.

El Madrid empieza a carburar: los ajustes de Chus Mateo

El Madrid de Chus Mateo progresa adecuadamente. No solo por los recientes triunfos frente a rivales directos (FCB y Mónaco), que han calmado al sector más agorero, sino en términos generales, por el balance de la temporada (colíder de ambas competiciones) y las sensaciones que transmite el equipo (en crecimiento y lejos aún de su techo). E igual que cuando surgieron dudas razonables señalamos al banquillo, es de justicia reconocer su mérito ahora que la nave parece haber cogido velocidad de crucero.

Chus tiene todavía bastante que demostrar en la dirección de partidos o el diseño de jugadas en tiempos muertos, ahí se le nota la falta de horas de vuelo como primer entrenador, pero a cambio se está mostrando solvente y con cintura en la preparación de los encuentros y la gestión del plantel. Y no subestimemos el marrón que heredó: no es fácil encontrar un rol para cada jugador de este sobrepoblado juego exterior, con jóvenes pujantes y veteranos de gran ascendencia en vestuario y prensa.

Bajando al detalle, veo dos claves en la mejora del Madrid, y ninguna de las dos ha llegado de la noche a la mañana, quizá por eso parecen sutiles, consecuencia de la evolución natural del equipo.

1.- La DEFENSA. Le prestamos poca atención porque no sale en el boxscore, y nos hemos olvidado porque la memoria del aficionado es por frágil por definición, pero las primeras dudas a comienzo de curso vinieron por la debilidad atrás. Entre finales de octubre y primeros de noviembre el equipo recibió 95 puntos de la Virtus, 94 del Zaragoza y 92 del Baskonia, todas derrotas. Se encajaban grandes parciales y por momentos se dejaba de competir, llegamos a pensar que a Chus se le estaba yendo el vestuario de las manos. Había un problema y se ha corregido.

Vale que el plantel perdió en verano potencial defensivo exterior con la salida de Taylor y la llegada de Musa y especialmente Chacho. Pero la defensa tiene también mucho de dinámica colectiva, de compromiso y, claro, de ajustes tácticos. El regreso de Hanga y Goss de sus respectivas lesiones ha ayudado, y el estado físico de Edy también. Y ahí están los datos de la mejora en este segmento: aquel Madrid poroso atrás a comienzo de temporada está ya empatado con Olympiakos y FCB como mejor defensa de la Euroliga, 76 encajados por encuentro.

2.- AJUSTES EN LA ROTACIÓN
. Seguramente el gran pecado de Mateo a comienzo de curso fue su férrea fidelidad al esquema que le funcionó en el pasado reciente. Siguió al pie de la letra el libreto de junio, aquella rotación corta que le dio el título ACB, con minutadas de Hanga, Causeur y Yabusele, y los balones a Deck al poste como primera opción en estático. Ese esquema tenía todo el sentido entonces, con muchos lesionados y menos recursos ofensivos exteriores, pero supone un desperdicio de talento esta temporada. Así que ha ido haciendo ajustes progresivos, experimentando en los espacios que abrían las lesiones.

> Meritocracia en el cuatro. Los primeros meses de temporada de Yabusele fueron pobres, estancado sino directamente involucionado, tomando malas decisiones en pista y poco comprometido atrás. Por no hablar de algunos gestos fuera de lugar, se iba mentalmente de los partidos y se perdía en batallas paralelas. Pareció atragantársele la llegada de Cornelie, acostumbrado como estaba a la falta de competencia en el puesto, con Randolph y Trey siempre lesionados. Además, dado que el Madrid ha ganado potencial ofensivo con los fichajes del verano, a Yabusele le corresponde un rol menos protagonista en ataque este año, que también le ha costado digerir. Le ha llevado un tiempo pero parece haberse subido finalmente al barco, porque desde hace 2-3 semanas su rendimiento ha mejorado sensiblemente, aportando esa energía e intensidad suyas al juego colectivo. No deja de ser un activo notable del roster.

> Hanga y Causeur, en barbecho. Fueron el backcourt fetiche de Chus en junio pero por X o por Y este curso están lejos de aquel pico de forma. El húngaro ha encadenado problemas físicos y no ha cogido ritmo aún. Y el francés lleva una temporada flojísima, si sumamos todas las competiciones está en 35% en tiros de campo para valoración 3.3 en 15.3 minutos. Queremos pensar que no le han caído los años encima (35) sino que simplemente está en su tradicional hibernación hasta primavera. En todo caso, Chus ha moderado los minutos de ambos y asumido que, por muy fetiches que sean, su rol debe ser secundario hasta que recuperen pico de forma.

> Rotación de bases. Dado que la plantilla carece de un base puro dominante, Chus ha optado una estrategia de Fuenteovejuna, haciéndoles jugar a todos sin una jerarquía clara, repartiendo de forma casi alícuota los 40 minutos entre Goss, Chacho y Llull. una estrategia que limita el protagonismo de Llull y revierte en minutos de Chacho, incomprensiblemente inédito durante tramos del curso. Cada base te aporta una cosa. A grandes rasgos, Goss destaca por su defensa, Llull por su anotación y Chacho por repartir juego en estático, por cierto, su alianza con Poirier es un filón de la segunda unidad que Chus ha sabido reconocer.

> Crecimiento de Hezonja. Le dediqué la última entrada del blog al tema, así que no me detendré tanto. Hay una parte de coyuntura (ausencias de Deck por problemas físicos) que se une a un giro táctico consciente de Chus, el de concebir al argentino como 3.5 y ya no solo como alero puro, el rol que tanto exprimió en junio. La suma de ambos factores ha dado espacio al crecimiento de Hezonja tanto en tiros como en minutos, y el croata, que esperó pacientemente su oportunidad, ha dado el paso adelante que cabía esperar. Las variantes tácticas que se abren en ambos lados de la pista si coinciden Musa, Mario y Tortuga son descomunales, a los últimos cuartos contra Mónaco y Barca me remito.

Arranque de orgullo: sí, el Madrid también gana a rivales directos

Al Madrid le estaba empezando a pesar como una losa este curso el balance contra rivales directos, y la paliza en Grecia de la semana pasada, por previsible que fuese dadas las bajas de última hora, no era sino gasolina para el pesimismo, para las viudas de Laso & Facu. Por eso hacía tanta falta una victoria de adrenalina como esta, contra el Barca y en Goya, de trascendencia relativa en la clasificación pero valiosa para la moral así del equipo como de la parroquia. Que algunos amenazaban con bajarse ya del barco, en enero y colíderes. Hubo un momento en la primera parte, tras el pésimo arranque (6-18), que Rudy se dirigió a la grada, la lógica diría que para arengar pero me pareció casi más una bronca. Un gesto de frustración acumulada y orgullo herido, que los jugadores tienen también Twitter y leen. Aunque Rodolfo a mí en concreto no, que me tiene bloqueado, ejem.

Se ganó El Clásico por los pelos, y falta que hacía, un triunfo para seguir construyendo y sacudirse complejos. Lo cual no quita para reconocer que se jugó objetivamente mal, por momentos muy mal, siempre por debajo en el marcador. Las estadísticas no engañan: se cedió la batalla del rebote (-3) y se perdieron más balones que asistencias se repartieron (20 a 12), que viene a ser la receta ya habitual de las derrotas esta temporada.

Mascar tornillos

Ver al Madrid atacar contra rivales de entidad es una cita en el dentista, sensación de escaso trabajo táctico, de recursos desaprovechados y dependencia absoluta de Tavares, alimentado a base de melones colgados, porque llamarlo pases se me hace generoso. Una estrategia de patio de colegio, de balones al Tkachenko de clase. Y así te vuelves previsible, porque el rival te está esperando: Saras ha logrado automatizar que una maraña de brazos se cierna sobre Edy cada vez que recibe. Valoración 7 ayer y 8 en la ida, lejos de sus números habituales. Así que hubo que buscar alternativas, y ahí fue donde se puso la cosa divertida, cuando el equipo se desmelenó, rompió la partitura de Chus y jugó con más corazón que cabeza. El calor de la grada jugó un papel importante, no tengo claro que el mismo partido se hubiese ganado a domicilio.

En esas apareció Llull, el tema de debate por excelencia, de tintes casi guerracivilistas. Quizá deberíamos dejar de enterrarle y resucitarle cada semana, más que nada por nuestra propia salud mental. Con Hanga fuera de ritmo, Goss inactivo desde hacía 10 días y Chacho más discreto que en veladas previas, el balear aprovechó la ocasión. Volvió a ser el que más lanzó, igual que en El Pireo la semana pasada, que a mí me parece un anacronismo, lo digo también hoy. Pero esta vez la moneda salió cara y fue clave con 15 puntos en el último cuarto, ahí es nada. Se aprovechó de la marca muchos minutos del peor defensor exterior rival, Lapro, estuvo hábil sacando faltas y no se obcecó tanto con el triple, que todo ayuda. «No me voy a esconder, soy así, va con mi carácter y a quien no le guste que apague la tele», dijo tras el partido. Me alegro de veras de su actuación, como de la de cualquier jugador del equipo, y puedo entender su frustración por algunas críticas exageradas, pero tampoco viene a cuento ajustar cuentas y perdonar vidas con un 29% en tiros de campo en Euroliga.

Duelo en los banquillos

Chus Mateo volvió a ir rebufo en el planteamiento y tampoco atinó en la gestión de partido, calamitoso su bagaje en situaciones ATO (tras tiempo muerto): pérdidas en el saque de fondo, ataques de comernos la posesión y la confusión en la última jugada del tiempo reglamentario, pintada para Deck y que acabó en pasos de Llull… Pero en algo sí acertó, resultó clave y es de ley reconocérselo: en dejar fuera de la convocatoria a Cornelie, una decisión a priori sorprendente, para apostar por Deck muchos minutos al cuatro. El argentino sufre emparejado con Kalinic, al que no supera a poste, pero se comió a Mirotic cuando coincidieron en pista, mucho más rápido y agresivo. Tortuga se convirtió en el sostén del equipo, 23 puntos y 33 de valoración, manteniendo la esperanza, es decir, la distancia en un solo dígito. Un animal competitivo aunque no se de golpes en el pecho.

La variante con Deck de cuatro, a la que Chus parecía negarse hasta ayer, aferrado al recuerdo de la última final ACB, abrió de paso la puerta a más minutos de Hezonja. Y el croata resultó importante, desde un rol discreto en ataque (y eso que mete una canasta clave al poste en el último minuto) pero muy valioso en defensa. Quién ha visto a Mario y quién le ve, aquel talento caprichoso y endiosado es un hoy un profesional maduro, resignado a un papel ofensivo gregario y ganándose los minutos por su entrega y compromiso atrás.

Bravo por él y por su brat, Musa, que reventó la prórroga con 9 puntos y una asistencia, disipando dudas sobre su nivel contra rivales de altura. Que en todo caso manda huevos con 23 años que tiene. Tomó el mandó, agarró el balón e improvisó, se lo creyó y como es tan bueno empezaron a pasar cosas. Acabó con 18 tantos y cuando hizo falta hasta defendió, su principal lunar, demostrando que es más una cuestión de concentración e intensidad que de aptitudes. Insisto en la defensa porque tendemos a hacerla un poco de menos al apenas constar en la estadística pero marca la diferencia entre competir o no.

¿Que el Madrid no disipa dudas, o no todas, por la escasa fluidez durante los tres primeros cuartos y lo apurado de la victoria? Tal vez, pero ¿y qué equipo no tiene dudas? Ni que enfrente estuviesen los Bulls del 72-10. Si se juega fluido y bonito mejor, aún no estamos ahí, pero el equipo tiene corazón y compite, lo demostró ayer, de nuevo, y con eso y el talento disponible alcanza para pelear todos los títulos, que es de lo que se trata.

Los Brate dan un balón de oxígeno a Chus Mateo

Como el comer, así necesitaba el Real Madrid y especialmente Chus Mateo una victoria de prestigio, y asaltar Milán lo es, sin paliativos. Lógicamente un solo triunfo no despeja por sí solo todas las dudas razonables por el juego y los resultados de las semanas previas, pero sirve para dar confianza, comprar tiempo y reducir el murmullo en parroquia y palco. Un balón de oxígeno, margen para construir.

El Madrid aguantó muy dignamente el chaparrón de triples italiano de la primera mitad (12 de 16), que lógicamente cesó en la reanudación. Y cesó, no solo porque el acierto era insostenible, sino gracias en buena medida a la defensa blanca, que esta vez sí que hizo acto de presencia. Se nota en este segmento el regreso de Hanga, aún sin confianza en ataque pero cuya mera presencia sube varios puntos el tono de la defensa del backcourt. El Madrid dominó el rebote con autoridad (+16), enormes Tavares y Deck, y dejó al Milán en un 37% tiros de dos, lejísimos del insostenible 67% de la Virtus hacía solo una semana.

Consciente de lo que se jugaba, Chus fue a lo práctico, aparcó el metrónomo de su antecesor y redujo la rotación de facto a solo 7-8 jugadores, aquellos de los que más se fía y/o en mejor momento se encuentran, con minutadas para Musa, Deck y Tavares.

De todas formas, es de justicia reconocer que incluso algunos que apenas jugaron tuvieron una aportación digna. Por ejemplo Poirier, uno de los señalados de la última derrota, no tiró siquiera a canasta y solo sumó un rebote, pero no importa porque el tiempo que pasó en pista cerró su aro como hacía tiempo que no le veíamos, secando a Brandon Davies. Me importa más ese cambio de actitud atrás en plaza grande que su maquillaje del domingo contra el Fuenla.

Los mismos siete minutos que Poirier jugó Alberto Abalde, que no solo no desentonó, como en los últimos compromisos, sino que aportó minutos de calidad en el segundo cuarto. Le lastraron las faltas. Y no quiero dejarme a Chacho, que firmó un partido serio contra sus ex, dando lo que se puede esperar de él a estas alturas de su carrera, 15 minutos de puntos (9) y asistencias (4).

Pero los líderes, los que de verdad brillaron, fueron los Brate (‘hermanos’), apodo que se ha puesto la sociedad Musa y Hezonja, que parece haber hecho buenas migas en Madrid. Entre los dos sumaron 40 puntazos, la mitad de la anotación blanca, un derroche de talento, que para eso han venido: 7/8 de dos y 8/12 triples entre ambos. Como aficionado, resulta un motivo de ilusión ver a dos jóvenes recién llegados y de tanto talento en el roster.

La actuación de ayer en el Mediolanum sirve de tarjeta de presentación de Musa en la Euroliga (25 puntos, 31 valoración), donde venía cumpliendo pero todavía no había roto con un partido redondo, replicando esos picos de rendimiento que sí le hemos visto en ACB. A Hezonja le está costando un poco más la adaptación, no tiene el carácter tan echado p’alante del bosnio y encima coincide en puesto con un peso pesado como Deck. No tengo claro que Chus haya dado todavía con la tecla para exprimirle, sigue explorando, o eso parece a tenor del rol tan distinto del croata entre un partido y el siguiente. Pero al final el talento encuentra su camino y se abre paso, y Hezonja es un gran talento, que además parece haber llegado a Madrid con la actitud correcta, en la madurez de su carrera. A su compromiso y solvencia en defensa me remito, de los que algunos dudaron antes de su llegada.

Petr Cornelie, la última pieza del puzzle

A 14 de julio el Real Madrid solo ha presentado un fichaje (Musa) pero los oficiosos ascienden ya a cuatro, con la información que adelanta hoy Donatas Urbonas del acuerdo para la llegada del internacional galo Petr Cornelie. Su incorporación es la última pieza del puzzle blanco 2022/23, que deja la plantilla cerrada, a falta solo de anuncios oficiales y con la incógnita de la posible salida de Goss en caso de que surja una oportunidad de mercado irrenunciable en el puesto de base. Ya sabéis a lo que me refiero…

Cornelie llega como agente libre, ala-pívot francés, 211 centímetros y 26 años (27 a final de este mes), procedente de la liga de desarrollo estadounidense, donde recaló desde Denver. El Madrid reacciona con su fichaje a la lesión de larga duración de Randolph, que tiene al menos hasta febrero, y a saber cómo vuelve, que unida a la salida de Thompkins (rumbo a Zenit) había dejado vacante el puesto de cuatro reserva.

Ahora mismo no hay ningún canterano en ese puesto con nivel primer equipo, digamos un Garuba 2020, y mover a Gabi Deck al cuatro a tiempo completo (donde no tiene ventaja física) es renunciar a uno de sus atributos más valiosos, la creación en estático desde posiciones de poste bajo. Fue un dolor de cabeza para Jasikevicius en la final ACB y la insistencia del Barcelona este verano en el fichaje de Kalinic parece encaminada a minimizar esa vía de agua.

El fisico de Randolph, la mano de Trey

Cornelie es tirillas (98 kilos), no le veremos jugar de espaldas al poste y seguramente no destaque en defensa, pero casa como un guante en el perfil que buscaba el Madrid, un cuatro comunitario, agente libre, que tire de tres y, ya puestos, que rebotee, que no es el fuerte de Yabusele. Bien, pues cumple todo eso. Su mecánica de tiro es muy fluida y sus números así lo corroboran: 44% en triples en 2020/21 en la liga francesa (42/95), con Pau Orthez, y 37% la pasada temporada en la G-League, lanzando mucho: 55 de 150 en 25 partidos.

En el basket moderno en general y en los sistemas del Madrid en concreto (no espero muchas variaciones tácticas de Chus respecto a Laso), es imprescindible que el cuatro abra el campo y libere espacio en la zona, para que el center y el base jueguen 2×2, que es la génesis de la generación en estático. Más aún cuando tienes dos pívots tan dominantes como el Madrid con Tavares y Poirier. Cornelie en Goya lanzará menos que en sus anteriores equipos, porque no llega con rol estelar, pero a cambio esos tiros seguramente sean en mejores posiciones, a pies posicionados (porcentajes más altos), puesto que la atención de la defensa recaerá sobre otros compañeros.

Que carezca de experiencia Euroliga con casi 27 años introduce un elemento de cierto riesgo, y seguramente necesite más periodo de adaptación que un Chacho o Hezonja. Pero a ver cuánta Euroliga creéis que ha jugado Juancho Hernagómez con la misma edad que Cornelie… ¿Experiencia de selecciones? Cornelie fue bronce olímpico hace 11 meses, y en Francia hay hostias por entrar en la convocatoria. Vamos, que tampoco es un desconocido, Baskonia lleva dos años detrás suyo.

En todo caso, hay que asumir que ni el Madrid buscaba una estrella (no se pueden tener 15), ni a 14 de julio quedan estrellas consagradas disponibles en mercado. Igual que otros fichajes del club este verano, Cornelie es por edad y aptitudes un perfil alto pero un fichaje de bajo riesgo. Si sale bueno, tienes alapívot tirador para un lustro, el heredero natural del dúo Randolph-Trey, otra incorporación a la extensa columna vertebral de jugadores por debajo de 30 y ya de regreso de la NBA a la que me he referido en textos previos. Si sale malo, tampoco es que hayas invertido dinero en una cláusula, e igual dispones ya de un titular consolidado en el puesto (Yabusele) y el comodín de Tortuga para los porsiacasos.

Hezonja vestirá de blanco

Si recordáis, hace tres semanas nos hicimos eco de la noticia de que el Real Madrid estaba en «conversaciones avanzadas» por Mario Hezonja, que publicaban dos fuentes diferentes, pero igual lo dimos entre interrogantes, por precaución.

Bien, pues parece que el trecho se ha recorrido, las negociaciones han llegado a buen puerto y ya hay acuerdo entre las partes para un acuerdo por dos temporadas. Sería el segundo fichaje oficioso del Madrid 22/23, después del de Chacho Rodríguez, que llegaría por Heurtel con un contrato de 1+1 años.

Encaje táctico complejo

Hezonja es una incorporación ilusionante, si bien tiene a priori un encaje táctico complejo en el roster blanco. Incluso asumiendo la salida de Taylor (que acaba contrato), la sección mantendrá tres aleros en nómina el año que viene, Deck, Hanga y Abalde. A los que podríamos sumar minutos de Rudy, que renovará seguro, a falta de ver su rol, que por lógica irá menguando.

Hezonja es un fichaje ambicioso, nº5 del draft, 27 años, comunitario, talento a espuertas y aparentemente en el punto justo de cocción, que viene de firmar su mejor temporada como profesional, en la que ha mostrado la madurez que se le echaba en falta. No es un jugador para 12 minutos en rol fondo de armario. Entonces, ¿cómo se le puede encajar en la rotación?

A martillazos si hace falta, que el juego exterior blanco no va sobrado de talento ofensivo como para hacer ascos a una incorporación así, aunque tenga que recurrir a soluciones algo menos ortodoxas. La lógica dice que Abalde jugaría más minutos de escolta (ya lo está haciendo) y que Deck, incluso el propio Hezonja, jugarían minutos de ala-pívot. Al argentino, por cierto, se le ve tácticamente más perdido que a un pulpo en un garaje en este Madrid post crisis, como buscando su nicho desde el que aportar.

Matteo Andreani, periodista italiano, publicaba por la mañana que el Madrid está además en la «pole position» por el fichaje de Dzanan Musa, MVP de la liga ACB. Me consta que el club blanco ha preguntado por el alero bosnio, pero cuesta ver que si llega Hezonja se fiche también a Musa. No son perfiles tácticos idénticos, Musa es más generador desde bote y Hezonja más poderoso físicamente, buen reboteador. Pero el puesto natural de ambos no deja de ser el de alero: no me atrevo a descartar al bosnio seguro, pero lo mismo ya serían demasiados martillazos, ¿no?